Meditamos el Rosario de la Caridad del Padre Gustavo Jamut
Culminado el rezo del Santo Rosario,
le ofrecemos a nuestra Mamita, el séptimo día de la Novena!
Nos ponemos en presencia de Dios: en el nombre del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Oración
Inicial
Hoy te pedimos
por Argentina, por nuestro Santo Padre, por nuestro pueblo. Ilumina nuestra
patria con el sol de justicia, con la luz de una mañana nueva, que es la luz de
Jesús. Enciende el fuego nuevo del amor entre hermanos.
Unidos estamos bajo la celeste y blanca de nuestra bandera, y
los colores de tu manto, para contarte que: hoy falta el pan material en
muchas, muchas casas, pero también falta el pan de la verdad y la justicia en
muchas mentes. Falta el pan del amor entre hermanos y falta el pan de Jesús en
los corazones.
*** Canto ***
SÉPTIMO DÍA
A través de la
Virgen, Dios nos da alivio y consuelo para nuestros dolores.
Escuchamos con atención la Palabra de Dios
De la segunda
carta a los Corintios:
“Bendito sea Dios, el Padre de
nuestro Señor Jesucristo, Padre de las misericordias y Dios de todo consuelo,
que nos reconforta en todas nuestras tribulaciones, para que nosotros podamos
dar a los que sufren el mismo consuelo que recibimos de Dios. ” (1, 3-4)
Recemos con el Profeta Isaías (Cap. 38)
Respondemos: Protégenos,
Señor, todos los días de nuestra vida.
he sido
destinado a las puertas del abismo
por el resto
de mis años.
Yo decía: Ya
no contemplaré al Señor
en la tierra
de los vivientes;
no veré más a
los hombres
entre los
habitantes del mundo.
Protégenos,
Señor, todos los días de nuestra vida.
Estoy piando
como una golondrina,
gimo como una
paloma.
Mis ojos se
consumen de mirar a lo alto:
¡me oprimen,
Señor, sé tú mi Salvador!
Protégenos,
Señor, todos los días de nuestra vida.
Mi amargura se
cambió en bienestar:
tú has
preservado mi vida
de la fosa del
aniquilamiento,
porque has
arrojado detrás de tus espaldas
todos mis
pecados.
Porque tú me salvaste, Señor,
haremos
resonar nuestras liras
todos los días
de nuestra vida
junto a la
Casa del Señor.
Protégenos,
Señor, todos los días de nuestra vida.
Gloria al
Padre, al Hijo y al Espíritu Santo...
- Breve silencio para reflexionar.
Oración Final
Te pedimos madre, que extingas el
odio, que ahogues las ambiciones desmedidas, que arranques el ansia febril de
solamente los bienes materiales y derrama sobre nuestro suelo, la semilla de la
humildad, de la comprensión. Ahoga la mala hierba de la soberbia, que ningún
Caín pueda plantar su tienda sobre nuestro suelo, pero tampoco que ningún Abel
inocente bañe con su sangre nuestras calles.
Haz madre que comprendamos que somos
hermanos, nacidos bajo un mismo cielo, y bajo una misma bandera. Que sufrimos
todos juntos las mismas penas y las mismas alegrías. Ilumina nuestra esperanza,
alivia nuestra pobreza material y espiritual y que tomados de tu mano digamos
más fuerte que nunca: ¡Argentina, canta y camina!
Virgen
de Luján: Ruega por nosotros y por nuestra Patria!
Ave
María Purísima: Sin pecado concebida!