Buenos Aires (AICA) La Conferencia Episcopal Argentina (CEA) expresa hoy su alegría por “el doble don del Espíritu Santo que se manifiesta este año de modo particular cuando la Iglesia nos confirma la beatificación de la venerable María Antonia de San José (Mama Antula) y la canonización del beato José Gabriel del Rosario Brochero (Cura Brochero)”.
En un comunicado dado a conocer en el marco de la 173ª reunión de la Comisión Permanente de la CEA, recordó que la ceremonia de beatificación de Mama Antula será el 27 de agosto en Santiago del Estero y la del Cura Brochero el 16 de octubre en la Plaza San Pedro en Roma.
“Mama Antula consagró sus días a divulgar los ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola. Fiel discípula de los padres jesuitas expulsados de nuestro país en 1767, asumió la vocación de peregrinar por nuestra tierra organizando los grupos de ejercitantes hasta llegar a Buenos Aires, donde, después de padecer adversidad e incomprensión, gracias a su fortaleza de espíritu, levantó la Santa Casa de Ejercicios que hasta el día de hoy en forma ininterrumpida presta un servicio evangelizador a miles de bautizados, facilitando el encuentro con Jesús en la oración y el silencio”, precisaron los obispos.
“El Cura Brochero, esclarecido por su celo misionero, su predicación evangélica y su vida pobre y entregada, es modelo para todos. Preocupado por el bien común y el bienestar de su pueblo acometió con innumerables obras materiales trabajando codo a codo con sus paisanos. Durante más de una década organizó contingentes de ejercitantes –varones y mujeres- emprendiendo el largo camino de las Altas Cumbres para llevarlos a la Casa de Ejercicios de Córdoba. Para él evangelización y promoción humana eran caras de una misma realidad. También hoy en Villa Cura Brochero el monumento pastoral a su obra es la Casa de Ejercicios Espirituales, que construyó con ingente esfuerzo y la colaboración de todos”, subrayaron.
Por último, el Episcopado destacó que “ambos, con un solícito amor a los pobres y un incansable entusiasmo por instruir a niños y niñas en la catequesis, con austeridad de medios y de vida, y como audaces peregrinos de los caminos del Evangelio, son una imagen viva de lo que hoy el papa Francisco nos invita como Iglesia en salida”.+