jueves, 28 de febrero de 2013

La Sede de Pedro está vacante y la Iglesia reza por el nuevo Papa!


VATICANO, 28 Feb. 13 / 02:01 pm (ACI/EWTN Noticias).-Con el retiro de la Guardia Suiza y el cierre de las puertas de la residencia pontificia de Castel Gandolfo este jueves 28 de febrero a las 8:00 p.m. (hora de Roma) se ha marcado el inicio del periodo conocido como Sede vacante, y los católicos del mundo elevan sus oraciones por los cardenales que en el cónclave elegirán al nuevo Papa y sucesor de Benedicto XVI.
El ahora Papa Emérito, Su Santidad Benedicto XVI, se despidió de los lugareños de Castel Gandolfo antes de ingresar a la residencia pontificia adonde llego luego de un vuelo en helicóptero de aproximadamente 20 minutos de duración.
El Romano Pontífice Emérito residirá en estas villas pontificias durante dos meses y luego se trasladará al monasterio Mater Ecclesiae, ubicado en los jardines vaticanos, en donde vivirá una vida de oración luego de casi 8 años de pontificado.
El miércoles 27 de febrero, en su última audiencia general, Benedicto XVI dirigió un especial mensaje ante unas 200 mil personas que abarrotaron la Plaza de San Pedro. En su discurso dijo que no abandona la cruz ni a la Iglesia, dio gracias a todos por todo, y señaló que seguirá acompañando a todos los católicos a través de su oración.
Ahora, con la Sede vacante, corresponde a los 115 cardenales electores elegir al sucesor de San Pedro en el cónclave que debe ser convocado por el decano del Colegio Cardenalicio, el Cardenal Angelo Sodano.
En este periodo las cuestiones de gobierno de la Iglesia la ejerce el cardenal camarlengo, el Cardenal Tarcisio Bertone, que fuera Secretario de Estado de Benedicto XVI. Su cargo es uno de los pocos (como el Penitenciario Mayor también) que no cesa durante la Sede vacante, como sí ocurre con los demás puestos de la curia del Vaticano.
Luego de las congregaciones generales o reuniones de los cardenales, los purpurados ingresarán al cónclave para elegir al nuevo Papa.
Un funcionario del Vaticano dijo hace unos días a ACI Prensa que la fecha de inicio del mismo podría estar entre el 9 y el 11 de marzo, debido a la facultad que concedió Benedicto XVI al colegio de cardenales para adelantar el periodo de espera que, normalmente, es no menor de 15 días y no mayor a 20.

"Su Santidad Benedicto XVI, ya es Papa Emérito" - El tuit del Papa!


 
La Oficina de Prensa de la Santa Sede dio a conocer, el pasado 23 de Febrero de 2013 (9:40 am), que papa Benedicto XVI mantendrá su nombre y será llamado Papa Emério a partir del 28 de febrero a las 8:00 p.m. (hora de Roma), cuando quede la Sede vacante.
"Seguirá siendo llamado Su Santidad Benedicto XVI", explicó el Padre Federico Lombardi, Director de la Sala de Prensa de la Santa Sede. "Pero también será llamado Papa Emérito o Romano Pontífice Emérito", precisó en conferencia de prensa esta mañana.
 
 El Papa Benedicto XVI tuiteó desde su cuenta un mensaje de agradecimiento a todos y de aliento a que el Señor sea el centro de la vida.
 


El tuit del Papa es: "gracias por vuestro amor y cercanía. Que experimentéis siempre la alegría de tener a Cristo como el centro de vuestra vida".

Fechas para Bautismo durante el mes de Marzo en la Vicaría

 

 
Las fechas para bautismos durante mes en curso, en la Vicaría, son: 2, 9, 16 y 23 de Marzo de 2013, a las 10:00 hs.

 
Los mismos son celebrados por el Presbítero Claudio Gonzalo Minué.

Los padres y padrinos, deben cumplir con los requisitos para que los bautizados reciban el Primer Sacramento de los Cristianos.


Requisitos para Bautismos


Así se despidió Benedicto XVI desde Castel Gandolfo

 
CASTEL GANDOLFO, 28 Feb. 13 / 12:09 pm (ACI).
 
Gracias queridos amigos.
Estoy feliz de estar con vosotros, rodeado por la belleza del Creador y de vuestra simpatía que me hace mucho bien. ¡Gracias por vuestra amistad, vuestro afecto!
Saben que este día es distinto a los anteriores: seré Sumo Pontífice de la Iglesia Católica hasta las ocho de la noche y no más.
Seré simplemente un peregrino que inicia la última etapa de su peregrinaje en esta tierra. Pero quisiera aún, con mi corazón, con mi amor, con mi oración, con mi reflexión, con todas mis fuerzas interiores, trabajar por el bien común de la Iglesia y de la humanidad.
Y me siento muy apoyado por vuestra simpatía. Sigamos adelante con el Señor por el bien de la Iglesia y del mundo. Gracias.
Os bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Gracias. Buenas noches.
 

Intenciones del Papa Bendicto XVI para el mes de Marzo!

 
 
 
VATICANO, 28 Feb. 13 / 12:18 pm (ACI).-El Vatican Information Service dio a conocer hoy las intenciones del Papa Benedicto XVI para el mes de marzo, las últimas de su pontificado que concluye este jueves 28 de febrero a las 8:00 p.m. hora de Roma.
 
 
La intención general del apostolado de la oración del Papa para el mes de marzo 2013 es:
 
 
"Para que crezca el respeto por la naturaleza, obra de Dios confiada a nuestra responsabilidad.
 
 
Su intención misionera es:
 
"Para que los obispos, sacerdotes y diáconos sean incansables anunciadores del Evangelio hasta los confines de la tierra".


 

Despedida de los Cardenales al Papa: Nuestro corazón ardió al caminar junto a usted!


 
VATICANO, 28 Feb. 13 / 05:55 am (ACI/EWTN Noticias).- El Decano del Colegio Cardenalicio, Cardenal Angelo Sodano, pronunció esta mañana las palabras de despedida al Papa Benedicto XVI, asegurándole el afecto de los purpurados y que, a semejanza de los discípulos de Emaús con Jesús, “también ardía nuestro corazón cuando caminábamos con usted en estos últimos años”.

En su alocución en la Sala Clementina del Palacio Apostólico, el Cardenal Sodano aseguró que los
Cardenales “en coro le repetimos una expresión típica de su querida tierra natal: ‘Vergelt's Gott’, ¡que Dios se lo pague!”.

