viernes, 3 de enero de 2014

Hora Santa al "Sagrado Corazón de Jesús" - Primer Viernes del mes de Enero de 2014

    

Se expone el Santísimo Sacramento

Celebrante: ¡Bendito y Alabado sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar!

GUIA 1: ¡Sea por siempre Bendito y Alabado Jesús Sacramentado!


            INTRODUCCIÓN

       GUIA 2: Hermanos hoy primer viernes del mes y del año, dedicado al Sagrado Corazón de Jesús, queremos unirnos espiritualmente en la oración  para elevar  nuestra adoración  y alabanza  y rogarle por las necesidades de la  comunidad.

 Canto

*  Breve silencio

     INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

GUIA 1: Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía Señor tu Espíritu, harás una nueva creación…

TODOS: … y renovarás la faz de la tierra.

GUIA 2: A  cada aclamación respondemos: ¡VEN ESPÍRITU DE VIDA!

  • Ayúdanos a amar a DIOS y a nuestro prójimo como Tú quieres.
  • Danos la alegría de vivir en tu Gracia.
  • Concédenos la paz que el mundo no puede dar.
  • Enséñanos a soportar las adversidades sin quejarnos.
  •  Enséñanos a soportar las molestias de los demás.
  • Ayúdanos  a ser humildes de corazón.
  • Danos limpieza interior y fortaleza para rechazar lo impuro.

  
Canto


Guía 1      ORACIÓN

       Divino corazón de nuestro amado y buen Jesús, quisiéramos siempre amarte y honrarte en nuestras acciones, palabras y pensamientos, pero deseamos venerarte de un modo especial en este día dedicado a Vos. Danos tu luz para conocerte y conocer lo que desea tu corazón de nosotros, enciéndenos y fortalécenos  con tus Gracias para que obremos con sincero deseo de amarte y reparar las ofensas  con que te hemos agraviado.  Hoy queremos ofrecerte todas las almas redimidas con la preciosa Sangre de Tú Hijo y te pedimos humildemente la conversión de todas por el mismo Divino Corazón. Amén.

GUIA 2: LECTURA DEL EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO  (Mateo 21, 33-46)

    “Vengan a mi todos los que están agobiados con trabajos y cargas, que yo los aliviaré. Tomen mi yugo sobre vosotros y aprendan de  Mí, que soy manso y humilde de corazón y hallarán el  reposo para sus almas”                                                (Mateo 11, 28-30)
       Palabra del Señor. Gloria a Ti, Señor Jesús

   GUIA 1:   El Corazón de Jesús, utiliza el último recurso  de su amor  para que nos acerquemos  a  ÉL, que es consuelo y alivio.

    “Vengan a Mi nos dice, soy su amigo, su maestro, su verdadero y Único Bien. Si quiero que acepten mi yugo, no es para hacerlos sufrir más, sino para cambiar sus lágrimas  en sonrisas, su sequía en jardín  florecido. Conozco sus cargas, preocupaciones, necesidades y miserias. Conozco todo lo que aparece en sus rostros, como lo que oculta su corazón. Por ello, vengan a Mí, créanme, yo los aliviaré”.

Padre Nuestro, Ave María  y Gloria.


     GUIA 2: Pidamos al Señor por las intenciones que hoy te presentamos, respondiendo a cada una de ellas:    

                                     “TE ROGAMOS SAGRADO CORAZÓN”

  • Por el Santo Padre Francisco, los obispos, los sacerdotes, en especial el padre Claudio, para que se mantengan fieles  a tu ministerio. Oremos.
  • Por los que sufren, los abandonados, los privados de la libertad los enfermos, los marginados, los que van a partir a tu Casa hoy, para que encuentren consuelo en ti Señor. Oremos.
  • Por los que no tienen paz, los que no conocen el amor, los soberbios, los que tienen duro el corazón, para que sientan tu amor, tu abrazo, tu misericordia y  que los cubres con tu bendición.                                                                                                        GUIA 1: Digamos lleno de gozo y alegría:  ¡Sea honrado, glorificado , amado y obedecido por todos los siglos el Corazón amantísimo de Jesús que nos amó con tal exceso de misericordia  y nos redimió con su Preciosa Sangre !  Ese corazón a quien veo con los ojos de la fe en la adorable Eucaristía  y lo recibo en mi pecho, como alimento y salud de mi alma.

