Canto - Exposición
del Santísimo Sacramento
Celebrante: ¡¡¡ Bendito y alabado sea el
Santísimo Sacramento!!!
Guía 1: Sea por siempre bendito y alabado
Jesús Sacramentado.
En
esta Hora Santa, la proximidad de Jesucristo a nuestras almas,…la herida
siempre abierta de su pecho, nos habla y nos fuerza dulcemente a atender, al
mismo tiempo que los cánticos del cielo, las súplicas y los gemidos que suben
del destierro.
El
avanza hacia el abismo de nuestra nada, sediento de almas…avancemos también
nosotros hacia el abismo de su Corazón hasta sucumbir dichosamente en Él… ¡Oh
Jesús, haz que comprendamos el don inefable de tu Divino Corazón!... Y te
pedimos nos envíes luz para conocerte y caridad abrasadora para amarte y para
hacerte amar en tu Sagrado Corazón.
Canto
Guía 2: Invocación al Espíritu Santo
Ven,
Espíritu Creador, visita las almas de los fieles e inunda con tu gracia los corazones que Tú
creaste…Conoces mis pensamientos más secretos y mis deseos más íntimos, buenos
y malos, ilumíname y hazme conocer lo bueno para obrarlo y lo malo para
detestarlo sinceramente... Aconséjame en mis dudas y vacilaciones, dame la
energía necesaria en la lucha contra mis pasiones, envuelve todo mi proceder en
un ambiente sobrenatural, haz que me sienta hijo tuyo en todas las vicisitudes
de la vida y que acuda a Ti cual niño con afecto filial… Concédeme que te
venere y te ame como lo mereces, que ande con cautela en el sendero del bien,
que tema el pecado más que ningún otro mal, que prefiera perderlo todo antes
que tu gracia y que llegue un día a aquella feliz morada donde Tú serás nuestra
luz y consuelo y cual tierna madre enjugues toda lágrima de nuestros ojos,
donde no hay llanto ni dolor alguno sino eterna felicidad. Así sea.
Gloria
al Padre… (3 veces)
Canto -
Pausa
Guía
1:
Frente
a nuestras actitudes violentas, frente a los hechos que nos hacen perder la
paz, contemplemos el corazón de Cristo y pidamos tener sus mismos sentimientos;
“revístanse de sentimientos de tierna compasión, de bondad, de humildad, de
mansedumbre, de paciencia”. (Col. 3, 12).
Todos
juntos diremos ¡Alma
de Cristo, santifícame! Y con estas palabras le estaremos diciendo a
Jesús: “Señor, manso y humilde de corazón, haz mi corazón semejante al tuyo”.
**Para que seamos mansos y
humildes.
**Para que tengamos hambre y
sed de justicia.
**Para que seamos
misericordiosos
**Para que seamos puros de
corazón.
Canto
Guía 2: Perdón
Lectura
del Evangelio de San Lucas
Habiendo entrado en Jericó, atravesaba
la ciudad, había un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de publicanos y
rico. Trataba de ver quién era Jesús,
pero no podía a causa de la gente, porque era de pequeña estatura. Se adelantó corriendo y se subió a un
sicómoro para verle, pues iba a pasar por allí.
Y cuando Jesús llegó a aquel sitio, alzando la vista, le dijo: “Zaqueo,
baja pronto; porque conviene que hoy me quede yo en tu casa”. Se apresuró a bajar y le recibió con
alegría. Al verlo, todos murmuraban
diciendo: “Ha ido a hospedarse en casa de un hombre pecador”. Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: “Daré,
Señor, la mitad de mis bienes a los pobres; y si en algo defraudé a alguien, le
devolveré el cuádruplo”. Jesús le dijo:
“Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también éste es hijo de
Abraham, pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba
perdido”.
Palabra del Señor. Gloria a Ti, Señor
Jesús
Pausa para meditar….
Tu
tierna Madre y tu Cruz son testigos de tu amabilísima palabra. La Virgen María ha recogido celosa, en
beneficio de los pecadores tus lágrimas de sangre. En unión con Ella, buena, misericordiosa,
refugio de pecadores y caídos, te pido por aquellos que al ofenderte no saben
lo que hacen… El mundo les condena inexorable, pero Tú que conoces la flaqueza
humana y que lees tan adentro de esas almas infelices, Tú Jesús, ten piedad,
ten paciencia, ten perdón en tu amable Corazón… Te ruego, en nombre de tu Eucaristía,
perdónalos Jesús y escribe sus nombres desde luego en el libro de la vida….
