lunes, 30 de abril de 2012

ÚLTIMO DÍA DE NOVENA A "SAN JOSÉ OBRERO"

Queridos hermanos: En este último día de la novena al patrono de nuestro barrio, San José Obrero, le pedimos con fe su intercesión, para que bendiga nuestros trabajos e interceda por todos los hermanos desempleados.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Acto de arrepentimiento

Le pedimos a Dios que perdón por todos los pecados que cometimos, por eso rezamos todos juntos el Pésame:

Pésame Dios mío, me arrepiento de todo corazón de haberte ofendido.

Pésame por el infierno que merecí, por el cielo que perdí.

Pero mucho más me pesa porque pecando ofendí, a un Dios tan Grande y tan Bueno como Vos.

Antes querría haber muerto que haberte ofendido y propongo firmemente no pecar más y evitar las ocasiones próximas de pecado. Amén

Oración para comenzar cada día

Glorioso Padre de Jesús, Esposo de María. Patriarca y Protector de la Santa Iglesia, a quien Dios Padre confió, cuidar, guiar y defender, en la tierra, a la Sagrada Familia; protégenos también a nosotros y a todos los fieles católicos que somos parte del Cuerpo místico de tu Hijo, que es la Iglesia. Alcánzanos las gracias que necesitamos en esta vida y, sobre todo, los auxilios espirituales para la vida eterna.

Concédenos la gracia especial que te pedimos cada uno en esta novena (pedimos con fervor y confianza la gracia que se desea obtener).


En este octavo día de la novena, contemplamos a san José como Patrono de los trabajadores


José no sólo fue un trabajador, el carpintero de Nazaret, sino que es el modelo del trabajador cristiano, ya que, durante años, trabajó para Jesús.

El trabajó con amor, y le enseñó a Jesús el oficio de carpintero.

Jesucristo, nuestro Señor" era conocido como el hijo del carpintero.

San José, realizó tareas sencillas, pero puso toda su alma en hacer las cosas bien, con amor y humildad.


A cada intención respondemos: Por San José Obrero, te lo pedimos Señor


- Por todos los hermanos que no tiene un trabajo digno y sufren las injusticias del trabajo esclavo. Oremos…

- Por todos los hermanos que se encuentran desempleados, para que puedan contar con un trabajo que dignifique su vida y la de su familia. Oremos

- Para que imitando a San José Obrero, realicemos cada día, con amor y humildad nuestro trabajo. Oremos…

- Para que San José Obrero, convierta el corazón de todas aquellas personas que utilizan a los niños y los convierten en víctimas del trabajo infantil. Oremos...

- Para que el Señor, reciba nuestra economía familiar y todas las intenciones que guardamos en el corazón. Oremos…


Te pedimos San José Obrero, que así como mantuviste a la Sagrada Familia de Nazaret con el trabajo de tus manos, nos concedas un trabajo digno para poder también nosotros, mantener a nuestras familias.


Rezamos el Santo Rosario: Hoy contemplamos los Misterios Gozosos

http://vicariasanmartindeporres.blogspot.com.ar/search/label/Santo%20Rosario


Oración Final: A San José Obrero

Nos dirigimos a ti, bendito San José, nuestro protector en la tierra, como quien conoce el valor del trabajo y la respuesta a nuestro llamado. A través de tu Santa Esposa, la Inmaculada Virgen Madre de Dios, y sabiendo el amor paternal que tuviste a nuestro Señor Jesús, te pedimos nos asistas en nuestras necesidades y nos bendigas y fortalezcas en nuestros trabajos.

Ayúdanos a realizar dignamente nuestras tareas diarias, líbranos de caer en el pecado, de la avaricia y de tener un corazón corrupto. Sé tú el amable guardián de nuestro trabajo, nuestro defensor y fortaleza contra la injusticia y el error.

Seguimos tu ejemplo y buscamos tu auxilio. Socórrenos en todos nuestros esfuerzos, para, así, poder obtener contigo el descanso eterno en el cielo. Amén


San José Obrero: Ruega por nosotros!


Alumbrantes de la Novena: Servidores de "San Martín de Porres"


domingo, 29 de abril de 2012

DOMINGO 4º DE PASCUA - DOMINGO DEL "BUEN PASTOR"


Primera Lectura: Hech 4, 8-12


Lectura de los Hechos de los apóstoles.