       * Breve silencio.

     GUIA 2: Mucho me aflige ver  cuán  fácilmente puedo abandonarte, corazón amabilísimo y hacerme  indigno de ser amado por ti.  Por ello te ruego Sacratísimo Corazón me lleves hacia Ti cuando acuda a visitarte en la Sagrada Eucaristía, llenándome con todos  tus efectos y sentimientos, iluminando mi entendimiento  y encendiendo mi voluntad con el fuego de tu Divino Amor, para que sólo te a me a Ti, sólo espere en Ti Sagrado Corazón de mi DIOS, Único Señor y Dueño de mi ser.


GUIA 1: ORACION

     Corazón de Jesús, dame hoy un corazón nuevo, un corazón sin amarguras, sin resentimientos ni susceptibilidades, un corazón joven, capaz de olvidar agravios verdaderos o falsos, dame un corazón como el Tuyo, lleno de paz, dulzura y bondad. Dame un corazón que no pierda nunca la confianza, que sepa ser puro, generoso, desinteresado, aunque sufra el egoísmo de los demás. Dame un corazón que ame realmente y que no se canse nunca de dar y pedir perdón. AMÉN.
   

GUIA 2: Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

   Sagrado Corazón de Jesús te damos gracias por permitirnos contemplarte, alabarte y glorificarte. Te damos gracias por que estás entre nosotros cada día a través de la Santa Eucaristía. Te damos gracias por tu infinita misericordia y tu perdón. Te damos gracias por el  Sacramento de la Reconciliación. Te damos gracias por  dejarnos los sacerdotes y especialmente te damos gracias y te pedimos cuides y protejas de todo mal a nuestro sacerdote, el Padre Claudio.


   GUIA 1: Si quieres mantener tu entrega al Sagrado Corazón haz  de orar para aumentar tu amor. Por medio del Profeta Isaías nos dice: “Antes que me llamen, yo responderé. Aún estarán hablando y yo los escucharé”. El mismo Jesús nos dice: “Y todo cuanto pidáis con fe en la oración… se los concederé”.
        
        Señor te necesito….  Oh Jesús ayúdame en mis penas, haz que aprenda a llorar por los otros y a llevar mi cruz….
-        Estoy triste; consuélame…
-        Estoy enfermo; sáname…
-        Estoy hambriento; sáciame…
-        Estoy necesitado; ayúdame…
-        Estoy postrado ; levántame …
-        Estoy en pecado; perdóname…

            
Breve silencio.

GUIA 2  

     Perdón Señor y piedad por los más necesitados de Tu gracia, que la luz de tus divinos ojos no se aparten jamás de nosotros, encadena a la puerta de Tu tabernáculo nuestros inconstantes corazones; danos a  sentir algo del calor divino de Tu pecho y que nuestras almas se derritan de amor y arrepentimiento.  Amén.


    A cada intención respondemos:  ¡TOCA NUESTRO CORAZON JESUS!

- Enséñanos a tener un corazón como el tuyo, donde sólo alberguemos amor, misericordia y perdón.
- Que  en todos los cristianos nazca la necesidad de alimentarnos diariamente con tu Santa Eucaristía.
- Concédenos la paz que el mundo no puede darnos.
- Fortalece nuestra fe y confianza en Ti, para que podamos resistir a las adversidades que el mundo nos presenta.
- Bríndales a tus sacerdotes la pureza de alma, pensamientos, actos y espíritu para que sean fieles a Tu  ministerio.
- Ayúdanos a resistir a las tentaciones del mal que sólo quieren alejarnos de Tu camino y Tus Mandamientos. 
- Haz que consagremos toda nuestra vida y nuestros actos a DIOS Padre.


