miércoles, 1 de mayo de 2013

Tercer Día de Novena a la Virgen de Luján: Patrona de Argentina y de Cáritas


 Meditamos el Rosario de la Caridad del Padre Gustavo Jamut


Culminado el rezo del Santo Rosario,
le ofrecemos a nuestra Mamita, el tercer día de la Novena!



Nos ponemos en presencia de Dios: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén


Oración Inicial


   Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra.  Señora de Luján, Patrona de nuestra Patria; hoy alzamos nuestros ojos y nuestros brazos hacia tí... Madre de la Esperanza, de los pobres y de los peregrinos, escúchanos...

       Hoy te pedimos por Argentina, por nuestro Santo Padre, por nuestro pueblo. Ilumina nuestra patria con el sol de justicia, con la luz de una mañana nueva, que es la luz de Jesús. Enciende el fuego nuevo del amor entre hermanos.

Unidos estamos bajo la celeste y blanca de nuestra bandera, y los colores de tu manto, para contarte que: hoy falta el pan material en muchas, muchas casas, pero también falta el pan de la verdad y la justicia en muchas mentes. Falta el pan del amor entre hermanos y falta el pan de Jesús en los corazones.



                                                  *** Canto ***


TERCER DÍA
 

La Virgen de Luján nos invita a no dejar de maravillarnos ante los signos que Dios realiza entre nosotros.


          Para ir hacia al norte, desde Buenos Aires, la carreta que llevaba las imágenes de la Virgen debía hacer varias paradas. La segunda fue cerca del río Luján, en la estancia de Rosendo (actualmente Villa Rosa, partido de Pilar). Fue en ese lugar donde ocurrió el milagro: como la carreta no podía avanzar decidieron descargarla; y sucedió que al bajar uno de los cajones avanzaba normalmente. Si se cargaba ese cajón, volvía a detenerse. Al abrirlo, encontraron la imagen de la Limpia y Pura Concepción. Conmovidos, el negro Manuel y otros testigos, entendieron que la Virgen había elegido ese lugar y decidido quedarse allí.

          Hoy también reconocemos en ese signo el amor que Dios nos tuvo, y el modo admirable en el que quiso dejar a su Madre entre nosotros, antes de que fuéramos nación.


Escuchamos con atención la Palabra de Dios


Del evangelio de san Marcos:


          “La gente quedó asombrada y glorificaba a Dios diciendo: ‘Nunca hemos visto nada igual’.” (2, 12)
 


Recemos con el Salmo 117

 

Respondemos: Alaben al Señor, todos los pueblos!


¡Alaben al Señor, todas las naciones,

glorifíquenlo, todos los pueblos!



Alaben al Señor, todos los pueblos!


Porque es inquebrantable su amor por nosotros,

y su fidelidad permanece para siempre. Aleluya, Aleluya.


Alaben al Señor, todos los pueblos!
 

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo...


- Breve silencio para reflexionar.



Oración Final


Te pedimos madre, que extingas el odio, que ahogues las ambiciones desmedidas, que arranques el ansia febril solamente de los bienes materiales y derrama sobre nuestro suelo, la semilla de la humildad, de la comprensión. Ahoga la mala hierba de la soberbia, que ningún Caín pueda plantar su tienda sobre nuestro suelo, pero tampoco que ningún Abel inocente bañe con su sangre nuestras calles.

Haz madre que comprendamos que somos hermanos, nacidos bajo un mismo cielo, y bajo una misma bandera. Que sufrimos todos juntos las mismas penas y las mismas alegrías. Ilumina nuestra esperanza, alivia nuestra pobreza material y espiritual y que tomados de tu mano digamos más fuerte que nunca: ¡Argentina!... ¡Argentina, Canta y Camina!



Virgen de Luján: Ruega por nosotros y por nuestra Patria!


Ave María Purísima: Sin pecado concebida!

Ave María Purísima: Sin pecado concebida!

Ave María Purísima: Sin pecado concebida!



En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.