sábado, 1 de diciembre de 2012

TERCER DÍA DE NOVENA A "LA INMACULADA CONCEPCIÓN"


Aquí estamos Santísima Virgen entregándote todos nuestros sufrimientos, pedidos, enfermedades y necesidades. Que sepamos imitarte y decir como Tu… “Hágase tu voluntad “

Oración inicial

         ¡Virgen Santísima, que agradaste al Señor y fuiste su Madre; inmaculada en el cuerpo, en el alma, en la fe y en el amor! Por piedad, vuelve benigna los ojos a los fieles que imploran tu poderoso patrocinio. La maligna serpiente, contra quien fue lanzada la primera maldición, sigue combatiendo con furor y tentando a los hijos de Eva. ¡Ea, bendita Madre, nuestra Reina y Abogada, que desde el primer instante de tu concepción quebrantaste la cabeza del enemigo! Acoge las súplicas de los que, unidos a ti en un solo corazón, te pedimos las presentes ante el trono del Altísimo para que no caigamos nunca en las emboscadas que se nos preparan; para que todos lleguemos al puerto de salvación, y, entre tantos peligros, la Iglesia y la sociedad canten de nuevo el himno del rescate, de la victoria y de la paz. Amén.

 
Cita bíblica:
 

 “Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho” (Lc. 1, 38)

 

María, Inmaculada Concepción, fue dócil a la Palabra Divina, cooperando con la entrada del Dios Eterno en nuestro tiempo.

Ella escucha la Palabra de Dios y la Palabra entra en su vida… Habla y piensa con la Palabra… Así, sus pensamientos están en sintonía con el pensamiento de Dios, y su querer es un querer de Dios.

Hermanos, pidamos a María que podamos abrir nuestro corazón para creer en la Palabra del Señor que quiere transformar nuestra vida. Que sepamos escuchar y elegir sus caminos.

 

A cada intención respondemos: “¡Virgen María, Ayúdanos!”

 
- Para que abramos nuestros corazones a la palabra de Dios. Oremos.

- Para que podamos ver en los hermanos más necesitados el rostro de Jesús. Oremos.

- Para que por tus méritos Madre, alcancemos la paz, la santificación y la conversión. Oremos.

- Para que dejemos de lado la soberbia, la avaricia, la codicia, el odio y el rencor. Oremos.

- Para que llevemos palabras de aliento, de vida y de esperanza. Oremos.

 

       ***  Ave María ***



Oración Final


Inmaculada Madre de Dios, Reina de los cielos, Madre de misericordia, abogada y refugio de los pecadores: he aquí que yo, iluminado y movido por las gracias que vuestra maternal benevolencia abundantemente me ha obtenido del Tesoro Divino, propongo poner mi corazón ahora y siempre en vuestras manos para que sea consagrado a Jesús.
A Vos, oh Virgen santísima, lo entrego, en presencia de los nueve coros de los ángeles y de todos los santos; Vos, en mi nombre, consagradlo a Jesús; y por la filial confianza que os tengo, estoy seguro de que haréis ahora y siempre que mi corazón sea enteramente de Jesús, imitando perfectamente a los santos, especialmente a San José, vuestro purísimo esposo. Amén.
  

Ave María Purísima… Sin pecado concebida.

Ave María Purísima… Sin pecado concebida.

Ave María Purísima…. Sin pecado concebida

 
 
Alumbrantes de la Novena: Cofradía "Nuetra Señora Que Desata Los Nudos"