                     Padre Nuestro - Ave María -  Gloria

       GUIA 1

        Tú me llamas, ¡oh Jesús! para ser testigo de Tu agonía, yo lo deseo con ardor. Tú me mandas que vele y ore contigo durante esta hora, yo lo deseo de todo corazón, pero, Tú conoces mi debilidad. Sostenme. Sin Ti sería más débil de lo que fueron tus apóstoles.  ¡Oh alma mía, no pierdas un momento de hora Santa! Con el Corazón de Jesús adora al eterno Padre. Yo vengo, ¡DIOS eterno e infinitamente Santo ! a postrarme en compañía de Tu querido hijo. ÉL nos ofrece su agonía y los intensos dolores de su corazón para nuestra vida eterna y que podamos como El l contemplar Tu rostro en la vida eterna.

Canto.
    
    GUIA  2

Respondemos a cada intención:  “CORAZÓN DE JESÚS, SÁNANOS CON TU AMOR”

- Para que Tu iglesia no pierda nunca la capacidad de descubrirte en la Palabra y en la vida.
- Para que los niños puedan crecer dignamente.
- Para que los que Te buscan perseveren en tus caminos y profundicen su esperanza.
- Para que las familias construyan sus bases en el diálogo, la sinceridad y el amor.
- Para que en el mundo terminen las guerras y las separaciones entre tantos hermanos que no encuentran Tu paz.
- Para que los gobernantes  abran su corazón a las necesidades de todo su pueblo.
- Para que los enfermos de mente, cuerpo y espíritu busquen en Ti tu palabra y Tu consuelo.                      
- Para que las almas del Purgatorio pronto contemplen Tu rostro.
- Para que seamos solidarios con los que sufren el hambre y la miseria.
- Para que aprendamos a compartir como  prójimos  dando acogida a los que están solos.
- Para que seamos fuertes y aprendamos a sostener a tantas personas que sufre la depresión.
- Para que seamos una comunidad que brinde contención a los hermanos que se acercan.
- Para que seamos fieles a DIOS resistiendo en la oración y en la Eucaristía las tentaciones del mundo.


GUÍA 1:   Dios nuestro. Queremos  contemplarte a través de esa Hostia Santa con el tiernísimo afecto con que  mirabas a  tu Madre: con aquella devoción con que te  seguían tus discípulos, y muy singularmente el Discípulo Amado, cuando la noche de la Cena reclinó su cabeza sobre tu ardiente Corazón.
    Míranos, Señor; somos tus hijos, a quienes tantas veces nos has alimentado con tu mismo Cuerpo y Sangre.
    ¡Señor! Vuelve hacia nosotros tus ojos misericordiosos; pon en nuestros pensamientos una ráfaga de la luz de tu Rostro, y en nuestros corazones una centellita siquiera del fuego que abrasa tu dulcísimo Corazón.

GUÍA 2:

    Corazón de Jesús, dulcísimo con los pecadores: un pecador te habla...

    Corazón de Jesús, camino de los extraviados: un pródigo te busca...

    Corazón de Jesús, suavidad de los que sufren: un necesitado llama a tu santuario...

   Corazón de Jesús, amigo fidelísimo del hombre, un amigo ingrato está aquí y te llora...

  Corazón de Jesús, quietud en las continuas vacilaciones de la vida; un alma combatida te llama en su socorro...

  Corazón de Jesús, hoguera de santidad en el amor; mi alma ansía saciarse en ti de amor y santidad...

