sábado, 22 de diciembre de 2012

ADVIENTO: ¡VEN SEÑOR JESÚS!



El Adviento, que dura cuatro semanas, inicia el domingo posterior a la Fiesta de Cristo Rey y culmina el día 24 de Diciembre.

El Adviento, palabra latina que significa Venida, es un tiempo que nos prepara para la Venida de Jesús, que nació en un humilde pesebre, pero que hoy, nos pide nacer en el humilde pesebre de nuestro corazón. Es tiempo de preparación, esperanza y arrepentimiento de nuestros pecados para la llegada del Señor.

El color de los ornamentos es el morado, que simboliza austeridad y penitencia. No se reza el Gloria que lo rezaremos solemnemente el 24 de Diciembre en la Misa de Gallo.
Jesús nos llama a la conversión del corazón, a tener una mirada interior de reflexión y cambio, es preparar nuestra casa interior, es darle el lugar en el corazón al Dueño de Nuestra Vida.

El Señor, llama a nuestra puerta, pero la llave de entrada está en nuestras manos. Jamás entrará por la fuerza, jamás vendrá a habitar en nuestro interior utilizando la violencia. Cada uno de nosotros fue creado con libertad y en uso de esa libertad, el Señor nos pide vivir en la casa de nuestro corazón.

A medida que se acerca el día que celebramos la Navidad, generalmente nos preparamos adornando nuestras casas, comprado ropa y calzado para estrenar ese día, gastamos mucho dinero en regalos para agasajar a los familiares y amigos, pero, ¿Cómo preparamos el corazón para esperar a Jesús? ¿Cómo nos preparamos espiritualmente? ¿Cómo está nuestra casa interior, ese lugar donde quiere nacer y quedarse a vivir nuestro Señor?.



Una hermosa manera de iniciar esta preparación es acercarnos al Sacramento de la Reconciliación. Desnudar nuestro interior ante Jesús que nos espera con su Infinita Misericordia en el Confesionario. Presentarle al Señor nuestras miserias, toda la suciedad que hay en nuestra casa interior, todo el desorden, todas las heridas, para que El, en su Infinita Bondad, vaya sanando nuestro corazón herido y nos de su Paz.

El Señor nos llama en este tiempo a la Austeridad, a la Penitencia, a la Caridad.
Otra forma de prepararnos para recibir a Jesús, es comenzar a ser desprendido de lo material, es una época para hacer ayuno, y entregar ese sacrificio a los que más lo necesitan. Hay muchos Cristos que tienen hambre!. Con el dinero que nos privamos de comer o de comprarnos algo, lo podemos utilizar comprando alimentos no perecederos y donarlo a comedores, a cáritas de tu barrio, o bien, preparar una comida y llevarla a tantos hermanos que viven en la calle o en aquellos barrios más humildes.

Esto también contribuye a utilizar bien nuestro tiempo, porque el día en que nos encontremos cara a cara con Jesús, El nos preguntará también como utilizamos el tiempo que nos regaló.



Deseamos para todos que en este tiempo, podamos convertir, es decir transformar nuestro corazón y dejar que en esta Navidad, el Señor venga a nosotros y se quede a vivir para siempre.