De: "El Sembrador Bíblico"
El Año Litúrgico (o también conocido como Calendario
Litúrgico) es un ciclo basado en la vida, muerte y resurrección de
Jesucristo, nuestro Señor. Es decir, es el desarrollo de los misterios de la vida, muerte y resurección de Jesús. Al repetirse cada año, nos ayuda a estar en
unión con Él y a crecer en nuestra fe. En este ciclo también honramos a María,
nuestra madre, y a todos los santos. La celebración de los santos que nos propone al Iglesia, nos permite vivir y no solo recordar, sino volver a pasar por el corazón, la historia de Salvación, y lo vamos haciendo a través de las fiestas y celebraciones, que actualizamos permanentemente.
El Año Litúrgico se divide en cinco tiempos litúrgicos principales,que no coiciden con el año civil. Es un camino de Fe. Ya que no podemos abarcar el misterio de Jesús, la liturgia nos ayuda de manera pedagógica, progresiva, sitemática, para que a lo largo de todo un año, vayamos reflexionando distintos aspectos del misterio de Jesús, que nunca lo vamos a poder agotar. Pero no es solo una comprensión intelectual, sino para ir viviendo el Misterio de Cristo.
El Año Litúrgico, comienza en Adviento, por lo que, al armar la Corona de Adviento, debiéramos desearnos "Feliz Año Nuevo"!!
Dentro del Año Litúrgico, celebramos cada domingo “El día del Señor”, que es "fiesta primordial" y "el fundamento y el núcleo de todo el año litúrgico".
El Año Litúrgico se divide en cinco tiempos litúrgicos principales,
El Año Litúrgico, comienza en Adviento, por lo que, al armar la Corona de Adviento, debiéramos desearnos "Feliz Año Nuevo"!!
Dentro del Año Litúrgico, celebramos cada domingo “El día del Señor”, que es "fiesta primordial" y "el fundamento y el núcleo de todo el año litúrgico".
Asistir a Misa en domingo es ciertamente un deber, pero, ¡qué diferente sería si entendiéramos y recordáramos que cada domingo celebramos la Pascua del Señor! Ojalá sea el amor y la gratitud lo que nos mueva a asistir a Misa y no el sentirnos “obligados” a cumplir con nuestro deber.
El Año Litúrgico tiene dos funciones
o finalidades
a) Enseñarnos
los varios misterios de Cristo: Navidad, Epifanía, Muerte, Resurrección, Ascensión,
etc.
b) Otorgarnos
la gracia especifica de ese misterio que vivimos:
- La gracia de la esperanza cristiana y la conversión
del corazón para el Adviento
- La gracia del gozo íntimo de la salvación en la Navidad
- La gracia de la penitencia y la conversión en la Cuaresma
- El triunfo de Cristo sobre el pecado y la muerte en la Pascua
- El coraje y la valentía el día de Pentecostés para
salir a evangelizar
- La gracia de la esperanza serena, de la honestidad en
la vida de cada día y la donación al prójimo en el Tiempo Ordinario, etc.
Ciclos del Año Litúrgico
El
año Litúrgico se divide en tres ciclos: A, B y C. Estos ciclos permiten a quienes
asisten a la Misa
todos los domingos, tengan contacto con la mayor cantidad posible de las
lecturas de la Biblia. De
este modo, quien participe de la misa dominical, en tres años ha escuchado leer
casi todo el Nuevo Testamento y las partes más importantes del Antiguo.
Los días de la semana llevan
un ritmo propio y distinto: se divide en dos años, par e impar, para un mayor
uso de textos bíblicos.
Podemos
decir en verdad que cada día, cada semana, cada mes vienen santificados con las
celebraciones del Año Litúrgico. De esta manera los días y meses de un
cristiano no pueden ser tristes, monótonos, como si no pasara nada. Al
contrario, cada día pasa la corriente de agua viva que mana del costado abierto
del Salvador. Quien se acerca y bebe, recibe la salvación y la vida divina, y
la alegría y el júbilo de la verdadera liberación interior.
