Culminado el rezo del Santo Rosario,
le ofrecemos a nuestra Mamita, el tercer día de la Novena!
le ofrecemos a nuestra Mamita, el tercer día de la Novena!
Nos ponemos en presencia de Dios: en el nombre del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Oración
Inicial
Virgen
María, Madre de Dios y Madre nuestra.
Señora de Luján, Patrona de nuestra Patria; hoy alzamos nuestros ojos y
nuestros brazos hacia tí... Madre de la Esperanza, de los pobres y de los
peregrinos, escúchanos...
Hoy te pedimos
por Argentina, por nuestro Santo Padre, por nuestro pueblo. Ilumina nuestra
patria con el sol de justicia, con la luz de una mañana nueva, que es la luz de
Jesús. Enciende el fuego nuevo del amor entre hermanos.
Unidos estamos bajo la celeste y blanca de nuestra bandera, y
los colores de tu manto, para contarte que: hoy falta el pan material en
muchas, muchas casas, pero también falta el pan de la verdad y la justicia en
muchas mentes. Falta el pan del amor entre hermanos y falta el pan de Jesús en
los corazones.
*** Canto ***
TERCER DÍA
La Virgen de Luján nos invita a no dejar de
maravillarnos ante los signos que Dios realiza entre nosotros.
Para ir hacia al norte, desde Buenos
Aires, la carreta que llevaba las imágenes de la Virgen debía hacer varias
paradas. La segunda fue cerca del río Luján, en la estancia de Rosendo
(actualmente Villa Rosa, partido de Pilar). Fue en ese lugar donde ocurrió el
milagro: como la carreta no podía avanzar decidieron descargarla; y sucedió que
al bajar uno de los cajones avanzaba normalmente. Si se cargaba ese cajón,
volvía a detenerse. Al abrirlo, encontraron la imagen de la Limpia y Pura
Concepción. Conmovidos, el negro Manuel y otros testigos, entendieron que la
Virgen había elegido ese lugar y decidido quedarse allí.
Hoy también reconocemos en ese signo
el amor que Dios nos tuvo, y el modo admirable en el que quiso dejar a su Madre
entre nosotros, antes de que fuéramos nación.
Escuchamos con atención la Palabra de Dios
Del evangelio
de san Marcos:
“La gente quedó asombrada y glorificaba a Dios diciendo: ‘Nunca hemos visto nada igual’.” (2, 12)
Recemos con el Salmo 117
Respondemos: Alaben al
Señor, todos los pueblos!
¡Alaben al
Señor, todas las naciones,
glorifíquenlo,
todos los pueblos!
Alaben al
Señor, todos los pueblos!
Porque es
inquebrantable su amor por nosotros,
y su fidelidad
permanece para siempre. Aleluya, Aleluya.
Alaben al
Señor, todos los pueblos!
Gloria al
Padre, al Hijo y al Espíritu Santo...
- Breve silencio para reflexionar.
Oración Final
Te pedimos madre, que extingas el
odio, que ahogues las ambiciones desmedidas, que arranques el ansia febril solamente
de los bienes materiales y derrama sobre nuestro suelo, la semilla de la
humildad, de la comprensión. Ahoga la mala hierba de la soberbia, que ningún
Caín pueda plantar su tienda sobre nuestro suelo, pero tampoco que ningún Abel
inocente bañe con su sangre nuestras calles.
Haz madre que comprendamos que somos
hermanos, nacidos bajo un mismo cielo, y bajo una misma bandera. Que sufrimos
todos juntos las mismas penas y las mismas alegrías. Ilumina nuestra esperanza,
alivia nuestra pobreza material y espiritual y que tomados de tu mano digamos más
fuerte que nunca: ¡Argentina!... ¡Argentina, Canta y Camina!
Virgen de
Luján: Ruega por nosotros y por nuestra Patria!
Ave María
Purísima: Sin pecado concebida!
Ave María
Purísima: Sin pecado concebida!
Ave María
Purísima: Sin pecado concebida!
En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.