“Con gran emoción, los Padres
Cardenales presentes en Roma se estrechan hoy en torno a Usted, para manifestarle una vez más su profundo afecto y para expresarle su viva gratitud por Su testimonio de abnegado servicio apostólico, por el bien de la Iglesia de Cristo y de la humanidad entera”, dijo.

El Cardenal Sodano recordó que el pasado sábado, al concluir los Ejercicios Espirituales para la Curia Vaticana, el Papa
Benedicto XVI agradeció a sus colaboradores “con estas conmovedoras palabras: Queridos amigos me gustaría daros las gracias a todos, y no sólo por esta semana, sino por estos ocho años, en que habéis llevado conmigo, con gran competencia, afecto, amor y fe, el peso del ministerio petrino”.

“Amado y venerado Sucesor de Pedro, somos nosotros quienes debemos agradecerle por el ejemplo que nos ha dado en estos ocho años de Pontificado”, señaló.

El Decano del Colegio de Cardenales indicó que “el 19 de abril de 2005, Usted se insertaba en la larga cadena de Sucesores del Apóstol Pedro y hoy, 28 de febrero de 2013, Usted se dispone a dejarnos, en espera que el timón de la barca de Pedro pase a otras manos”.

“Así se continuará aquella sucesión apostólica, que el Señor ha prometido a su Santa Iglesia, hasta cuando sobre la tierra se oirá la voz del Ángel del Apocalipsis que proclamará: ‘Tempus non erit amplius ... consummabitur mysterium Dei’ , ‘¡Se acabó el tiempo de la espera!.. Se cumplirá el misterio de Dios!’. Terminará así la historia de la Iglesia, junto a la historia del mundo, con el
adviento de cielos nuevos y tierra nueva”, dijo.
 

miércoles, 27 de febrero de 2013

"Dios guia a la Iglesia" - Última Audiencia de Benedicto XVI

 
“Dios guía a su Iglesia, la sostiene siempre y sobre todo en los momentos difíciles. Jamás perdamos esta visión de fe, que es la única verdadera visión del camino de la Iglesia y del mundo”. En su última audiencia general Benedicto XVI comenzó agradeciendo a sus venerados hermanos en el Episcopado y en el Presbiterado, a las diversas autoridades presentes y a los numerosos fieles y peregrinos de los cinco continentes que abarrotaban la Plaza de San Pedro y las calles de los alrededores con sus pancartas, banderas, pañuelos y carteles multicolores su presencia tan numerosa.

Hablando en italiano el Papa dijo que como el Apóstol Pablo, también él siente en su corazón que debe, ante todo, dar gracias a Dios, que guía y hace crecer a la Iglesia, que siembra su Palabra y, de este modo, alimenta la fe en su Pueblo. Y añadió que en este momento, su espíritu se ensancha para abrazar a toda la Iglesia esparcida por el mundo. “Doy gracias a Dios – dijo – por las noticias que en estos años del ministerio petrino he podido recibir acerca de la fe en el Señor Jesucristo, y por la caridad que circula en el Cuerpo de la Iglesia”, haciéndola vivir en el amor, así como por la esperanza que nos abre y nos orienta “hacia la vida en plenitud, hacia la patria del Cielo”.
El Santo Padre también afirmó que lleva a todos en la oración, “en un presente que es el de Dios”, donde recoge cada encuentro, cada viaje y cada visita pastoral realizada, conservando todo y a todos en la oración, para encomendarlos al Señor, a fin de que todos podamos comportarnos de manera digna, dando fruto en cada obra buena.

Hacia el final de su catequesis general en italiano, el Pontífice volvió a agradecer a todos por el respeto y la comprensión con que han acogido su decisión tan importante. A la vez que aseguró que seguirá acompañando el camino de la Iglesia con la oración y la reflexión, con esa entrega al Señor y a su Esposa con que ha tratado de vivir hasta ahora cada día, y que desea vivir siempre. Por esta razón pidió a los fieles que lo recuerden ante Dios y, sobre todo, que recen por los Cardenales, llamados a una tarea tan relevante, así como por el nuevo Sucesor del Apóstol Pedro, a quien deseó que el Señor lo acompañe con la luz y la fuerza de su Espíritu.
 
En el marco de la última audiencia, Benedicto XVI  dirigió un saludo a los numerosos fieles y peregrinos de habla hispana:
En nuestro idioma, dirigiéndose a los numerosos fieles y peregrinos procedentes de América Latina y de España, Benedicto XVI les dijo: - See more at: http://www.news.va/es/news/el-abrazo-de-la-iglesia#sthash.lYdKtepZ.dpuf
Queridos hermanos y hermanas: Muchas gracias por haber venido a esta última audiencia general de mi pontificado. Asimismo, doy gracias a Dios por sus dones, y también a tantas personas que, con generosidad y amor a la Iglesia, me han ayudado en estos años con espíritu de fe y humildad. Agradezco a todos el respeto y la comprensión con la que han acogido esta decisión importante, que he tomado con plena libertad. Desde que asumí el ministerio petrino en el nombre del Señor he servido a su Iglesia con la certeza de que es Él quien me ha guiado. Sé también que la barca de la Iglesia es suya, y que Él la conduce por medio de hombres. Mi corazón está colmado de gratitud porque nunca ha faltado a la Iglesia su luz. En este Año de la fe invito a todos a renovar la firme confianza en Dios, con la seguridad de que Él nos sostiene y nos ama, y así todos sientan la alegría de ser cristianos. Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y de los países latinoamericanos, que hoy han querido acompañarme. Os suplico que os acordéis de mí en vuestra oración y que sigáis pidiendo por los Señores Cardenales, llamados a la delicada tarea de elegir a un nuevo Sucesor en la Cátedra del apóstol Pedro. Imploremos todos la amorosa protección de la Santísima Virgen María, Madre de la Iglesia. Muchas gracias. Que Dios os bendiga. - See more at: http://www.news.va/es/news/el-abrazo-de-la-iglesia#sthash.lYdKtepZ.dpuf
En nuestro idioma, dirigiéndose a los numerosos fieles y peregrinos procedentes de América Latina y de España, Benedicto XVI les dijo: - See more at: http://www.news.va/es/news/el-abrazo-de-la-iglesia#sthash.lYdKtepZ.dpuf
 