En aquellos días: Pedro, lleno del Espíritu Santo, dijo: "Jefes del pueblo y ancianos, ya que hoy se nos pide cuenta del bien que hicimos a un enfermo y de cómo fue sanado, sepan ustedes y todo el pueblo de Israel: este hombre está aquí sano delante de ustedes por el Nombre de nuestro Señor Jesucristo de Nazaret, al que ustedes crucificaron y Dios resucitó de entre los muertos. Él es la piedra que ustedes, los constructores, han rechazado, y ha llegado a ser la piedra angular. Porque, en ningún otro existe la salvación, ni hay bajo el cielo otro Nombre dado a los hombres, por el cual podamos salvarnos".


Palabra de Dios.



Salmo: Sal 117, 1. 8-9. 21-23. 26. 28-29


R. Den gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterno su amor. O bien: Aleluya.


¡Den gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterno su amor! Es mejor refugiarse en el Señor que fiarse de los hombres; es mejor refugiarse en el Señor que fiarse de los poderosos. R.

Yo te doy gracias porque me escuchaste y fuiste mi salvación. La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Esto ha sido hecho por el Señor y es admirable a nuestros ojos. R.

¡Bendito el que viene en nombre del Señor! Nosotros los bendecimos desde la Casa del Señor: Tú eres mi Dios, y yo te doy gracias; Dios mío, yo te glorifico. ¡Den gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterno su amor! R.


Segunda Lectura: 1Jn 3, 1-2


Lectura de la primera carta de san Juan.


Queridos hermanos: ¡Miren cómo nos amó el Padre! Quiso que nos llamáramos hijos de Dios, y nosotros lo somos realmente. Si el mundo no nos reconoce, es porque no lo ha reconocido a él. Queridos míos, desde ahora somos hijos de Dios, y lo que seremos no se ha manifestado todavía. Sabemos que cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.


Palabra de Dios.



Evangelio: Jn 10,11-18


Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.


Jesús dijo: "Yo soy el buen Pastor. El buen Pastor da su vida por las ovejas. El asalariado, en cambio, que no es el pastor y al que no pertenecen las ovejas, cuando ve venir al lobo las abandona y huye, y el lobo las arrebata y las dispersa. Como es asalariado, no se preocupa por las ovejas. Yo soy el buen Pastor: conozco a mis ovejas, y mis ovejas me conocen a mí -como el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre- y doy mi vida por las ovejas. Tengo, además, otras ovejas que no son de este corral y a las que debo también conducir: ellas oirán mi voz, y así habrá un solo rebaño y un solo Pastor. El Padre me ama porque yo doy mi vida para recobrarla. Nadie me la quita, sino que la doy por mí mismo. Tengo el poder de darla y de recobrarla: éste es el mandato que recibí de mi Padre".


Palabra del Señor.

8vo. DÍA DE NOVENA A "SAN JOSÉ OBRERO"

Queridos hermanos: En este octavo día de la novena al Patrono de nuestro barrio, San José Obrero, le pedimos con fe su intercesión, para que como cuidó a la Sagrada Familia de Nazaret, cuide y proteja a todos sus hijos que lo invocamos como Patrono y protector.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Acto de arrepentimiento

Le pedimos a Dios que perdón por todos los pecados que cometimos, por eso rezamos todos juntos el Pésame:

Pésame Dios mío, me arrepiento de todo corazón de haberte ofendido.

Pésame por el infierno que merecí, por el cielo que perdí.

Pero mucho más me pesa porque pecando ofendí, a un Dios tan Grande y tan Bueno como Vos.

Antes querría haber muerto que haberte ofendido y propongo firmemente no pecar más y evitar las ocasiones próximas de pecado. Amén

Oración para comenzar cada día

Glorioso Padre de Jesús, Esposo de María. Patriarca y Protector de la Santa Iglesia, a quien Dios Padre confió, cuidar, guiar y defender, en la tierra, a la Sagrada Familia; protégenos también a nosotros y a todos los fieles católicos que somos parte del Cuerpo místico de tu Hijo, que es la Iglesia. Alcánzanos las gracias que necesitamos en esta vida y, sobre todo, los auxilios espirituales para la vida eterna.

Concédenos la gracia especial que te pedimos cada uno en esta novena (pedimos con fervor y confianza la gracia que se desea obtener).


En este octavo día de la novena, contemplamos a San José como Patrono de nuestra Comunidad


Los miembros de la Comunidad “San José Obrero”, fuimos convocados a una reunión, presidida por el Presbítero Claudio Minué, para que como comunidad, proclamáramos el Patrono de la misma.

San José Obrero, fue elegido como Patrono, Padre y Protector de todos los hermanos que habitamos en el barrio Los Obreros. Nosotros, tomamos como abogado y nos encomendamos, al Padre Adoptivo de nuestro Señor Jesucristo, pidiendo su intercesión ante su Hijo.

