domingo, 31 de marzo de 2013

Tercer Día de novena a Jesús de la Divina Misericordia



Queridos hermanos, en este tercer día, antes de comenzar el rezo de la novena a la Divina Misericordia, escuchamos las palabras que Jesús dijo a santa Faustina: “A las almas que propaguen la devoción a mi Misericordia, la protejo durante toda su vida como una madre cariñosa protege a su niño recién nacido y a la hora de la muerte no seré para ellas juez  sino salvador  Misericordioso”. “Las almas que adoren mi Misericordia y propaguen la devoción a ella invitando a otras almas a confiar en mi Misericordia, no experimentaran terror en la hora de la muerte. Mi Misericordia les dará amparo en este ultimo combate”.

Nos ponemos de pie para dar inicio al rezo de la novena.

* Por la señal de la Santa Cruz.
* Rezamos el Pésame.

GUIA 2

Oración:
               Señor Jesús, en la Cruz manifestaste tu obediencia al padre y tu voluntad de salvación universal: venimos a implorarte perdón y a darte gracias por tu amor.
               Queremos hacer conocer tu Evangelio mediante las obras de Misericordia por la conversión de los pecadores, el consuelo de los afligidos y la asistencia a los pobres y enfermos.
                 Envíanos tu Espíritu Santo, pues necesitamos sanar nuestra libertad humana para construir un mundo donde Reine la Misericordia y se anticipe al banquete definitivo.
              Ayúdanos a dar testimonio de fe y esperanza delante de nuestros hermanos, varones y mujeres, para que comprendamos todos que la Felicidad perfecta se encuentra en ti.
               Indícanos el camino hacia al padre para llegar a adorar el misterio de la trinidad junto a María y los Santos, Amén.

GUIA 1

DIA TERCERO: Por todas las almas devotas y fieles.

Misericordiosisimo Jesús, del tesoro de tu Misericordia distribuye Tus gracias a raudales entre todos y cada uno de nosotros.  Acógenos en el seno de tu compasivísimo corazón y no permitas que salgamos nunca. Te imploramos esta gracia en virtud del mas excelso de los amores; aquel con el que tu corazón arde tan fervorosamente por el padre celestial.
Padre Eterno, vuelve tu piadosa mirada hacia las almas fieles, que guardan el legado de tu hijo. Por los meritos y dolores de Su pasión, concédeles Tu bendición y tenlos siempre bajo tu tutela. Que nunca claudiquen su amor o pierdan el tesoro de nuestra Santa Fe, sino que, con todos los Ángeles y Santos, glorifiquen tu Misericordia por los siglos de los siglos. Amén. 

Canto…

GUIA 2

Escuchamos la lectura de la carta a los hebreos (cap. 10 vers.: 10 al 25)
“Y en virtud de esta voluntad quedamos santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha de una vez para siempre. Cada sacerdote se presenta diariamente para cumplir su ministerio y ofrecer muchas veces los mismos sacrificios, que son totalmente ineficaces para quitar el pecado. Cristo, en cambio, después de haber ofrecido por los pecados un único Sacrificio, se sentó para siempre a la derecha de Dios, donde espera que sus enemigos sean puestos debajo de sus pies. Y así, mediante una sola oblación el ha perfeccionado para siempre a los que santifican. El Espíritu Santo atestigua todo esto, porque después de haber anunciado: “esta es la alianza que haré con ellos después de aquellos días, dice el señor: yo pondré mis leyes en mi corazón y las grabare en su conciencia, y no me acordare mas de sus pecados ni de sus iniquidades. Y si los pecados están perdonados, ya no hay necesidad de ofrecer por ellos ninguna oblación.
Por lo tanto hermanos, tenemos plena seguridad de que podemos entrar en el Santuario por la Sangre de Jesús, siguiendo el camino nuevo y viviente que el nos abrió a través del velo del Templo que es su Carne. También tenemos un Sumo Sacerdote insigne al frente de la casa de Dios. Acerquémonos entonces, con un corazón sincero y llenos de fe, purificados interiormente de toda mala conciencia y con el cuerpo lavado con el agua pura. Mantengámonos firmemente la confesión de nuestra esperanza, porque aquel que ha hecho la promesa es fiel. Velemos los unos por los otros, para estimularnos en el amor y en las buenas obras. No desertemos de nuestras asambleas, como suelen hacerlo algunos; al contrario, animemos mutuamente, tanto más cuanto que vemos acercarse el Día.
                                       Palabra de Dios.