   Corazón de Jesús agonizante, esperanza de los moribundos, acuérdate de los que en esta misma hora luchan en las convulsiones de la muerte... Ten piedad de los agonizantes, sálvalos según tu gran misericordia... Envíales, Señor, el ángel de Getsemaní, y acerca a sus labios, que ya no pueden llamarte, el cáliz de tu Corazón piadoso. ¡Jesús..., sé Jesús con los moribundos más desamparados!...  Amén

    + PADRE NUESTRO  - AVE MARÍA  -  GLORIA +

                                 ***  CANTO  ***


GUÍA 1: INVOCACIONES

           AMOR del Corazón de Jesús,
Abraza  mi corazón.

HERMOSURA del Corazón de Jesús,
Cautiva  mi corazón.

BONDAD del Corazón de Jesús,
Atrae  mi corazón.

CARIDAD del Corazón de Jesús,
Derrámate  en mi corazón.

CLEMENCIA del Corazón de Jesús,
Consuela  mi corazón.

DOMINIO del Corazón de Jesús,
Sujeta mi corazón.

DULZURA del Corazón de Jesús,
Penetra  mi corazón.

EQUIDAD del Corazón de Jesús,
Conforma  mi corazón.

ETERNIDAD del Corazón de Jesús,
Llena  mi corazón.

FIDELIDAD del Corazón de Jesús,
Protege  mi corazón.

FUERZA del Corazón de Jesús,
Sostiene  mi corazón.

GLORIA del Corazón de Jesús,
Ocupa  mi corazón.

GRANDEZA del Corazón de Jesús,
Abarca  mi corazón.

HUMILDAD del Corazón de Jesús,
Anonadad mi corazón.

INMUTABILIDAD del Corazón de Jesús,
Fija  mi corazón.

JUSTICIA del Corazón de Jesús,
No abandones  mi corazón.

LIBERALIDAD del Corazón de Jesús,
Enriquece  mi corazón.

LUZ del Corazón de Jesús,
Ilumina  mi corazón.

MISERICORDIA del Corazón de Jesús,
Perdona  mi corazón.

OBEDIENCIA del Corazón de Jesús,
Somete  mi corazón.

PACIENCIA del Corazón de Jesús,
No te  canses  de mi corazón.

PRESENCIA del Corazón de Jesús,
Aficiona  mi corazón.


PROVIDENCIA del Corazón de Jesús,
Vela  sobre mi corazón.

REINO del Corazón de Jesús,
Establécete  en mi corazón.

SABIDURÍA del Corazón de Jesús,
Conduce  mi corazón.

SANTIDAD del Corazón de Jesús,
Purifica  mi corazón.

SILENCIO del Corazón de Jesús,
Habla  a mi corazón.

CIENCIA del Corazón de Jesús,
Enseña  a mi corazón.

PODER del Corazón de Jesús,
Asegura  mi corazón.

VOLUNTAD del Corazón de Jesús,
Dispone  de mi corazón.

CELO del Corazón de Jesús,
Devora  mi corazón.



ORACIÓN  FINAL:

 Señor Misericordioso que nos invitas cada día a la mesa de tu Cuerpo y de Tu Sangre, concédenos vivir siempre alegres en tu servicio y en el amor a nuestros hermanos. Porque en servirte a Ti, creador de todo bien y en amar al prójimo como a uno mismo, consiste el gozo pleno y verdadero. Al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo  toda la gloria por los siglos de los siglos. AMEN.


  RITOS CONCLUSIVOS.


 SE RETIRA EL SANTÍSIMO SACRAMENTO   
   

miércoles, 1 de enero de 2014

01 de Enero: Solemnidad de Santa María, Madre de Dios


En el año de 431, el hereje Nestorio se atrevió a decir que María no era Madre de Dios, porque Dios no podía tener una madre. Ante esto, en el Concilio de Éfeso los obispos declararon: “La Virgen María sí es Madre de Dios porque su Hijo, Cristo, es Dios”. 

