domingo, 30 de junio de 2013

Último Día del Mes del "Sagrado Corazón de Jesús"


EL PREMIO FINAL”

¡Qué premio tan hermoso te ha reservado el Sagrado Corazón!
Es el momento en que el solo pensamiento hace estremecerse: el momento de la muerte. Ante este pensamiento, el hombre tiembla, se agita; sin embargo, debe afrontarlo con amor y con la esperanza puesta en la misericordia de Dios.
Jesús te sonríe y quiere asegurarte la muerte santa, la muerte del justo. Entre las promesas que hizo a Santa Margarita María quiere recordar este punto: "Mi corazón será para todos mis devotos el seguro asilo en vida y especialmente en el momento de la muerte".
Si quieres, pues, afrontar la muerte con la calma del justo, trata de creer en Jesús, de vivir en Jesús. Entonces será cuando Él te dirá estas dulces palabras: "Hoy estarás conmigo en el paraíso".

 *BREVE SILENCIO*

Sagrado Corazón de Jesús  en vos confío y espero

- En mis alegrías y tristezas…
- En mis prosperidades y adversidades…
- En la instigación de mis propias pasiones…
- En la persecución de mis enemigos…
- En las murmuraciones y calumnias…
- En las enfermedades y dolores…
- En la santificación y salvación de mi alma…
- En la vida y en la muerte…
- En tiempo y eternidad…
- Siempre y en toda ocasión…


Jesús le pide a Santa Margarita, la Devoción



Origen de la Devoción




Promesas del Sagrado Corazón



Oración para después de cada una de las comuniones
 de los nueve primeros viernes



Acto de Consagración al Sagrado Corazón de Jesús

http://vicariasanmartindeporres.blogspot.com.ar/search/label/Acto%20de%20Consagraci%C3%B3n%20al%20%22Sagrado%20Coraz%C3%B3n%20de%20Jes%C3%BAs%22



sábado, 29 de junio de 2013

Jornada Mundial de la Caridad del Papa: 29 y 30 de Junio!


Lema: "La Caridad no tiene límites" 1 Cor. 13,8


¿Cómo podemos participar de la Jornada y dónde puedo realizar una donación?

Con la oración personal y comunitaria rezando por las intenciones y misión del Papa.
Con nuestra colaboración en las colectas que se realizan en las misas del 29 y 30 de junio de 2013 en todas las parroquias y capillas del País.
Caridad del Papa

La misión y servicio del Papa es indispensable en la Iglesia, y no se basa en prerrogativas humanas, sino en Cristo mismo como piedra fundamental de toda la Iglesia.
«Agradezco al Señor y les pido rezar por mi servicio pastoral a esta Iglesia que tiene la misión de presidir la caridad universal» (Papa Francisco).
·        Solidaridad
El Santo Padre invitó a no tener miedo de la solidaridad: la «Eucaristía es el sacramento de la comunión; nos lleva del anonimato a la comunión, a la comunidad». «Que cada uno piense en sí mismo. ¿Cuántas veces nosotros los cristianos tenemos esta tentación y no nos hacemos cargo de las necesidades de los demás?», se preguntó Francisco y explicó que esa no es la vía que indicó Jesús, por lo que, «lo poco que tenemos, si lo compartimos, se convierte en riqueza»

·        La autoridad del Papa tiene la impronta del servicio «el más importante de ustedes deberá ser el sirviente de todos» (Mt 23,11)
·        Relación del Papa con la Caridad
La solemnidad de san Pedro y san Pablo nos dan la posibilidad de reflexionar a la luz de la riquísima Tradición de la Iglesia sobre la figura de estos destacados apóstoles y revisar la propia imagen y el lugar que Pedro, hoy el Papa Francisco, tiene en nuestra vida.

Muchos testimonios de esta Tradición pueden ayudar. Sin embargo nos detendremos brevemente en la relación que tiene el Papa con la Caridad. Con ocasión de esta fiesta la Iglesia universal celebra también la Jornada de la Caridad del santo Padre. Es que ya a comienzos del siglo II san Ignacio de Antioquía atribuía a la Iglesia que estaba en Roma un singular primado. La saludaba como la que “preside en la caridad”. Este servicio especial de la Iglesia de Roma se debe a que en esa ciudad los apóstoles Pedro y Pablo entregaron sus vidas como mártires. He aquí el amor que se entrega, como Jesús, hasta dar la propia vida. El testimonio (martirio) y la caridad, frutos del Espíritu –aun en medio de los sinsabores y las debilidades de lo humano– es lo que anima el servicio de comunión y evangelización que preside el santo Padre.