GUIA 1

Rezar: ¡Ven , oh Señor, danos tu paz. Tu pueblo ansioso clama a ti: socórrenos, no tardes mas!

Dice Jesús: “Cuanto mas confía el alma, tanto mas alcanzo”. “Si tu confianza es grande, mi generosidad no tendrá limites. Lo que mas hiere a mi corazón es el pecado de la desconfianza. Deseo conceder Gracias inimaginables a las almas que confían en mi Misericordia”

-        Pedimos la gracia que queremos alcanzar con el rezo de esta Novena….

Jaculatoria:

Oh, sangre y agua que brotaste del Sagrado Corazón de Jesús como una fuente de misericordia para nosotros, yo confió en Vos.


A cada suplica, respondemos: ¡Jesús en Vos Confió!

* Jesús de la Divina Misericordia, te pedimos acrecientes nuestra fe y confianza para serte siempre fiel. Oremos…

* Jesús de la Divina Misericordia, danos fortaleza para estimularnos unos a otros y ayudar a nuestros hermanos alejado de la fe. Oremos...

GUIA 2

Los que puedan hacerlo se ponen de rodillas para iniciar el rezo de la coronilla.


Rezo de la coronilla

Invocamos al Espíritu Santo: “ven Espíritu Santo, ven por medio de la poderosa intercesión del inmaculado corazón de María, tu amadísima esposa”.

Padrenuestro. Ave María. Credo.

Al comienzo de cada decena:

Eterno Padre, te ofrezco el cuerpo y la sangre, el alma y la divinidad de tu amadísimo hijo, nuestro señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero. (Una vez en cada cuenta que corresponde al Padrenuestro).

En cada cuenta de la decena:

Por su dolorosa pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero. (10 veces).


Al terminar:

Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero. (3 veces).



Acto de consagración a Jesús Misericordioso

¡Oh Jesús Misericordioso!. Tu bondad es infinita y los tesoros de tu gracia son inagotables. Me abandono a tu Misericordia que sobrepuja a todas tus obras, me consagro eternamente a ti, para vivir bajo los rayos de tu gracia y de tu Amor, que brotaron de tu corazón traspasado en al Cruz. Quiero dar a conocer tu Misericordia por medio de las obras de Misericordia corporales y espirituales, especialmente con los pecadores, consolando y asistiendo a los pobres, afligidos y enfermos. Mas tú me protegerás como cosa tuya, pues todo lo temo de mi debilidad y todo lo espero de tu Misericordia. Que toda la humanidad comprenda el abismo insondable de tu Misericordia, a fin de que poniendo toda su esperanza en Ella, pueda ensalzarla por toda la eternidad. AMEN.



¡Jesús, en Vos confió!. (Se repite 3 veces)
Santa Faustina, ¡ruega por nosotros! (Una vez)
San Martin de Porres, ¡ruega por nosotros!
Nuestra Sra. que Desata los Nudos, ¡ruega por nosotros!
En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, AMEN.

Papa Francisco en mensaje Urbi et Orbi: "Dejémonos renovar por misericordia de Dios"



VATICANO, 31 Mar. 13 / 09:11 am (ACI/EWTN Noticias).- En su mensaje pascual Urbi et Orbi por el domingo de Resurrección, ante más de 250 mil fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco invitó a los cristianos a dejarnos “renovar por la misericordia de Dios, dejemos que la fuerza de su amor transforme también nuestras vidas”.


A continuación el texto completo del mensaje Urbi et Orbi del Papa Francisco:



Queridos hermanos y hermanas de Roma y de todo el mundo: ¡Feliz Pascua!



Es una gran alegría, al comienzo de mi ministerio, poderos dar este anuncio: ¡Cristo ha resucitado! Quisiera que llegara a todas las casas, a todas las familias, especialmente allí donde hay más sufrimiento, en los hospitales, en las cárceles.



