miércoles, 26 de febrero de 2014

Tweet del Papa Francisco: 25 de Febrero de 2014


La unción de los enfermos - Catequesis del Papa Francisco - Audiencia General (miércoles 26/02/14)



NO HAY QUE TENER MIEDO DE LLAMAR AL SACERDOTE PARA QUE DÉ LA UNCIÓN A LOS ENFERMOS O A LOS ANCIANOS, YA QUE ES EL MISMO JESÚS QUIEN LOS VISITA

Queridos amigos, les ofrecemos a continuación el texto completo de la catequesis de hoy del Papa Francisco sobre el sacramento de la Unción de los enfermos:

«Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Hoy las previsiones decían “lluvia” ¡y ustedes han venido lo mismo! Tienen valor, ¿eh? ¡Felicidades! 

Hoy quisiera hablarles del Sacramento de la Unción de los enfermos, que nos permite tocar con la mano la compasión de Dios por el hombre. En el pasado era llamado “extrema unción”, porque se entendía como consuelo espiritual en la inminencia de la muerte. 

Hablar en cambio de “Unción de los enfermos” nos ayuda a ampliar la mirada hacia la experiencia de la enfermedad y del sufrimiento, en el horizonte de la misericordia de Dios.

Hay un ícono bíblico que expresa en toda su profundidad el misterio que se trasluce en la Unción de los enfermos: es la parábola del buen samaritano, en el evangelio de Lucas (10,30-35). Cada vez que celebramos este Sacramento, el Señor Jesús, en la persona del sacerdote, se acerca a la persona que sufre y está gravemente enfermo, o es anciano. 

La parábola dice que el buen samaritano cuida del hombre que sufre derramando sobre sus heridas aceite y vino. El aceite nos hace pensar en aquél que es bendecido por el Obispo cada año, en la Misa Crismal del Jueves Santo, justamente en vista la Unción de los enfermos. El vino, en cambio, es signo del amor y de la gracia de Cristo que brotan del don de su vida por nosotros y que se expresan en toda su riqueza en la vida sacramental de la Iglesia. 

Por último, la persona que sufre es confiada al dueño del albergue para que pueda seguir cuidándo de ella, sin considerar los gastos. ¿Quién es este dueño del albergue? Es la Iglesia, la comunidad cristiana, somos nosotros, a quienes cada día el Señor Jesús confía a los que están afligidos, en el cuerpo y en el espíritu, para que podamos continuar a derramar sobre ellos, sin medida, toda su misericordia y su salvación.

Este mandato está confirmado en modo explícito y preciso en la epístola de Santiago – que hemos escuchado - donde se recomienda: “Quién está enfermo, que llame a los presbíteros de la Iglesia para que ellos oren por él y lo unjan con aceite en el nombre del Señor. Y la oración hecha con fe salvará al enfermo: el Señor lo aliviará y, si tuviera pecados, le serán perdonados” (5,14-15). 

Se trata por lo tanto de una praxis que estaba en uso ya en tiempos de los Apóstoles. Jesús, de hecho, ha enseñado a sus discípulos a tener su misma predilección por lo enfermos y por quienes sufren, y les ha transmitido la capacidad y el deber de continuar derramando, en su nombre y según su corazón, alivio y paz, a través de la gracia especial de este Sacramento. Pero esto no nos debe hacer caer en la búsqueda obsesiva del milagro o en la presunción de poder obtener siempre y de todos modos la curación.

Se trata más bien de la seguridad de la cercanía de Jesús al enfermo, también al anciano, porque todo anciano, toda persona de más de 65 años puede recibir este Sacramento: es Jesús quien se acerca. Pero cuando hay un enfermo se piensa: “Llamemos al cura, al sacerdote para que venga. No, no, porque trae mala suerte, entonces no, no lo llamamos” o “después de asustará el enfermo”. 

¿Por qué? Porque existe un poco la idea que, cuando hay un enfermo y viene el sacerdote, después de él llegan las pompas fúnebres: y eso no es verdad, ¡eh! El sacerdote viene para ayudar al enfermo o al anciano: por esto es tan importante la visita del sacerdote a los enfermos. Hay que llamarlo: “Ah, hay un enfermo, venga, le dé la unción, lo bendiga”. 

Porque es Jesús que llega para aliviarlo, para darle fuerza, para darle esperanza, para ayudarlo. También para perdonarle los pecados. ¡Y esto es hermoso! Y no piensen que esto sea un tabú, porque siempre es hermoso saber que en el momento del dolor y de la enfermedad nosotros no estamos solos: el sacerdote y quienes están presentes durante la Unción de los enfermos representan, en efecto, a toda la comunidad cristiana que, como un único cuerpo, con Jesús, se estrecha entorno a quien sufre y a los familiares, alimentando en ellos la fe y la esperanza y apoyándolos con la oración y el calor fraterno. 

Pero el consuelo más grande deriva del hecho de que es el mismo Señor Jesús quien se hace presente en el Sacramento, quien nos toma de la mano, nos acaricia como hacía con los enfermos, Él, y nos recuerda que ya le pertenecemos y que nada – ni siquiera el mal y la muerte – podrá nunca separarnos de Él.

Tengamos esta costumbre de llamar al sacerdote, para que venga y dé a nuestros enfermos – no digo los enfermos de gripe, de tres, cuatro días, sino cuando es una enfermedad seria – y también a nuestros ancianos, este Sacramento, este consuelo, esta fuerza de Jesús para seguir adelante ¡Hagámoslo! Gracias».



(Traducción del italiano: María Cecilia Mutual)


Fuente: News.va Español

lunes, 24 de febrero de 2014

Tweet del Papa Francisco: 24 de Febrero de 2014


Tweet del Papa Francisco: 22 de Febrero de 2014


Tweet del Papa Francisco: 21 de Febrero de 2014


Tweet del Papa Francisco: 20 de Febrero de 2014


Tweet del Papa Francisco: 18 de Febrero de 2014


domingo, 23 de febrero de 2014

DOMINGO: DÍA DEL SEÑOR - LA LITURGIA (23 de Febrero de 2014)




Febrero 23, Domingo: 7º Durante el año. Verde 

1ª lectura Lev 19, 1-2. 17-18

Lectura del libro del Levítico.