·        El verdadero poder es el servicio. El Papa ha de servir a todos, especialmente a los más pobres, a los más débiles, los más pequeños. (SS Francisco)
Esta solicitud por la comunión y la evangelización se orienta especialmente a las Iglesias del mundo en tierras de misión, particularmente allí donde se encuentran los más pobres: los preferidos de Jesús. Pedro junto a Santiago y Juan habían manifestado esta preocupación por los más desfavorecidos pidiéndole a Pablo “que no se olvidara de los pobres” (Gál. 2, 10). Las colectas –las que organizaba Pablo a favor de la comunidad de Jerusalén y también las actuales- expresan de un modo palpable “la comunión real en la gran diversidad de la única Iglesia de Cristo”.

El Documento de Aparecida señala que un rasgo de la religiosidad popular –precioso tesoro de la Iglesia Latinoamericana- es el amor al Papa y a los demás pastores unido al amor a la Iglesia universal como gran familia de Dios que nunca puede ni debe dejar solos o en la miseria a sus propios hijos (DA 127).

Recen por mi
Padre Bueno, 
que siempre escuchas el clamor de tu Pueblo,
te pedimos por nuestro pastor, el papa Francisco.

Anímalo y dale fuerzas con tu Espíritu,
para que unido a los obispos pastores
de todas las iglesias diocesanas del mundo,
guíe la vida de los cristianos
por las huellas del camino de Jesús.





Para mayor información, te ofrecemos la página de 
Obras Misionales Pontificias – Argentina:


29 de Junio: Día del Papa! Nuestra oración para FRANCISCO, nuestro Padre!


Toda organización necesita de una cabeza y Pedro fue el primer jefe y la primera cabeza de la Iglesia. Fue el primer Papa de la Iglesia Católica. Jesús le entregó las llaves del Reino y le dijo que todo lo que atara en la Tierra quedaría atado en el Cielo y todo lo que desatara quedaría desatado en el Cielo. Jesús le encargó cuidar de su Iglesia, cuidar de su rebaño. El trabajo del Papa no sólo es un trabajo de organización y dirección. Es, ante todo, el trabajo de un padre que vela por sus hijos.


El Papa es el representante de Cristo en el mundo y es la cabeza visible de la Iglesia. Es el pastor de la Iglesia, la dirige y la mantiene unida. Está asistido por el Espíritu Santo, quien actúa directamente sobre Él, lo santifica y le ayuda con sus dones a guiar y fortalecer a la Iglesia con su ejemplo y palabra. El Papa tiene la misión de enseñar, santificar y gobernar a la Iglesia.


Nosotros, como cristianos debemos amarlo por lo que es y por lo que representa, como un hombre santo que nos da un gran ejemplo y como el representante de Jesucristo en la Tierra. Reconocerlo como nuestro pastor, obedecer sus mandatos, conocer su palabra, ser fieles a sus enseñanzas, defender su persona y su obra y rezar por Él.


El día 29 de junio, solemnidad de San Pedro y San Pablo, celebramos el Día del Papa y la colecta llamada desde los primeros siglos Óbolo de San Pedro. Es decir, en este día, se colabora con la solidaridad del Santo Padre, al recaudarse el Óbolo de San Pedro, cuyo fondo se destina a la misión evangelizadora y de caridad de la Iglesia.


En esta Jornada del Papa estamos invitados, de manera especial, a meditar en el ministerio del Sucesor de Pedro, el Papa, a orar por él y a contribuir con nuestras limosnas y donativos a su misión evangelizadora y de caridad. 

El Romano Pontífice, como Sucesor de Pedro, es el principio y fundamento perpetuo y visible de unidad así de los obispos como de la multitud de los fieles. Es Pastor de toda la Iglesia y tiene potestad plena, suprema y universal. Es el Vicario de Cristo. 