Quisiera que llegara sobre todo al corazón de cada uno, porque es allí donde Dios quiere sembrar esta Buena Nueva: Jesús ha resucitado, está la esperanza para ti, ya no estás bajo el dominio del pecado, del mal. Ha vencido el amor, ha triunfado la misericordia. Siempre vence la misericordia de Dios.



También nosotros, como las mujeres discípulas de Jesús que fueron al sepulcro y lo encontraron vacío, podemos preguntarnos qué sentido tiene este evento (cf. Lc 24,4).



¿Qué significa que Jesús ha resucitado? Significa que el amor de Dios es más fuerte que el mal y la muerte misma, significa que el amor de Dios puede transformar nuestras vidas y hacer florecer esas zonas de desierto que hay en nuestro corazón.



Esto puede hacerlo el amor de Dios. Este mismo amor por el que el Hijo de Dios se ha hecho hombre, y ha ido hasta el fondo por la senda de la humildad y de la entrega de sí, hasta descender a los infiernos, al abismo de la separación de Dios, este mismo amor misericordioso ha inundado de luz el cuerpo muerto de Jesús, y lo ha transfigurado, lo ha hecho pasar a la vidaeterna.



Jesús no ha vuelto a su vida anterior, a la vida terrenal, sino que ha entrado en la vida gloriosa de Dios y ha entrado en ella con nuestra humanidad, nos ha abierto a un futuro de esperanza.



He aquí lo que es la Pascua: el éxodo, el paso del hombre de la esclavitud del pecado, del mal, a la libertad del amor y la bondad. Porque Dios es vida, sólo vida, y su gloria somos nosotros, es el hombre vivo (cf. san Ireneo, Adv. haereses, 4,20,5-7).



Queridos hermanos y hermanas, Cristo murió y resucitó una vez para siempre y por todos, pero el poder de la resurrección, este paso de la esclavitud del mal a la libertad del bien, debe ponerse en práctica en todos los tiempos, en los momentos concretos de nuestra vida, en nuestra vida cotidiana.



Cuántos desiertos debe atravesar el ser humano también hoy. Sobre todo el desierto que está dentro de él, cuando falta el amor de Dios y del prójimo, cuando no se es consciente de ser custodio de todo lo que el Creador nos ha dado y nos da. Pero la misericordia de Dios puede hacer florecer hasta la tierra más árida, puede hacer revivir incluso a los huesos secos (cf. Ez 37,1-14).



He aquí, pues, la invitación que hago a todos: Acojamos la gracia de la Resurrección de Cristo. Dejémonos renovar por la misericordia de Dios, dejemos que la fuerza de su amor transforme también nuestras vidas; y hagámonos instrumentos de esta misericordia, cauces a través de los cuales Dios pueda regar la tierra, custodiar toda la creación y hacer florecer la justicia y la paz.



Así, pues, pidamos a Jesús resucitado, que transforma la muerte en vida, que cambie el odio en amor, la venganza en perdón, la guerra en paz. Sí, Cristo es nuestra paz, e imploremos por medio de él la paz para el mundo entero.



Paz para Oriente Medio, en particular entre israelíes y palestinos, que tienen dificultades para encontrar el camino de la concordia, para que reanuden las negociaciones con determinación y disponibilidad, con el fin de poner fin a un conflicto que dura ya demasiado tiempo.



Paz para Iraq, y que cese definitivamente toda violencia, y, sobre todo, para la amada Siria, para su población afectada por el conflicto y los tantos refugiados que están esperando ayuda y consuelo. ¡Cuánta sangre derramada! Y ¿cuánto dolor se ha de causar todavía, antes de que se consiga encontrar una solución política a la crisis?



Paz para África, escenario aún de conflictos sangrientos. Para Malí, para que vuelva a encontrar unidad y estabilidad; y para Nigeria, donde lamentablemente no cesan los atentados, que amenazan gravemente la vida de tantos inocentes, y donde muchas personas, incluso niños, están siendo rehenes de grupos terroristas.



Paz para el Este la República Democrática del Congo y la República Centroafricana, donde muchos se ven obligados a abandonar sus hogares y viven todavía con miedo.



Paz en Asia, sobre todo en la península coreana, para que superen las divergencias y madure un renovado espíritu de reconciliación.



