San
Juan de la Cruz
nace en 1542, en un pequeño pueblo de Ávila, de economía agrícola y ganadera,
con una pequeña industria de telares. La infancia y adolescencia de este santo
se desenvuelven en un ambiente de marcada pobreza. Recibe ayuda de
instituciones de caridad, y así asiste al Colegio de los Niños de la Doctrina , ayudando en el
convento, en Misa y a los Oficios, acompañando en los entierros y pidiendo
limosna. En este centro, entre reformatorio y escuela de enseñanza primaria,
recibe una preparación elemental, que le rescata del analfabetismo en que están
inmersos todos sus familiares, permitiéndole proseguir su formación.
A
los 21 años fue recibido como religioso en la comunidad de Padres Carmelitas, y
obtuvo el permiso de observar los reglamentos con toda la exactitud posible sin
buscar excepciones en nada. Al ser ordenado sacerdote en 1567, pidió a Dios
como especial regalo que lo conservara siempre en gracia y sin pecado y que
pudiera sufrir con todo valor y con mucha paciencia toda clase de dolores,
penas y enfermedades.
Santa
Teresa había fundado la comunidad de las Hermanas Carmelitas Descalzas y
deseaba fundar también una comunidad de Padres Carmelitas que se dedicaba a
observar los reglamentos con la mayor exactitud posible. Mientras tanto nuestro
santo le pedía a Dios que le iluminara un modo de vivir tan fervoroso que lo
llevara pronto a la santidad. Y he aquí que al encontrarse los dos santos,
descubrió Santa Teresa que este era el indicado para empezar su nueva comunidad
y con otros dos frailes fundó su nueva comunidad de Carmelitas descalzos. Los
envió a vivir a un convento muy pobre, llamado Duruelo.
Al
fundar su nuevo convento en Salamanca, fue nombrado como rector Fray Juan de la Cruz , dedicándose con todas
sus fuerzas al apostolado.
Dios
le había concedido una cualidad especial: la de saber enseñar el método para
llegar a la santidad. Y eso que enseñaba de palabra a personas que dirigía, lo
fue escribiendo y resultaron unos libros tan importantes que le han conseguido
que el Sumo Pontífice lo haya declarado Doctor de la Iglesia. Algunos
de sus libros más famosos son: "La subida del Monte Carmelo", y
"La noche oscura del alma".
Como
poeta ha sido admirado por siglos a causa de la musicalidad de sus poesías y de
la belleza de sus versos. Es muy popular su "Cántico Espiritual".
Después
de tres meses de sufrimientos muy agudos, el santo murió el 14 de diciembre del
año 1591. Apenas tenía 49 años.