Queridos hermanos y hermanas: Muchas gracias por haber venido a esta última audiencia general de mi pontificado. Asimismo, doy gracias a Dios por sus dones, y también a tantas personas que, con generosidad y amor a la Iglesia, me han ayudado en estos años con espíritu de fe y humildad. Agradezco a todos el respeto y la comprensión con la que han acogido esta decisión importante, que he tomado con plena libertad. Desde que asumí el ministerio petrino en el nombre del Señor he servido a su Iglesia con la certeza de que es Él quien me ha guiado. Sé también que la barca de la Iglesia es suya, y que Él la conduce por medio de hombres. Mi corazón está colmado de gratitud porque nunca ha faltado a la Iglesia su luz. En este Año de la fe invito a todos a renovar la firme confianza en Dios, con la seguridad de que Él nos sostiene y nos ama, y así todos sientan la alegría de ser cristianos. Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y de los países latinoamericanos, que hoy han querido acompañarme. Os suplico que os acordéis de mí en vuestra oración y que sigáis pidiendo por los Señores Cardenales, llamados a la delicada tarea de elegir a un nuevo Sucesor en la Cátedra del apóstol Pedro. Imploremos todos la amorosa protección de la Santísima Virgen María, Madre de la Iglesia. Muchas gracias. Que Dios os bendiga. - See more at: http://www.news.va/es/news/el-abrazo-de-la-iglesia#sthash.lYdKtepZ.dpuf
Queridos hermanos y hermanas: Muchas gracias por haber venido a esta última audiencia general de mi pontificado. Asimismo, doy gracias a Dios por sus dones, y también a tantas personas que, con generosidad y amor a la Iglesia, me han ayudado en estos años con espíritu de fe y humildad. Agradezco a todos el respeto y la comprensión con la que han acogido esta decisión importante, que he tomado con plena libertad. Desde que asumí el ministerio petrino en el nombre del Señor he servido a su Iglesia con la certeza de que es Él quien me ha guiado. Sé también que la barca de la Iglesia es suya, y que Él la conduce por medio de hombres. Mi corazón está colmado de gratitud porque nunca ha faltado a la Iglesia su luz. En este Año de la fe invito a todos a renovar la firme confianza en Dios, con la seguridad de que Él nos sostiene y nos ama, y así todos sientan la alegría de ser cristianos. Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y de los países latinoamericanos, que hoy han querido acompañarme. Os suplico que os acordéis de mí en vuestra oración y que sigáis pidiendo por los Señores Cardenales, llamados a la delicada tarea de elegir a un nuevo Sucesor en la Cátedra del apóstol Pedro. Imploremos todos la amorosa protección de la Santísima Virgen María, Madre de la Iglesia. Muchas gracias. Que Dios os bendiga. - See more at: http://www.news.va/es/news/el-abrazo-de-la-iglesia#sthash.lYdKtepZ.dpuf
Queridos hermanos y hermanas:
  Muchas gracias por haber venido a esta última audiencia general de mi pontificado. Asimismo, doy gracias a Dios por sus dones, y también a tantas personas que, con generosidad y amor a la Iglesia, me han ayudado en estos años con espíritu de fe y humildad. Agradezco a todos el respeto y la comprensión con la que han acogido esta decisión importante, que he tomado con plena libertad. Desde que asumí el ministerio petrino en el nombre del Señor he servido a su Iglesia con la certeza de que es Él quien me ha guiado. Sé también que la barca de la Iglesia es suya, y que Él la conduce por medio de hombres. Mi corazón está colmado de gratitud porque nunca ha faltado a la Iglesia su luz. En este Año de la fe invito a todos a renovar la firme confianza en Dios, con la seguridad de que Él nos sostiene y nos ama, y así todos sientan la alegría de ser cristianos. Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y de los países latinoamericanos, que hoy han querido acompañarme. Os suplico que os acordéis de mí en vuestra oración y que sigáis pidiendo por los Señores Cardenales, llamados a la delicada tarea de elegir a un nuevo Sucesor en la Cátedra del apóstol Pedro. Imploremos todos la amorosa protección de la Santísima Virgen María, Madre de la Iglesia. Muchas gracias. Que Dios os bendiga.
 
Fuente: www.news.va/es

domingo, 24 de febrero de 2013

Último Ángelus de Benedicto XVI: Dios me llama a "subir al monte" pero no abandono a la Iglesia!

Ciudad del Vaticano (AICA): En la mañana de hoy, en la Plaza de San Pedro, el Santo Padre rezó el Ángelus junto a miles de files que se congregaron para orar por última vez con el papa Benedicto XVI, escuchar su reflexión y manifestarle su cariño y agradecimiento. “El Señor me llama a ¨subir al monte¨, a dedicarme aún más a la oración y a la meditación. Pero esto no significa abandonar a la Iglesia, al contrario, si Dios me pide esto es justamente para que yo pueda seguir sirviéndola con la misma dedicación y el mismo amor con el que lo he hecho hasta ahora, pero en un modo más adecuado a mi edad y mis fuerzas”, expresó el Pontífice en su reflexión.
 
En la mañana de hoy, en la Plaza de San Pedro, el Santo Padre rezó el Ángelus junto a miles de files que se congregaron para orar por última vez con el papa Benedicto XVI, escuchar su reflexión y manifestarle su cariño y agradecimiento.

Este es el último Ángelus del Papa, antes de la audiencia general en esta misma plaza con la que se despedirá de los fieles de la Iglesia católica antes de su retiro a Castelgandolfo y luego al monasterio Mater Ecclesiae en el Vaticano.

Los fieles interrumpieron en dos ocasiones con sus aplausos al Papa durante el Ángelus, cosa bastante rara, pero dadas las circunstancias muy significativa del aprecio por el Papa teólogo que dejará el Pontificado el próximo 28 de febrero.

Al concluir, el Papa también agradeció por el sol que salió en Roma, pues hasta hace algunas horas el clima era incierto. En gran parte de la península se abate la nieve y el frío. “Gracias, agradezcamos al Señor por este sol que nos reagla”.

Al finalizar el Ángelus, la cuenta de Twitter de @Pontifex publicó el siguiente mensaje de despedida de Benedicto XVI: “En este momento particular, os ruego que recéis por mí y por la Iglesia, confiando como siempre en la Providencia de Dios”.



Texto completo del último Ángelus del papa Benedicto XVI

¡Queridos hermanos y hermanas!

En el segundo domingo de Cuaresma la Liturgia nos presenta siempre el Evangelio de la Transfiguración del Señor. El evangelista Lucas destaca de modo especial el hecho de que Jesús se transfigurara mientras oraba: la suya es una experiencia profunda de relación con el Padre durante una especie de retiro espiritual que Jesús vive sobre un alto monte en compañía de Pedro, Santiago y Juan, los tres discípulos siempre presentes en los momentos de la manifestación divina del Maestro.

