Nos arrepentimos de nuestros pecados.
Ten piedad de mí, Señor, por tu bondad,
Por tu gran compasión, borra mis faltas!
Crea en mí, Dios mío, un corazón puro,
Y renueva la firmeza de mi espíritu.
No me arrojes lejos de tu presencia,
Ni retires de mí tu Santo Espíritu.
Nuestra Señora de la Dulce Espera,
Ruega por nosotros y por nuestros hijos!
Por tu gran compasión, borra mis faltas!
Crea en mí, Dios mío, un corazón puro,
Y renueva la firmeza de mi espíritu.
No me arrojes lejos de tu presencia,
Ni retires de mí tu Santo Espíritu.
Nuestra Señora de la Dulce Espera,
Ruega por nosotros y por nuestros hijos!
María,
nuestra madre, está atenta a nuestras necesidades
Tres
días después se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la madre de Jesús
estaba allí. Y Jesús también fue invitado con sus discípulos. Y, como faltaba
vino, la madre de Jesús le dijo : “No tienen vino”. Jesús le respondió: Mujer
¿Qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavía. Pero su madre
dijo a los sirvientes: “Hagan lo que El les diga.” (Jn 2, 1-5)
Reflexión
María
manifiesta una maternidad nueva, según el espíritu, cuando va al encuentro de
las necesidades del hombre. En Caná de Galilea se muestra solo un aspecto
concreto de la indigencia humana, aparentemente pequeño y de poca importancia
(“no tienen vino”). Pero esto tiene un valor simbólico. María se pone entre su
Hijo y los hombres en la realidad de sus privaciones, indigencias y
sufrimientos. En su papel de madre, se pone “en medio”, se hace mediadora. Ella
intercede por los hombres y se pone como portavoz de la voluntad de su Hijo:
“Hagan lo que él les diga”.
Oración
María,
madre del amor hermoso, intercede para que Jesús atienda nuestras necesidades.
Enséñanos a hacer todo lo que Él nos dice y a pedir en la oración el
conocimiento que todavía nos falta para tener el gusto profundo de las cosas de
Dios. Que sepamos ver las necesidades de los que nos rodean y podamos
brindarnos generosamente, ayudando a quienes, en este momento fundamental, de
sus vidas se encuentran solas y desamparadas.
A
cada intención respondemos: “Por
María, nuestra madre, te lo pedimos Señor”
*Por
las madres que están solas.
*Por
los padres que no tienen trabajo.
*Por
la intención particular con que rezamos esta Novena.
Padre
Nuestro, Ave María y Gloria.