domingo, 27 de octubre de 2013

CONOZCAMOS LA VIDA DE SAN MARTÍN DE PORRES EN EL CONVENTO JUNTO A SUS HERMANOS.





       Un día, Fray Martín fue a visitar al Padre Pedro Montes de Oca, que estaba en cama a causa de una enfermedad en una de sus piernas. Martín le hizo un comentario en forma de broma, lo cual le ganó el enojo del padre, que contestó llamándole “perro mulato” y otras cosas.  Martín se retiró de la sala riéndose y al día siguiente regresó con una ensalada de alcaparras… “Bueno padre, ¿sigue enojado? Pruebe esta ensalada de alcaparras que le traigo. El padre quedó asombrado, porque había deseado comer esa ensalada desde el día en que comenzó a estar enfermo, sufriendo hambre, y también la angustia de saber que le amputarían la pierna al día siguiente… Viendo esto como un acto de Dios, le pidió perdón a Fray Martín por su enojo y las palabras que le había dicho. Martín posó sus manos sobre la pierna, y el fraile fue curado y liberado de todo peligro.
         Martín y el enfermero principal del convento atendían a más de doscientos frailes  y cientos de pobres que llegaban al convento para ser curados. A veces, Martín se quedaba hasta altas horas de la noche, uno de los hermanos de su comunidad decía: “dormía donde la noche lo hallaba…a los pies de algún enfermo que estuviese en riesgo”.