El Señor, que poco antes había preanunciado su muerte y resurrección, ofrece a los discípulos un anticipo de su gloria. Y también en la Transfiguración, como en el bautismo, resuena la voz del Padre celeste: “Este es mi hijo, el predilecto, ¡Escúchenlo!”.

La presencia luego de Moisés y de Elías, que representan la Ley y los Profetas de la antigua Alianza, es muy significativa: toda la historia de la Alianza está orientada a Él, el Cristo, que realiza un nuevo “éxodo”, no hacia la tierra prometida, como en el tiempo de Moisés, sino hacia el Cielo.

La intervención de Pedro: “Maestro, qué bien estamos aquí” representa el intento imposible de detener tal experiencia mística. Comenta san Agustín: “[Pedro]… sobre el monte… tenía a Cristo como alimento del alma. ¿Para qué descender para volver a las fatigas y a los dolores, mientras allí arriba estaba lleno de sentimientos de santo amor hacia Dios y que le inspiraban por ello una santa conducta?” (Discurso 78,3).

Meditando este pasaje del Evangelio, podemos extraer una enseñanza muy importante. Sobre todo, el primado de la oración, sin la cual todo el empeño del apostolado y de la caridad se reduce a activismo. En la Cuaresma, aprendemos a dar el justo tiempo a la oración, personal y comunitaria, que da aliento a nuestra vida espiritual. Además, la oración no es un aislarse del mundo y de sus contradicciones, como hubiera querido hacer Pedro sobre el Tabor, sino que la oración reconduce al camino, a la acción.

“La existencia cristiana –escribí en el Mensaje para esta Cuaresma– consiste en un continuo subir al monte del encuentro con Dios, para luego volver a bajar llevando el amor y la fuerza que de ello derivan, para servir a nuestros hermanos y hermanas con el mismo amor de Dios”.

Queridos hermanos y hermanas, esta Palabra de Dios la siento de modo especial dirigida a mí, en este momento de mi vida. El Señor me llama a "subir al monte", a dedicarme aún más a la oración y a la meditación. Pero esto no significa abandonar a la Iglesia, al contrario, si Dios me pide esto es justamente para que yo pueda seguir sirviéndola con la misma dedicación y el mismo amor con el que lo he hecho hasta ahora, pero en un modo más adecuado a mi edad y mis fuerzas.

Invoquemos la intercesión de la Virgen María: Ella nos ayude a todos a seguir siempre al Señor Jesús, en la oración y en la caridad activa.+
 
 

2do Domingo de Cuaresma: La Transfiguración de Señor: Liturgia

 
Domingo 24 - Domingo II de Cuaresma. Morado.
 
Primera Lectura: Gn 15, 5-12. 17-18
 
Lectura del libro del Génesis.
 
Dios dijo a Abrám: "Mira hacia el cielo y, si puedes, cuenta las estrellas". Y añadió: "Así será tu descendencia". Abrám creyó en el Señor, y el Señor se lo tuvo en cuenta para su justificación. Entonces el Señor le dijo: "Yo soy el Señor que te hice salir de Ur de los caldeos para darte en posesión esta tierra". "Señor, respondió Abrám, ¿cómo sabré que la voy a poseer?". El Señor le respondió: "Tráeme una ternera, una cabra y un carnero, todos ellos de tres años, y también una tórtola y un pichón de paloma". Él trajo todos estos animales, los cortó por la mitad y puso cada mitad una frente a otra, pero no dividió los pájaros. Las aves de rapiña se abalanzaron sobre los animales muertos, pero Abrám las espantó. Al ponerse el sol, Abrám cayó en un profundo sueño, y lo invadió un gran temor, una densa oscuridad. Cuando se puso el sol y estuvo completamente oscuro, un horno humeante y una antorcha encendida pasaron en medio de los animales descuartizados. Aquel día, el Señor hizo una alianza con Abrám diciendo: "Yo he dado esta tierra a tu descendencia".
 
Palabra de Dios.
 
Comentario
 
"A diferencia de lo que ocurre en otras ocasiones, en que el cumplimiento de la promesa depende de la fe posterior, en este caso, la Biblia habla de un acuerdo incondicional de parte de Dios. Esta alianza obliga a Dios pero no demanda nada del hombre. Dios no solo ha creado el universo con incontables leyes físicas. Él también ha establecido las inmutables leyes del mundo espiritual. Él es un Dios fiel; la fidelidad es una de sus manifestaciones. En la Alianza, Dios se revela como el Dios fiel, seguro y digno de confianza" (W. G. Plaut y David E. S. Stein, eds., The Torah: A Modern Commentary, Union for Reform Judaism).
 
Salmo:  26, 1. 7-9. 13-14
 
R. El Señor es mi luz y mi salvación.
 
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida, ¿ante quién temblaré? R.
¡Escucha, Señor, yo te invoco en alta voz, apiádate de mí y respóndeme! Mi corazón sabe que dijiste: "Busquen mi rostro". R.
Yo busco tu rostro, Señor, no lo apartes de mí. No alejes con ira a tu servidor, Tú, que eres mi ayuda; no me dejes ni me abandones, mi Dios y mi salvador. R.
Yo creo que contemplaré la bondad del Señor en la tierra de los vivientes. Espera en el Señor y sé fuerte; ten valor y espera en el Señor. R.
 
Evangelio: Lc 9, 28b-36
 
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
 
Jesús tomó a Pedro, Juan y Santiago, y subió a la montaña para orar. Mientras oraba, su rostro cambió de aspecto y sus vestiduras se volvieron de una blancura deslumbrante. Y dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que aparecían revestidos de gloria y hablaban de la partida de Jesús, que iba a cumplirse en Jerusalén. Pedro y sus compañeros tenían mucho sueño, pero permanecieron despiertos, y vieron la gloria de Jesús y a los dos hombres que estaban con él. Mientras éstos se alejaban, Pedro dijo a Jesús: "Maestro, ¡qué bien estamos aquí! Hagamos tres carpas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías". Él no sabía lo que decía. Mientras hablaba, una nube los cubrió con su sombra y al entrar en ella, los discípulos se llenaron de temor. Desde la nube se oyó entonces una voz que decía: "Éste es mi Hijo, el Elegido, escúchenlo". Y cuando se oyó la voz, Jesús estaba solo. Los discípulos callaron y durante todo ese tiempo no dijeron a nadie lo que habían visto.
 