Santa Teresa dijo sobre San José: “Creo que, ya hace algunos años, que el día de su fiesta le pido una cosa y siempre la veo cumplida; si la petición va algo torcida, él la endereza para más bien mío”.

“Una vez estaba yo en apuro del que no sabía cómo salir, pues no tenía dinero para pagar a unos albañiles, y se me apareció San José, mi verdadero padre y señor, y me dijo que no faltaría dinero y que los contratara; y así lo hice, sin un céntimo. El Señor, de modo maravilloso, que asombrara a los que oían, me proveyó”.


A cada intención respondemos: Por San José Obrero, te lo pedimos Señor


- Para que cada día, nos comprometamos como servidores fieles en el trabajo para el Reino de Dios. Oremos…

- Para que cada día crezca nuestra fe y confianza en la providencia de Dios, invocando a San José Obrero, en cada necesidad, tanto material como espiritual. Oremos

- Por todos los hermanos que en la comunidad, sufren enfermedades en el cuerpo y en el alma, para que invocando a nuestro Patrono, logren de Dios la sanación del cuerpo y del alma. Oremos…

- Por todos los hermanos que no tienen fe, para que por la intercesión de nuestro Santo Patrono, dejen entrar en corazón a nuestro Señor y experimente el amor de Dios.. Oremos...

- Por todas las intenciones que guardamos en el corazón y deseamos que Dios, conceda para nuestra comunidad. Oremos…


San José Obrero, Patrono de nuestra comunidad, llenos de confianza en tu poder, ya que realizaste con Jesús la tarea de padre, nos encomendamos a ti con todo fervor.

Recibe nuestras súplicas e intercede por nosotros.


Rezamos el Santo Rosario: Hoy contemplamos los Misterios Gloriosos

http://vicariasanmartindeporres.blogspot.com.ar/search/label/Santo%20Rosario


Oración Final: A San José Obrero

Nos dirigimos a ti, bendito san José, nuestro protector en la tierra, como quien conoce el valor del trabajo y la respuesta a nuestro llamado. A través de tu Santa Esposa, la Inmaculada Virgen Madre de Dios, y sabiendo el amor paternal que tuviste a nuestro Señor Jesús, te pedimos nos asistas en nuestras necesidades y nos bendigas y fortalezcas en nuestros trabajos.

Ayúdanos a realizar dignamente nuestras tareas diarias, líbranos de caer en el pecado, de la avaricia y de tener un corazón corrupto. Sé tú el amable guardián de nuestro trabajo, nuestro defensor y fortaleza contra la injusticia y el error.

Seguimos tu ejemplo y buscamos tu auxilio. Socórrenos en todos nuestros esfuerzos, para, así, poder obtener contigo el descanso eterno en el cielo. Amén

San José Obrero: Ruega por nosotros!


Alumbrantes de la Novena: Cáritas "San Martín de Porres"

sábado, 28 de abril de 2012

CONVIVENCIA DE JÓVENES EN LA COMUNIDAD "SAN JOSÉ OBRERO"

En el séptimo día de Novena a "San José Obrero", la Comunidad, vivió con mucha alegría la convivencia de los jóvenes que se preparan para recibir el sacramento de la Confirmación.
Los niños, que reciben la catequesis en el primer año de comunión, participaron con mucha alegría de este hermoso encuentro!


A los catequistas y a la comunidad toda, nuestro sincero agradecimiento!!!!!


Agradecemos a las autoridades y personal de la empresa de transporte, Coop. Riojanos Ltda, por su desinteresada colaboración, materializada en el transporte de los jóvenes desde la Vicaría hacia la Comunidad "San José Obrero".

49ª Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones - Velada de Oración



Este domingo 29 de abril en que la Iglesia celebra la 49ª Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, la liturgia nos muestra a Jesucristo como “El Buen Pastor” que da la vida por sus ovejas, por eso este domingo también recibe el nombre de “Domingo del Buen Pastor”.
El Papa ha emitido un mensaje (hecho público el pasado 13 de febrero y que lleva fecha del 18 de octubre de 2011) en el que alienta atoda la Iglesia no solo a rezar, sino a promover activamente las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada. En esta ocasión, se centra sobre todo en el amor de Dios como característica de todas las vocaciones.
En el texto, titulado Las vocaciones, don de la caridad deDios, se asegura que “toda vocación específica nace de la iniciativa de Dios; es don de la caridad de Dios. Él es quien da el ‘primer paso’ y no como consecuencia de una bondad particular que encuentra en nosotros, sino en virtud de la presencia de su mismo amor ‘derramado en nuestros corazones por el Espíritu’ (Rm 5,5.
Como Comunidad, nos reunimos este sábado 28 de Abril de2012, en la Velada de Oración, que comenzará a las 21:30 hs. hasta las 00:30 hs. aproximadamente.
Es por ello que los invitamos a participar de esta Velada de Oración, para pedir a Jesús “El Buen Pastor”, que envíe más obreros para laMies.