Todo
lo que tengo Jesús, Tú me lo has dado. Todo lo que sé Tú me lo has enseñado…Qué
valgo yo, sin no estoy a tu lado? ¿Qué merezco yo, si a ti no estoy unido?
¡Perdóname
los yerros que contra ti he cometido!
Pues me creaste sin que lo mereciera.
Y me redimiste sin que te lo pidiera…Mucho hiciste en crearme, mucho en
redimirme y no serás menos poderoso en perdonarme; pues la mucha sangre que
derramaste y la acerba muerte que padeciste, no fue por los ángeles que te alaban,
sino por mi y demás pecadores que te ofenden…Si te he negado, déjame
reconocerte, si te he injuriado, déjame alabarte, si te he ofendido, déjame
servirte, porque es más muerte que vida la que no está empleada en tu santo
servicio.
Acepta,
Señor, el grito de expiación que un pesar sincero arranca de nuestras almas
afligidas… Ellas te piden piedad…por mis pecados, por los de mis padres,
hermanos y amigos… ¡Piedad, oh Divino Corazón!
Canto
Guía
1: Adoración
La
tierra en que ahora te adoramos es tierra santa… Aquí está realmente Jesús, el maestro
compasivo, el amigo, la víctima adorable del Calvario… A su sombra, de inefable
paz, San Juan y Margarita María parecen acercarse a este altar para compartir
con nosotros el secreto que al descansar sobre su Corazón les confió el
Prisionero del amor… ¡Solos con Jesús!... ¡Qué delicia!... ¡Solos Con Él,
compartiendo su solead y su agonía!...
Ahora
escucho su vos que nos dice: háblame tu alma dichosa, háblame en íntima
confianza…aquí me tienes, benigno y manso, soy Jesús de Nazaret… ¿Qué podría
negarte en esta Hora Santa, en que has venido a compartir mis abandonos y mis
agonías?... Aquí tienes, te entrego el Corazón que tanto te ha amado… llámame y
seré mil veces tuyo, consuélame con todo el amor de tu alma… adórame, yo soy
Jesús.
Pausa
Respondemos:
Venga a nosotros el reinado de tu amante Corazón
**Antes
que Satán y el mundo te arrebaten las conciencias y profanen en tu ausencia
todos los estados de la vida, adelántate Jesús y triunfa en los hogares, reina
en ellos por la paz inalterable prometida a los que te reciben con hosannas.
**Ven
porque eres fuerte, Tú el Dios de las batallas de la vida, ven, no demores,
porque muchos padecen aflicciones y amarguras que Tú solo prometiste remediar.
**Sé
Tú el éxito prometido en nuestros trabajos, sólo Tú la inspiración y recompensa
de todas las empresas.
**Son
tantos Maestro, los indiferente a quienes debes inflamar con esta admirable
devoción… “Aquí está la vida”, nos dijiste, mostrándonos tu pecho atravesado…
permite que ahí bebamos el fervor, la santidad a que aspiramos.
**Pon
palabras de fuego, persuasión irresistible, vencedora, en aquellos sacerdotes
que te aman y que te predican como Juan, tu Apóstol regalado, y a cuantos
enseñen esta devoción sublime, a cuantos publiquen sus inefables maravillas,
resérvales, Jesús, una fibra vecina a aquélla en que tienes grabado el nombre
de tu Madre.
**Danos
Señor Jesús, el cielo de tu Corazón a cuantos compartimos esta Hora Santa y por
la comunión de los primeros viernes, cumple con nosotros tu promesa.
Canto
Guía 2: Alabanza
Divino
Salvador, cubierto de confusión me postro en tu presencia y dirigiendo mi vista
al solitario Tabernáculo, siento oprimido el corazón al ver el olvido en que te
tienen relegado tantos de los redimidos.
Pero ya que con tanta condescendencia permites que esta Hora Santa una
mis lágrimas a las que vertió tu benigno Corazón, te ruego, Jesús, por aquellos
que no ruegan, te bendigo por tantos que te maldicen, y te alabo y te adoro en
todos los sagrarios de la tierra.
