domingo, 8 de enero de 2012

EN EL BAUTISMO DE JESÚS: RECORDAMOS NUESTRO BAUTISMO!

Con el Bautismo de Jesús termina el tiempo de Navidad y comienza el tiempo ordinario.

Jesús comienza su vida pública después que se hace bautizar por San Juan el Bautista en el Río Jordán (Mt 3, 13) y, después de su Resurrección confiere esta misión a los Apóstoles: “Id y, pues y haced mis discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado” Mt. 28, 19-20.

Jesús se sometió voluntariamente al bautismo que estaba destinado a los pecadores, para cumplir con “toda justicia” Mt. 3, 15. El Espíritu desciende sobre Cristo y el Padre manifiesta a Jesús como su “Hijo Amado” Mt 3, 16-17.

El Bautismo de un niño supone la Fe de la Familia, que ella acepta a Jesús y que la familia tenga una coherencia de vida con lo que Jesús nos manda hacer. Que la familia viva de tal modo que cuando su hijo sea grande, elija con plena conciencia a Jesús y ser cristiano.

Por la Fe y el Bautismo, Jesús nos llama a una Nueva Vida, nos hace nacer como Hijos de Dios y nos convierte en Templos de su Espíritu.

El bautismo es el fundamento de toda la vida cristiana, es el pórtico de la vida en el espíritu y la puerta que abre el acceso a los otros sacramentos.

Qué hace en nosotros el Bautismo?

* Nos convierte en Hijos de Dios,

* Nos libera de toda mancha de pecado, tanto original como personal y de sus consecuencias. (Toda mancha es aquello que no nos permite estar en Gracia de Dios). Es decir nos da la Gracia Santificante,

* Nos incorpora a la Iglesia de Cristo siendo partícipes de su misión, con derecho a disfrutar de sus privilegios y la obligación de cumplir sus leyes.

* Nos convierte en una Nueva Criatura, renacemos a una nueva vida, la vida de Cristo. Con el bautismo morimos al hombre viejo y resucitamos a una nueva vida, y por ello comenzamos a ser: Miembros de Cristo,

* Somos liberados de las tinieblas y Jesús se convierte en Luz para nuestras almas,

* Nos hace partícipes de la naturaleza divina e hijos de adopción,

* Nos convierte en Templos del Espíritu Santo,

* No hace Herederos del Cielo,

* Nos hace idóneos para recibir los demás sacramentos.


El Bautismo es el sacramento del nuevo nacimiento por medio el agua y del espíritu, pasando a formar parte de la gran familia cristiana.

Recomendamos leer el Catecismo de la Iglesia Católica

desde el Número 1210 al 1274


Recordemos nuestro Bautismo

Hoy, el sacerdote al asperjarnos con el agua bendita, recuerda que por el agua y el Espíritu y gracias a la Fe, de nuestros padres y padrinos, el Señor nos convirtió en sus Hijos, y por lo tanto miembros de la gran familia cristiana.

Es un día para recordar nuestro Bautismo, el de nuestros hijos y de todos los bautizados. ¿Sabés cuando fuiste bautizado? ¿En que iglesia te bautizaron? ¿El nombre de quien te bautizó? ¿Tenés el certificado de tu bautismo?

En la Pila Bautismal, morimos al hombre viejo, al hombre de pecado y nacemos a una vida nueva, a la vida de Hijos de Dios y Herederos de su Reino. Por eso el día de nuestro bautismo, es nuestro cumpleaños. Ese día, dejamos la ropa vieja y nos pusieron uan ropa nueva (el paño blanco), nos revistieron de Cristo.

En este día, recemos especialmente por el sacerdote que nos bautizó, por quienes ofrecieron su servicio en las charlas de preparación para recibir el sacramento, por nuestros padres, padrinos y por quienes pidieron al sacerdote que nos bautice.

No solo este día debemos recordar nuestro bautismo, sino que, el día en que fuimos bautizados, vayamos a la iglesia, anotemos nuestras intenciones en la Santa Misa, dando gracias a Dios, por quienes por su Fe, nos hicieron el mejor regalo, nos hicieron Hijos de Dios.

Y si nos bautizamos siendo grandes, demos gracias a Dios, porque su Espíritu Santo obró, para que con plena conciencia y libertad, decidiéramos nacer de nuevo.