Ya en la primera hora de la Iglesia, cuando Pedro estaba en la cárcel, toda la comunidad oraba insistentemente a Dios por él (cfr. Hc 12, 59). Hoy toda la Iglesia tiene el deber de orar por el Papa. Cuando oramos por el Sucesor de Pedro, que “preside la caridad de todas las Iglesias”, como afirmó San Ignacio de Antioquia, pedimos que la Iglesia se mantenga fiel a su magisterio, para que, como los primeros cristianos, vivamos como hermanos arraigados firmemente en el amor y en la caridad. 


Junto con la oración y el agradecimiento, esta Jornada es una llamada a colaborar con nuestras limosnas y donativos a la colecta especial. A través de ella ayudamos al Papa para que pueda realizar su misión a favor de la Iglesia Universal y de los más pobres de la tierra. 


Desde esta carta pastoral doy las gracias a todos los fieles y pido un año más la generosa y amplia colaboración económica de todos los diocesanos, para que el Santo Padre pueda cumplir su ministerio. Que el Señor os lo premie y que vuestro comportamiento exprese el cariño, la obediencia y el amor que sentís por el Papa.


El Papa
El título de Papa es un término bastante actual que se utiliza para denotar al Obispo de Roma, quien en virtud a su posición como sucesor de Pedro, es el Jefe máximo de la Iglesia Católica, el Vicario de Cristo en la tierra.


Existen además otras denominaciones que lleva el Obispo de Roma: él es el Arzobispo de la provincia de Roma, Primado de Italia y de las islas adyacentes y absoluto Patriarca de la Iglesia occidental.
Los cuatro capítulos de la constitución "Pastor Aeternus", del Primer Concilio Vaticano, enfrentó respectivamente el oficio de la suprema cabeza conferida a San Pedro, a decir: la perpetuidad de ese oficio en la persona del Pontífice Romano, la jurisdicción del Papa y su Suprema autoridad para definir todas las preguntas y dudas sobre la fe y la moral.


 Elevamos nuestra oración al Padre Dios, por FRANCISCO: El Representante de Jesús en la tierra, quien, como él mismo lo manifestó, siente su paternidad por cada uno de las almas a quien Jesús, le confió su cuidado! 






Fuentes: Catholic.net
http://www.aciprensa.com/fiestas/pedropablo/papa.htm

Los Apóstoles nos dejas estas consignas: Confesar al Señor; Consumirse por amor de Cristo y de su Evangelio; ser servidores de la Unidad: Papa Francisco



El Papa Francisco presidió esta mañana la celebración de la solemnidad de los santos Apóstoles Pedro y Pablo, patronos principales de la Iglesia de Roma. La solemne celebración en la Basílica de San Pedro comenzó, como es tradicional, con la imposición del palio a los nuevos Arzobispos Metropolitanos. Cabe destacar la presencia de la delegación del Patriarcado de Constantinopla, guiada por el Metropolita Ioannis, enviada por el Patriarca ecuménico Bartolomé I. 

Texto completo de la Homilía del Santo Padre Francisco:

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Saludo cordialmente y con gratitud a la delegación del Patriarcado de Constantinopla, guiada por el Metropolita Ioannis. Agradezco al Patriarca ecuménico Bartolomé I este Nuevo gesto de fraternidad. Saludo a los señores embajadores y a las autoridades civiles. Un gracias especial al Thomanerchor, el coro de la Thomaskirche de Lipsia, la iglesia de Bach, que anima la liturgia y que constituye una ulterior presencia ecuménica. 

Tres ideas sobre el ministerio petrino, guiadas por el verbo «confirmar». ¿Qué está llamado a confirmar el Obispo de Roma? 1. Ante todo, confirmar en la fe. El Evangelio habla de la confesión de Pedro: «Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo» (Mt, 16,16), una confesión que no viene de él, sino del Padre celestial. Y, a raíz de esta confesión, Jesús le dice: «Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia» (v. 18). El papel, el servicio eclesial de Pedro tiene su origen en la confesión de fe en Jesús, el Hijo de Dios vivo, en virtud de una gracia donada de lo Alto. 

