En el nombre de
Padre, del hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Nos arrepentimos
de nuestros pecados.
Ten piedad de mí, Señor, por tu bondad,
Por tu gran compasión, borra mis faltas!
Crea en mí, Dios mío, un corazón puro,
Y renueva la firmeza de mi espíritu.
No me arrojes lejos de tu presencia,
Ni retires de mí tu Santo Espíritu.
Nuestra Señora de la Dulce Espera,
Ruega por nosotros y por nuestros hijos!
Amar
a Dios por sobre todas las cosas
Cuando
Jesús terminó de hablar, una mujer levantó la voz en medio de la multitud y
dijo: “Feliz el seno que te llevó y los pechos que te amamantaron” Jesús le
respondió : “Felices más bien los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en
práctica.” (Lc 11, 27-28)
Reflexión
Esta
frase constituía una alabanza para María como madre de Jesús según la carne. A
través de aquellas palabras ha pasado rápidamente por la mente de la
muchedumbre, al menos por un instante, el evangelio de la infancia de Jesús. Es
el evangelio en que María está presente como la madre que concibe a Jesús en su
seno, lo da a luz y lo amamanta maternalmente: la madre-nodriza a la que se
refiere aquella mujer del pueblo. Gracias a esta maternidad, Jesús es un
verdadero hijo del hombre. Jesús con su respuesta quiere quitar la atención de
la maternidad entendida sólo como vínculo de carne, para orientarla hacia aquel
misterioso vínculo del espíritu, que se forma en la escucha y la observancia de
la palabra de Dios.
Oración
María,
muchachita de Nazaret, vos que viviste las dimensiones de lo humano y de lo
femenino de manera perfecta, intercede por nosotros, para que seamos atentos
escuchas de la Palabra de Dios. Aleja de nosotros todo lo que nos impida
practicar lo que Jesús nos enseñó. Pon en nuestra boca, tus palabras, tus
intenciones y todo lo que pueda abrir nuestro corazón al bien y al amor.
A
cada intención respondemos: “Por
María, nuestra madre, te lo pedimos Señor”
-Por
que las mujeres puedan amamantar a sus hijos, dándoles su leche y amor.
-Por
que todos los padres puedan ayudar a crecer a los hijos.
-Por
la intención con que rezamos esta novena
Rezamos
Oh, María, aurora del mundo nuevo
a Ti confiamos la causa de la vida
Haz que quienes creen en tu Hijo
sepan anunciar con firmeza y amor
a los hombres de nuestro tiempo
el Evangelio de la Vida.
Alcánzales la gracia de acogerlo
como don siempre nuevo
La alegría de celebrarlo con gratitud
durante toda su existencia
y la valentía de testimoniarlo
con confianza.