Paz a todo el mundo, aún tan dividido por la codicia de quienes buscan fáciles ganancias, herido por el egoísmo que amenaza la vida humana y la familia, egoísmo que continúa la trata de personas... !la esclavitud más extendida en el siglo XXI.



La trata de personas es la esclavitud más extendida del siglo XXI! Un mundo desgarrado por la violencia ligada al tráfico de drogas y la explotación inicua de los recursos naturales. Paz a esta Tierra nuestra.



Que Jesús Resucitado traiga consuelo a quienes son víctimas de calamidades naturales y nos haga custodios responsables de la creación.



Queridos hermanos y hermanas, a todos los que me escuchan en Roma y en todo el mundo, les dirijo la invitación del Salmo: «Dad gracias al Señor porque es bueno, / porque es eterna su misericordia. / Diga la casa de Israel: / “Eterna es su misericordia”» (Sal 117,1-2).

Acepta sin miedo la novedad y la sorpresa de Jesús Resucitado en tu vida, alienta el Papa en Vigilia Pascual



VATICANO, 30 Mar. 13 / 09:28 pm (ACI).- En la homilía de la Vigilia Pascualque celebró esta noche en la Basílica de San Pedro, el Papa Francisco hizo una clara exhortación a aceptar al Señor Jesús Resucitado, cuya novedad y sorpresa transforman la vida; y precisó que no existe situación que no pueda cambiar ni pecado que no pueda perdonar si uno de verdad se abre a Él.
El rito se inició con la bendición del fuego y la preparación del cirio pascual en el atrio de la Basílica, mientras se cantaba el Exsultet. Durante la Misa el Papa confirió el Bautismo, la Confirmación y la Primera Comunión a cuatro personas de Italia, Albania, Rusia y Estados Unidos.
A continuación la homilía completa del Santo Padre.
Queridos hermanos y hermanas
En el Evangelio de esta noche luminosa de la Vigilia Pascual, encontramos primero a las mujeres que van al sepulcro de Jesús, con aromas para ungir su cuerpo (cf. Lc 24,1-3). Van para hacer un gesto de compasión, de afecto, de amor; un gesto tradicional hacia un ser querido difunto, como hacemos también nosotros.
Habían seguido a Jesús. Lo habían escuchado, se habían sentido comprendidas en su dignidad, y lo habían acompañado hasta el final, en el Calvario y en el momento en que fue bajado de la cruz. Podemos imaginar sus sentimientos cuando van a la tumba: una cierta tristeza, la pena porque Jesús les había dejado, había muerto, su historia había terminado.
Ahora se volvía a la vida de antes. Pero en las mujeres permanecía el amor, y es el amor a Jesús lo que les impulsa a ir al sepulcro. Pero, a este punto, sucede algo totalmente inesperado, una vez más, que perturba sus corazones, trastorna sus programas y alterará su vida: ven corrida la piedra del sepulcro, se acercan, y no encuentran el cuerpo del Señor.
Esto las deja perplejas, dudosas, llenas de preguntas: «¿Qué es lo que ocurre?», «¿qué sentido tiene todo esto?» (cf. Lc 24,4). ¿Acaso no nos pasa así también a nosotros cuando ocurre algo verdaderamente nuevo respecto a lo de todos los días? Nos quedamos parados, no lo entendemos, no sabemos cómo afrontarlo.
A menudo, la novedad nos da miedo, también la novedad que Dios nos trae, la novedad que Dios nos pide. Somos como los apóstoles del Evangelio: muchas veces preferimos mantener nuestras seguridades, pararnos ante una tumba, pensando en el difunto, que en definitiva sólo vive en el recuerdo de la historia, como los grandes personajes del pasado. Tenemos miedo de las sorpresas de Dios; tenemos miedo de las sorpresas de Dios. Él nos sorprende siempre.Hermanos y hermanas, no nos cerremos a la novedad que Dios quiere traer a nuestras vidas. ¿Estamos acaso con frecuencia cansados, decepcionados, tristes; sentimos el peso de nuestros pecados, pensamos no lo podemos conseguir? No nos encerremos en nosotros mismos, no perdamos la confianza, nunca nos resignemos: no hay situaciones que Dios no pueda cambiar, no hay pecado que no pueda perdonar si nos abrimos a él.
