En el nombre de
Padre, del hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Nos arrepentimos
de nuestros pecados.
Ten piedad de mí, Señor, por tu bondad,
Por tu gran compasión, borra mis faltas!
Crea en mí, Dios mío, un corazón puro,
Y renueva la firmeza de mi espíritu.
No me arrojes lejos de tu presencia,
Ni retires de mí tu Santo Espíritu.
Nuestra Señora de la Dulce Espera,
Ruega por nosotros y por nuestros hijos!
“Tu
hijo también tiene una misión”
Todavía
estaba hablando a la multitud, cuando su madre y sus hermanos, que estaban
afuera trataban de hablar con Él. Alguien le dijo: “Tu madre y tus hermanos
están ahí afuera y quieren hablarte” Jesús les respondió “¿Quién es mi madre y
quienes son mis hermanos? Y señalando con la mano a sus discípulos agregó
“Estos son mi madre y mis hermanos, porque todo el que hace la voluntad de mi
Padre que está en el cielo, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre”. (Mt 12,
46-50)
Reflexión
María es la primera entre “aquellos que escuchan la palabra de Dios y la cumplen” Y por eso, aquella bendición pronunciada por Jesús se refiere en primer lugar a ella. María se convierte, en cierto sentido, en la primera “discípula” de su Hijo y por medio de su fe descubre otro sentido de su maternidad: una nueva maternidad según el espíritu y no únicamente según la carne.
Oración
Madre nuestra, Señora de la Dulce Espera, nos enseñas que más importante que el vínculo carnal es la relación que nace y se forma por cumplir con lo que Dios nos pide. El amor se construye día a día, así queremos servir al Señor y aceptar su voluntad. Que podamos testimoniar el significado del amor auténtico diciendo cada día que sí. Acuérdate de las familias que han abierto su corazón a la adopción, ayúdalos en la alegría de su generosidad a que puedan gustar los hermosos nombres de padre y madre. Que teniéndote a vos como modelo incomparable de acogida y cuidado de la vida puedan dar gracias cada día, por esa vida que se les entrega.
A
cada intención respondemos: “Por
María, nuestra madre, te lo pedimos Señor”
-Por
los que desean adoptar
-Por
la intención particular con que rezamos esta Novena.
Padre
Nuestro, Ave María y Gloria.