El Señor dijo a Moisés: Habla en estos términos a toda la comunidad de Israel: Ustedes serán santos, porque yo, el Señor su Dios, soy santo. No odiarás a tu hermano en tu corazón; deberás reprenderlo convenientemente, para no cargar con un pecado a causa de él.No serás vengativo con tus compatriotas ni les guardarás rencor. Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor.
Palabra de Dios.

Comentario

“Amarás a tu prójimo como a ti mismo” es una de las formas en que se expresa lo que se ha dado en llamar “la regla de oro”. Esta “regla” aparece en varias versiones, positivas y negativas, pero todas consisten básicamente en que tengamos hacia los otros el mismo tipo de trato que tenemos con nosotros mismos. Rabi Akiba (sabio judío de los siglos I y II d.C.) declaró que esta regla era el gran principio de toda la ley. Por ella, nos vemos libres de celos o de envidias cuando a nuestro prójimo le está yendo bien.

Salmo 102, 1-4. 8. 10. 12-13

R. El Señor es bondadoso y compasivo.

Bendice al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga a su santo Nombre; bendice al Señor, alma mía, y nunca olvides sus beneficios. R.
Él perdona todas tus culpas y sana todas tus dolencias; rescata tu vida del sepulcro, te corona de amor y de ternura. R.
El Señor es bondadoso y compasivo, lento para enojarse y de gran misericordia; no nos trata según nuestros pecados ni nos paga conforme a nuestras culpas. R.
Cuanto dista el oriente del occidente, así aparta de nosotros nuestros pecados. Como un padre cariñoso con sus hijos, así es cariñoso el Señor con sus fieles. R.

2ª lectura 1Cor 3, 16-23

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto.

Hermanos: ¿No saben que ustedes son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes? Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él. Porque el templo de Dios es sagrado, y ustedes son ese templo.¡Que nadie se engañe! Si alguno de ustedes se tiene por sabio en este mundo, que se haga insensato para ser realmente sabio. Porque la sabiduría de este mundo es locura delante de Dios. En efecto, dice la Escritura: “Él sorprende a los sabios en su propia astucia”, y además: “El Señor conoce los razonamientos de los sabios y sabe que son vanos”. En consecuencia, que nadie se gloríe en los hombres, porque todo les pertenece a ustedes: Pablo, Apolo o Cefas, el mundo, la vida, la muerte, el presente o el futuro. Todo es de ustedes, pero ustedes son de Cristo y Cristo es de Dios.
Palabra de Dios.

Comentario

Los corintios corrían el peligro de quedar prendados de la sabiduría del predicador que habían escuchado: Pablo, Apolo, Cefas… Cuando damos prioridad a esas preferencias humanas, olvidamos que la sabiduría que queremos para nuestra vida es la que viene de Dios, es la que él nos comunica por su Espíritu Santo. Este espíritu vive dentro de nosotros, nos anima y nos da el discernimiento para la vida.

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.

Jesús dijo a sus discípulos: Ustedes han oído que se dijo: “Ojo por ojo y diente por diente”. Pero yo les digo que no hagan frente al que les hace mal: al contrario, si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, preséntale también la otra. Al que quiere hacerte un juicio para quitarte la túnica, déjale también el manto; y si te exige que lo acompañes un kilómetro, camina dos con él. Da al que te pide, y no le vuelvas la espalda al que quiere pedirte algo prestado. Ustedes han oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo” y odiarás a tu enemigo. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores; así serán hijos del Padre que está en el cielo, porque él hace salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos. Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen lo mismo los publicanos? Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen lo mismo los paganos? Por lo tanto, sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo.
Palabra del Señor.

Comentario

¿Cómo frenar la sucesión de odios, violencias y venganzas? Si obramos del mismo modo que quien nos agrede, solo lograremos multiplicar el mal. Pero ¿de dónde sacar fuerzas para sobreponernos a todo esto? De nuestra condición de hijos e hijas del Padre celestial, que ama con un amor sin límites a toda la humanidad. Él vive en perfecta comunión de amor con el Hijo y el Espíritu Santo. Ese mismo espíritu habita en nosotros y nos mueve al amor que nos hace capaces de superar la venganza y la enemistad.

martes, 18 de febrero de 2014

Papa Francisco: Cuando estamos tentados sólo la Palabra de Dios nos salva

VATICANO, 18 Feb. 14 / 10:01 am (ACI/EWTN Noticias).- Resistir a la seducción de las tentaciones es posible solamente “cuando se escucha la Palabra de Jesús”. Así lo afirmó el Papa Francisco hoy en la homilía de la Misa presidida esta mañana en la Casa de Santa Marta.
La tentación se manifiesta como una atracción inocua y termina por transformarse en una jaula, de la que a menudo más que buscar evitarla se intenta minimizar su esclavitud, sordos a la Palabra de Dios. En su homilía, el Santo Padre reafirmó una verdad y una consecuencia descritas por Santiago en un pasaje de su Epístola, propuesta por la liturgia: La verdad es que jamás es Dios quien tienta al hombre, sino sus pasiones. La secuencia es aquella producida por las mismas pasiones las cuales, dice el Apóstol, “conciben y generan el pecado. Y el pecado, una vez cometido, produce la muerte”.
Según señala Radio Vaticano, el Pontífice dijo: “la tentación, ¿de dónde viene? ¿Cómo actúa dentro de nosotros? El apóstol nos dice que no viene de Dios, sino de nuestras pasiones, de nuestras debilidades interiores, de las heridas que ha dejado en nosotros el pecado original: las tentaciones vienen de allí, de estas pasiones. Es curioso, la tentación tiene tres características: crece, contagia y se justifica. Crece: comienza como si nada, y crece… El mismo Jesús decía esto, cuando habló de la parábola del grano y de la cizaña: el grano crecía, pero también la cizaña sembrada por el enemigo. Y la tentación crece: crece, crece… Y si uno no la detiene, ocupa todo”.
Además, continuó el Papa, la tentación “busca otro para hacerse compañía, contagia” y “en este crecer y contagiar, la tentación nos encierra en un ambiente de donde no se puede salir con facilidad”.
Es la experiencia de los Apóstoles narrada en el Evangelio del día, que ve a los Doce culparse unos a otros bajo los ojos del Maestro por no haber traído pan a bordo de la barca. Jesús, observó el Santo Padre, quizás sonriendo por aquel altercado, los invita a estar “atentos de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes”. Pero los Apóstoles que por un poco insisten, sin escucharlo, “tan cerrados en el problema de quién tuviese la culpa por no haber traído pan no tenían lugar, no tenían tiempo, no tenían luz para la Palabra de Dios”.
“Y así, cuando estamos tentados, no escuchamos la Palabra de Dios: no escuchamos. No entendemos. Y Jesús ha debido recordar la multiplicación de los panes para hacerlos salir de aquel ambiente, porque la tentación nos encierra, nos quita toda capacidad de previsión, nos cierra todo horizonte, y así nos lleva al pecado. Cuando estamos tentados, solo la Palabra de Dios, la Palabra de Jesús nos salva. Escuchar aquella Palabra que nos abre el horizonte… Él siempre está dispuesto a enseñarnos cómo salir de la tentación. Y Jesús es grande porque no solo nos hace salir de la tentación, sino que nos da más confianza”.
Esta confianza, afirmó el Santo Padre, es “una fuerza grande, cuando somos tentados: el Señor nos espera”, “se fía de nosotros tentados, pecadores”, “abre siempre horizontes”. Por el contario, repitió Francisco, el diablo con “la tentación, encierra, cierra, cierra” y hace “crecer” un ambiente parecido a la barca de los Apóstoles. No dejarse “encarcelar” por este tipo de ambiente, concluyó, es posible sólo “cuando se escucha la Palabra de Jesús”.