Pero volvamos al Evangelio, a las mujeres, y demos un paso hacia adelante. Encuentran la tumba vacía, el cuerpo de Jesús no está allí, algo nuevo ha sucedido, pero todo esto todavía no queda nada claro: suscita interrogantes, causa perplejidad, pero sin ofrecer una respuesta. Y he aquí dos hombres con vestidos resplandecientes, que dicen: «¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí, ha resucitado» (Lc 24,5-6).
Lo que era un simple gesto, algo hecho ciertamente por amor –el ir al sepulcro–, ahora se transforma en acontecimiento, en un evento que cambia verdaderamente la vida. Ya nada es como antes, no sólo en la vida de aquellas mujeres, sino también en nuestra vida y en la historia de la humanidad.
Jesús no ha muerto, ha resucitado, es el Viviente. No es simplemente que haya vuelto a vivir, sino que es la vida misma, porque es el Hijo de Dios, que es el que vive (cf. Nm 14,21-28; Dt 5,26, Jos 3,10). Jesús ya no es del pasado, sino que vive en el presente y está proyectado hacia el futuro, es el «hoy» eterno de Dios.
Así, la novedad de Dios se presenta ante los ojos de las mujeres, de los discípulos, de todos nosotros: la victoria sobre el pecado, sobre el mal, sobre la muerte, sobre todo lo que oprime la vida, y le da un rostro menos humano. Y este es un mensaje para mí, para ti, querida hermana y querido hermano.
Cuántas veces tenemos necesidad de que el Amor nos diga: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo? Los problemas, las preocupaciones de la vida cotidiana tienden a que nos encerremos en nosotros mismos, en la tristeza, en la amargura..., y es ahí donde está la muerte. No busquemos ahí a Aquel que vive.
Acepta entonces que Jesús Resucitado entre en tu vida, acógelo como amigo, con confianza: ¡Él es la vida! Si hasta ahora has estado lejos de él, da un pequeño paso: te acogerá con los brazos abiertos. Si eres indiferente, acepta arriesgar: no quedarás decepcionado. Si te parece difícil seguirlo, no tengas miedo, confía en él, ten la seguridad de que él está cerca de ti, está contigo, y te dará la paz que buscas y la fuerza para vivir como él quiere.
Hay un último y simple elemento que quisiera subrayar del Evangelio de esta luminosa Vigilia Pascual. Las mujeres se encuentran con la novedad de Dios: Jesús ha resucitado, es el Viviente. Pero ante la tumba vacía y los dos hombres con vestidos resplandecientes, su primera reacción es de temor: estaban «con las caras mirando al suelo» –observa san Lucas–, no tenían ni siquiera valor para mirar. Pero al escuchar el anuncio de la Resurrección, la reciben con fe.
Y los dos hombres con vestidos resplandecientes introducen un verbo fundamental: «Recordad cómo os habló estando todavía en Galilea... Y recordaron sus palabras» (Lc 24,6.8). La invitación a hacer memoria del encuentro con Jesús, de sus palabras, sus gestos, su vida; este recordar con amor la experiencia con el Maestro, es lo que hace que las mujeres superen todo temor y que lleven la proclamación de la Resurrección a los Apóstoles y a todos los otros (cf. Lc 24,9).
Hacer memoria de lo que Dios ha hecho por mí, por nosotros, hacer memoria del camino recorrido; y esto abre el corazón de par en par a la esperanza para el futuro. Aprendamos a hacer memoria de lo que Dios ha hecho en nuestras vidas.
En esta Noche de luz, invocando la intercesión de la Virgen María, que guardaba todos estas cosas en su corazón (cf. Lc 2,19.51), pidamos al Señor que nos haga partícipes de su resurrección: nos abra a su novedad que trasforma, a las sorpresas de Dios; que nos haga hombres y mujeres capaces de hacer memoria de lo que él hace en nuestra historia personal y la del mundo; que nos haga capaces de sentirlo como el Viviente, vivo y actuando en medio de nosotros; que nos enseñe cada día a no buscar entre los muertos a Aquel que vive. Amén.

sábado, 30 de marzo de 2013

4ta. Acampada Diocesana de Jóvenes, de la RCC, La Rioja! "Joven, acuérdate de tu creador en los años de tu juventud"




Con el Lema: "Joven, acuérdate de tu creador en los años de tu juventud" -Eclesiástico 12, 1-, los jóvenes de la Renovación Carismática Católica, La Rioja, te invitan a participar de la 4ta. Acampada Diocesana de Jóvenes!