Programa para la Velada de Oración

22:00 hs. a 23:00 hs.

- Cofradía que Desatalos Nudos
- Cáritas “San Martínde Porres”
- Renovación Carismática Jóvenes
- Catequesis

23 hs a 00,30 hs.

- Apostolado de laOración
- Renovación Carismática Adultos
- Jesús de la Divina Misericordia
- Servidores de “San Martínde Porres”


Mensajedel Papa Benedicto XVI para la 49ª Jornada Mundial de Oración por lasVocaciones

Queridos hermanos y hermanas

La XLIX Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones,que se celebrará el 29 de abril de 2012, cuarto domingo de Pascua, nos invita a reflexionar sobre el tema: Las vocaciones don de la caridad deDios.
La fuente de todo don perfecto es Dios Amor –Deus caritas est–: “Quienpermanece en el amor permanece en Dios y Dios en él” (1 Jn 4,16). La Sagrada Escritura narra la historia de este vínculo originario entre Dios y la humanidad, que precede a la misma creación. San Pablo, escribiendo a los cristianos de la ciudad de Éfeso, eleva un himno de gratitud y alabanza al Padre, el cual con infinita benevolencia dispone a lo largo de los siglos la realización de su plan universal de salvación, que es un designio de amor. Enel Hijo Jesús –afirma el Apóstol– “nos eligió antes de la fundación del mundo para que fuésemos santos e irreprochables ante Él por el amor” (Ef 1,4). Somos amados por Dios incluso “antes” de venir a la existencia. Movido exclusivamente por su amor incondicional, él nos “creó de la nada” (cf. 2M 7,28) para llevarnos a la plena comunión con Él.
Lleno de gran estupor ante la obra de la providencia deDios, el Salmista exclama: “Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que has creado, ¿qué es el hombre para que te acuerdes de él, el ser humano, para que te cuides de él?” (Sal 8,4-5). La verdad profunda de nuestra existencia está, pues, encerrada en ese sorprendente misterio: toda criatura, en particular toda persona humana, es fruto de un pensamiento y de un acto de amor de Dios, amor inmenso, fiel, eterno (cf. Jr 31,3). El descubrimiento de esta realidad es lo que cambia verdaderamente nuestra vida en lo más hondo. En una célebre página de las Confesiones, san Agustín expresa congran intensidad su descubrimiento de Dios, suma belleza y amor, un Dios que había estado siempre cerca de él, y al que al final le abrió la mente y el corazón para ser transformado: “¡Tarde te amé, Hermosura tan antigua y tannueva, tarde te amé! Y tú estabas dentro de mí y yo afuera, y así por fuera te buscaba; y, deforme como era, me lanzaba sobre estas cosas hermosas que tú creaste. Tú estabas conmigo, más yo no estaba contigo. Reteníanme lejos de ti aquellas cosas que, si no estuviesen en ti, no existirían. Me llamaste y clamaste, y quebrantaste mi sordera; brillaste y resplandeciste, y curaste mi ceguera; exhalaste tu perfume, y lo aspiré, y ahora te anhelo; gusté de ti, y ahora siento hambre y sed de ti; me tocaste, y deseé con ansia la paz que procede de ti” (X, 27,38). Con estas imágenes, el Santo de Hipona intentaba describir el misterio inefable del encuentro con Dios, con su amor que transforma toda la existencia.
Se trata de un amor sin reservas que nos precede, nos sostiene y nos llama durante el camino de la vida y tiene su raíz en la absoluta gratuidad de Dios. Refiriéndose en concreto al ministerio sacerdotal, mi predecesor, el beato Juan Pablo II, afirmaba que “todo gesto ministerial, a la vez que lleva a amar y servir a la Iglesia, ayuda a madurar cada vez más en el amor y en el servicio a Jesucristo, Cabeza, Pastor y Esposo de la Iglesia; en un amor que se configura siempre como respuesta al amor precedente, libre y gratuito, de Dios en Cristo” (Exhort. ap. Pastores dabo vobis, 25). En efecto, toda vocación específica nace de la iniciativa de Dios; es don de la caridad de Dios. Él es quien da el “primer paso” y no como consecuencia de una bondad particular que encuentra en nosotros, sino en virtud de la presencia de su mismo amor “derramado en nuestros corazones por el Espíritu” (Rm 5,5).
En todo momento, en el origen de la llamada divina está la iniciativa del amor infinito de Dios, que se manifiesta plenamente en Jesucristo. Como escribí en mi primera encíclica Deus caritas est, de hecho, Dios es visible de muchas maneras. En la historia de amor que nos narra la Biblia, Él sale a nuestro encuentro, trata de atraernos, llegando hasta laÚltima Cena, hasta el Corazón traspasado en la cruz, hasta las apariciones del Resucitado y las grandes obras mediante las que Él, por la acción de los Apóstoles, ha guiado el caminar de la Iglesia naciente. El Señor tampoco ha estado ausente en la historia sucesiva de la Iglesia: siempre viene a nuestro encuentro a través de los hombres en los que Él se refleja; mediante su Palabra, en los Sacramentos, especialmente la Eucaristía” (n. 17).
El amor de Dios permanece para siempre, es fiel a símismo, a la “palabra dada por mil generaciones” (Sal 105,8). Es preciso por tanto volver a anunciar, especialmente a las nuevas generaciones, la belleza cautivadora de ese amor divino, que precede y acompaña: es el resorte secreto,es la motivación que nunca falla, ni siquiera en las circunstancias más difíciles.
Queridos hermanos y hermanas, tenemos que abrir nuestra vida a este amor; cada día Jesucristo nos llama a la perfección del amor del Padre (cf. Mt 5,48). La grandeza de la vida cristiana consiste en efecto enamar “como” lo hace Dios; se trata de un amor que se manifiesta en el don total de sí mismo fiel y fecundo. San Juan de la Cruz, respondiendo a la priora del monasterio de Segovia, apenada por la dramática situación de suspensión en laque se encontraba el santo en aquellos años, la invita a actuar de acuerdo con Dios: “No piense otra cosa sino que todo lo ordena Dios. Y donde no hay amor, ponga amor, y sacará amor” (Epistolario, 26).