Pausa
De mí no te he hablado,
porque me he confiado sin reservas a tu Divino Corazón… Tú que tanto me amas no
querrás seguramente olvidarme. ¡Oh Jesús: escucha mi plegaria, inclínate y
atiéndeme benigno…
Respondemos: Corazón
de Jesús, tesoro de ternura, tu eres mi dicha, mi única esperanza.
**Cuando
los ángeles de tu Santuario te bendigan en la Hostia Sacrosanta, sus alabanzas
son las mías, acuérdate del pobre siervo de tu Divino Corazón.
**Cuando
las almas justas de la tierra te alaben encendidas en amor, acuérdate del
pródigo, rescatado por tu Sagrado Corazón.
**Cuando
tus sacerdotes, las vírgenes del templo y tus apóstoles te aclamen Soberano, te
prediquen a las almas y te entronicen en los pueblos, su celo y sus ardores son
los míos, acuérdate del apóstol de tu Divino Corazón.
**Cuando
en la Hora Santa, tus alamas regaladas, amando y reparando, te hagan olvidar
abandonos, sacrilegios y traiciones, sus consuelos son los míos, acuérdate de
este altar y de esta víctima de tu Divino Corazón.
Canto
Guía 1: Oración a María
Madre
de mi Salvador y Madre de la paz, hoy te entrego mi vida con amor. Así como Jesús, muriendo en la Cruz, se
entregó a mí, así yo también me entrego a ti. ¡Guárdame dentro de tú Corazón
Inmaculado! Quiero amar a Jesús como tú lo amas, Madre mía. Enséñame a escuchar la Palabra del Padre y a hacer siempre su
voluntad. Contigo yo quiero aprender a amar a todas las personas como hermanos
y hermanas, porque también ellos son hijos tuyos. Me entrego totalmente a ti,
para que mi oración se transforme en oración del corazón, en la cual pueda yo
encontrar la paz, el amor y la fortaleza necesaria para la reconciliación. A ti
mi Señora, te entrego mi pasado, mi presente y mi futuro; mis dones y mis
facultades. Quiero crecer junto a ti como lo hizo Jesús. Haz que en adelante todo mi ser alabe contigo
de gozo por su amor y misericordia.
Madre mía te hago entrega de mi familia, de mis seres queridos, de mis
amigos, de todos aquellos con quienes trabajo y convivo. María, ayuda a mi
corazón a ser siempre fiel a sus inspiraciones divinas, como el tuyo lo fue. Madre
de la Paz, permite que por medio de tu intercesión, estas palabras mías sean
irrevocables y que nunca más vuelva a ser seducido por el pecado. Amén.
Pausa
Padrenuestro, Avemaría y
Gloria
## Por las intenciones particulares
de cada uno de nosotros
## Por los agonizantes y
pecadores
## Por el reinado del
Sagrado Corazón mediante la Comunión frecuente y diaria, la Hora Santa y la
Entronización del Rey Divino en nuestros hogares
Guía 2: Acción de Gracias
Gracias,
Corazón de Jesús, porque tú me amas, no obstante mi indignidad; porque te amo,
no obstante mi miseria.
Gracias
Jesús porque tu presencia bendita en mi morada ilumina mi vida… Porque eres mi
fuerza en los desfallecimientos de mi alma… Porque eres mi consuelo en las
angustias de mi corazón… Porque eres mi luz en las oscuridades de mi camino…
Porque eres mi riqueza en mi pobreza…Porque si me has quitado mucho, me has
dejado todavía mucho más… Porque tú eres la belleza, la bondad, la verdad
resplandeciente de la que mi alma está sedienta… Por haberme hecho encontrar
tantos corazones nobles y buenos…
¡Oh
mi buen Maestro! Te doy gracias de todos los bienes que poseo todavía y de
todos aquellos que espero de tu misericordia infinita en este mundo y en el
otro para mí y para todos aquellos que me son queridos.
Bendice
este apostolado con gracias de fecundidad, Jesús amado…Tu gloria es nuestra
sola gloria, tus intereses, nuestros únicos intereses, tu amor, nuestro amor
supremo, porque según tu gran misericordia, tu Corazón es centro, corazón y
vida nuestra. ¡Gracias, Señor Jesús!
¡Oh, gracias por la vocación de gloria inmerecida al constituirnos en
los dispensadores del amor y de la gloria de tu Corazón misericordioso!
CANTO
Ritos
Conclusivos
Se
retira el Santísimo Sacramento.