“La Acampada Diocesana de Jóvenes surge de la gran necesidad que tenemos los jóvenes de acercarnos a Dios y conocerlo de forma personal. Es un retiro espiritual de tres días. Vendrá a predicar el Padre Alfredo Nicola de la Diócesis de Paraná, es un sacerdote joven, muy lleno de alegría y de fe (que nos hace reír mucho mientras aprendemos)”, así, lo dicen los jóvenes en el evento creado en facebook.

¿Cuándo? 

5, 6 y 7 de Abril de 2013. Pueden ingresar el 5 de Abril a partir de las 16:00 hs., y culminará el domingo 7 de Abril a las 14:00 hs.

¿Dónde? 

Camping del Colegio Médico, La Rioja, Capital. 


¿Cuál es el costo?


Para Capital $60 y para el Interior $ 40,00,  por persona. 


¿Quiénes pueden participar?


Todos jóvenes desde 13 años hasta 36 años, pero si tenés necesidad de Dios, no hay edad!!!!


¿A partir de qué hora puedes ingresar? 



Desde las 16:00hs del Viernes 5, los jóvenes servidores encargados de la acogida, estarán dispuestos para recibirlos. 

A las 19:00hs será la Misa Inagural. 



¿Qué debes llevar?


Carpa, elementos de higiene personal, "abrigo", plato, cubiertos, taza y sobre todo BIBLIA, y en qué anotar!!


Si necesitas alguna dieta especial, debes avisar a los organizadores!!


El costo cubre cena del viernes, todas las comidas del sábado, desayuno y almuerzo del domingo.

Puedes sumarte el día sábado, si el viernes no puedes hacerlo!


SI NO TENÉS CARPA: AVÍSANOS!! QUE NADA SEA IMPEDIMENTO PARA VIVIR ESTA EXPERIENCIA ÚNICA CON DIOS DE ESPIRITUALIDAD!!!




TRANSPORTE GRATUITO!!


El viernes 5 de Abril, a partir de las 15:00 hs, tendrán la posibilidad de viajar al Camping del Colegio Médico en forma gratuita.

Los transportes partirán desde la Plaza 9 de Julio, que se encuentra ubicada frente de la Legislatura provincial.





Para informes: Visitá, "Evento en facebook":  




y también, puedes comunicarte a los siguientes números de Teléfono: 0380 - 4465308 (fijo) 

de Andrea y Celular: 0380 - 154760672 de Mariana




LOS ESPERAMOS!!!

Fotos de la Acampada 2012!!








Segundo Día de novena a Jesús de la Divina Misericordia!



Deseo, dijo el Señor a Sor Faustina- que durante esos nueve días lleves a las almas a la fuente de mi misericordia para que saquen fuerzas, alivio y toda gracia que necesiten para afrontar las dificultades de la vida y especialmente en la hora de la muerte. Cada día traerás a mi Corazón a un grupo diferente de almas y las sumergirás en este mar de mi misericordia. Y a todas estas almas yo las introduciré en la casa de mi Padre (…) Cada día pedirás a mi Padre las gracias para estas almas por mi amarga pasión.


La novena a la Divina Misericordia comienza el Viernes Santo


La novena consiste en rezar la Coronilla de la Divina Misericordia, la que presentamos es la novena particular que Jesús le dio a Sor Faustina que también se puede rezar.


Celebración de la Fiesta de la Divina Misericordia


El Señor Jesús desea que ese día la imagen de la Misericordia sea bendecida solemnemente y venerada en público, es decir, litúrgicamente; que los sacerdotes hablen a las almas de esta inmensa e insondable misericordia de Dios.

Los fieles, para recibir estos grandes dones con los cuales el Señor Jesús desea colmar a cada hombre y a toda la humanidad, tienen que estar en el estado de la gracia santificante (después de confesarse), cumplir las condiciones de la devoción a la Divina Misericordia, es decir, confiar en Dios y amar activamente al prójimo, y beber de la Fuente de Vida, es decir, recibir la Santa Comunión.