Palabra del Señor.
 
Comentario
 
Moisés y Elías hablaban acerca de lo que le pasaría a Jesús en Jerusalén. ¿Acaso todo terminaría en la muerte? La transfiguración en el monte es un anticipo de que el final no es la muerte. La promesa de Dios no es para la destrucción, es para la vida. Algo de esta vida se les deja atisbar a los discípulos en esta escena: un Jesús radiante y glorioso, tal como lo encontraremos al final del camino. El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de la Alianza, ha enviado a su Hijo al mundo para realizar su promesa de vida.
 
 
 
 

viernes, 22 de febrero de 2013

La Cátedra de San Pedro, Apóstol - Fiesta

 

 
En la festividad de la Cátedra de San Pedro se rinde homenaje y se celebra el primado y la autoridad de San Pedro.

La palabra "cátedra" significa asiento o trono y es la raíz de la palabra catedral, la iglesia donde un obispo tiene el trono desde el que predica. Sinónimo de cátedra es también "sede" (asiento o sitial): la "sede" es el lugar desde donde un obispo gobierna su diócesis. Por ejemplo, la Santa Sede es la sede del obispo de Roma, el Papa.

  "…la festividad litúrgica de la Cátedra de San Pedro subraya el singular ministerio que el Señor confió al jefe de los apóstoles, de confirmar y guiar a la Iglesia en la unidad de la fe. En esto consiste… ese servicio peculiar que el obispo de Roma está llamado a rendir a todo el pueblo cristiano. Misión indispensable, que no se basa en prerrogativas humanas, sino en Cristo mismo como piedra angular de la comunidad eclesial".

 

 

Rezamos el Vía Crucis, los martes y viernes durante la Cuaresma!

 
 
El Vía Crucis, que significa "el camino de la cruz", en un ejercicio piadoso que consiste en meditar el camino de la cruz por medio de lecturas bíblicas y oraciones. Esta meditación se divide en 14 0 15 estaciones. San Leopoldo de Porto Mauricio dio origen a esta devoción en el siglo XVI en el Coliseo de Roma, pensando en los cristianos que se veían imposibilitados de peregrinar a Tierra Santa para visitar los santos lugares de la pasión y muerte de Jesucristo. Tiene un carácter penitencial y suele rezarse los días viernes, sobre todo en Cuaresma.
 

 
Por ello, los martes y viernes durante el tiempo de Cuaresma, nos reunimos en la Vicaría a partir de las 18:45 hs., para meditar el camino de la Cruz de Jesús y nuestro propio Vía Crucis, ofreciendo esta práctica penitencial junto a nuestro ayuno y abstinencia, por alguna intención personal.

 

2do Viernes de Cuaresma: Día Penitencial - Vía Crucis de los Enfermos

 Por: P. Clemente Sobrado, C. P. Pasionista
 

Todos tenemos nuestro propio Vía Crucis que andar. Todos tenemos nuestro camino personal de seguir a Jesús. Es un mismo camino y es también un camino diferente para todos, porque cada uno estamos llamados a seguirle desde nuestra propia realidad.


Nos da miedo el Vía Crucis, porque todos tenemos miedo al dolor. Todos sentimos nuestros rechazos a la Cruz. Sin embargo, el camino de la Cruz, más que un camino de dolor y sufrimiento debiera ser un camino de esperanza. La Cruz de Jesús no es la Cruz que invita a la muerte sino la Cruz que invita a la vida. Es el camino de lo nuevo. Juan Pablo II llama a la Cruz “la cuna del cristiano”. Y las cunas, más que de muerte hablan de vida, de futuro, de esperanzas.


Nadie como el que sufre comprende la realidad del camino de la Cruz, porque nadie como él sabe cuanto pesa el madero del dolor y de la enfermedad. Nadie como él vive colgado de la esperanza de que esto termine. Pero también nadie como el enfermo sabe comprender la realidad de Jesús camino del Calvario. Mientras los sanos miramos, desde la acera, a Jesús caminando bajo la Cruz, el enfermo lo ve desde su propia experiencia.


El Vía Crucis que ofrecemos a nuestros enfermos no quiere ser una llamada a la pasividad frente al dolor. No quiere ser una resignación sin esperanza. Al contrario, quiere llevar un poco de luz, allí donde el sufrimiento ha cubierto con sombras su vida. Este Vía Crucis quiere ayudar al enfermo a poner luz donde hay oscuridad, a poner esperanza donde el cansancio de la enfermedad invita a la desesperanza. Y sobre todo, quiere ser una invitación a sufrir, no en la soledad, sino en compañía de Jesús. Jesús se hace enfermo con el enfermo y el enfermo se siente identificado con Jesús.


Querido enfermo, no soy yo quien debo darte consejos en tu enfermedad. Pero si puedo poner en tu camino a Alguien que si sabe mucho de dolores y es capaz de comprenderte mejor que nadie: Jesús crucificado. No te fijes tanto en sus dolores, fijate más bien en cuánto amor y cuánta vida brotan de ese dolor. La Pasión de Jesús, como decía San Pablo de la Cruz, es un “mar de dolor”, pero inmediatamente, en ese mar de dolor él veía “un mar infinito de amor”. La Pasión como la revelación del amor de Dios al hombre.


Querido amigo enfermo: No te digo que hagas este Vía Crucis, tú ya lo estás recorriendo. Sólo te pido que lo vivas y como Jesús reveles en tu enfermedad el amor de Dios a los hombres.

 
 

Primera Estación


Jesús condenado a muerte

Invocación: Te adoramos Cristo y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo

“El Hijo del hombre debe sufrir mucho, y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, y ser condenado a muerte y resucitar, al tercer día”. (Lc 9, 22)



Señor: Nos parecemos. Recién me doy cuenta de que en algo somos iguales tú y yo. Tú condenado a muerte. Yo condenado a vivir con esta enfermedad en mi cuerpo, que también me duele en el alma. Los dos corremos la misma suerte y andamos el mismo camino.


Desde que te veo a ti condenado a muerte, ya no me atrevo a preguntarle más a Dios sobre el porqué de mi enfermedad.


Yo me creía bueno, y por tanto con derecho a una buena salud. Pero al verte a ti, inocente, condenado a la muerte, ¿qué derechos me asisten a mí para quejarme de mi dolor?


Quiero compartir junto contigo la misma suerte y también la misma misión.


Señor, te pido que me des la capacidad de decir sí a mis sufrimientos, como tú dijiste sí a tu condena a muerte.