En la segunda parte del Evangelio de hoy vemos el peligro de pensar de manera mundana. Cuando Jesús habla de su muerte y resurrección, del camino de Dios, que no se corresponde con el camino humano del poder, afloran en Pedro la carne y la sangre: «Se puso a increparlo: “¡Lejos de ti tal cosa, Señor!”» (16,22). Y Jesús tiene palabras duras con él: «Aléjate de mí, Satanás. Eres para mí piedra de tropiezo» (v. 23). Cuando dejamos que prevalezcan nuestras ideas, nuestros sentimientos, la lógica del poder humano, y no nos dejamos instruir y guiar por la fe, por Dios, nos convertimos en piedras de tropiezo. La fe en Cristo es la luz de nuestra vida de cristianos y de ministros de la Iglesia. 

2. Confirmar en el amor. En la Segunda Lectura hemos escuchado las palabras conmovedoras de san Pablo: «He luchado el noble combate, he acabado la carrera, he conservado la fe» (2 Tm 4,7). ¿De qué combate se trata? No el de las armas humanas, que por desgracia todavía ensangrientan el mundo; sino el combate del martirio. San Pablo sólo tiene un arma: el mensaje de Cristo y la entrega de toda su vida por Cristo y por los demás. Y es precisamente su exponerse en primera persona, su dejarse consumar por el evangelio, el hacerse todo para todos, sin reservas, lo que lo ha hecho creíble y ha edificado la Iglesia. El Obispo de Roma está llamado a vivir y a confirmar en este amor a Jesús y a todos sin distinción, límites o barreras. Y no sólo el Obispo de Roma: todos ustedes, nuevos arzobispos y obispos, tienen la misma tarea: dejarse consumir por el Evangelio, hacerse todo a todos. La tarea de no ahorrar, de salir de sí al servicio del santo pueblo fiel de Dios. 

3. Confirmar en la unidad. Aquí me refiero al gesto que hemos realizado. El palio es símbolo de comunión con el Sucesor de Pedro, «principio y fundamento, perpetuo y visible, de la unidad de la fe y de la comunión» (Lumen gentium, 18). Y vuestra presencia hoy, queridos hermanos, es el signo de que la comunión de la Iglesia no significa uniformidad. El Vaticano II, refiriéndose a la estructura jerárquica de la Iglesia, afirma que el Señor «con estos apóstoles formó una especie de Colegio o grupo estable, y eligiendo de entre ellos a Pedro lo puso al frente de él» (ibíd. 19). Confirmar en la unidad: el Sínodo de los Obispos, en armonía con el primado. 

Debemos ir por este camino de la sinodalidad, crecer en armonía con el servicio del primado. Y prosigue el Concilio: «Este Colegio, en cuanto compuesto de muchos, expresa la diversidad y la unidad del Pueblo de Dios» (ibíd. 22). La variedad en la Iglesia, que es una gran riqueza, se funde siempre en la armonía de la unidad, como un gran mosaico en el que las teselas se juntan para formar el único gran diseño de Dios. Y esto debe impulsar a superar siempre cualquier conflicto que hiere el cuerpo de la Iglesia. Unidos en las diferencias: no hay otro camino católico para unirnos. Éste es el espíritu católico, el espíritu cristiano, unirse en las diferencias. Éste es el camino de Jesús. El palio, siendo signo de la comunión con el Obispo de Roma, con la Iglesia universal, supone también para cada uno de vosotros el compromiso de ser instrumentos de comunión. 

Confesar al Señor dejándose instruir por Dios; consumirse por amor de Cristo y de su Evangelio; ser servidores de la unidad. Queridos hermanos en el episcopado, estas son las consignas que los santos apóstoles Pedro y Pablo confían a cada uno de nosotros, para que sean vividas por todo cristiano. Que la santa Madre de Dios nos guíe y acompañe siempre con su intercesión: Reina de los apóstoles, reza por nosotros. Amén>>.