Dios, en su inmensa sabiduría, ha querido vivir la experiencia de tener una madre! Y María, la llena de gracia, al asumir en su viente al Niño Jesús, la Segunda Persona de la Trinidad, se convierte en la Madre de Dios, dando todo de sí para su Hijo.


Toda su vida está iluminada por el Señor, bajo el radio de acción del nombre y el rostro de Dios encarnado en Jesús, el «fruto bendito de su vientre». Así nos la presenta el Evangelio de Lucas: completamente dedicada a conservar y meditar en su corazón todo lo que se refiere a su hijo Jesús (cf. Lc 2,19.51). El misterio de su maternidad divina… contiene de manera sobreabundante aquel don de gracia que toda maternidad humana lleva consigo, de modo que la fecundidad del vientre se ha asociado siempre a la bendición de Dios. La Madre de Dios es la primera bendecida y quien porta la bendición; es la mujer que ha acogido a Jesús y lo ha dado a luz para toda la familia humana. -Benedicto XVI-

Solemnidad de Santa María, Madre de Dios - Día de San Nicolás - Jornada Mundial por la paz



20:00 hs. Solemne procesión con las veneradas imágenes del Niño Jesús Alcalde y San Nicolás de Bari por las calles San Nicolás de Bari (O); Avellaneda; Pelagio B. Luna y 25 de Mayo.

Mensaje de Año Nuevo por parte de nuestro Padre Obispo Marcelo Daniel Colombo.

Bendición Papal.

Al finalizar la procesión se celebrará la Santa Misa en el interior del Templo.

Carta Pastoral para celebrar nuestro Tinkunaco y el comienzo del Año Catequístico Diocesano