 
 Padre Nuestro - Ave María - Gloria
 

Segunda Estación


Jesús carga con la Cruz

Invocación: Te adoramos Cristo y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo


“Y con todo eran nuestras dolencias las que él llevó y nuestros dolores los que soportó. Nosotros le tuvimos por azotado, herido de Dios y humillado. El ha sido herido por nuestros pecados, molido por nuestras culpas”.

(Is 53, 4-5)



También aquí nos parecemos tú y yo, Señor. Tú llevas la Cruz sobre tus espaldas. Yo pongo mis espaldas sobre esta mi cruz. Tú llevas la Cruz. A mí me lleva mi cruz. Y los dos caminantes por la vida pegados a la cruz.


A veces quisiera desapegarme de ella, tirarla lejos, no volver a verla más. Pero cuanto más la rechazo más me duele. Pienso que la única manera de hacerla menos pesada es quererla, abrazarla, convertirla en mi propio camino.


Estoy convencido que el dolor no se vence dándole de patadas, sino luchando por superarlo, y si no se puede, aceptarlo como tú lo aceptaste.


Señor, te pido que me des la gracia de ser más fuerte que la cruz que llevo en mi cuerpo de enfermo.


Padre Nuestro - Ave María - Gloria


Tercera Estación


Jesús cae por primera vez bajo la Cruz

Invocación: Te adoramos Cristo y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo


“Fue oprimido y él se humilló y no abrió la boca. Como un cordero al deguello fue llevado, y como oveja ante los que la trasquilan está muda, tampoco abrió la boca”. (Is 53, 7)



Señor, pensaba que solamente yo era débil. No siento alegría por tu debilidad. Pero sí siento la alegría espiritual de verte a ti tan parecido a mí.


Tampoco tú quisiste aparentar ser un forzudo a quien la Cruz no le duele. Veo que también tu eres tan humano como nosotros. La verdadera fortaleza ante el dolor es no dejarse aplastar por él sino ser capaz de cargar con él.


Cuando sienta que el desaliento, el cansancio y el aburrimiento o la impotencia quieran adueñarse de mí, tu caída bajo la Cruz será para mí un aliento para luchar y salir de mi depresión.


Señor, quiero pedirte por todos mis hermanos enfermos, por todos aquellos que como yo se cansan de su enfermedad, para que encuentren en ti una palabra de aliento.

Padre Nuestro - Ave María - Gloria


Cuarta Estación


Jesús se encuentra con su Madre

Invocación: Te adoramos Cristo y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo


“Y a ti misma una espada te atravesará el alma”. (Lc 2, 35)



Señor, a veces uno no sufre tanto por el hecho mismo de sufrir, sino porque se siente estorbo y fastidio que hace sufrir a los demás. Yo creía que eso sólo me pasaba a mí. Ahora veo que esa fue también tu historia.


No sólo sufrías tú, cargado con tu Cruz, sino que eras ocasión de dolor para el corazón de tu Madre. Tu dolor, de alguna manera también hería y santificaba el corazón de la Madre.


Pareciera que esto me alivia un poco. Yo no quiero sentirme un estorbo. Prefiero pensar que en mis sufrimientos, también los demás encuentran su propio camino de gracia. Si yo me parezco a ti en mi dolor, quiero que los demás se vean a sí mismos como los representantes de tu Madre.


Señor, te pido por aquellos que me cuidan y atienden. Que en mis sufrimientos encuentren ellos el camino que los lleva a ti.

 
Padre Nuestro - Ave María - Gloria
 

Quinta Estación


El Cireneo ayuda a Jesús a llevar la Cruz

Invocación: Te adoramos Cristo y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo


“Cuando lo llevaban, echaron mano de un cierto Simón de Cirene, que venía del campo, y le cargaron la Cruz para que la llevara detrás de Jesús”.

(Lc 23, 36)



Un hombre cansado, ayudando a llevar la Cruz a otro más débil aún. El camino de la vida no es competencia de fuertes, sino solidaridad de los débiles. Ahora veo claro que el camino de la vida no es competencia de poderes, sin comunión en las debilidades.


Es maravilloso descubrir que los débiles, los que nos consideramos ya inútiles, también servimos para algo.


También los enfermos podemos ser una ayuda para otros que como nosotros llevan una vida de sufrimiento y nos necesitan. También los enfermos podemos ser apoyo para los sanos.


Señor, ¿cómo podría yo hoy prestar mi ayuda a otros tan débiles como yo? Que hoy pueda sonreír a los demás, para hacerles más llevadera su carga.

 
Padre Nuestro - Ave María - Gloria
 

Sexta Estación


La Verónica limpia el rostro de Jesús

Invocación: Te adoramos Cristo y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo


“Nosotros los fuertes debemos sobrellevar las flaquezas de los débiles y no buscar nuestro propio agrado”. (Rom 15, 1)



A veces, las cosas sencillas tienen un gran valor. La Verónica limpió tu rostro sucio por la sangre y el polvo. Cuántas veces la gente que me atiende viene y lava mi rostro, me quita el sudor. Casi nada. Y sin embargo siento que mi cara queda más fresca, y como que la fiebre se aligera.


Tú dejaste estampado tu rostro en aquella tela con que la caridad de una mujer limpiaba tu cara. Yo quisiera que cuantos vengan a hacerme algún servicio regresen con más paz en su corazón y con más alegría en el alma.


Que cuantos me visitan, al irse, lleven en su corazón el don de mi sonrisa agradecida y un poco más de paz en su espíritu.


Señor: que cuantos sirven a los enfermos te reconozcan a ti en nuestros sufrimientos.

Padre Nuestro - Ave María - Gloria

Séptima Estación


Jesús cae por segunda vez bajo la Cruz

Invocación: Te adoramos Cristo y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo


“Atribulados en todo, mas no aplastados; perplejos, más no aniquilados. Llevamos siempre en nuestros cuerpos por todas partes el morir de Jesús, a fin de que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo”.

(2 Cor 4, 8-10)



Señor el camino se hace largo y las fuerzas son cada vez más débiles. El tiempo para el que sufre es un sufrimiento más. Uno se va cansando de todo. El cuerpo ya no da para más. Todas las posturas son incómodas. La Cruz nos parece cada vez más dura.


Tú besas por segunda vez el polvo del camino. Y yo una vez más siento que algo me grita dentro: ¡hasta cuándo voy a estar así! Comienzo a perder la fe en las medicinas y en los médicos y hasta siento una rebeldía contra Dios.