Para concluir, el Papa alentó a pedirle “al Señor que siempre, como hizo con los discípulos, con su paciencia, cuando somos tentados nos diga: ‘Detente, estate tranquilo. Acuérdate que hice contigo en aquel momento, en aquel tiempo: acuérdate. Alza los ojos, mira el horizonte, no cerrar, no te cierres, va adelante’. Y esta Palabra nos salvará de caer en el pecado en el momento de la tentación”.

Papa Francisco: El que habla mal del hermano lo mata en su corazón

VATICANO, 17 Feb. 14 / 10:49 am (ACI/EWTN Noticias).- La parroquia romana de San Tomás Apóstol en Infernetto, al sur de la diócesis de Roma, recibió ayer tarde la visita del Papa Francisco que reflexionó sobre las habladurías y los “chismorreos” que matan al hermano en el corazón.
A su llegada, el Pontífice encontró a los niños que recibirán la Comunión y la Confirmación y saludó a los fieles en el patio, al igual que a los niños recién bautizados con sus padres, los ancianos y enfermos y a la asociación de familias con hijos discapacitados y antes de comenzar la misa confesó a algunos penitentes.
“Una vez, los discípulos de Jesús comían trigo, porque tenían hambre, pero era sábado, y el sábado no se podía comer trigo. -dijo el Papa en su homilía-. Los fariseos empezaron a decir: ‘¡Miren lo que hacen! Los que hacen esto, van contra la ley y ensucian el alma porque no la cumplen". Y Jesús respondió: ‘No ensucia el alma lo que tomamos desde el exterior, sino lo que viene de dentro, de tu corazón’. Y creo que hoy nos sentará bien pensar no si mi alma está limpia o sucia, sino pensar en lo que está en mi corazón, lo que llevo dentro, lo que yo se que llevo pero ninguno lo sabe”.
“Decirnos la verdad a nosotros mismos, y esto no es fácil porque siempre tratamos de cubrirnos cuando vemos algo que no encaja en nosotros. ¿Qué hay en nuestro corazón? ¿Hay amor? : ¿Amo a mis padres, a mis hijos, mi esposa, a mi marido, a la gente del barrio, a los enfermos? ¿Los amo?.. ¿Hay odio? ¿Odio a alguien? Porque muchas veces nos encontramos con que hay odio, ¿no? Yo amo a todos, excepto a éste o a ésta. Y eso es odio ¿no?”.
“¿Qué hay en mi corazón… perdón? ¿Hay una actitud de perdonar a los que me han ofendido, o hay una actitud de venganza? Tenemos que preguntarnos qué hay dentro, porque lo que está dentro sale y hace el mal, su es malo, y si es bueno, también sale y hace el bien. Y es muy hermoso decirnos la verdad a nosotros mismos, y avergonzarnos cuando estamos en una situación que no es como la que Dios quiere.”.
El Papa recordó el Evangelio de hoy en que Jesús decía: ‘Habéis oído que fue dicho a vuestros padres: ‘No matarás’. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, lo mata, en su corazón’. ‘Y el que insulta a su hermano –ha subrayado Francisco– lo mata en su corazón; el que odia a su hermano lo mata en su corazón; cualquier persona que habla mal de su hermano, lo mata en su corazón. Quizás no nos damos cuenta,.. chismorreamos de éste o de aquel. Y esto es matar al hermano... Por eso, es importante saber lo que hay dentro de mí, lo que pasa en mi corazón. Si uno entiende su hermano, a la gente, ama porque perdona: entiende, perdona, es paciente”.
“Debemos pedir al Señor dos gracias –dijo el Papa Francisco- La primera, saber lo que hay en mi corazón para no vivir engañados. La segunda: hacer el bien que está en nuestros corazones, y no hacer el mal que hay en nuestros corazones. Y hablando de ‘matar’ , recordad que las palabras matan. Incluso los malos deseos matan... Parece cómo si el pecado de calumnia, el pecado de difamación hubieran sido eliminados del Decálogo. Y hablar mal de una persona es pecado”.
Para concluir el Santo Padre exhortó a pedir “siempre al Señor que nos ayude a amar a los demás. Y si no puedo amar a una persona, ¿por qué no puedo? Recemos por esta persona, para que el Señor me haga quererla. Y seguir así, recordando que lo que ensucia nuestra vida es lo malo que sale de nuestro corazón”.
Finalizada la Eucaristía, el Santo Padre saludó a los familiares de los sacerdotes y encontró al consejo pastoral.