El Bautismo de Jesús, nos debe llevar a reflexionar sobre nuestro propio bautismo y recordar que desde ese día, se nos confiere la triple misión de ser sacerdotes, profetas y reyes.

¿Cumplimos con esta triple misión?

Desde el bautismo, estamos llamados a ser Luz, a reflejar a Jesús, con nuestra vida!

Liturgia

Primera Lectura: Lectura del libro de Isaías - Is 55, 1-11

Así habla el Señor: ¡Vengan a tomar agua, todos los sedientos, y el que no tenga dinero, venga también! Coman gratuitamente su ración de trigo, y sin pagar, tomen vino y leche. ¿Por qué gastan dinero en algo que no alimenta, y sus ganancias, en algo que no sacia? Háganme caso, y comerán buena comida, se deleitarán con sabrosos manjares. Presten atención y vengan a mí, escuchen bien y vivirán. Yo haré con ustedes una alianza eterna, obra de mi inquebrantable amor a David. Yo lo he puesto como testigo para los pueblos, jefe y soberano de naciones. Tú llamarás a una nación que no conocías, y una nación que no te conocía correrá hacia ti, a causa del Señor, tu Dios, y por el Santo de Israel, que te glorifica. ¡Busquen al Señor mientras se deja encontrar, llámenlo mientras está cerca! Que el malvado abandone su camino y el hombre perverso, sus pensamientos; que vuelva al Señor, y él le tendrá compasión, a nuestro Dios, que es generoso en perdonar. Porque los pensamientos de ustedes no son los míos, ni los caminos de ustedes son mis caminos ?oráculo del Señor? Como el cielo se alza por encima de la tierra, así sobrepasan mis caminos y mis pensamientos a los caminos y a los pensamientos de ustedes. Así como la lluvia y la nieve descienden del cielo y no vuelven a él sin haber empapado la tierra, sin haberla fecundado y hecho germinar, para que dé la semilla al sembrador y el pan al que come, así sucede con la palabra que sale de mi boca: ella no vuelve a mí estéril, sino que realiza todo lo que yo quiero y cumple la misión que yo le encomendé.

Palabra de Dios.

Salmo: Sal. Is 12, 2-6

R. Sacarán agua con alegría de las fuentes de la salvación.

Este es el Dios de mi salvación: yo tengo confianza y no temo, porque el Señor es mi fuerza y mi protección; él fue mi salvación. R.

Ustedes sacarán agua con alegría de las fuentes de la salvación. Y dirán en aquel día: Den gracias al Señor, invoquen su Nombre, anuncien entre los pueblos sus proezas, proclamen qué sublime es su Nombre. R.

Canten al Señor porque ha hecho algo grandioso: ¡que sea conocido en toda la tierra! ¡Aclama y grita de alegría, habitante de Sión, porque es grande en medio de ti el Santo de Israel! R.

Segunda Lectura: Lectura de la primera carta de san Juan - 1Jn 5, 1-9

Queridos hermanos: El que cree que Jesús es el Cristo ha nacido de Dios; y el que ama al Padre ama también al que ha nacido de él. La señal de que amamos a los hijos de Dios es que amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos. El amor a Dios consiste en cumplir sus mandamientos, y sus mandamientos no son una carga, porque el que ha nacido de Dios, vence al mundo. Y la victoria que triunfa sobre el mundo es nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? Jesucristo vino por el agua y por la sangre; no solamente con el agua, sino con el agua y con la sangre. Y el Espíritu da testimonio porque el Espíritu es la verdad. Son tres los que dan testimonio: el Espíritu, el agua y la sangre; y los tres están de acuerdo. Si damos fe al testimonio de los hombres, con mayor razón tenemos que aceptar el testimonio de Dios. Y Dios ha dado testimonio de su Hijo.

Palabra del Señor.

Evangelio: Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos - Mc 1, 7-11

Juan Bautista predicaba, diciendo: Detrás de mí vendrá el que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de ponerme a sus pies para desatar la correa de sus sandalias. Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero él los bautizará con el Espíritu Santo". En aquellos días, Jesús llegó desde Nazaret de Galilea y fue bautizado por Juan en el Jordán. Y al salir del agua, vio que los cielos se abrían y que el Espíritu Santo descendía sobre él como una paloma; y una voz desde el cielo dijo: "Tú eres mi Hijo muy querido, en ti tengo puesta toda mi predilección".