Señor, te admiro porque tú no protestas contra los que te cargan la Cruz ni tampoco contra tu debilidad. Que yo no proteste contra mis sufrimientos, ni contra los que me atienden. Y sobre todo, que no proteste contra ti.

Padre Nuestro - Ave María - Gloria

Octava Estación


Jesús consuela a las piadosas mujeres

Invocación: Te adoramos Cristo y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo


“Le seguía una multitud de pueblo y de mujeres, que se dolían y se lamentaban por él”. (Lc 23, 27-32)



Señor, eres maravilloso, incluso cargado con la Cruz. Eres capaz de olvidarte de ti, olvidarte del peso de la Cruz, olvidarte de tus flaquezas y debilidades, para preocuparte de los demás.


¿Crees que es el momento de pensar en esas mujeres que se quedan a la vera del camino? ¿Crees que es el momento de consolar a los que sufren a tu lado?


Una de mis grandes tentaciones, es utilizar mi dolor para que todo el mundo se preocupe de mí, piense en mí, esté a mi servicio. Es la tentación del egoísmo. Es la tentación de convertir mi dolor en mi carta de derechos frente a los demás. Yo sé que mi único derecho es ayudar y servir a los demás.


Señor, dame la gracia de no caer en la tentación del egoísmo de utilizar a los demás a mi servicio. Dame la gracia de olvidarme de mí y preocuparme de los demás.

Padre Nuestro - Ave María - Gloria

Novena Estación


Jesús cae por tercera vez bajo la Cruz

Invocación: Te adoramos Cristo y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo


“Pues llevamos este tesoro en vasos de barro para que aparezca que la extraordinaria grandeza del poder es de Dios y que no viene de nosotros”.

(2 Cor 4, 7)



Señor, muchas veces siento rabia conmigo mismo, porque me siento dependiente de todos. Los necesito para todo. Y eso me hace sentir muy mal. Sé que en el fondo es mi orgullo que me grita dentro porque no quiero aceptar mis limitaciones de enfermo.


Y ahora te veo a ti, caído en tierra, una vez más. Una vez más tienen que ayudarte a levantarte, a ponerte en pie. Una vez más, necesitas de los otros para poder andar tu camino. Una vez más necesitas de la mano y la fuerza de los otros para no quedarte en el camino. Y no protestas ni gritas contra tu impotencia y flaqueza. Al contrario, agradeces la mano que se tiende.


Señor, que sepa aceptar con cariño, con amor los servicios que con tanta generosidad me brindan los míos. Que sienta más su amor que mi propia necesidad.

Padre Nuestro - Ave María - Gloria

Décima Estación


Jesús es despojado de sus vestidos

Invocación: Te adoramos Cristo y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo


“Ni ofrezcáis vuestros miembros como armas de injusticia al servicio del pecado; sino mas bien ofreceos vosotros mismos a Dios como muertos retornados a la vida, y vuestros miembros, como armas de justicia al servicio de Dios”. (Rom 6, 13-14)



¡Despojado de todo! Despojado de tus derechos. Despojado de tu inocencia. Despojado de tu vida. Y ahora, despojado hasta de los trapos polvorientos que cubren tu cuerpo. A la muerte no se lleva nada. Para morir todo estorba. Estorban las fuerzas. Estorba el poder. Estorba la riqueza. Hasta los trapos estorban.


Cada día que se prolonga esta mi enfermedad tú, Señor, me vas despojando de todo. Ya no mando en mi casa. Otros administran lo mío por mí. Ya no tomo las decisiones, otros las toman por mí. Cada día me van sobrando más las cosas de que disponía.


Señor, que mis sufrimientos que no me dejan, me vayan despojando de mí mismo, de mis orgullos, de mis pecados, de mis rebeldías, para que cada día esté más dispuesto a lo que tú quieras de mí.

 
Padre Nuestro - Ave María - Gloria
 

Undécima Estación


Jesús clavado en la Cruz

Invocación: Te adoramos Cristo y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo


“Con Cristo estoy crucificado y, vivo, pero no yo, sino que es Cristo quien vive en mí”. (Gál 2, 20)



Señor, ya no eres tú quien lleva la Cruz. Ahora te han clavado a ella. Irás a donde te lleve tu Cruz. Clavadas las manos, que ya no pueden extenderse a otras manos para estrecharlas. Clavados los pies, que ya no pueden caminar a ninguna parte. Unos clavos y unos maderos son los únicos dueños de tu cuerpo y de tu vida. ¡Qué poca cosa basta para crucificarnos!


Ya no sé cuánto tiempo llevo clavado en esta cama. Ya he olvidado el tiempo que llevo clavado a esta silla de ruedas. Mis manos ya no tienen fuerza para nada. Y mis pies casi ya no me sirven de nada. Ya no voy a ninguna parte por mí mismo sino que me llevan. Todo me lo tienen que hacer los demás. Total que estoy crucificado como tú.


Señor, gracias porque esta cama no se queja y me aguanta tanto tiempo. Gracias por esta silla de ruedas que es la que camina por mí y no se queja. Tú crucificado en mí y yo crucificado contigo.

Padre Nuestro - Ave María - Gloria


Duodécima Estación


Jesús muere en la Cruz

Invocación: Te adoramos Cristo y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo


“O es que ignoráis que cuantos fuimos bautizados en Cristo Jesús, fuimos bautizados en su muerte? … Porque si nos hemos hecho una misma cosa con él por una muerte semejante a la suya, también lo seremos por una resurrección semejante”. (Rom 6, 3-5)



Señor, llegaste al final del camino. Un final inesperado y que no te corresponde. Tú te merecías otra muerte. No la de un crucificado. Y sin embargo, es tu única muerte. La muerte por fidelidad al Padre. La muerte por fidelidad al Reino. La muerte por fidelidad a la causa del hombre.


Yo no sé si esta mi enfermedad será de muerte. A uno nunca le dicen la verdad. Prefieren tenerle a uno engañado. ¿Engañado de qué? ¿Engañarle a uno para que muera sin enterarse? Quiero parecerme a ti también en el morir. Si ha llegado mi hora, que se haga la voluntad del Padre. ¿Qué más da morir de esta o aquella enfermedad?


Lo único que te pido, Señor, es que también mi muerte sea signo de fidelidad a mi fe bautismal, signo de mi fidelidad a la Iglesia.
 

