martes, 22 de marzo de 2016

¿QUÉ ES LA MISA CRISMAL?





La Misa crismal, que el obispo celebra con su presbiterio (con los sacerdotes de su diócesis), y dentro de la cual consagra el Santo Crisma y bendice los demás óleos, es una manifestación de comunión de los presbíteros (sacerdotes) con el propio obispo.

Todos los sacerdotes de nuestra diócesis, acompañados de los diáconos y los seminaristas se congregarán en la Concatedral  San Nicolás para renovar sus promesas sacerdotales en la Misa Crismal.

La gran cantidad de laicos de toda la diocesis que en este dia se cogregan en la Concatedral de San Nicolás, que en los últimos años ha mostrado un considerable aumento, han hecho de la Misa Crismal uno de las celebraciones religiosas de mayor tradicón y participación de todo el año.

LOS SANTOS OLEOS Y EL CRISMA



Los santos oleos, que se bendicen o consagran en la Misa crismal  por el obispo, son de tres clases: el crisma, el óleo de los catecúmenos y el óleo de los enfermos. Esa misa crismal debe ser concelebrada. La sustancia de los óleos debe ser de aceite de oliva o de otros aceites vegetales si es difícil conseguir el de oliva. Al crisma se le añada algún bálsamo o aroma para obtener una fragancia simbólica y también por motivos prácticos: para distinguirlos de los otros óleos.

La preparación del crisma se puede hacer privadamen­te antes de su consagración, o bien hacerla el obispo en la misma acción litúrgica. La consagración del crisma es de competencia exclu­siva del obispo, sólo en caso de necesidad podría hacerlo un presbítero pero siempre dentro de la celebración del sacramento. Los párrocos tienen la obligación de recoger y custodiar dignamente los santos óleos para su uso en los sacramentos en los que se precisan.
Con el Santo Crisma consagrado por el obispo se ungen los recién bautizados, los confirmados son sellados, y se ungen las manos de los presbíteros, la cabeza de los obispos y la iglesia y los altares en su dedicación. Con el óleo de los catecúmenos, estos se preparan y disponen al Bautismo. Con el óleo de los enfermos, éstos reciben el alivio en su debilidad.
La liturgia cristiana ha aceptado el uso del Antiguo Tes­tamento, cuando eran ungidos con el óleo de la consagra­ción los reyes, sacerdotes y profetas, ya que ellos prefigu­raban a Cristo, cuyo nombre significa «el Ungido del Se­ñor». Del mismo modo se significa con el santo crisma que los cristianos, injertados por el bautismo en el misterio pas­cual de Cristo, han muerto, han sido sepultados y resuci­tados con él, participando de su sacerdocio real y proféti­co, y recibiendo por la confirmación la unción espiritual del Espíritu Santo, que se les da.

El crisma se consagra, los otros óleos solamente se bendicen. No es lo mismo bendecir (bene-dicere, o sea desear algo bueno) que consagrar (hacer sagrada una cosa).
La palabra “crisma” es griega y denomina un ungüento aromático mezcla de aceite y bálsamo oloroso. Su etimología proviene de “chrio”, ungir, que ha dado origen al término “Cristos” que significa ”El Ungido”. De ahí deriva la palabra Cristo, con la que designamos al Salvador.

El sacerdote encargado de su custodia debe velar para que se renueve cada año. Los óleos del año anterior deben quemarse o si sobran en gran cantidad pueden consumirse en alguna lámpara. No obstante, si no hubiese disponible el del año, el sacramento impartido con él sería válido.

¿Cuándo se usa el santo crisma?

- En el Bautismo, después del baño en agua, se realiza la unción postbautismal con el crisma en la coronilla del bautizado, significando su incorporación al sacerdocio de Cristo (mientras que la unción prebautismal se hace con óleo de catecúmenos).

- En la Confirmación la crismación en la frente es el gesto sacramental central, para significar la donación del Espíritu como fuerza para dar testimonio de Cristo en la vida; en Oriente este sacramento se llama “Crismación”, por la unción central hecha  con el crisma o “myron”.

- En la ordenación de presbíteros y de Obispos se utiliza el crisma, en las palmas de las manos para los primeros, y sobre la cabeza para los segundos.

- Y finalmente se realizan con el crisma las varias unciones de las paredes y los altares en el Ritual de la dedicación de Iglesias.

Con el óleo de los catecúmenos son ungidos los hermanos que reciben el bautismo (unción pre-bautismal).  Este óleo extiende el efecto de los exorcismos, para que los bautizandos reciban la fuerza pa­ra renunciar al diablo y al pecado, antes de que se acerquen y renazcan de la fuente de la vida.
Con el óleo de los enfermos, en el rito hoy llamado de Unción de enfermos y antes extremaunción, éstos son aliviados en sus enfermedades. 
El óleo de los enfermos remedia las dolencias de alma y cuerpo de los enfermos, pa­ra que puedan soportar y vencer con fortaleza el mal, y conseguir el perdón de los pecados. No sólo está indicado para los moribundos: también es aconsejable ungir a los enfermos graves o ancianos ya muy deteriorados en su salud. Lo anterior implica que puede recibirse más de un vez, si hay mejoría y posterior agravamiento.
Según la costumbre tradicional de la liturgia latina la bendición del óleo de los enfermos se hace antes de finalizar la Plegaria eucarística; la bendición del óleo de los catecúmenos y la consagración del crisma tiene lugar después de la comunión. Por razones pastorales, se puede hacer todo el rito de la bendición después de la liturgia de la Palabra.

¿Cuándo se celebra la Misa Crismal?

Normalmente la Misa crismal se celebra el Jueves Santo siempre antes del Triduo Pascual. El Jueves Santo sólo se permiten celebrar la Misa crismal y la Misa verpertina de la Cena del Señor. Por razones pastorales de peso la celebración de la Misa crismal se puede adelantar a otro día de la propia Semana Santa. En La Rioja, se celebra el Miércoles Santo a las 20:00 hs, en la Iglesia Catedral Basílica de San Nicolás de Bari.
Este Año de la Misericordia, Monseñor Marcelo Colombo pasará por la puerta de la Misericordia. Estamos todos invitados a participar de la Misa Crismal, acompañando a todos los sacerdotes que el Señor nos ha regalado para guiarnos. Oremos por los sacerdote y pidamos a Jesús, Sumo Sacerdote que nos envíe muchos y santos sacerdotes.