Palabra de Dios.

"MARÍA QUE DESATA LOS NUDOS": 14 AÑOS DE SU ENTRONIZACIÓN - CAMINO RECORRIDO POR LA COFRADÍA




Un 8 de Enero, -hace catorce años-, la Virgen María en la advocación de Nuestra Madre que Desata Los Nudos, fue entronizada en la Vicaría, por el Presbítero Carlos Mercado.


CONTEMPLEMOS
EL CUADRO DE MARÍA QUE DESATA LOS NUDOS
El ser humano se encuentra con frecuencia en aplastantes oscuridades y en una angustiante confusión. Siente soledad y abandono a pesad de la solidaridad de los demás. Así está el hombre que se ve en la parte inferior del cuadro de la Virgen Que Desata Los Nudos. La ayuda viene de arriba y se manifiesta por intermedio de un ángel que le muestra el camino, lo saca de la oscuridad y lo conduce hacia arriba, hacia la cima, en la cual se encuentra la silueta de la iglesia St. Peter am Perlach. Sobre ella se ve el cielo azul y una nueve luminosa. El hombre puede dar por terminada su búsqueda y comenzar una nueva vida. La mano del mensajero divino indica el camino, escolta al ser humano y lo quiere conducir hacia la iglesia St. Peter am Perlach donde se encuentra el venerado cuadro de la Virgen Que Desata Los Nudos.


María
En el cuadro, la Virgen emerge de la oscuridad hacia la luminosidad. La media luna debajo de sus pies indica el final de la noche y el despuntar de un nuevo día, en el cual el poder del mal ha sido aplastado, destruido, por la Virgen. Se cumple de este modo el mensaje divino proclamado ya en las primeras páginas de la Sagrada Escritura: “Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo: él te pisará la cabeza mientras acechas tú su calcañar”. (Gen. 3,15)
El Apocalipsis 12,1, señala: “Una gran señal apareció en el cielo: una mujer, vestida de sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza”. Así muestra el cuadro, resplandeciente a la luz del sol y coronada por estrellas como “María victoriosa”, con la serpiente sinuosa retorcida debajo de sus pies. La Virgen obra por la gracia divina, cuyo Espíritu Santo en forma de paloma corona el cuadro.
La gracia de Dios cubre a María al modo del manto azul y su amor la viste con la túnica colorada.
Por el poder y la fuerza del Altísimo, María ha sido elevada y tan maravillosamente adornada. Ella entregó su vida y su existencia a la gracia, a las obras de Dios y así se convirtió en sierva del Altísimo y no tiene ya otro cuidado que hacer la voluntad de Dios. Eso muestra la postura inclinada de su cabeza, indicando su humilde sumisión.


Enroscada está la serpiente y enroscada está la cinta. Esto tiene un simbolismo: los hombres se sintieron desde siempre desamparados y atrapados por el poder de la serpiente. Los héroes antiguos, que con el poder de su fuerza lograban cortar las ataduras, los nudos, o que por la astucia de su intelecto lograban salir del laberinto, sólo lo lograban por es única vez. De una vez y para todas fue obra del Divino Redentor. Y El que venció al mal y está por encima de la muerte, elevó a su Madre al servicio de su obra redentora. Ella no solamente desata los nudos, sino que también destruye el poder de la serpiente.

La cinta anudada

Su servicio lo dedica al Rendentor y los redimidos por El. Esto queda indicado en la tarea de sus manos: el ángel le presenta una cinta enmarañada, aparentemente imposible de desenmarañar. Sin esfuerzo alguno va abriendo los nudos y alisando la cinta. A modo de soga salvadora el otro ángel la deja caer hacia los hombres en la tierra.

María y nosotros


Contemplemos sus manos, que desatan los nudos y también sus pies, y como Ella, destruyamos el poder de la serpiente. Siempre con la ayuda de la Virgen logramos destruir al mal, nos abrimos al servicio de sus manos. Recién entonces Ella deshace, resuelve, diluye, suelta y rompe la interminable cinta enmarañada de la vida, las alisa y nos la ofrece. La cinta enmarañada se convierte en cinta de salvación, de rescate, de redención.
El hombre en la parte inferior del cuadro no sabe de todo esto, a lo más podrá vislumbrar, presentir algo. Pero si él encuentra el camino hacia la iglesia, una vez en presencia de la Virgen Que Desata Los Nudos encontrará lo que ha estado buscando. Entonces las aplastantes oscuridades y la angustiante confusión habrá llegado a su fin. Entonces verá la luz y la vida en el signo de María Victoriosa. Su vitoria está al servicio de todos los redimidos.
Con aprobación eclesiástica del Arsobispado de Augsburgo, 20 de octubre de 1976.