En este terreno oblativo, en la apertura al amor de Diosy como fruto de este amor, nacen y crecen todas las vocaciones. Y bebiendo deeste manantial mediante la oración, con el trato frecuente con la Palabra y los Sacramentos, especialmente la Eucaristía, será posible vivir el amor al prójimo en el que se aprende a descubrir el rostro de Cristo Señor (cf. Mt 25,31-46).Para expresar el vínculo indisoluble que media entre estos “dos amores” –el amor a Dios y el amor al prójimo– que brotan de la misma fuente divina y a ella se orientan, el Papa san Gregorio Magno se sirve del ejemplo de la planta pequeña: “En el terreno de nuestro corazón, [Dios] ha plantado primero la raíz del amor a él y luego se ha desarrollado, como copa, el amor fraterno” (Moralium Libri, sive expositio inLibrum B. Job, Lib. VII, cap. 24, 28; PL 75, 780D).
Estas dos expresiones del único amor divino han de servividas con especial intensidad y pureza de corazón por quienes se han decididoa emprender un camino de discernimiento vocacional en el ministerio sacerdotal y la vida consagrada; constituyen su elemento determinante. En efecto, el amor a Dios, del que los presbíteros y los religiosos se convierten en imágenes visibles –aunque siempre imperfectas– es la motivación de la respuesta a la llamada de especial consagración al Señor a través de la ordenación presbiteral o la profesión de los consejos evangélicos. La fuerza de la respuesta de san Pedro al divino Maestro: “Tú sabes que te quiero” (Jn 21,15), es el secreto de una existencia entregada y vivida en plenitud y, por esto, llena de profunda alegría.
La otra expresión concreta del amor, el amor al prójimo, sobre todo hacia los más necesitados y los que sufren, es el impulso decisivo que hace del sacerdote y de la persona consagrada alguien que suscita comunión entre la gente y un sembrador de esperanza. La relación de los consagrados, especialmente del sacerdote, con la comunidad cristiana es vital y llega a ser parte fundamental de su horizonte afectivo. A este respecto, al Santo Cura de Ars le gustaba repetir: “El sacerdote no es sacerdote para sí mismo; lo es para vosotros”(Le curé d’Ars. Sapensée – Son coeur, Foi Vivante, 1966, p.100).
Queridos Hermanos en el episcopado, queridos presbíteros, diáconos, consagrados y consagradas, catequistas, agentes de pastoral y todos los que os dedicáis a la educación de las nuevas generaciones, os exhorto con viva solicitud a prestar atención a todos los que en las comunidades parroquiales, las asociaciones y los movimientos advierten la manifestación de los signos de una llamada al sacerdocio o a una especial consagración. Es importante que se creen en la Iglesia las condiciones favorables para que puedan aflorar tantos “sí”, en respuesta generosa a la llamada del amor deDios.
Será tarea de la pastoral vocacional ofrecer puntos de orientación para un camino fructífero. Un elemento central debe ser el amor a la Palabra de Dios, a través de una creciente familiaridad con la Sagrada Escritura y una oración personal y comunitaria atenta y constante, para ser capaces de sentir la llamada divina en medio de tantas voces que llenan la vida diaria. Pero, sobre todo, que la Eucaristía sea el “centro vital” de todo camino vocacional: es aquí donde el amor de Dios nos toca en el sacrificio de Cristo, expresión perfecta del amor, y es aquí donde aprendemos una y otra vez a vivirla “gran medida” del amor de Dios. Palabra, oración y Eucaristía son el tesoro precioso para comprender la belleza de una vida totalmente gastada por el Reino.
Deseo que las Iglesias locales, en todos sus estamentos, sean un “lugar” de discernimiento atento y de profunda verificación vocacional, ofreciendo a los jóvenes un sabio y vigoroso acompañamiento espiritual. De esta manera, la comunidad cristiana se convierte ella misma en manifestación de la caridad de Dios que custodia en sí toda llamada. Esa dinámica, que responde a las instancias del mandamiento nuevo de Jesús, se puede llevar a cabo de manera elocuente y singular en las familias cristianas, cuyo amor es expresión del amor de Cristo que se entregó a sí mismo por su Iglesia (cf. Ef 5,32). En las familias, “comunidad de vida y de amor” (Gaudiumet spes, 48), las nuevas generaciones pueden tener una admirable experiencia de este amor oblativo. Ellas, efectivamente, no sólo son el lugar privilegiado de la formación humana y cristiana, sino que pueden convertirse en “el primer y mejor seminario de la vocación a la vida de consagración al Reino de Dios” (Exhort. ap. Familiaris consortio, 53), haciendo descubrir, precisamente en el seno del hogar, la belleza e importancia del sacerdocio y de la vida consagrada. Los pastores y todos los fieles laicos han de colaborar siempre para que en la Iglesia se multipliquen esas “casas y escuelas de comunión” siguiendo el modelo de la Sagrada Familia de Nazaret, reflejo armonioso en la tierra de la vida de la Santísima Trinidad.
Con estos deseos, imparto de corazón la Bendición Apostólica a vosotros, Venerables Hermanos en el episcopado, a los sacerdotes, a los diáconos, a los religiosos, a las religiosas y a todos los fieles laicos, en particular a los jóvenes que con corazón dócil se ponen a la escucha de la voz de Dios, dispuestos a acogerla con adhesión generosa y fiel.
Benedicto XV
Vaticano, 18 de octubre de 2011

