Jóvenes y adultos de la vicaría y de la zona sur de nuestra capital, confirmaron la fe de sus padres y padrinos. Recibieron el Espíritu Santo de Dios, al igual que en el bautismo, y renovaron sus promesas bautismales.
La luz que recibieron de sus padrinos en el bautismo, fue encendida -de la Corona de Adviento-, por los confirmados, comprometiéndose a ser Luz, para todos los hermanos, reflejando a Jesús en cada una de sus obras, palabras, sentimientos y pensamientos.
Yo soy la Luz, del Mundo...
Vayan por el mundo y sean Luz, en medio de las tinieblas!!!!
Monseñor Roberto Rodriguez -nuestro Obispo-, impuso las manos a los confirmados, repitiendo el gesto con que los apóstoles transmitían al Espíritu Santo.
Los confirmados fueron ungidos con el Santo Crisma -igual que en el Bautismo-, que contiene aceite con bálsamo o perfume, simbolizando la unción interior del Espíritu Santo, que invade a los confirmado para que sean testigos de Jesús con sus vidas en el mundo.
Envía Señor Tu Espíritu y renueva la faz de la tierra!
Ven, Espírtu Santo de Dios!!!!
Fuego Santo, Ven!!! Luz Divina, Ven!!!
Junto al pan y al vino, te ofrecemos Señor, nuestro corazón y el de todos los hermanos por quienes intercedemos, para que el Espíritu Santo, los moldee como al barro y los transforme, en Vasos Nuevos.
Este es Mi Cuerpo, Vengan a Comer!!!
Esta es mi Sangre, Vengan a Beber!!!!
Porque Yo, soy la Vida, Yo soy el Amor!!!!
Gracias, Señor, por esta Confirmación!!!!