Los 14 años de la Cofradía de “Nuestra Señora que Desata los Nudos”
 



Transcurrieron 14 años, desde que el Pbro. Carlos Mercado nos convocara para integrar la “Cofradía de Nuestra Señora que Desata los Nudos”. En principio, fuimos seis mujeres que nos encontramos.

No disponíamos de medios económicos. Sólo un puñado de sueños! Pero gracias a las colaboraciones el 8 de Enero de 1998, se entronizó el cuadro de la imagen de la Virgen. En ese día asombroso, la concurrencia fue masiva, a pesar de la lluvia.

El 8 de cada mes aumentaba la participación de los fieles. La devoción creció notablemente, se vivía un clima de festejo y hermandad en las tres misas, a las 6 hs., 10 hs. y 20 hs..

En el transcurrir del tiempo fallecieron cuatro hermanas y actualmente formamos el grupo dieciséis personas.

La Cofradía continúa caminando. Gracias a la Santísima Virgen, unidas, devotas y con vocación de servicio, asistimos a las cinco de la mañana para que cada 8 sea distinto.
¿Cómo nos organizamos?
Un grupo es responsable de la liturgia; otro grupo atiende la pequeña santería que ofrece objetos piadosos relacionados con esta advocación y otros santos, otro grupo hace la venta de platos dulces y salados.

Mensualmente nos reunimos para fortalecer la parte espiritual, organizar actividades litúrgicas (triduos, novenas, rosarios etc.) y encuentros de confraternidad.

La fiesta mayor es el 8 de Diciembre, Día de la Inmaculada Concepción de María. El cuadro de “Nuestra Señora que Desata los Nudos” vestido con flores, bellísimo, es llevado en procesión derramando bendiciones por las calles del Barrio.

También todos los 12 de cada mes se conmemora al Divino Niño Jesús, cuya imagen adquirimos en la ciudad de Córdoba.

En esta fecha se bendice a las madres embarazadas y a todos los niños que asisten a la Santa Misa, siendo su Fiesta Patronal, el 12 de Octubre, fecha en que se realiza la procesión.

“Nuestra Señora que desata los Nudos”, bendícenos y acompaña a esta Cofradía para seguir creciendo en nuestra Vicaría “San Martín de Porres”.

  



jueves, 5 de enero de 2012

"AGREGÁ AYUDAR A TU LISTA DEL SÚPER"

Hasta el jueves 5 de Enero de 2012, -en Chango Mas-,
entre todos llevamos recaudado $ 3.117, 00!!!



Si quieres conocer más sobre esta campaña solidaria, te recomendamos que hagas clic aquí:


¡Gracias a todos los corazones solidarios!
"Con poco hacemos Mucho"!

martes, 3 de enero de 2012

INTENCIONES DEL PAPA BENDICTO XVI PARA EL MES DE ENERO


La intención general del Apostolado de la Oración del Papa es:
Para que las víctimas de desastres naturales reciban el alivio espiritual y material necesario para reconstruir sus vidas.

Su intención misionera es:

Para que el empeño de los cristianos a favor de la paz sea ocasión para dar testimonio del nombre de Cristo a todas las personas de buena voluntad.

435 BAUTISMOS EN EL AÑO 2011


Durante el año 2011, cuatrocientos treinta y cinco (435), niños, jóvenes y adultos, recibieron el Santo Bautismo.

Las celebraciones se llevaron a cabo en nuestra Vicaría, en la Comunidad "Virgen del Rosario de San Nicolás", Barrio Cáritas Oratorio "Divino Niño Jesús" y en el Barrio Los Obreros II.


Como preparación para los padres y padrinos, la Pastoral de Bautismo "San Martín de Porres", comparte con ellos la importancia que el Sacramento tiene en la vida de la familia cristiana.