“Sin la paciencia no se crece”, nos dice el Papa



“La paciencia no es resignación, es otra cosa”: el Papa comentó la carta de Santiago donde está escrito: “alégrense profundamente cuando se vean sometidos a cualquier clase de pruebas”. “Parece una invitación a volverse faquir” – observó – pero no es así. La paciencia, soportar las pruebas, “las cosas que nosotros no queremos”, hace “madurar nuestra vida. Quien no tiene paciencia quiere todo de inmediato, todo de prisa. Quien no conoce esta sabiduría de la paciencia – subrayó el Santo Padre - es una persona caprichosa, como los niños que son caprichosos” y ninguna cosa les está bien. “La persona que no tiene paciencia – explicó - es una persona que no crece, que se queda en los caprichos del niño, que no sabe tomar la vida como viene: o esto o nada. Ésta es una de las tentaciones: volverse caprichosos”. “Otra tentación de aquellos que no tienen paciencia – afirmó el Pontífice - es la omnipotencia” de querer de inmediato una cosa, como sucedió a los fariseos que piden a Jesús un signo del cielo: “querían un espectáculo, un milagro”:

“Confunden el modo de actuar de Dios con el modo de actuar de un brujo. Y Dios no actúa como un brujo, Dios tiene su modo de ir adelante. La paciencia de Dios. También Él tiene paciencia. Cada vez que nos dirigimos al sacramento de la reconciliación, ¡cantamos un himno a la paciencia de Dios! Con cuánta paciencia el Señor nos lleva sobre su espalda, ¡con cuánta paciencia! La vida cristiana debe desenvolverse sobre esta música de la paciencia, porque es precisamente la música de nuestros padres, del pueblo de Dios, de aquellos que han creído en la Palabra de Dios, que han seguido el mandamiento que el Señor había dado a nuestro padre Abraham: ‘Camina en mi presencia y sé irreprensible’”.

El pueblo de Dios – constató el Obispo de Roma citando la Carta a los Hebreos – “ha sufrido tanto, han sido perseguidos, asesinados”, pero tuvo “la alegría de saludar desde lejos las promesas” de Dios. “Ésta es la paciencia” que “nosotros debemos tener en las pruebas: la paciencia de una persona adulta, la paciencia de Dios” que nos lleva sobre la espalda. Y ésta – prosiguió - es “la paciencia de nuestro pueblo”:

“¡Cuán paciente es nuestro pueblo! ¡Aún hoy! Cuando vamos a las parroquias y encontramos a aquellas personas que sufren, que tienen problemas, que tienen un hijo minusválido o tienen una enfermedad, pero llevan adelante la vida con paciencia. No piden signos, como aquellos del Evangelio, que pretendían una señal. Decían: ‘¡Danos un signo!’. No, no piden, pero saben leer los signos de los tiempos: saben que cuando el higo florece, llega la primavera; saben distinguir aquello. En cambio, estos impacientes del Evangelio de hoy, que querían una señal, no sabían leer los signos de los tiempos, y por eso no reconocieron a Jesús”.

Francisco finalizó su homilía alabando a la “gente de nuestro pueblo, gente que sufre, que sufre tantas, tantas cosas, pero que no pierde la sonrisa de la fe, que tiene la alegría de la fe”:

“Y esta gente, nuestro pueblo, en nuestras parroquias, en nuestras instituciones - tanta gente – es aquella que lleva adelante a la Iglesia, con su santidad, de todos los días, de cada día. ‘Hermanos, alégrense profundamente cuando se vean sometidos a cualquier clase de pruebas, sabiendo que la fe, al ser probada, produce la paciencia. Y la paciencia debe ir acompañada de obras perfectas, a fin de que ustedes lleguen a la perfección y a la madurez, sin que les falte nada.’ (Sant 1, 2-4). Que el Señor nos dé a todos nosotros la paciencia, la paciencia alegre, la paciencia del trabajo, de la paz, nos de la paciencia de Dios, ésa que Él tiene, y nos de la paciencia de nuestro pueblo fiel, que es tan ejemplar”. (RC-RV)


El pasaporte argentino del Papa Francisco




El Papa Francisco ha renovado su documento nacional de identidad y el pasaporte de Argentina. El ministro del Interior argentino, Florencio Randazzo, explicó ayer lunes en un comunicado que el Papa “pidió expresamente no gozar de ningún privilegio, por lo que tanto su nuevo DNI como su pasaporte han seguido las vías administrativas normales. 


El Papa realizó un trámite como el que hacen todos los argentinos, donde se le tomó una foto digital, su huella y su firma en unos 15 minutos”.

Los trámites se llevaron a cabo el viernes a través del centro digital del Ministerio en Roma, y en los próximos días el Pontífice recibirá su documentación en Casa Santa Marta, donde reside. “Este es un nuevo gesto del Papa para con nuestro país que nos llena de orgullo”, asegura Randazzo.

(Foto: Ministerio del Interior argentino)

domingo, 16 de febrero de 2014

CON POCO, PODEMOS SER "ÚTILES", PARA MUCHOS HERMANOS!



Hermano Querido: Falta poco tiempo para que inicie un nuevo ciclo lectivo! Y con el comienzo de las clases, vuelven a nuestra memoria aquellas “cosquillitas” en la panza, por el primer día de clase, por conocer a nuestros compañeros, a nuestra señorita, o reencontrarnos con ellos si ya habíamos avanzando en el cursado!


Cuánta emoción nos embargaba, al abrir nuestros “portafolios”, “bolsitas” o tal vez “mochilas”, para escribir nuestras primeras letras en el cuaderno nuevo, y pintar con esos lápices nuevos, que sacábamos de nuestras flamantes cartucheras!

Y también, vienen a nuestra memoria, cuántos compañeritos, amiguitos o tal vez familiares, no tenían esta misma posibilidad y tal vez, solo esperaban que alguna alma caritativa, les prestara un ratito los colores para poder garabatear y soñar con un futuro mejor, al terminar sus estudios!

Y cuantos hermanos no pudieron estudiar, porque sus papis no podían acceder a la compra de los preciados “útiles escolares”!!!!

