domingo, 5 de mayo de 2013

Séptimo Día de Novena a la Virgen de Luján: Patrona de Argentina y de Cáritas!


 
Meditamos el Rosario de la Caridad del Padre Gustavo Jamut


Culminado el rezo del Santo Rosario,
 
le ofrecemos a nuestra Mamita, el séptimo día de la Novena!
 

Nos ponemos en presencia de Dios: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Oración Inicial

    Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra.  Señora de Luján, Patrona de nuestra Patria; hoy alzamos nuestros ojos y nuestros brazos hacia tí... Madre de la Esperanza, de los pobres y de los peregrinos, escúchanos...

       Hoy te pedimos por Argentina, por nuestro Santo Padre, por nuestro pueblo. Ilumina nuestra patria con el sol de justicia, con la luz de una mañana nueva, que es la luz de Jesús. Enciende el fuego nuevo del amor entre hermanos.

Unidos estamos bajo la celeste y blanca de nuestra bandera, y los colores de tu manto, para contarte que: hoy falta el pan material en muchas, muchas casas, pero también falta el pan de la verdad y la justicia en muchas mentes. Falta el pan del amor entre hermanos y falta el pan de Jesús en los corazones.


                                          *** Canto ***

SÉPTIMO DÍA

 
A través de la Virgen, Dios nos da alivio y consuelo para nuestros dolores.

 
En 1684, el padre Pedro Montalbo viajó desde Buenos Aires afectado por ahogos asmáticos. Quería vivir o morir cerca la Virgen. Fue recibido por el negro Manuel, que como a otros enfermos, lo ungió con el aceite de la lámpara que ardía en honor de la Virgen; y le expresó que si se curaba, sería el primer capellán de la Virgen de Luján. Y efectivamente, luego de sanarse, el padre Pedro la sirvió durante 16 años, hasta su muerte.


Escuchamos con atención la Palabra de Dios


De la segunda carta a los Corintios:

          “Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de las misericordias y Dios de todo consuelo, que nos reconforta en todas nuestras tribulaciones, para que nosotros podamos dar a los que sufren el mismo consuelo que recibimos de Dios. ” (1, 3-4)


Recemos con el Profeta Isaías (Cap. 38)


Respondemos: Protégenos, Señor, todos los días de nuestra vida.

 
Yo decía: En lo mejor de mis días me tengo que ir:

he sido destinado a las puertas del abismo

por el resto de mis años.

Yo decía: Ya no contemplaré al Señor

en la tierra de los vivientes;

no veré más a los hombres

entre los habitantes del mundo.


Protégenos, Señor, todos los días de nuestra vida.


Estoy piando como una golondrina,

gimo como una paloma.

Mis ojos se consumen de mirar a lo alto:

¡me oprimen, Señor, sé tú mi Salvador!


Protégenos, Señor, todos los días de nuestra vida.


Mi amargura se cambió en bienestar:

tú has preservado mi vida

de la fosa del aniquilamiento,

porque has arrojado detrás de tus espaldas                

todos mis pecados.
 Protégenos, Señor, todos los días de nuestra vida.

Porque tú me salvaste, Señor,

haremos resonar nuestras liras

todos los días de nuestra vida

junto a la Casa del Señor.


Protégenos, Señor, todos los días de nuestra vida.


Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo...


- Breve silencio para reflexionar.


Oración Final

Te pedimos madre, que extingas el odio, que ahogues las ambiciones desmedidas, que arranques el ansia febril de solamente los bienes materiales y derrama sobre nuestro suelo, la semilla de la humildad, de la comprensión. Ahoga la mala hierba de la soberbia, que ningún Caín pueda plantar su tienda sobre nuestro suelo, pero tampoco que ningún Abel inocente bañe con su sangre nuestras calles.

Haz madre que comprendamos que somos hermanos, nacidos bajo un mismo cielo, y bajo una misma bandera. Que sufrimos todos juntos las mismas penas y las mismas alegrías. Ilumina nuestra esperanza, alivia nuestra pobreza material y espiritual y que tomados de tu mano digamos más fuerte que nunca: ¡Argentina, canta y camina! 
 

Virgen de Luján: Ruega por nosotros y por nuestra Patria!

Ave María Purísima: Sin pecado concebida!