En el Barrio Los Obreros II, los voluntarios de Cáritas "San Martín de Porres", la misión, invitando a los hermanos, a recibir el Primer Sacramento de los cristianos.




Estadística

Año 2007: 102 Bautismos.
Año 2008: 341 Bautismos.
Año 2009: 62 Bautismos.
Año 2010: 276 Bautismos.
Año 2011: 435 Bautismos.

domingo, 1 de enero de 2012

EN EL DÍA DE LA PAZ, LOS RIOJANOS VIVIMOS LA FIESTA DE NUESTRO PATRONO: SAN NICOLÁS DE BARI


Ayer, al mediodía, -como todos los años-,los riojanos vivimos el "Tinkunaco". Vos quechua que significa "Encuentro". Este acontecimiento religioso sucedió en la Pascua de 1593, cuando los nativos del lugar (Diaguitas) se cansaron del mal trato de los Españoles (colonizadores) en la figura del Alcalde (Intendente), y comenzaron una revolución social. San Francisco Solano, en representación de la Iglesia, logró la reconciliación y la paz, siendo nombrando un nuevo Alcalde de la Ciudad: El Niño Dios.

La imagen del Niño Alcade, sale de su casa -Iglesia San Francisco- y San Nicolás, desde la Iglesia Catedral, va a su encuentro.

Frente a la Casa de Gobierno, a las 12 del mediodía, se encuentran las imágenes benditas del Niños Dios -vestido de Alcalde- y de nuestro Patrono, San Nicolás de Bari.

Con tres genuflexiones, San Nicolás -que representa al Pueblo-, se arrodilla ante el Niño Alcalde, reconociéndolo como el Único Señor!



Esta tarde, viviremos la procesión de San Nicolás, a la que fieles no solo de nuestra provincia, sino de distintas partes de nuestra Bendita Argentina, vienen a caminar junto al "Tatita San Nicolás, el de la cara morena y el corazón como el pan"!
El 2 de Enero, se celebran Misas por los promesantes y el 3 de Enero, a las 11:00 horas se realiza la despedida, donde las dos imágenes salen nuevamente al frente de la Iglesia Catedral y el Niño Alcalde, -que estuvo de visita-, regresa a su casa.


"DÍA DE LA PAZ"

MENSAJE DE SU SANTIDAD
PABLO VI
PARA LA CELEBRACIÓN
DEL «DIA DE LA PAZ»

Lunes 1 de enero de 1968

Nos dirigimos a todos los hombres de buena voluntad para exhortarlos a celebrar «El Día de la Paz» en todo el mundo, el primer día del año civil, 1 de enero de 1968. Sería nuestro deseo que después, cada año, esta celebración se repitiese como presagio y como promesa, al principio del calendario que mide y describe el camino de la vida en el tiempo, de que sea la Paz con su justo y benéfico equilibrio la que domine el desarrollo de la historia futura.

Nos pensamos que esta propuesta interprete las aspiraciones de los Pueblos, de sus Gobernantes, de las Entidades internacionales que intentan conservar la Paz en el mundo, de las Instituciones religiosas tan interesadas en promover la Paz, de los Movimientos culturales, políticos y sociales que hacen de la Paz su ideal, de la Juventud, —en quien es más viva la perspicacia de los nuevos caminos de la civilización, necesariamente orientados hacia un pacífico desarrollo—, de los hombres sabios que ven cuán necesaria sea hoy la Paz y al mismo tiempo cuán amenazada.

La proposición de dedicar a la Paz el primer día del año nuevo no intenta calificarse como exclusivamente nuestra, religiosa, es decir católica; querría encontrar la adhesión de todos los amigos de la Paz, como si fuese iniciativa suya propia, y expresarse en formas diversas, correspondientes al carácter particular de cuantos advierten cuán hermosa e importante es la armonía de todas las voces en el mundo para la exaltación de este primer bien, que es la Paz, en el múltiple concierto de la humanidad moderna.

La Iglesia Católica, con intención de servicio y de ejemplo, quiere simplemente «lanzar la idea», con la esperanza que alcance no sólo el más amplio asentimiento del mundo civil, sino que tal idea encuentre en todas partes múltiples promotores, hábiles y capaces de expresar en la «Jornada de la Paz», a celebrarse al principio de cada nuevo año, aquel sincero y fuerte carácter de humanidad consciente y redimida de sus tristes y funestos conflictos bélicos, que sepa dar a la historia del mundo un desarrollo ordenado y civil más feliz.