7mo. DÍA DE NOVENA A "SAN JOSÉ OBRERO"


Queridos hermanos: En este séptimo día de la novena al patrono de nuestro barrio, San José Obrero, le pedimos con fe su intercesión, para que nos ayude a ser padres y a guiar cristianamente a nuestros hijos.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Acto de arrepentimiento

Le pedimos a Dios que perdón por todos los pecados que cometimos, por eso rezamos todos juntos el Pésame:

Pésame Dios mío, me arrepiento de todo corazón de haberte ofendido.
Pésame por el infierno que merecí, por el cielo que perdí.
Pero mucho más me pesa porque pecando ofendí, a un Dios tan Grande y tan Bueno como Vos.
Antes querría haber muerto que haberte ofendido y propongo firmemente no pecar más y evitar las ocasiones próximas de pecado. Amén

Oración para comenzar cada día

Glorioso Padre de Jesús, Esposo de María. Patriarca y Protector de la Santa Iglesia, a quien Dios Padre confió, cuidar, guiar y defender, en la tierra, a la Sagrada Familia; protégenos también a nosotros y a todos los fieles católicos que somos parte del Cuerpo místico de tu Hijo, que es la Iglesia. Alcánzanoslas gracias que necesitamos en esta vida y, sobre todo, los auxilios espirituales para la vida eterna.
Concédenos la gracia especial que te pedimos cada uno en esta novena (pedimos con fervor y confianza la gracia que se desea obtener).

En este séptimo día de la novena, contemplamos a san José como Padre Adoptivo de Jesús y protector de la Sagrada Familia.