Si miramos con los ojos del alma, podemos contemplar que aquí, en nuestra amada provincia, hay tantos niños que no pueden tener acceso a los “útiles escolares”, y tantos se quedaran sin poder estudiar y tener esta herramienta tan importante, para que el día de mañana, puedan luchar no solo por un futuro mejor para ellos sino también para nuestra patria!

Te proponemos que: CON POCO, SEAMOS “ÚTILES”, PARA MUCHOS HERMANOS!!! QUERÉS SUMAR TU POCO, A NUESTRO POCO, Y QUE JUNTOS SEAMOS ÚTILES, PARA TANTOS CRISTOS POBRES, QUE TIENEN EL DERECHO DE ESTUDIAR? 

Si, desde lo más profundo de tu corazón sale un SÍ, como respuesta, Jesús te pide que sumes tu poco, al poco de tus familiares, amigos, vecinos, compañeros de trabajo, comerciantes amigos, empresarios, a nuestro poco, y entre todos, compremos “útiles escolares”, que ofrendaremos a tantos hermanitos que lo necesitan para poder estudiar!!!! 

Y qué podemos comprar? Todo lo que nosotros utilizamos o compramos para nuestros hijos! Cuadernos, lápices negro y de colores, lapiceras, cartucheras, mochilas, elementos de geometría, temperas, carpetas para dibujo, hojas, mapas, plasticola, cartulinas, etc.!!!

Puedes traer tu donación a Cáritas “San Martín de Porres” - Vicaría “San Martín de Porres”, que se ubica en Av. Angelelli esquina Azcuénaga, Barrio Parque Sur, La Rioja, Argentina, todos los días en el horario de 9:00 a 11:30 y de 18:00 a 20:00 hs!

Si no puedes acercar tu donación, nosotros te ofrecemos pasar por tu hogar o lugar de trabajo a retirar la donación! Para ello te pedimos que te contactes con nosotros por mensaje privado, para acordar día y hora de la entrega!

Esta campaña no solo tendrá lugar en este tiempo de inicio del ciclo lectivo, sino que lo extenderemos a lo largo de todo el año escolar!!!!

No nos quedamos encerrados en nosotros mismos, y nuevamente “salgamos afuera”! Recordemos que lo que el Señor nos regala, no es solo para compartirlo con nuestra familia, sino especialmente con tantos hermanos que sufren!!!

Que nuestra Madre de Lujan, patrona de Cáritas, le presente a su Hijo el corazón de cada uno de nosotros, para que Jesús, una vez más, renueve el milagro de la multiplicación de los panes, utilizándonos como instrumentos de la Providencia Divina!!! 

Que el Señor, en su infinita Bondad, devuelva el ciento por uno, de todo lo damos de corazón, tal como Él, lo promete en su Palabra! 

Y, les pedimos que entre todos, oremos por esta “PRIMERA CAMPAÑA SOLIDARIA: CON POCO, PODEMOS SER “ÚTILES”, PARA MUCHOS HERMANOS, y entre todos difundamos esta nueva oportunidad para ser solidarios y amar a Cristo Pobre, sumando un "poquito" de amor en agradecimiento al "VERDADERO AMOR", por las bendiciones que derrama en nuestras vidas!!!

DALE, SUMATE!!! DIFUNDÍ ESTA PROPUESTA!!! - Cáritas “San Martín de Porres”

El Papa Francisco, en el Ángelus reflexiona sobre la perfección del amor cristiano: “un amor cuya única medida es no tener medida: el amor a Dios a través del amor al prójimo”

2014-02-16 Radio Vaticana
(RV).- En un domingo sereno y soleado en Roma, a mediodía, el Santo Padre ha dirigido desde la ventana de su estudio en el palacio pontificio la oración del Ángelus ante decenas de miles de files y peregrinos reunidos en la plaza de san Pedro. En su alocución antes de la oración mariana, Francisco ha comentado el tema del Evangelio de hoy: “la actitud de Jesús con respecto a la Ley judía”. Jesús no quiere anular los mandamientos de Moisés, sino que quiere llevarlos a su plenitud, a su cumplimiento, a su perfección: a una justicia superior, a una observancia más auténtica. Y esta justicia superior, ha dicho el Papa, consiste en amar al prójimo. Una actitud tan fundamental, que Jesús llega a afirmar que nuestra relación con Dios no puede ser sincera si antes no nos pacificamos con nuestro vecino. Por lo tanto, ha explicado el Santo Padre, Jesús llega a la raíz de la Ley, a la intención, al corazón del hombre, donde se originan nuestras acciones buenas o malas. Para obtener un comportamiento bueno y honesto no son suficientes las normas jurídicas, ha dicho el Papa, sino motivaciones profundas, expresión de una sabiduría oculta, la Sabiduría de Dios, que se pueden recibir gracias al Espíritu Santo. (ER-RV)

