lunes, 27 de mayo de 2013

“El hostigamiento al pueblo de Famatina es permanente” - Nota al padre Omar Quinteros realizada por el Diario la Voz del Interior




Omar Quinteros, cura de esa localidad riojana, denuncia serias amenazas del gobierno de Beder Herrera. El 11 de mayo pasado hubo una fuerte represión contra los que se oponen a la megaminería.
Desde ser supuesto autor intelectual de un botellazo de plástico a una diputada provincial hasta hacer apología del delito por tocar las campanas de la iglesia de Famatina para llamar al pueblo. “De eso me acusan, me han iniciado causas judiciales”, cuenta Omar Quinteros, párroco de esa localidad riojana. Además, denuncia que en octubre pasado, una camioneta intentó hacerlo chocar en un sinuoso camino de montaña y que, meses antes, en una manifestación, un hombre se acercó y le dijo: “El gobernador dice que se deje de joder de hablar contra la minería porque sino va a ser boleta’”.
Quinteros estuvo el jueves último en Córdoba y relató el hostigamiento que sufren él y quienes se oponen a la instalación de la mina a cielo abierto de la compañía Osisko Mining Group. El 11 de mayo pasado, la Policía de La Rioja reprimió con dureza una manifestación en Famatina en contra de la política minera del gobernador Luis Beder Herrera, con un saldo de 15 heridos y cinco detenidos, liberados después de una protesta frente a una comisaría.

–¿Cómo está ahora la situación en Famatina?

–Estamos viviendo una tensa calma, han quedado las secuelas del 11 de mayo. Con 30 años de democracia, hay ciertas conductas que creíamos superadas, como es militarizar y, en cierta forma, sitiar un pueblo.

–¿Esto es habitual o fue algo excepcional?

–Últimamente es constante. Es la segunda vez en un mes que se hace presente el gobierno para llevar dádivas. Y también lleva la policía antidisturbios y cierra las fronteras de ingreso al pueblo, nadie puede entrar ni salir para que puedan tener sus actos con sus adeptos sin que los perturben ni les hagan saber el descontento que hay en Famatina.

–¿Cómo reacciona la gente ante esta situación?

–Tratan de desgastarla, pero hasta ahora no han podido. El hostigamiento es permanente. Hasta hace un año y medio el tema era: entra o no entra la empresa minera. De un año y medio a esta parte se ha diversificado la presión; ahora es política y es económica para con el municipio local, al que le han restringido todos los fondos. Nos hostigan con denuncias hacia los pobladores, al intendente (Ismael Bordagaray) y a mí. En este momento, hay 75 personas judicializadas. Lo que se busca es crear hechos violentos para tener el marco legal que les permita intervenir el departamento.

–¿De qué lo acusan a usted?

–Una denuncia es por ser autor intelectual de una supuesta agresión a la diputada departamental Adriana Oliva (oficialista), a la que le cayó una botella de plástico con agua saborizada en la cabeza y por eso se hizo internar dos días. Yo no estaba en el lugar en ese momento, por eso la carátula es autor intelectual. Y la última fue durante la represión del 11 de mayo, por haber tocado las campanas de la iglesia, por apología del crimen.

–Además de las causas judiciales, ¿hay otro tipo de presiones?

–En mi caso, he sufrido amenazas. La primera fue en una manifestación frente a la Legislatura, en La Rioja. Se presentó un hombre pidiendo confesión y le dije: ‘Este no es el ámbito, aquí no te oigo’, y él me dijo: ‘Es muy breve lo que le tengo que decir, padre. El gobernador dice que se deje de joder de hablar contra la minería porque sino va a ser boleta’. Fue en mayo o junio del año pasado, en ese momento no le di el peso que tenía. Y la otra fue en octubre (de 2012); me persiguió en la ruta una camioneta, intentando en una zona sinuosa tirarme contra el cerro o que yo pase de largo en una curva, porque me tocaban de atrás y después del costado. A esa ruta la transito todo el año, de modo que conozco palmo a palmo cada curva y eso me valió para poder tomar distancia. Cuando salimos fuera de la zona de sinuosidad, de peligro, me abandonaron.

–¿En qué ruta fue?

–En la antigua ruta N° 40, en lo que se llama la Cuesta de la Aguadita, que une la localidad de Angulos con Famatina.

–¿Hizo alguna denuncia?

–No, sólo hablé con un abogado que me dijo que tendríamos que hacer una denuncia en organismos de derechos humanos, pero después no se concretó otro encuentro con él.

–¿Recibe apoyo de la Iglesia de La Rioja?

–Hemos tenido reuniones en donde se trata el tema Famatina y hay sacerdotes que manifiestan su adhesión con llamadas telefónicas. Incluso para Semana Santa el presbiterio riojano sacó un pronunciamiento en apoyo. Lo que no consigo es que se apersonen en el lugar y que compartan mi suerte. Porque esto no es una causa mía. Estoy corriendo esta suerte porque estoy en Famatina, podría ser otro sacerdote. Tampoco hemos conseguido un pronunciamiento contundente por parte del obispo.

–¿Qué es lo que usted quisiera?

–Es importante pedir al gobierno de la provincia y al Gobierno nacional que dejen vivir en paz al pueblo de Famatina. Que se respete la autodeterminación de los pueblos, el derecho a vivir como ellos quieren vivir, no como los de afuera quieren imponer que vivan, por más promesas de paraíso terrenal que hagan.

Proyecto suspendido por la Justicia

Convenio. En agosto de 2011, el gobierno de La Rioja firmó un acuerdo con la canadiense Osisko Mining Corporation para la exploración de oro y otros ­minerales en el cordón de Famatina. El inicio de las tareas estaba previsto para enero de 2012, pero no se concretó porque pobladores de Famatina cortaron el camino que lleva al cerro, en Alto Carrizal.
Orden. En julio de 2012, la Justicia de Chilecito ordenó suspender el convenio hasta que se lleve a cabo un relevamiento de glaciares en la zona.


El texto original de este artículo fue publicado el lunes 27 de mayo de 2013 en nuestra edición impresa. Ingrese a la edición digital para leerlo igual que en el papel.