¡Doblemos la rodilla ante el Señor que nos creó! Porque Él es nuestro Dios, y nosotros, el pueblo que Él apacienta, las ovejas conducidas por su mano. 
Salmo 95, 6-7
Mis queridos riojanos,
Estamos transitando los días previos a la Navidad y en camino al  Tinkunaco, fiesta primordial de nuestra identidad religiosa y cultural. El nacimiento del Señor en nuestra carne, haciéndose uno de nosotros, asumiendo nuestra historia, llevándonos a la condición de hermanos y de hijos de Dios como Él, es un permanente llamado de Dios a recrear nuestra vida cristiana, nuestros sueños y proyectos, nuestros dolores y esperanzas, nuestros dones y compromisos en favor del bien de todos.
Hoy como ayer, aquí en La Rioja como entonces en Belén, Dios viene a nacer entre nosotros y ésa es nuestra alegría. La centralidad de la Navidad echa luz sobre nuestro camino y en la fragilidad del niño Dios somos fortalecidos y animados a crecer en la esperanza. Es esta experiencia profundamente religiosa de la Navidad la que nos lleva a vibrar con el Tinkunaco, expresando vitalmente nuestra adhesión incondicional al Niño Alcalde, Señor de la historia, ante quien rendimos nuestras incapacidades y diferencias para reconocer en Él el origen de la vida y el garante de nuestra convivencia y amistad social.
No es una mera reiteración ritual la que nos llevará a las tres genuflexiones ante el señorío de Dios bajo el tórrido sol riojano del 31 de diciembre. La historia renovará religiosamente su sentido profundo, la certeza honda de que sólo en Él nuestros vínculos se transfiguran pues nos hace capaces de vivir más fraternalmente en justicia y en paz, reconociendo y luchando por la dignidad de cada hombre y de cada mujer, superando toda mezquindad que nos aísla y poniéndonos al servicio de los más pobres, los preferidos de Jesús.
Pero además, en este Tinkunaco queremos comenzar como Diócesis un Año Catequístico que nos ayude a conocer, revisar y compartir en clave misionera, a la luz del Evangelio, de las enseñanzas del Concilio Vaticano II, del Documento de Aparecida y de la reciente exhortación La alegría del Evangelio, del Papa Francisco, el dinamismo de la comunicación de la fe en nuestra Diócesis (en las parroquias y las comunidades eclesiales, en los colegios e instituciones), los distintos itinerarios y pedagogías para anunciar la Palabra y formar comunidades animadas por la vida y el ministerio de Jesús de Nazaret que “pasó haciendo el bien” (Hechos 10,38).
Queremos conocer mejor nuestra realidad para poder vivir como discípulos misioneros del Señor de cara a los desafíos de la vida de nuestro pueblo de hoy. Aparecida nos habla de conversión pastoral de estructuras que muchas veces en vez de posibilitar la eficacia de nuestra presencia misionera en la historia humana, hacen lentas e inadecuadas nuestras respuestas.
La Iglesia “en salida” de la que nos habla el papa Francisco, lejos de encerrarse en una autorreferencialidad egoísta, sale al encuentro de todos, especialmente de los más alejados y excluidos que pueblan las nuevas periferias humanas pero muy presentes en el centro del corazón del amor de Dios.
Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en un cauce adecuado para la evangelización del mundo actual más que para la autopreservación. La reforma de estructuras que exige la conversión pastoral sólo puede entenderse en este sentido: procurar que todas ellas se vuelvan más misioneras, que la pastoral ordinaria en todas sus instancias sea más expansiva y abierta, que coloque a los agentes pastorales en constante actitud de salida y favorezca así la respuesta positiva de todos aquellos a quienes Jesús convoca a su amistad (La alegría del Evangelio, n. 27)
De ahí la importancia de conocer nuestra realidad catequística para poder afrontar no sólo la necesidad de una sana puesta en común de métodos concretos, textos o experiencias, sino nuestra conversión pastoral para profundizar la identidad misionera de nuestra Diócesis así como su presencia evangelizadora en la sociedad.
La pastoral en clave de misión pretende abandonar el cómodo criterio pastoral del «siempre se ha hecho así». Invito a todos a ser audaces y creativos en esta tarea de repensar los objetivos, las estructuras, el estilo y los métodos evangelizadores de las propias comunidades (La alegría del evangelio, n. 33)
En el camino del Año Catequístico Diocesano tendremos también la oportunidad de reflexionar cómo asegurar los espacios de formación de catequistas donde no los hay (seminarios catequísticos en los decanatos así como jornadas y talleres de formación permanente de catequistas parroquiales y escolares) y fortalecer el surgimiento de otros ministerios eclesiales muy importantes en relación con nuestra Iglesia particular (animadores de comunidades eclesiales, misioneros diocesanos y servidores de Cáritas).
En este Año Catequístico Diocesano queremos además, sentar las bases para el discernimiento y la formación de quienes se sienten llamados al diaconado permanente, ministerio que nos presenta vigorosamente el rostro servicial de la Iglesia samaritana.
En los próximos días les llegará un pequeño y provisional cronograma de las actividades que se irán cumpliendo en distintas instancias (encuentros, reuniones y asambleas) y niveles (parroquial y decanal) para concluir en una Asamblea Catequística Diocesana destinada a ser un punto de referencia para nuestra tarea evangelizadora de los próximos años, mojón imprescindible en la formulación de un plan pastoral diocesano.
Por eso, les quiero pedir encarecidamente a los sacerdotes y responsables de comunidades que trabajemos en clave sinodal, es decir, ofreciendo y garantizando un camino de participación de todos los sectores y agentes de pastoral, laicos y consagrados de las distintas parroquias y comunidades. Convoquemos si aún no tenemos y renovemos si ya están, aquellos organismos que la Iglesia nos propone como instancias de diálogo y participación, los Consejos pastorales y consejos de asuntos económicos entre otros. A nivel diocesano, estamos terminando de constituir el Consejo Presbiteral y el próximo año convocaremos el Consejo diocesano de Pastoral y el Consejo de Asuntos Económicos.
En la vivencia plena de la Navidad, seamos vigorosos portadores de la gran noticia de Jesús, el buen Pastor que viene. En el clima del Tinkunaco, salgamos al encuentro de todos para llegar a Él, nuestro Niño Alcalde.
La Rioja, 19 de diciembre de 2013.
+Marcelo Colombo, Padre Obispo de La Rioja 