Palabras del Santo Padre en su alocución en italiano:
Queridos hermanos y hermanas:
el Evangelio de este domingo forma parte todavía del llamado "Sermón de la Montaña", la primera gran predicación de Jesús. Hoy el tema es la actitud de Jesús con respecto a la Ley judía. Él dice: " No piensen que vine para abolir la Ley o los Profetas: yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento” (Mateo 5:17). Así que Jesús no quiere cancelar los mandamientos que el Señor dio por medio de Moisés, sino que quiere llevarlos a su plenitud. E inmediatamente después añade que este "cumplimiento" de la Ley requiere una justicia superior, una observancia más auténtica. Y de hecho dice a sus discípulos: “Les aseguro que si la justicia de ustedes no es superior a la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos " (Mt 05:20).
¿Pero qué significa este "pleno cumplimiento" de la ley? ¿Y en qué consiste esta justicia superior? El mismo Jesús nos responde con algunos ejemplos, comparando La antigua ley con lo que Él nos dice. Comienza desde el quinto mandamiento del Decálogo: “Ustedes han oído que se dijo a los antepasados: "No matarás"; pero yo les digo que todo aquel que se enoja contra su hermano, merece ser condenado por un tribunal". (vv. 21-22). Con esto, Jesús nos recuerda que ¡también las palabras pueden matar! Por lo tanto, no sólo no se debe atentar contra la vida de los demás, sino tampoco derramar sobre él el veneno de la ira y golpearlo con la calumnia.
Jesús propone a los que siguen la perfección del amor: un amor cuya única medida es no tener medida, ir más allá de todo cálculo. El amor al prójimo es una actitud tan fundamental que Jesús llega a afirmar que nuestra relación con Dios no puede ser sincera si no queremos hacer la paz con el prójimo: “Por lo tanto, si al presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda ante el altar, y ve antes a reconciliarte con tu hermano”. (vv. 23-24). Por esto estamos llamados a reconciliarnos con nuestros hermanos antes de mostrar nuestra devoción al Señor en la oración.
De todo esto queda claro que Jesús no da importancia sólo a la observancia disciplinar y a la conducta externa. Él va a la raíz de la Ley, centrándose especialmente en la intención y por tanto en el corazón humano, donde se originan nuestras acciones buenas o malas. Para obtener un comportamiento bueno y honesto no son suficientes las normas jurídicas, sino que son necesarias motivaciones profundas, expresión de una sabiduría oculta, la Sabiduría de Dios, que se pueden recibir gracias al Espíritu Santo. Y nosotros, a través de la fe en Cristo, podemos abrirnos a la acción del Espíritu, que nos permite vivir el amor divino.
A la luz de esta enseñanza de Cristo, todos los mandamientos revelan su pleno significado como una exigencia de amor, y todos se reúnen en el gran mandamiento: amar a Dios con todo tu corazón y al prójimo como a ti mismo.

Domingo: "El Día del Señor" - Liturgia - Domingo 14 de Febrero de 2014


1ª lectura     Ecli 15, 15-20

Lectura del libro del Eclesiástico.

Si quieres, puedes observar los mandamientos y cumplir fielmente lo que agrada al Señor. Él puso ante ti el fuego y el agua: hacia lo que quieras, extenderás tu mano. Ante los hombres están la vida y la muerte: a cada uno se le dará lo que prefiera. Porque grande es la sabiduría del Señor, él es fuerte y poderoso, y ve todas las cosas. Sus ojos están fijos en aquellos que lo temen y él conoce todas las obras del hombre. A nadie le ordenó ser impío ni dio a nadie autorización para pecar.
Palabra de Dios.

Comentario

Estas sentencias nos señalan el libre albedrío que Dios nos ha dado, que no es otra cosa que la posibilidad de optar, de determinar “dónde queremos llevar la mano”. Pero para orientar el discernimiento, Dios además nos ha dado los mandamientos que proceden de su sabiduría.


Salmo 118, 1-2. 4-5. 17-18. 33-34

R. Felices los que siguen la ley del Señor.

Felices los que van por un camino intachable, los que siguen la ley del Señor. Felices los que cumplen sus prescripciones y lo buscan de todo corazón. R.
Tú promulgaste tus mandamientos para que se cumplieran íntegramente. ¡Ojalá yo me mantenga firme en la observancia de tus preceptos! R.
Sé bueno con tu servidor, para que yo viva y pueda cumplir tu palabra. Abre mis ojos, para que contemple las maravillas de tu ley. R.
Muéstrame, Señor, el camino de tus preceptos, y yo los cumpliré a la perfección. Instrúyeme, para que observe tu ley y la cumpla de todo corazón. R.

2ª lectura     1Cor 2, 6-10

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto.

Hermanos: Es verdad que anunciamos una sabiduría entre aquellos que son personas espiritualmente maduras, pero no la sabiduría de este mundo ni la que ostentan los dominadores de este mundo, condenados a la destrucción. Lo que anunciamos es una sabiduría de Dios, misteriosa y secreta, que él preparó para nuestra gloria antes que existiera el mundo; aquélla que ninguno de los dominadores de este mundo alcanzó a conocer, porque si la hubieran conocido no habrían crucificado al Señor de la gloria. Nosotros anunciamos, como dice la Escritura, “lo que nadie vio ni oyó y ni siquiera pudo pensar, aquello que Dios preparó para los que lo aman”. Dios nos reveló todo esto por medio del Espíritu, porque el Espíritu lo penetra todo, hasta lo más íntimo de Dios.
Palabra de Dios.

Comentario

A aquellos cristianos griegos recién convertidos, san Pablo les recuerda el carácter de la sabiduría a la cual adherimos. Una sabiduría que Dios nos regala en la comunión con su Espíritu, una sabiduría que nos guía en todas las circunstancias de la vida.


Aleluya        cf. Mt 11, 25

Aleluya. Bendito eres, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque revelaste los misterios del Reino a los pequeños. Aleluya.

Evangelio     Mt 5, 17-37

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.

Jesús dijo a sus discípulos: No piensen que vine para abolir la Ley o los Profetas: Yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Les aseguro que no quedarán ni una coma de la Ley sin cumplirse, antes que desaparezcan el cielo y la tierra. El que no cumpla el más pequeño de estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será considerado el menor en el Reino de los Cielos. En cambio, el que los cumpla y enseñe, será considerado grande en el Reino de los Cielos. Les aseguro que si la justicia de ustedes no es superior a la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos. Ustedes han oído que se dijo a los antepasados: “No matarás, y el que mata, debe ser llevado ante el tribunal”. Pero yo les digo que todo aquél que se irrita contra su hermano, merece ser condenado por un tribunal. Y todo aquél que lo insulta, merece ser castigado por el tribunal. Y el que lo maldice, merece el infierno. Por lo tanto, si al presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda ante el altar, ve a reconciliarte con tu hermano, y sólo entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Trata de llegar en seguida a un acuerdo con tu adversario, mientras vas caminando con él, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al guardia, y te pongan preso. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo. Ustedes han oído que se dijo: “No cometerás adulterio”. Pero yo les digo: El que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón. Si tu ojo derecho es para ti una ocasión de pecado, arráncalo y arrójalo lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno. Y si tu mano derecha es para ti una ocasión de pecado, córtala y arrójala lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno. También se dijo: “El que se divorcia de su mujer, debe darle una declaración de divorcio”. Pero yo les digo: El que se divorcia de su mujer, excepto en caso de unión ilegal, la expone a cometer adulterio; y el que se casa con una mujer abandonada por su marido, comete adulterio. Ustedes han oído también que se dijo a los antepasados: “No jurarás falsamente, y cumplirás los juramentos hechos al Señor”. Pero yo les digo que no juren de ningún modo: ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la Ciudad del gran Rey. No jures tampoco por tu cabeza, porque no puedes convertir en blanco o negro uno solo de tus cabellos. Cuando ustedes digan “sí”, que sea “sí”, y cuando digan “no”, que sea “no”. Todo lo que se dice de más, viene del Maligno.
Palabra del Señor.

