Meditamos el Rosario de la Caridad del Padre Gustavo Jamut
Culminado el rezo del Santo Rosario, le ofrecemos a nuestra Madre de Luján, el último día de Novena!
Nos ponemos en presencia de Dios: en el nombre del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Virgen
María, Madre de Dios y Madre nuestra.
Señora de Luján, Patrona de nuestra Patria; hoy alzamos nuestros ojos y
nuestros brazos hacia tí... Madre de la Esperanza, de los pobres y de los
peregrinos, escúchanos...
Hoy te pedimos por Argentina, por nuestro
Santo Padre, por nuestro pueblo. Ilumina nuestra patria con el sol de justicia,
con la luz de una mañana nueva, que es la luz de Jesús. Enciende el fuego nuevo
del amor entre hermanos.
Unidos estamos bajo la celeste y blanca de nuestra bandera, y
los colores de tu manto, para contarte que: hoy falta el pan material en
muchas, muchas casas, pero también falta el pan de la verdad y la justicia en
muchas mentes. Falta el pan del amor entre hermanos y falta el pan de Jesús en
los corazones.
*** Canto ***
Los argentinos sabemos que en Luján tenemos a nuestra Madre.
Es como si Jesús nos hubiera dicho a nosotros lo mismo que le dijo al discípulo
estando en la cruz: “Ahí tienes a tu madre”. Su casa es meta de muchos caminos.
Sus manitos juntas reciben nuestras oraciones y se las acercan a Dios. Sus ojos
buenos atraen nuestras miradas y su manto nos cubre. Su bendición nos reanima y
renueva. Es nuestra, pero es de todos: su corazón es tan ancho como el mundo y
ninguno de los que la invoca con fe queda sin su cuidado, sea argentino o no.
Escuchamos con atención la Palabra de Dios
Del evangelio de san Juan:
“Junto a la cruz de Jesús, estaba su
madre, con su hermana María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a su
madre y cerca de ella al discípulo a quien él amaba, Jesús le dijo: “Mujer,
aquí tienes a tu hijo”.
Luego dijo al discípulo: “Aquí tienes
a tu madre”.
Y desde aquel momento, el discípulo
la recibió en su casa.” (19, 25-27)
Respondemos: Nuestra ayuda viene del Señor.
Levanto mis
ojos a las montañas:
¿de dónde me
vendrá la ayuda?
La ayuda me
viene del Señor,
que hizo el
cielo y la tierra.
El Señor es tu
guardián,
es la sombra
protectora a tu derecha:
de día no te
dañará el sol,
ni la luna de
noche.
El Señor te protegerá
de todo mal
y cuidará tu
vida.
El te
protegerá en la partida y el regreso,
ahora y para
siempre.
Gloria al
Padre, al Hijo y al Espíritu Santo...
- Breve silencio para reflexionar.
Te pedimos madre, que extingas el
odio, que ahogues las ambiciones desmedidas, que arranques el ansia febril de
solamente los bienes materiales y derrama sobre nuestro suelo, la semilla de la
humildad, de la comprensión. Ahoga la mala hierba de la soberbia, que ningún
Caín pueda plantar su tienda sobre nuestro suelo, pero tampoco que ningún Abel
inocente bañe con su sangre nuestras calles.
Haz madre que comprendamos que somos
hermanos, nacidos bajo un mismo cielo, y bajo una misma bandera. Que sufrimos
todos juntos las mismas penas y las mismas alegrías. Ilumina nuestra esperanza,
alivia nuestra pobreza material y espiritual y que tomados de tu mano digamos más
fuerte que nunca: ¡Argentina, canta y camina!
Virgen de Luján: Ruega por nosotros y
por nuestra Patria!
Ave María Purísima: Sin pecado
concebida!
En el nombre del Padre
del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.