Concluimos el año del Señor 2013 agradeciendo y pidiendo perdón, dice el Papa al celebrar las primeras vísperas de la Solemnidad de María Santísima Madre de Dios



A las cinco de la tarde el Papa Francisco presidió en la Basílica de San Pedro las primeras vísperas de la Solemnidad de María Santísima Madre de Dios, con la adoración y bendición Eucarística. Se trató de la última celebración del año 2013, en acción de gracias a Dios y para invocar a María Santísima a fin de que el nuevo año civil 2014 lo comencemos en el Nombre del Señor.
Al término de la celebración el Obispo de Roma fue a la Plaza de San Pedro para detenerse en oración ante el Pesebre y saludar a los numerosos fieles y peregrinos allí reunidos.
En su homilía, el Papa comenzó recordando que el apóstol Juan define el tiempo presente de modo preciso: “Ha llegado la última hora”. Y explicó que esta afirmación - que se lee en la Misa del 31 de diciembre – significa que con la llegada de Dios en la historia estamos ya en los tiempos “últimos”, después de los cuales, el paso final, será la segunda y definitiva venida de Cristo.
Esta tarde, dijo el Papa al final de su homilía, concluimos el año del Señor 2013 agradeciendo y pidiendo perdón. Agradecemos por todos los beneficios que el Señor nos ha dispensado y, sobre todo, por su paciencia y fidelidad, que se manifiestan en la sucesión de los tiempos, pero de modo particular en la plenitud del tiempo, cuando “Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer”. Que la Madre de Dios, en cuyo nombre mañana iniciaremos un nuevo tramo de nuestro peregrinaje terrenal, nos enseñe a acoger al Dios hecho hombre, para que cada año, cada mes, cada día esté colmado de su eterno Amor.
(María Fernanda Bernasconi – RV).