La Iglesia Católica procurará llamar a sus fieles a celebrar «la Jornada de la Paz» con las expresiones religiosas y morales de la fe cristiana; pero considera necesario recordar a todos aquellos, que querrán compartir la oportunidad de tal «Jornada», algunos puntos que deben caracterizarla; y primero entre ellos: la necesidad de defender la paz frente a los peligros que siempre la amenazan: el peligro de supervivencia de los egoísmos en las relaciones entre las naciones; el peligro de las violencias a que algunos pueblos pueden dejarse arrastrar por la desesperación, al no ver reconocido y respetado su derecho a la vida y a la dignidad humana; el peligro, hoy tremendamente acrecentado, del recurso a los terribles armamentos exterminadores de los que algunas Potencias disponen, empleando en ello enormes medios financieros, cuyo dispendio es motivo de penosa reflexión ante las graves necesidades que afligen el desarrollo de tantos otros pueblos; el peligro de creer que las controversias internacionales no se pueden resolver por los caminos de la razón, es decir de las negociaciones fundadas en el derecho, la justicia, la equidad, sino sólo por los de las fuerzas espantosas y mortíferas.

La Paz se funda subjetivamente sobre un nuevo espíritu que debe animar la convivencia de los Pueblos una nueva mentalidad acerca del hombre, de sus deberes y sus destinos. Largo camino es aún necesario para hacer universal y activa esta mentalidad; una nueva pedagogía debe educar las nuevas generaciones en el mutuo respeto de las Naciones, en la hermandad de los Pueblos, en la colaboración de las gentes entre sí y también respecto a su progreso y desarrollo. Los organismos internacionales, instituidos para este fin, deben ser sostenidos por todos, mejor conocidos, dotados de autoridad y de medios idóneos para su gran misión. La «Jornada de la Paz» debe hacer honor a estas Instituciones y rodear su trabajo de prestigio, de confianza y de aquel sentido de expectación que debe tener en ellas vigilante el sentido de sus gravísimas responsabilidades y fuerte la conciencia del mandato que se les ha confiado.

Una advertencia hay que recordar. La paz no puede estar basada sobre una falsa retórica de palabras, bien recibidas porque responden a las profundas y genuinas aspiraciones de los hombres, pero que pueden también servir y han servido a veces, por desgracia, para esconder el vacío del verdadero espíritu y de reales intenciones de paz, si no directamente para cubrir sentimientos y acciones de prepotencia o intereses de parte. Ni se puede hablar legítimamente de paz, donde no se reconocen y no se respetan los sólidos fundamentos de la paz: la sinceridad, es decir, la justicia y el amor en las relaciones entre los Estados y, en el ámbito de cada una de las Naciones, de los ciudadanos entre sí y con sus gobernantes; la libertad de los individuos y de los pueblos, en todas sus expresiones. cívicas, culturales, morales, religiosas; de otro modo no se tendrá la paz —aun cuando la opresión sea capaz de crear un aspecto exterior de orden y de legalidad—, sino el brotar continuo e insofocable de revueltas y de guerras.

Es, pues, a la paz verdadera, a la paz justa y equilibrada, en el reconocimiento sincero de los derechos de la persona humana y de la independencia de cada Nación que Nos invitamos a los hombres sabios y fuertes a dedicar esta Jornada.

Así, finalmente, es de augurar que la exaltación del ideal de la Paz no favorezca la cobardía de aquellos que temen deber dar la vida al servicio del propio país y de los propios hermanos cuando estos están empeñados en la defensa de la justicia y de la libertad, y que buscan solamente la huída de la responsabilidad y de los peligros necesarios para el cumplimiento de grandes deberes y empresas generosas: Paz no es pacifismo, no oculta una concepción vil y negligente de la vida, sino proclama los más altos y universales valores de la vida: la verdad, la justicia, la libertad, el amor.

Y es por la tutela de estos valores que nosotros los colocamos bajo la bandera de la Paz e invitamos hombres y Naciones a levantar, al amanecer del año nuevo, esta bandera que debe guiar la nave de la civilización, a través de las inevitables tempestades de la historia, al puerto de sus más altas metas.