Padre Nuestro - Ave María - Gloria
 

Décimotercera Estación


Jesús bajado de la Cruz a los brazos de su Madre

Invocación: Te adoramos Cristo y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo


“Hijo, ¿porqué nos has hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando. Y El les dijo: ¿Y por que me buscábais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?”. (Lc 2, 48-49)



Señor, a la hora de tu muerte no estabas solo. Allí estuvo ella. Tu Madre. Ella te recibió en sus entrañas de virgen por obra del Espíritu Santo, en la encarnación. Y ella te recibe ahora en sus brazos, bajado muerto de la Cruz. Es tan bello que alguien nos ame hasta darnos la vida… Y es tan bello que alguien nos ame hasta recibir nuestros despojos de muertos en sus brazos calientes de Madre…


Que cuando yo muera, Señor, tenga la dicha de morrir en brazos de mi Madre María y de esta otra mi Madre que es la Iglesia. Quiero que también entonces mi Madre la Iglesia que me concibió en su seno por el Bautismo, ahora me arrope con su fe, su amor y su esperanza.


Señor, a la hora de mi muerte que mi último suspiro sea un acto de fe en ti, un acto de fe en mi Madre la Iglesia.

Padre Nuestro - Ave María - Gloria


Décimocuarta Estación


Jesús puesto en el Santo Sepulcro

Invocación: Te adoramos Cristo y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo


“Y si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él, sabiendo que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más, … su muerte fue un morir al pecado, de una vez para siempre; mas su vida, es un vivir para Dios”. (Rom 6, 8-11)



Ahora recuerdo lo que tú mismo dijiste un día: Si el grano de trigo no cae en tierra y muere queda solo y no da fruto, pero si muere dará mucho fruto”. Tú eres ese grano sepultado en la tierra. Un grano que ya está brotando en nueva vida. El domingo por la mañana, cuando las piadosas mujeres vayan a tu sepulcro, ya habrás brotado. La muerte se habrá hecho vida y el crucificado habrá resucitado.


Me cuesta morir. Me cuesta ser grano, porque aún estoy creyendo que esta vida que vivo es la única y verdadera vida. Pero quiero pedirte que me hagas tú mismo, grano que muere, para que sea grano que brota y vive la nueva vida de resucitado contigo.


Señor, que mi esperanza sea más fuerte que mis miedos. Que mi deseo de resurrección sea más grande que mis miedos a morir.

Padre Nuestro - Ave María - Gloria


Décimoquinta Estación


Resucitó. El que había muerto está vivo.

Invocación: Te adoramos Cristo y te bendecimos, porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo


“Mujer, ¿por qué lloras? ¿a quién buscas?” (Jn 20, 15)



Señor, hoy siento una alegría muy grande. Muchas veces me encierro en mi dolor, me lleno de preguntas. Me ahogo yo mismo encerrándome en mí mismo. Los que sufrimos tenemos ese peligro. Meternos en nuestro sufrimiento y ahí dentro, como que nos intoxicamos de nosotros mismos.


Ahora que te contemplo a ti resucitado, pienso que el dolor y el sufrimiento no pueden ser lo definitivo en mi vida. Sé que más allá del dolor humano está la vida. Mi dolor es mi Viernes Santo. Pero el Viernes Santo no es lo definitivo. El Viernes Santo no es sino el camino de paso a la alegría y la felicidad del domingo de Pascua.


Me quiero buscar a mí mismo llorando sobre mis sufrimientos. Y las lágrimas me resultan un estorbo para poder ver claro. Las lágrimas pueden ser un desahogo, pero dificultan la visión. Hoy prefiero tener ojos de Pascua. Prefiero los ojos de la alegría. Ya sé que la alegría no suprimirá mi dolor y mi sufrimiento. Pero sí me ayudarán a llevarlo mejor.


La Pascua, Señor Jesús, es lo nuestro. Lo tuyo y lo mío. La Pascua es el día de los que sabemos de dolor, de oscuridad y de sufrimiento. Porque la Pascua es como la mañana de los que sufrimos. La Pascua es la esperanza de los que ya no tenemos esperanza. La Pascua es el día de los que han sabido ser más grandes que su sufrimiento.


Por eso, Señor, ya no quiero andar buscándote más en mis dolencias. Quiero buscarte allí donde la vida es el triunfo sobre todo lo que habla de muerte. Señor, Tú eres mi Pascua. Por eso, Tú eres mi esperanza.


Señor, que mi esperanza sea más grande que mi Viernes Santo. Señor, que mi esperanza me haga vivir anticipadamente la mañana gozosa de tu Pascua que quiero sea también Pascua mía.

Padre Nuestro - Ave María - Gloria

Oración

 
Señor, Jesús, caminando contigo el mismo camino del sufrimiento, uno se siente más aliviado. El dolor sigue siendo el mismo. Pero tu presencia lo hace más llevadero. Al teminar mi Via Crucis, yo sigo clavado en mi cruz de la enfermedad, pero siento que me duele menos. Porque tu presencia y tu compañía ponen luz y esperanza en mi camino. Sé que tú no me descolgarás de mi cruz, como tampoco tú quisiste bajar de la tuya. Pero ya es bastante saber que mi dolor no te es ajeno sino que tú mismo has querido compartirlo. Te pido, Señor, que así como tú compartes mi dolor me enseñes a compartir tu esperanza pascual. Juntos los dos por el mismo camino de la Cruz, pero juntos también los dos camino de la pascua. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

 Amen.
 
Día Penitencial
 
 
El Diccionario Católico nos dice:
 
Viernes: Día penitencial en recuerdo de la muerte de Jesucristo; en estos días, salvo que coincidan con una solemnidad, los bautizados con uso de la razón deben guardar abstinencia de carne o hacer algún gesto penitencial según lo determine la Conferencia Episcopal del país.


Vía Crucis: (en latín, el camino de la cruz) Ejercicio piadoso que consiste en meditar el camino de la cruz por medio de lecturas bíblicas y oraciones. Esta meditación se divide en 14 0 15 estaciones. San Leopoldo de Porto Mauricio dio origen a esta devoción en el siglo XVI en el Coliseo de Roma, pensando en los cristianos que se veían imposibilitados de peregrinar a Tierra Santa para visitar los santos lugares de la pasión y muerte de Jesucristo. Tiene un carácter penitencial y suele rezarse los días viernes, sobre todo en Cuaresma.
 
El Derecho Canónico nos dice:

 
Canon 1251: Todos los viernes, a no ser que coincidan con una solemnidad, debe guardarse la abstinencia de carne, o de otro alimento que haya determinado la Conferencia Episcopal; ayuno y abstinencia se guardarán el miércoles de Ceniza y el Viernes Santo.
 



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