De acuerdo con el deseo del Señor Jesús, la fiesta ha de celebrarse el primer domingo después de Pascua, lo que indica una estrecha relación que hay entre el misterio de redención y esta fiesta. La liturgia de ese día alaba con la máxima plenitud a Dios en el misterio de su misericordia.


Segundo Día


Hoy, tráeme a las almas de los sacerdotes y los religiosos, y sumérgelas en mi misericordia insondable. Fueron ellas las que me dieron fortaleza para soportar mi amarga pasión. A través de ellas, como a través de canales, mi misericordia fluye hacia la humanidad.

Jesús misericordiosísimo, de quien procede todo bien, aumenta tu gracia en nosotros para que realicemos dignas obras de misericordia, de manera que todos aquellos que nos vean, glorifiquen al Padre de misericordia que está en el cielo.
Padre eterno, mira con misericordia al grupo elegido de tu viña, a las almas de los sacerdotes y a las almas de los religiosos; otórgales el poder de tu bendición. Por el amor del Corazón de tu Hijo, en el cual están encerradas, concédeles el poder de tu luz para que puedan guiar a otros en el camino de la salvación y a una sola voz canten alabanzas a tu misericordia sin límite por los siglos de los siglos. Amén.

Coronilla a la Divina Misericordia


Se reza con un rosario común.

Invocamos al Espíritu Santo: “ven Espíritu Santo, ven por medio de la poderosa intercesión del inmaculado corazón de María, tu amadísima esposa”.

Rezamos un Padrenuestro, Ave María y Credo.


Al comienzo de cada decena, en la cuentas del Santo Rosario, que corresponden a los misterios, decimos:

Eterno Padre, te ofrezco el cuerpo y la sangre, el alma y la divinidad de tu amadísimo hijo, nuestro señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero. (Una vez en cada cuenta que corresponde al Padrenuestro).


En cada cuenta de la decena rezamos:

Por su dolorosa pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero. (10 veces).


Al terminar:

Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero. (3 veces).

Acto de consagración a Jesús Misericordioso


¡Oh Jesús Misericordioso!. Tu bondad es infinita y los tesoros de tu gracia son inagotables. Me abandono a tu Misericordia que sobrepuja a todas tus obras, me consagro eternamente a ti, para vivir bajo los rayos de tu gracia y de tu Amor, que brotaron de tu corazón traspasado en la Cruz. Quiero dar a conocer tu Misericordia por medio de las obras de Misericordia corporales y espirituales, especialmente con los pecadores, consolando y asistiendo a los pobres, afligidos y enfermos. Mas tú me protegerás como cosa tuya, pues todo lo temo de mi debilidad y todo lo espero de tu Misericordia. Que toda la humanidad comprenda el abismo insondable de tu Misericordia, a fin de que poniendo toda su esperanza en Ella, pueda ensalzarla por toda la eternidad. Amén

¡Jesús, en Vos confió!. (Se repite 3 veces)

Santa Faustina, ¡ruega por nosotros! (Una vez)


Según el diario de Santa María Faustina Kowalska

"Alienta a las personas a decir la Coronilla que te he dado... Quien la recite recibirá gran misericordia a la hora de la muerte. Los sacerdotes la recomendarán a los pecadores como su último refugio de salvación. Aun si el pecador mas empedernido hubiese recitado esta Coronilla al menos una vez, recibirá la gracia de Mi infinita Misericordia. Deseo conceder gracias inimaginables a aquellos que confían en Mi Misericordia."

"Escribe que cuando digan esta Coronilla en presencia del moribundo, Yo me pondré entre mi Padre y el, no como Justo Juez sino como Misericordioso Salvador."


Promesas a los que propaguen esta Devoción

"A las almas que propaguen la devoción a mi Misericordia, las protejo durante toda su vida como una madre cariñosa protege a su niño recién nacido y a la hora de la muerte no seré para ellas Juez sino Salvador misericordioso. Las almas que adoren mi Misericordia y propaguen la devoción a ella invitando a otras almas a confiar en mi Misericordia, no experimentarán terror en la hora de la muerte. Mi Misericordia les dará amparo en este último combate".