A San José Dios lo escoge para ser padre adoptivo deJesús. Vivía en Nazaret y era carpintero.
Nos imaginamos cuánto dolor debe haber sufrido San José, viendo nacer al Niño Jesús en tan gran pobreza, en un humilde pesebre, rodeado por los animales, sin tener lo mínimo indispensable para recibir a su Hijo adoptivo. Pero debemos rescatar que ese Niño, estuvo lleno del amor de su Madre la Virgen y de su Padre adoptivo San José.
San José, también sufrió teniendo que alimentar y servir al Hijo de Dios, en la huida a Egipto. Que triste y difícil es dejar el país, la casa, el trabajo, los amigos, dejarlo todo y huir con un niño pequeñito a través del desierto. Cuántos hermanos hoy en día pasan por esta misma situación que vivió San José. Pero la Virgen María y Jesús, estaban a su lado para fortalecerlo con su amor y esperanza en el destierro.
A veces la vida nos parece injusta, sin sentido, y creemos que estamos solos. Pero a pesar del sufrimiento, de la maldad de los hombres, Jesús nunca nos abandona.
No debemos perder la esperanza en Él, que nos sostiene con su amor en medio de las dificultades.

Todos juntos pedimos:

San José Obrero, te pedimos que bendigas y protejas a los niños y a los jóvenes, fortalezcas el amor de los matrimonios, acompañes y sanes los corazones de los viudos, viudas y huérfanos, y concedas paz a quienes están atravesando algún sufrimiento, luz para los hermanos que viven en la oscuridad porque aún no conocen a Dios.


A cada intenciónrespondemos: Por San José Obrero, escúchanos Señor

- Por todas las familias que atraviesan dificultades, para que recurran a san José, como su Protector y guía. Oremos…
-Por todos los jóvenes, que no encuentran sentido a su vida, para que recurran a la protección de San José, como padre amoroso que les indique el rumbo a seguir. Oremos
-Por todos los padres adoptivos, para que siguiendo el ejemplo de San José, asuman son responsabilidad el cuidado y protección de sus hijos. Oremos…
-Por todos los padres que no pueden concebir, para que a ejemplo de San José, escuchen la voz de Dios que les pide, como gran acto de amor, asumir la misión de ser padres del corazón. Oremos...
-Por quienes tiene la responsabilidad de realizar los trámites de adopción, para que escuchando la voz de Dios, agilicen los trámites y escojan a las familias apropiadas, para cumplir con la crianza y educación cristiana de los niños. Oremos…

Oración a la Sagrada Familia

Jesús, te pido por mi familia, para Tú seas su Señor y Salvador.
Bendice a mis seres queridos y protégelos de todo mal y de todo peligro.
No permitas que nada ni nadie les haga daño y dales salud en el cuerpo y en el alma.
Llena nuestro hogar de tu paz, de tu alegría, de tu cariño.
Derrama tu amor para que sepamos dialogar, entendernos, ayudarnos.
Para que aprendamos a acompañarnos y a sostenernos en el duro camino de la vida.
Danos pan y trabajo. Enséñanos a cuidar lo que tenemos y a compartirlo con los demás.
Tómame a mí como instrumento, Jesús, para que llegue a los míos tu luz y tu poder, para que te conozcan y te amen cada día más.
Dame la palabra justa en el momento oportuno, y enséñame lo que tengo que hacer por ellos en cada momento.
También quiero darte gracias, Jesús, por mis seres queridos, por los momentos lindos que pasamos, y por las cosas buenas que tenemos.
María, madre buena, tu presencia también nos hace falta. No nos dejes faltar tu ternura y tu protección.
Jesús, José y María, Sagrada Familia de Nazaret, ayúdennos a vivir en familia. Amén.


Rezamos el Santo Rosario:Hoy contemplamos los Misterios Gozosos





Oración Final: A San José Obrero

Nos dirigimos a ti, bendito San José, nuestro protector en la tierra, como quien conoce el valor del trabajo y la respuesta a nuestro llamado. A través de tu Santa Esposa, la Inmaculada Virgen Madre de Dios, y sabiendo el amor paternal que tuviste a nuestro Señor Jesús, te pedimos nos asistas en nuestras necesidades y nos bendigas y fortalezcas en nuestros trabajos.
Ayúdanos a realizar dignamente nuestras tareas diarias, líbranos de caer en el pecado, de la avaricia y de tener un corazón corrupto. Sé tú el amable guardián de nuestro trabajo, nuestro defensor y fortaleza contra la injusticia y el error.
Seguimos tu ejemplo y buscamos tu auxilio. Socórrenos en todos nuestros esfuerzos, para así, poder obtener contigo el descanso eterno en el cielo. Amén

San José Obrero: ruega por nosotros!

