Omar Quinteros, cura de esa localidad riojana, denuncia serias amenazas
del gobierno de Beder Herrera. El 11 de mayo pasado hubo una fuerte represión
contra los que se oponen a la megaminería.
Desde ser
supuesto autor intelectual de un botellazo de plástico a una diputada
provincial hasta hacer apología del delito por tocar las campanas de la iglesia
de Famatina para llamar al pueblo. “De eso me acusan, me han iniciado causas
judiciales”, cuenta Omar Quinteros, párroco de esa localidad riojana. Además,
denuncia que en octubre pasado, una camioneta intentó hacerlo chocar en un
sinuoso camino de montaña y que, meses antes, en una manifestación, un hombre
se acercó y le dijo: “El gobernador dice que se deje de joder de hablar contra
la minería porque sino va a ser boleta’”.
Quinteros
estuvo el jueves último en Córdoba y relató el hostigamiento que sufren él y
quienes se oponen a la instalación de la mina a cielo abierto de la compañía
Osisko Mining Group. El 11 de mayo pasado, la Policía de La Rioja reprimió con
dureza una manifestación en Famatina en contra de la política minera del
gobernador Luis Beder Herrera, con un saldo de 15 heridos y cinco detenidos,
liberados después de una protesta frente a una comisaría.
–¿Cómo está
ahora la situación en Famatina?
–Estamos
viviendo una tensa calma, han quedado las secuelas del 11 de mayo. Con 30 años
de democracia, hay ciertas conductas que creíamos superadas, como es
militarizar y, en cierta forma, sitiar un pueblo.
–¿Esto es
habitual o fue algo excepcional?
–Últimamente es
constante. Es la segunda vez en un mes que se hace presente el gobierno para
llevar dádivas. Y también lleva la policía antidisturbios y cierra las
fronteras de ingreso al pueblo, nadie puede entrar ni salir para que puedan
tener sus actos con sus adeptos sin que los perturben ni les hagan saber el
descontento que hay en Famatina.
–¿Cómo
reacciona la gente ante esta situación?
–Tratan de
desgastarla, pero hasta ahora no han podido. El hostigamiento es permanente.
Hasta hace un año y medio el tema era: entra o no entra la empresa minera. De
un año y medio a esta parte se ha diversificado la presión; ahora es política y
es económica para con el municipio local, al que le han restringido todos los
fondos. Nos hostigan con denuncias hacia los pobladores, al intendente (Ismael
Bordagaray) y a mí. En este momento, hay 75 personas judicializadas. Lo que se
busca es crear hechos violentos para tener el marco legal que les permita
intervenir el departamento.
–¿De qué lo
acusan a usted?
–Una denuncia
es por ser autor intelectual de una supuesta agresión a la diputada
departamental Adriana Oliva (oficialista), a la que le cayó una botella de
plástico con agua saborizada en la cabeza y por eso se hizo internar dos días.
Yo no estaba en el lugar en ese momento, por eso la carátula es autor
intelectual. Y la última fue durante la represión del 11 de mayo, por haber
tocado las campanas de la iglesia, por apología del crimen.
–Además de las
causas judiciales, ¿hay otro tipo de presiones?
–En mi caso, he
sufrido amenazas. La primera fue en una manifestación frente a la Legislatura,
en La Rioja. Se presentó un hombre pidiendo confesión y le dije: ‘Este no es el
ámbito, aquí no te oigo’, y él me dijo: ‘Es muy breve lo que le tengo que
decir, padre. El gobernador dice que se deje de joder de hablar contra la
minería porque sino va a ser boleta’. Fue en mayo o junio del año pasado, en
ese momento no le di el peso que tenía. Y la otra fue en octubre (de 2012); me
persiguió en la ruta una camioneta, intentando en una zona sinuosa tirarme
contra el cerro o que yo pase de largo en una curva, porque me tocaban de atrás
y después del costado. A esa ruta la transito todo el año, de modo que conozco
palmo a palmo cada curva y eso me valió para poder tomar distancia. Cuando
salimos fuera de la zona de sinuosidad, de peligro, me abandonaron.
–¿En qué ruta
fue?
–En la antigua
ruta N° 40, en lo que se llama la Cuesta de la Aguadita, que une la localidad
de Angulos con Famatina.
–¿Hizo alguna
denuncia?
–No, sólo hablé
con un abogado que me dijo que tendríamos que hacer una denuncia en organismos
de derechos humanos, pero después no se concretó otro encuentro con él.
–¿Recibe apoyo
de la Iglesia de La Rioja?
–Hemos tenido
reuniones en donde se trata el tema Famatina y hay sacerdotes que manifiestan
su adhesión con llamadas telefónicas. Incluso para Semana Santa el presbiterio
riojano sacó un pronunciamiento en apoyo. Lo que no consigo es que se apersonen
en el lugar y que compartan mi suerte. Porque esto no es una causa mía. Estoy
corriendo esta suerte porque estoy en Famatina, podría ser otro sacerdote.
Tampoco hemos conseguido un pronunciamiento contundente por parte del obispo.
–¿Qué es lo que
usted quisiera?
–Es importante
pedir al gobierno de la provincia y al Gobierno nacional que dejen vivir en paz
al pueblo de Famatina. Que se respete la autodeterminación de los pueblos, el
derecho a vivir como ellos quieren vivir, no como los de afuera quieren imponer
que vivan, por más promesas de paraíso terrenal que hagan.
Proyecto
suspendido por la Justicia
Convenio. En agosto de 2011, el gobierno de La Rioja firmó un acuerdo con la
canadiense Osisko Mining Corporation para la exploración de oro y otros minerales
en el cordón de Famatina. El inicio de las tareas estaba previsto para enero de
2012, pero no se concretó porque pobladores de Famatina cortaron el camino que
lleva al cerro, en Alto Carrizal.
Orden. En julio de 2012, la Justicia de Chilecito ordenó suspender el
convenio hasta que se lleve a cabo un relevamiento de glaciares en la zona.
El texto
original de este artículo fue publicado el lunes 27 de mayo de 2013 en nuestra
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