A vosotros, venerables Hermanos en el Episcopado, a vosotros, Hijos y Fieles queridísimos de nuestra Santa Iglesia Católica,

Dirigimos la invitación que arriba hemos anunciado; la de dedicar a los pensamientos y a los propósitos de la Paz una celebración particular en el día primero del año civil, el uno de Enero del próximo año.

Esta celebración no debe alterar el calendario litúrgico que reserva el primer día del año al culto de la maternidad divina de María y al nombre santísimo de Jesús; antes bien, estas santas y suaves memorias religiosas deben proyectar su luz de bondad, de sabiduría y de esperanza sobre la imploración, la meditación, la promoción del grande y deseado don de la paz de que el mundo tiene tanta necesidad.

Os habréis percatado, venerables Hermanos y queridos Hijos, con cuánta frecuencia nuestras palabras repiten consideraciones y exhortaciones sobre el tema de la Paz; no lo hacemos para ceder a una costumbre fácil, ni para servirnos de un argumento de pura actualidad; lo hacemos porque pensamos que lo exige nuestro deber de Pastor universal; lo hacemos porque vemos amenazada la Paz en forma grave y con previsiones de acontecimientos terribles que pueden resultar catastróficos para naciones enteras y quizá también para gran parte de la humanidad; lo hacemos porque en los últimos años de la historia de nuestro siglo ha aparecido finalmente con mucha claridad que la Paz es la línea única y verdadera del progreso humano (no las tensiones de nacionalismos ambiciosos, ni las conquistas violentas, ni las represiones portadoras de un falso orden civil); lo hacemos porque la Paz está en la entraña de la religión cristiana, puesto que para el cristiano proclamar la paz es anunciar a Cristo; «El es nuestra paz» (Ef. 2, 14); el suyo es «Evangelio de paz» (Ef. 6, 15) : mediante su sacrificio en la Cruz, El realizó la reconciliación universal y nosotros, sus seguidores, estamos llamados a ser «operadores de la Paz» (Mt. 5, 9); y sólo del Evangelio, al fin, puede efectivamente brotar la Paz, no para hacer débiles ni flojos a los hombres sino para sustituir, en sus espíritus, los impulsos de la violencia y de los abusos por las virtudes viriles de la razón y del corazón de un humanismo verdadero; lo hacemos finalmente porque querríamos que jamás nos acusasen Dios ni la historia de haber callado ante el peligro de un nuevo conflicto entre los pueblos, el cual, como todos saben, podría revestir formas imprevistas de terror apocalíptico.

En necesario siempre hablar de Paz. Es necesario educar al mundo para que ame la Paz, la construya y la defienda; contra las premisas de la guerra que renacen (emulaciones nacionalistas, armamentos, provocaciones revolucionarias, odio de razas, espíritu de venganza, etc.) y contra las insidias de una táctica de pacifismo que adormece al adversario o debilita en los espíritus el sentido de la justicia, del deber y del sacrificio, es preciso suscitar en los hombres de nuestro tiempo y de las generaciones futuras el sentido y el amor de la Paz fundada sobre la verdad, sobre la justicia, sobre la libertad, sobre el amor (cfr. Juan XXIII, Pacem in terris).

La grande idea de la Paz tenga, especialmente para nosotros, seguidores de Cristo, su Jornada solemne, en el comienzo del año nuevo 1968.

Nosotros, los creyentes del Evangelio, podemos infundir en esta celebración un tesoro maravilloso de ideas originales y poderosas: como la de la hermandad intangible y universal de todos los hombres que deriva de la Paternidad de Dios única, soberana y amabilísima; y que proviene de la comunión que, in re vel in spe, nos une a todos a Cristo; y también de la vocación profética que en el Espíritu Santo llama al género humano a la unidad no sólo de conciencia sino de obras y de destinos. Nosotros podemos, como ninguno, hablar del amor al prójimo. Nosotros podemos sacar del precepto evangélico del perdón y de la misericordia gérmenes regeneradores de la sociedad. Nosotros, sobre todo, Hermanos venerabilísimos e Hijos dilectísimos, podemos tener un arma singular para la Paz, la oración, con sus maravillosas energías de tonificación moral y de impetración de trascendentes factores divinos de innovaciones espirituales y políticas; y con la posibilidad que ella ofrece a cada uno para examinarse individualmente y sinceramente acerca de las raíces del rencor y de la violencia que pudieran encontrarse en el corazón de cada uno.