O bien breve: Mt 5, 20-22. 27-28. 33-34. 37

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.

Jesús dijo a sus discípulos: Les aseguro que si la justicia de ustedes no es superior a la de 
los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos. Ustedes han oído que se dijo a los antepasados: “No matarás, y el que mata, debe ser llevado ante el tribunal”. Pero yo les digo que todo aquel que se irrita contra su hermano, merece ser condenado por un tribunal. Ustedes han oído que se dijo: “No cometerás adulterio”. Pero yo les digo: El que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón. Ustedes han oído también que se dijo a los antepasados: “No jurarás falsamente, y cumplirás los juramentos hechos al Señor”. Pero yo les digo que no juren de ningún modo. Cuando ustedes digan “sí”, que sea “sí”, y cuando digan “no”, que sea “no”. Todo lo que se dice de más, viene del Maligno.
Palabra del Señor.

Comentario


¿De qué modo Jesús le da perfecto cumplimiento a todos los mandamientos de la ley? Haciéndolos más profundos y radicales. Ya no se trata solo de las acciones, sino también de las intenciones. Allí, en el fondo de nuestro corazón, es donde se juega el amor. Seguramente nosotros podemos decir: “yo no maté a nadie, yo cumplo el mandamiento de no matar”, pero Jesús exige mucho más que eso, porque somos hijos e hijas del Padre celestial, que nos ama sin medida.

Fuente: http://www.sanpablo.com.ar/lit/index.php?seccion=liturgia


viernes, 14 de febrero de 2014

Los consejos del Papa Francisco para celebrar bien el Matrimonio

VATICANO, 14 Feb. 14 / 12:30 pm (ACI).- El Papa Francisco dio una serie de consejos sobre cómo celebrar bien el matrimonio católico y precisó que, si bien es una fiesta, ésta debe ser siempre cristiana y no mundana, en donde los novios se preocupen de lo que es verdaderamente importante para que lo exterior hable siempre de la presencia del Señor.
A continuación y gracias a Radio Vaticano, los consejos del Papa Francisco en respuesta a una pregunta al respecto, esta mañana en la Plaza de San Pedro en el encuentro con más de 20 mil novios de distintas partes del mundo:
“Hagan de modo que sea una verdadera fiesta, porque ¡el Casamiento es una fiesta, una fiesta cristiana, no una fiesta mundana! El motivo más profundo de la alegría de aquel día lo indica el Evangelio de Juan: ¿Recuerdan el milagro de las bodas de Caná? A un cierto punto el vino se acaba y la fiesta parece arruinarse. Imagínense terminar la fiesta tomando té… No, no va! ¡Sin vino no hay fiesta! Por sugerencia de María, en aquel momento Jesús se revela por primera vez y da un signo: transforma el agua en vino y, con eso, salva la fiesta del casamiento.
Cuanto ha sucedido en Caná, dos mil años atrás, sucede en realidad en cada fiesta nupcial: eso que hace lleno y profundamente verdadero vuestro matrimonio será la presencia del Señor que se revela y dona su gracia. Es su presencia que ofrece el ‘vino nuevo’, y es Él el secreto de la alegría plena, aquella que entibia realmente el corazón. ¡Es la presencia de Jesús en aquella fiesta! ¡Pero que sea una bella fiesta, pero con Jesús! ¡No con el espíritu del mundo! ¡No! ¡Aquello se siente, cuando el Señor está allí!
Al mismo tiempo, está bien que vuestro matrimonio sea sobrio y haga resaltar aquello que es realmente importante. Algunos están más preocupados por los signos exteriores, por el banquete, por las fotos, por la ropa, por las flores… son cosas importantes en una fiesta, pero sólo si son capaces de indicar el verdadero motivo de vuestra alegría: aquella bendición del Señor sobre vuestro amor.
Hagan de modo que, como el vino de Caná, los signos exteriores de vuestra fiesta revelen la presencia del Señor y les recuerden a ustedes y a todos los presentes el origen y el motivo de vuestra alegría.
Pero hay algo que tú has dicho y que quiero tomar al vuelo, porque no quiero dejarla pasar. El matrimonio es también un trabajo de todos los días y podría decir un trabajo artesanal, un trabajo de orfebrería, porque el marido tiene la tarea de hacer más mujer a su mujer y la mujer tiene la tarea de hacer más hombre a su marido. Crecer también en humanidad, como hombre y como mujer. Pero esto se hace entre ustedes. Esto se llama crecer juntos.
¡Pero esto no viene del aire! El Señor lo bendice, pero viene de vuestras manos, de vuestras actitudes, del modo de vivir, del modo de amarse. ¡Hacerse crecer! Siempre procurar que el otro crezca. Trabajar para esto. Y así, no sé, pienso en ti, que un día andarás por la calle de tu país y la gente dirá: ‘pero mira aquella, ¡que linda mujer!’… ‘¡se entiende, con el marido que tiene!’. Y es esto, llegará a esto: hacernos crecer juntos, uno al otro. Y los hijos tendrán esta herencia de haber tenido un papá y una mamá que han crecido juntos, haciéndose – uno al otro– ¡más hombre y más mujer!”