Alumbrantes de la Novena: Cofradía Ntra. Sra. Que Desata Los Nudos

viernes, 27 de abril de 2012

6to. DÍA DE NOVENA A "SAN JOSÉ OBRERO"


Queridos hermanos: En este sexto día de la novenaal patrono de nuestro barrio, San José Obrero, le pedimos con fe su intercesión, para que nos enseñe a crecer permanentemente en amor a Dios y a la Iglesia.

Enel nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Acto de arrepentimiento

Lepedimos a Dios que perdón por todos los pecados que cometimos, por eso rezamos todos juntos el Pésame:

Pésame Dios mío, me arrepiento de todo corazón de haberte ofendido.
Pésame por el infierno que merecí, por el cielo que perdí.
Pero mucho más me pesa porque pecando ofendí, a un Dios tan Grande y tan Bueno como Vos.
Antes querría haber muerto que haberte ofendido y propongo firmemente no pecar más y evitar las ocasiones próximas de pecado. Amén


Oración para comenzar cada día

GloriosoPadre de Jesús, Esposo de María. Patriarca y Protector de la Santa Iglesia, a quien Dios Padre confió, cuidar, guiar y defender, en la tierra, a la Sagrada Familia; protégenos también a nosotros y a todos los fieles católicos que somos partedel Cuerpo místico de tu Hijo, que es la Iglesia. Alcánzanos las gracias que necesitamos en esta vida y, sobre todo, los auxilios espirituales para la vida eterna.


Concédenosla gracias especial que te pedimos cada uno en esta novena (pedimos con fervor y confianza la gracia que se desea obtener).

En este sexto día de la novena,contemplamos a san José como Patrono de la Iglesia Universal y como el santo del silencio.

San José fue proclamado como Patrono de la Iglesia Universal, por ello, hoy nosotros pedimos su protección y cuidado.
Debemos recordar que todos los bautizados somos Iglesia: no sólo el Papa, los obispos, los sacerdotes y los religiosos, sino también todos y cada uno de los laicos,al igual que San José, que fue un laico comprometido con Dios, con la familia y con las necesidades de su tiempo.
Dios le confía a San José, la misión de interceder por la Iglesia y por todos nosotros que la constituimos.
Es llamado "El Santo del Silencio" pues no se conoce palabras expresadas por él, tan solo se conoce acerca de sus obras, sus actos de fe, amor y de protección como padre responsable del bienestar de su Esposa, la Virgen María y de su Hijo adoptivo, Jesucristo.

Todos juntos pedimos:

San José Obrero, te pedimos que así como cuidaste al Niño Jesús de Herodes y de quienes deseaban destruirlo, protege a tu Iglesia de los Herodes actuales, que llenos de odio, intentan por todos los medios, destruirla.
Intercede por todos los bautizados, paraque como Iglesia, podamos ser más fieles a los deseos de Jesús.



A cada intención respondemos: Por San JoséObrero, Líbranos y protégenos Señor

- De quienes quieren destruir a la Iglesia de Jesucristo, que somos todos los bautizados. Oremos…
- A los misioneros, mensajeros de la paz, seminaristas y religiosos en formación. Oremos
- Al Santo Padre, los obispos, sacerdotes y diáconos. Oremos…
- A los religiosos y consagradas. Oremos...
- A todos los hermanos, que en silencio, guardamos en nuestro corazón. Oremos


Señor, Dios mío: Tú que nos concedes tenera San José Obrero como Protector de la Iglesia Universal, te pedimos tenerlo como intercesor en el cielo, ya que lo veneramos como protector en la tierra. Tú que vive y reinas por los siglos de los siglos. Amén



Rezamos el Santo Rosario: Hoy contemplamoslos Misterios Dolorosos




Oración Final: A San José Obrero

Nos dirigimos a ti, bendito San José, nuestro protector en la tierra, como quien conoce el valor del trabajo y la respuesta a nuestro llamado. A través de tu Santa Esposa, la Inmaculada VirgenMadre de Dios, y sabiendo el amor paternal que tuviste a nuestro Señor Jesús, te pedimos nos asistas en nuestras necesidades y nos bendigas y fortalezcas en nuestros trabajos.
Ayúdanos a realizar dignamente nuestras tareas diarias, líbranos de caer en el pecado, de la avaricia y de tener un corazón corrupto. Sé tú el amable guardián de nuestro trabajo, nuestro defensor y fortaleza contra la injusticia y el error.
Seguimos tu ejemplo y buscamos tu auxilio. Socórrenos en todos nuestros esfuerzos, para, así, poder obtener contigo el descanso eterno en el cielo. Amén

San José Obrero: Ruega por nosotros!


Alumbrantes de la Novena: Apostolado de Oración "Sagrado Corazón de Jesús"