¿Cuáles son los tiempos litúrgicos?
1- Adviento (color morado) – Tiempo para prepararnos para la fiesta de Navidad.
2- Navidad
(color blanco) – Tiempo para celebrar el nacimiento de Jesús y prepararnos
para su segunda venida. Profundizamos su Nacimiento.
En la Octava de Navidad: prolongamos la Navidad por Ocho (8) días, el Nacimiento de Jesús. Allí podríamos preguntarnos: Cuál es el pesebre en donde Jesús quiere nacer?
3- Tiempo Ordinario (color verde) –
Tiempo para celebrar nuestra fe en la vida diaria en relación con Jesucristo.
4- Cuaresma (color morado) –
Tiempo para prepararnos para el Triduo Pascual y el tiempo de Pascua. Profundizamos su Pasión, Muerte y Resurrección, lo que nos ayuda a en nuestra Fe, lo que vivió Jesús.
- Triduo Pascual (colores rojo y blanco)
– Tiempo para meditar en la pasión de Jesús y en victoria sobre la muerte –
este tiempo está entre el 4 y 5; son los tres días con sus vísperas que
preceden e incluyen al domingo de Pascua.
5- Pascua (color blanco) – Tiempo para celebrar la gloriosa Resurrección de Jesús.
La propuesta es que el Año Litúrgico sea vivido en la presencia de Dios, en cada uno de los tiempos litúrgicos!!!!
¿Cuál es el significado de los colores litúrgicos?
Nuestra
Iglesia utiliza actualmente diferentes colores para cada uno de los tiempos y
celebraciones litúrgicas, pero no siempre ha sido así. El Papa Inocencio II (1130
– 1143), a principios del siglo XIII, fue el que le “añadió significado
simbólico” a esta práctica existente pero que en aquel entonces no tenía ningún
“sentido propio”. Finalmente, el Papa Pío V (1566 – 1572), le otorga “un
uso temporal específico”, formalizando el uso de los siguientes colores:
Blanco – “para el tiempo de Pascua y Navidad, para las fiestas del Señor, de María, de los ángeles y de los santos no mártires”, también para la impartición del sacramento del Bautismo, Comunión, Matrimonio y el Orden Sacerdotal. . Simboliza “luz, lo divino, gozo, pureza, gloria, gracia”.
Rojo –
“para el Domingo de Palmas, las fiestas del Espíritu Santo, de los apóstoles
(excepto la de San Juan el 27 de diciembre),… de los mártires y evangelistas”,
Viernes Santo, y la fiesta de la Santa Cruz. Simboliza “martirio, amor”.
Verde –
“para el tiempo ordinario o durante el año (períodos después de la Epifanía y
de Pentecostés)”. Simboliza “esperanza”.
Morado – “para la Cuaresma,
el Adviento, días penitenciales y día de los fieles difuntos”, exequias, para el sacramento
de la Penitencia y la Unción de los Enfermos. Simboliza “penitencia”.
Rosa – “para algunos
domingos (Gaudete – tercero del Adviento; Laetare – cuarto de
Cuaresma) y algunas fiestas especiales de la Virgen María.”
Otros
colores que se pueden llegar a utilizar son el dorado, “que sustituye a
los demás, [a] excepción del violeta”, aunque lo más común es que se utilice en
lugar del blanco; y el color azul “que se utilizó como color litúrgico
en la Epifanía de los siglos XII y XIII” y que en 1864, “la Santa Sede le
concedió a las iglesias de España el privilegio de usarlo en la Fiesta de la
Inmaculada Concepción”.
El uso
de estos colores es una ayuda visual magnífica que nos invita a entrar al
misterio que se está celebrando. Nosotros también podemos utilizar estos
colores en la casa para ayudar a nuestros hijos a “vivir” nuestra fe en
familia.