Solemnidad de los Santos Pedro y Pablo - Apóstoles


“La solemnidad de san Pedro y san Pablo es una de las más antiguas del año litúrgico. Esta solemnidad festeja a las dos columnas de la Iglesia. Por una parte, Pedro es el hombre elegido por Cristo para ser “la roca” de la Iglesia, cuando le dice: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”. Pedro, hombre frágil y apasionado, acepta humildemente su misión, predicando con valor, lleno del Espíritu Santo. Esta misión terminará con el martirio (“cuando seas viejo otro te ceñirá y te llevará donde no quieres”) precisamente en Roma, donde aún hoy está la tumba de. Pedro es el amigo entrañable de Cristo.

Pablo, por su parte, fue conquistado por la gracia divina cuando iba de camino a Damasco y se ser de perseguidor de los cristianos a ser Apóstol. Después de encontrarse con Jesús en su camino, se entregó sin reservas a la causa del Evangelio. También a Pablo se le reservaba como meta lejana Roma, capital del Imperio, donde juntamente con Pedro, predicaría a Cristo. Por la fe, también él derramaría un día su sangre precisamente aquí, uniendo para siempre su nombre al de Pedro en la historia de la Roma cristiana” (Juan Pablo II).
Como los apóstoles san Pedro y san Pablo no debemos temer. Quien confía en Dios, tiene la experiencia de su Amor y consuelo, sobre todo en los momentos de dificultad y dolor.
Tengamos también, como, un amor real al Santo Padre, reconociendo que él, al igual que lo fue Pedro, es el vicario de Cristo sobre la tierra, el Papa. Nuestro amor por el santo Padre debe verse en obras y confiando con toda nuestra mente y nuestra vida en sus directrices. Se trata de seguir no sólo sus órdenes, sino de escuchar y llevar adelante también sus deseos.”

(Juan Pablo II.)

Día 29 del Mes del "Sagrado Corazón de Jesús"


“Jesús auxilio de los que lo invocan”

Cerca de ti esta la palabra: en tu boca y en tu corazón, es decir la palabra de fe que nosotros proclamamos. Porque si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos… serás salvado. Pues con el corazón se cree para conseguir la justicia  y con la boca se confiesa para conseguir la salvación. Porque dice la Escritura “Todo el que crea en Él no será confundido. Todos los que invoquen el nombre del señor se salvarán”.

* BREVE SILENCIO*

¡Corazón de Jesús escúchanos!

- A pesar de mis rebeldías…

- En mis suplicas hacia Ti…

- Los clamores de tu pueblo que piden tu amor…

- A las benditas almas del Purgatorio…


Jesús le pide a Santa Margarita, la Devoción



Origen de la Devoción




Promesas del Sagrado Corazón



Oración para después de cada una de las comuniones
 de los nueve primeros viernes



Acto de Consagración al Sagrado Corazón de Jesús

viernes, 28 de junio de 2013

Papa Francisco: "El Señor entra en nuestras vidas cuando Él lo quiere"


El Señor nos pide ser pacientes y sin mancha, caminando siempre en su presencia". Esto es lo que ha afirmado este viernes en la mañana el papa Francisco durante la misa celebrada en la Casa Santa Marta. El santo padre subrayó que el Señor siempre escoge su propio modo para entrar en nuestra vida y esto requiere paciencia por nuestra parte, porque no siempre se deja ver por nosotros.

Dios en nuestras vidas

El Señor entra de a poco en la vida de Abraham, tiene 99 años cuando le promete un hijo. En cambio, entra inmediatamente en la vida del leproso: Jesús escucha su oración, lo toca y aquí está el milagro. Para su reflexión, Francisco ha partido de la primera lectura de hoy y del evangelio para indicar cómo el Señor decide involucrarse "en nuestras vidas, en la vida de su pueblo". Abraham y el leproso. "Cuando venga el Señor –dijo, no siempre lo hace de la misma manera. No existe un protocolo de la actuación de Dios en nuestra vida", "no existe". Una vez, añadió, "lo hace de una manera, otra vez lo hace de otra”, pero siempre lo hace. "Siempre –insistió, se da este encuentro entre nosotros y el Señor":
"El Señor siempre escoge el modo de entrar en nuestra vida. Muchas veces lo hace tan lentamente, que estamos en peligro de perder un poco de paciencia, ‘Pero, Señor, ¿cuándo?’ Y oramos, oramos... Y no llega su intervención en nuestras vidas. Otras veces, cuando pensamos en lo que el Señor nos ha prometido, es tan grande que somos un poco incrédulos, un poco escépticos y como Abraham, un poco a escondidas, sonreímos... Dice esta primera lectura que Abraham escondió su cara y sonrió... Un poco de escepticismo: ‘Pero ¿cómo yo, con cerca de cien años, tendré un hijo y mi mujer a los 90 años tendrá un hijo?’.