Texto completo de la homilía del Santo Padre Francisco:
El apóstol Juan define el tiempo presente en modo preciso: “ha llegado la última hora”, 1 Jn 2, 18. Esta afirmación – que se lee en la Misa del 31 de diciembre – significa que con la llegada de Dios en la historia estamos ya en los tiempos “últimos”, luego de los cuales, el paso final será la segunda y definitiva venida de Cristo. Naturalmente aquí se habla de la calidad del tiempo, no de su cantidad. Con Jesús ha llegado la “plenitud” del tiempo, plenitud de significado y plenitud de salvación. Y no habrá más una nueva revelación, sino la manifestación plena de aquello que Jesús ha ya revelado. En este sentido estamos en la “última hora”, cada momento de nuestra vida es definitivo y cada acción nuestra está cargada de eternidad; de hecho, la respuesta que damos hoy a Dios que nos ama en Jesucristo, incide en nuestro futuro.
La visión bíblica y cristiana del tiempo y de la historia no es cíclica, sino lineal: es un camino que va hacia un cumplimiento. Un año que ha pasado, por lo tanto, no nos lleva a una realidad que termina sino a una realidad que se cumple, es un ulterior paso hacia la meta que está delante de nosotros: una meta de esperanza y una meta de felicidad, porque encontraremos a Dios, razón de nuestra esperanza y fuente de nuestra alegría.
Mientras el año 2013 llega a su final, recogemos, como en un cesto, los días, las semanas, los meses que hemos vivido, para ofrecer todo al Señor. Y preguntémonos, con coraje: ¿cómo hemos vivido el tiempo que Él nos ha donado? ¿Lo hemos usado sobre todo para nosotros mismos, para nuestros intereses, o hemos sabido gastarlo también en los otros? ¿Cuánto tiempo hemos reservado para “estar con Dios”, en la oración, en el silencio, en la adoración?
Y pensemos también en nosotros, ciudadanos romanos, pensemos en esta ciudad de Roma. ¿Qué ha sucedido este año? ¿Qué está sucediendo, y qué cosa sucederá? ¿Cómo es la calidad de la vida en esta Ciudad? ¡Depende de todos nosotros! ¿Cómo es la calidad de nuestra “ciudadanía”? ¿Hemos contribuido este año, en nuestra medida, a hacerla habitable, ordenada, acogedora? En efecto, el rostro de una ciudad es como un mosaico cuyas piezas son todos los que la habitan. Cierto, quien inviste una autoridad tiene mayor responsabilidad, pero cada uno es corresponsable, en el bien y en el mal.
Roma es una ciudad de una belleza única. Su patrimonio espiritual y cultural es extraordinario. Sin embargo, también en Roma hay tantas personas marcadas por miserias materiales y morales, personas pobres, infelices, sufrientes, que interpelan la conciencia no sólo de los responsables públicos, sino de cada ciudadano. En Roma tal vez sintamos más fuerte este contraste entre el entorno majestuoso y lleno de belleza artística, y el malestar social de aquellos a los que les cuesta más.
Roma es una ciudad llena de turistas, pero también colmada de refugiados. Roma está llena de gente que trabaja, pero también de personas que no encuentran trabajo o que desarrollan trabajos mal pagados y a veces indignos; y todos tienen el derecho de ser tratados con la misma actitud de acogida y equidad, porque cada uno es portador de dignidad humana.
Es el último día del año. ¿Qué haremos, como nos comportaremos en el próximo año, para hacer un poco mejor nuestra Ciudad? La Roma del nuevo año tendrá un rostro aún más bello si será más rica de humanidad, hospitalidad, acogida; si todos nosotros somos más atentos y generosos con quien está en dificultad; si sabemos colaborar con espíritu constructivo y solidario, para el bien de todos. La Roma del nuevo año será mejor si no habrá personas que la miran “desde lejos”, “en postales”, que miran su vida solamente desde el balcón, sin involucrarse en tantos problemas humanos, problemas de hombres y mujeres que al final… y desde el principio, lo queramos o no, son nuestros hermanos. En esta perspectiva, la Iglesia de Roma se siente comprometida a dar su propia contribución a la vida y al futuro de la Ciudad, ¡pero es su deber! Se siente comprometida a animarla con la levadura del Evangelio, a ser signo e instrumento de la misericordia de Dios.
Esta tarde concluimos el año del Señor 2013 agradeciendo y pidiendo perdón. Dos cosas juntas: agradecer y pedir perdón. Agradecemos por todos los beneficios que el Señor nos ha dispensado, y sobre todo por su paciencia y fidelidad, que se manifiestan en la sucesión de los tiempos, pero de modo particular en la plenitud del tiempo, cuando “Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer”, Gal 4, 4. Que la Madre de Dios, en cuyo nombre mañana iniciaremos un nuevo tramo de nuestro peregrinaje terrenal, nos enseñe a acoger al Dios hecho hombre, para que cada año, cada mes, cada día esté colmado de su eterno Amor. Así sea.
(Traducción de Griselda Mutual y Mariana Puebla – RV).

Intenciones del Papa Francisco para el mes de Enero de 2014



VATICANO, 30 Dic. 13 / 10:25 am (ACI/EWTN Noticias).- La Santa Sede informó este lunes que las intenciones del Papa Francisco para enero de 2014 están centradas en la unidad de los cristianos y en un auténtico desarrollo que respete la dignidad humana.


La intención general del apostolado de la oración del Santo Padre para el mes de enero de 2014 es:



 “Para que se promueva un desarrollo económico auténtico, respetuoso de la dignidad de todas las personas y todos los pueblos”.


Su intención evangelizadora es:


 “Para que los cristianos de las distintas confesiones caminen hacia la unidad deseada por Cristo”.