Tratemos, por tanto, de inaugurar el año de gracia 1968 (año de la fe que se convierte en esperanza) orando por la Paz; todos, posiblemente juntos en nuestras Iglesias y en nuestras casas; es lo que por ahora os pedimos; que no falte la voz de nadie en el gran coro de la Iglesia y del mundo que invoca de Cristo, inmolado por nosotros, dona nobis pacem.

A todos vosotros nuestra bendición apostólica.

El Vaticano, 8 de diciembre de 1967.

PAULUS PP. VI

MARÍA, MADRE DE DIOS!

Hoy, comenzamos este nuevo Año 2012, pidiendo la protección de María, Madre de Dios y Madre Nuestra!

La fiesta mariana más antigua que se conoce en Occidente es la de "María Madre de Dios". En las Catacumbas o antiquísimos subterráneos que están cavados debajo de la ciudad de Roma y donde se reunían los primeros cristianos para celebrar la Misa, en tiempos de las persecuciones, hay pinturas con este nombre: "María, Madre de Dios".

Cuando el hereje Nestorio -en el año 431-, se atrevió a decir que María no era Madre de Dios, se reunieron los 200 obispos del mundo en Éfeso (la ciudad donde la Santísima Virgen pasó sus últimos años) e iluminados por el Espíritu Santo declararon: "La Virgen María sí es Madre de Dios porque su Hijo, Cristo, es Dios". Acompañados por muchas personas de la ciudad que los rodeaba portando antorchas encendidas, hicieron una gran procesión cantando: "Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén".

El título "Madre de Dios" es el principal y el más importante de la Virgen María, y de él dependen todos los demás títulos y cualidades y privilegios que Ella tiene.

Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros!



Domingo 1 - Santa María, Madre de Dios. (S). Blanco.

Liturgia

Primera Lectura:Lectura del Libro de Los Números: Núm 6, 22-27


El Señor dijo a Moisés: "Habla en estos términos a Aarón y a sus hijos: Así bendecirán a los israelitas. Ustedes les dirán: 'Que el Señor te bendiga y te proteja. Que el Señor haga brillar su rostro sobre ti y te muestre su gracia. Que el Señor te descubra su rostro y te conceda la paz'. Que ellos invoquen mi nombre sobre los israelitas, y yo los bendeciré".


Palabra de Dios.


Salmo: Sal 66, 2-3. 5-6. 8


R. El Señor tenga piedad y nos bendiga.


El Señor tenga piedad y nos bendiga, haga brillar su rostro sobre nosotros, para que en la tierra se reconozca su dominio, y su victoria, entre las naciones. R.

Que canten de alegría las naciones, porque gobiernas a los pueblos con justicia y guías a las naciones de la tierra. El Señor tenga piedad y nos bendiga. R.

¡Que los pueblos te den gracias, Señor; que todos los pueblos te den gracias! Que Dios nos bendiga, y lo teman todos los confines de la tierra. R.


Segunda Lectura: Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Galacia - Gál 4, 4-7


Hermanos: Cuando se cumplió el tiempo establecido, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer y sujeto a la ley, para redimir a los que estaban sometidos a la ley y hacernos hijos adoptivos. Y la prueba de que ustedes son hijos, es que Dios infundió en nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama a Dios llamándolo: ¡Abbá!, es decir: ¡Padre! Así, ya no eres más esclavo, sino hijo, y por lo tanto, heredero por la gracia de Dios.

Palabra de Dios.


Evangelio: Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas - Lc 2, 16-21


Los pastores fueron rápidamente adonde les había dicho el ángel del Señor, y encontraron a María, a José y al recién nacido acostado en un pesebre. Al verlo, contaron lo que habían oído decir sobre este niño, y todos los que los escuchaban, quedaron admirados de lo que decían los pastores. Mientras tanto, María conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón. Y los pastores volvieron, alabando y glorificando a Dios por todo lo que habían visto y oído, conforme al anuncio que habían recibido. Ocho días después, llegó el tiempo de circuncidar al niño y se le puso el nombre de Jesús, nombre que le había sido dado por el ángel antes de su concepción.


Palabra del Señor.