Los tiempos de Dios

El mismo escepticismo, recordó, lo tendrá Sarah, en la encina de Mambré, cuando los tres ángeles le dirán lo mismo a Abraham. "¿Cuántas veces nosotros, cu ando el Señor no acude –reflexionó, no hace el milagro, y no nos da lo que queremos que Él haga, nos volvemos o impacientes o escépticos":
"Pero no lo hace, a los escépticos no puede hacerlo. El Señor se toma su tiempo. Pero incluso Él, en esta relación con nosotros, tiene mucha paciencia. No solo nosotros debemos tener paciencia: ¡Él la tiene! ¡Él nos espera! ¡Él nos espera hasta el final de la vida! Pensemos en el buen ladrón, hasta el final, al final reconoció a Dios. El Señor camina con nosotros, pero muchas veces no se deja ver, como en el caso de los discípulos de Emaús. El Señor está involucrado en nuestras vidas, ¡esto es seguro!, pero muchas veces no lo vemos. Esto nos exige paciencia. Pero el Señor que camina con nosotros, Él también tiene mucha paciencia con nosotros".
El papa profundizó así, sobre "el misterio de la paciencia de Dios, que al caminar, camina a nuestro ritmo". A veces en la vida, constató, "las cosas se vuelven muy oscuras, hay tanta oscuridad allí, que queremos, si estamos en problemas, bajar de la cruz". Esto, dijo, "es el momento preciso: la noche es más oscura, cuando se aproxima la madrugada. Y siempre cuando nos bajamos de la cruz, lo hacemos cinco minutos antes de que llegue la liberación, en el momento más grande de la impaciencia".
"Jesús en la Cruz, sintió que lo desafiaban: ‘¡Baja, baja! ¡Ven!’. Paciencia hasta el final, porque Él tiene paciencia con nosotros. Él entra siempre, está involucrado con nosotros, pero lo hace a su manera y cuando Él piensa que es mejor. Sólo nos dice lo que le dijo a Abraham: ‘Camina en mi presencia y sé perfecto', sé irreprensible, es la palabra correcta. Camina en mi presencia y trata de estar por encima de cualquier reproche. Este es el camino con el Señor y Él interviene, pero tenemos que esperar, esperar el momento, caminando siempre en su presencia y tratando de ser irreprensibles. Le pedimos esta gracia al Señor: caminar siempre en su presencia, tratando de ser irreprensibles”

Foto: News.va Español

Día 28 del Mes del "Sagrado Corazón de Jesús"


“La Comunión Reparadora”

Si quieres amar al Corazón de Jesús debes comulgar su Cuerpo muy frecuentemente. ¿No eres digno? Y para hacerla una vez al año ¿te sientes digno? No eres perfecto. Pero la Comunión no es un premio; es un medio para llegar a la perfección. ¿Tienes muchos defectos? Para corregirlos tienes necesidad de la Comunión. No son los sanos los que tienen necesidad de curación, sino los enfermos. ¿No sabes que la Comunión borra por sí todos los pecados veniales y preserva de los mortales? Acércate con el corazón debidamente preparado a alimentarte de Jesús eucaristía, Él está allí esperándote siempre.

*Breve silencio*

Corazón de Jesús, que siempre me alimente con tu Cuerpo y tu Sangre.
-Escúchanos, te suplicamos.

Corazón de Jesús, que me concedas una muerte santa.
-Escúchanos, te suplicamos.

Corazón de Jesús, que me lleves al Cielo cuando Tú me llames.
-Escúchanos, te suplicamos.


Jesús le pide a Santa Margarita, la Devoción



Origen de la Devoción




Promesas del Sagrado Corazón



Oración para después de cada una de las comuniones
 de los nueve primeros viernes



Acto de Consagración al Sagrado Corazón de Jesús