En el nombre de
Padre, del hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Nos arrepentimos
de nuestros pecados.
Ten piedad de mí, Señor, por tu bondad,
Por tu gran compasión, borra mis faltas!
Crea en mí, Dios mío, un corazón puro,
Y renueva la firmeza de mi espíritu.
No me arrojes lejos de tu presencia,
Ni retires de mí tu Santo Espíritu.
Nuestra Señora de la Dulce Espera,
Ruega por nosotros y por nuestros hijos!
Jesús
nos da a María como madre
Al
ver a la Madre y cerca de ella al discípulo a quien Él amaba, Jesús le dijo: Mujer,
aquí tienes a tu hijo”. Luego dijo al discípulo: “Aquí tienes a tu madre”. (Jn 19,
25-27)
Reflexión
La
maternidad de María, que se convierte en herencia del hombre, es un don: un don
que Cristo mismo hace personalmente a cada hombre. A los pies de la cruz
comienza aquella especial entrega del hombre a la madre de Cristo. La entrega es
la respuesta al amor de una persona y, en concreto, al amor de la madre. Por
eso, a través de los siglos, de entre los diversos pueblos y naciones de la
tierra, el hombre se dirige a María, con veneración y confianza, como quien se
dirige a su madre, y busca en su fe el sostén para la propia fe.
Oración
María
Santísima, Madre de Jesús y Madre nuestra, sabemos que nos acompañas en el
camino de la vida intercediendo por nosotros y por nuestras necesidades, danos
un corazón fuerte y generoso. Gracias porque cada uno de nosotros somos
participes de la vida de Dios.
Te
pedimos que nos enseñes a respetar, proteger y defender la vida, especialmente
la más débil e inocente.
Inspira
y protege especialmente a aquellos hombres y mujeres que condicionados por el
medio y las circunstancias que los rodean, no llegan a ver que la vida es
siempre un bien. Que ellos sepan que “Ninguna cosa es imposible para Dios” (Lc.
1,30 37) y se entreguen con confianza a su providencia benévola
Bendícenos
y guíanos en este camino para poder florecer en virtud y santidad. Confiamos en
tu intercesión y esperamos con fe que Jesús nos conceda lo que pedimos.
A
cada intención respondemos: “Por
María, nuestra madre, te lo pedimos Señor”
-Por
los bebés no deseados, sus madres y padres.
-Por
los niños abandonados.
-Por
los que sufren.
-Por
las intenciones particulares con que rezamos esta Novena.
Oración
a la Virgen de la Dulce Espera
Virgen
María, Madre de Dios, que cobijaste en tu seno al Salvador,
te
pedimos que nos protejas en este momento,
en
que confiadamente esperamos un hijo, para que podamos aceptarlo con amor;
educarlo
de modo que “crezca en sabiduría, estatura y gracia” ante los ojos de Dios; y
conducirlo con nuestro ejemplo a la casa del Padre.
Amén.