San
Juan era pescador, tal como su hermano y su padre. La primera vez que conoció a
Jesús estaba con su hermano Santiago, y con sus amigos Simón y Andrés
remendando las redes a la orilla del lago; el Señor pasó cerca y les dijo:
"Vengan conmigo y los haré pescadores de almas", y el apóstol dejó inmediatamente sus redes, a
su padre y lo siguió.
A
Juan y su hermano Santiago Jesús les puso un sobrenombre: "Hijos del
trueno", debido al carácter impetuoso que ambos tenían. Estos dos hermanos
vanidosos y malgeniados se volvieron humildes, amables y bondadosos cuando
recibieron el Espíritu Santo.
Juan, en la Última Cena, tuvo el honor
de recostar su cabeza sobre el corazón de Cristo. Fue el único de los apóstoles
que estuvo presente en el Calvario. Y Jesús le encomendó que se encargara de
cuidar a la Madre
Santísima María, como si fuera su propia madre. El domingo de
la resurrección, fue el primero de los apóstoles en llegar al sepulcro vacío de
Jesús. Después de la resurrección de Cristo, en la segunda pesca milagrosa,
Juan fue el primero en reconocer a Jesús en la orilla.
Según
una tradición, Juan vivió en Éfeso en compañía de la Virgen. Ahí , el emperador
Dominiciano quiso matar al apóstol y lo hizo echar en una olla de aceite
hirviente, pero él salió de allá más joven y más sano de lo que había entrado,
siendo desterrado de la isla de Patmos, donde fue escrito el Apocalipsis.
Después volvió otra vez a Éfeso donde escribió
el Evangelio.
Murió de avanzada edad
en Éfeso hacia el año 98.