Papa Francisco a novios en San Valentín: No tengan miedo al amor para siempre

VATICANO, 14 Feb. 14 / 10:08 am (ACI/EWTN Noticias).- El Papa Francisco recibió esta mañana en la Plaza de San Pedro a más de 20 mil novios por el día de San Valentín, a quienes alentó a no tenerle miedo a decir “sí” para siempre y a quienes exhortó a vivir el perdón y la gratitud cotidianamente en el matrimonio.
En el evento, titulado “La alegría del sí para siempre” organizado por el Pontificio Consejo para la Familia, se inició a las 11:00 a.m. con diversos testimonios, intercalados con lecturas y canciones dedicadas al amor. A las 12:30, el Santo Padre llegó a la Plaza para saludar a los novios y responder a tres preguntas sobre el miedo al sí “para siempre”; la vida en común y la forma de celebrar el matrimonio.
“Es importante preguntarnos si es posible amarse ‘para siempre’ –dijo el Papa–. Hoy en día muchas personas tienen miedo de tomar decisiones definitivas, para toda la vida, porque parece imposible... y esta mentalidad lleva a muchos que se preparan para el matrimonio a decir: ‘Estamos juntos hasta que nos dure el amor’.... Pero, ¿qué entendemos por ‘amor’? ¿Sólo un sentimiento, una condición psicofísica? Ciertamente, si es así, no se puede construir sobre ello nada sólido”.
Pero, continuó el Santo Padre, “si el amor es una relación, entonces es una realidad que crece y también podemos decir, a modo de ejemplo, que se construye como una casa. Y la casa se edifica en compañía, ¡no solos!.. No querrán construirla sobre la arena de los sentimientos que van y vienen, sino sobre la roca del amor verdadero, el amor que viene de Dios. La familia nace de este proyecto de amor que quiere crecer como se construye una casa: que sea lugar de afecto, de ayuda, de esperanza”.
Así como el amor de Dios es estable y para siempre, dijo el Papa, “queremos que el amor en que se asienta la familia también lo sea. No debemos dejarnos vencer por la ‘cultura de lo provisional’. Así que el miedo del ‘para siempre’ se cura día tras día, confiando en el Señor Jesús en una vida que se convierte en un viaje espiritual diario, hecho de pasos, de crecimiento común...Porque el ‘para siempre’ no es solo cuestión de duración. Un matrimonio no se realiza sólo si dura, es importante su calidad. Estar juntos y saberse amar para siempre es el desafío de los esposos cristianos. En el Padrenuestro decimos ‘Danos hoy nuestro pan de cada día’. Los esposos pueden rezar así´: ‘Señor, danos hoy nuestro amor de todos los días.... enséñanos a querernos’”.
Respondiendo a la segunda pregunta, Francisco ha subrayado que “la convivencia es un arte, un camino paciente, hermoso y fascinante que tiene unas reglas que se pueden resumir en tres palabras: ¿Puedo? Gracias, Perdona. ‘¿Puedo?’ Es la petición amable de entrar en la vida de algún otro con respeto y atención. El verdadero amor no se impone con dureza y agresividad. San Francisco decía: ‘La cortesía es la hermana de la caridad, que apaga el odio y mantiene el amor’ Y hoy, en nuestras familias, en nuestro mundo, a menudo violento y arrogante, hace falta mucha cortesía”.
"Gracias. La gratitud es un sentimiento importante ¿Sabemos dar las gracias?: En vuestra relación ahora y en vuestra futura vida matrimonial, es importante mantener viva la conciencia de que la otra persona es un don de Dios... y a los dones de Dios se dice ‘gracias’. No es una palabra amable para usar con los extraños, para ser educados. Hay que saber decirse gracias para caminar juntos”.
“Perdona. En la vida cometemos muchos errores, nos equivocamos tantas veces. Todos. De ahí la necesidad de utilizar esta palabra tan sencilla ‘perdona’. En general, cada uno de nosotros está dispuesto a acusar al otro para justificarse. Es un instinto que está en el origen de muchos desastres. Aprendamos a reconocer nuestros errores y a pedir disculpas. También así crece una familia cristiana. Todos sabemos que no existe la familia perfecta, ni el marido o la mujer perfectos. Existimos nosotros, los pecadores. Jesús, que nos conoce bien, nos enseña un secreto: que un día no termine nunca sin pedir perdón... sin que la paz vuelva a casa. Si aprendemos a pedir perdón y perdonar a los demás, el matrimonio durará, saldrá adelante”.
Por último, el Santo Padre ha recordado que la celebración del matrimonio debe ser “una fiesta, pero una fiesta cristiana y no mundana” y poniendo como ejemplo el primer milagro de Jesús en las bodas de Caná, cuando transformó el agua en vino porque se había acabado ha dicho: “Lo que sucedió en Caná hace dos mil años, sucede en realidad en cada fiesta nupcial. Lo que hará pleno y profundamente verdadero vuestro matrimonio será la presencia del Señor que se revela y nos otorga su gracia”.
“Al mismo tiempo, es bueno que vuestro matrimonio sea sobrio y destaque lo que es realmente importante. Algunos están muy preocupados por los signos externos: el banquete... los trajes. Estas cosas son importantes en una fiesta, pero sólo si indican el verdadero motivo de vuestra alegría: la bendición de Dios sobre vuestro amor. Haced que como el vino de Caná, los signos externos de vuestra ceremonia revelen la presencia del Señor y recuerden a vosotros y a todos los presentes el origen y la razón de su alegría”.

Tweet del Papa Francisco en el Día de San Valentín


San Valentín: obispo y mártir - Patrono de los enamorados


Según los escritos de Butler, San Valentín fue un santo sacerdote, quien con San Mario, y su familia socorría a los mártires de la persecución de Claudio II. Fue aprehendido y enviado por el emperador al prefecto de Roma, quien al ver que todas sus promesas para hacerlo renunciar a su fe eran ineficaces mandó a que lo golpearan con mazas y después lo decapitara. Esto tuvo lugar el 14 de febrero del año 270. Parece que fue el Papa Julio I quien hizo construir una iglesia cerca de Ponte Mole en memoria del mártir. La mayor parte de sus reliquias están ahora en la iglesia de Santa Praxedes.


Ahora bien, la costumbre sajona de que los jóvenes y las doncellas se escogieran como prometidos en este día, probablemente se basa en la creencia popular que encontramos relatada en la literatura desde los tiempos de Chaucer, de que los pájaros comenzaban a formar parejas el día de San Valentín.


El amor de Dios reina en el corazón de todos los santos, pero hay uno que tiene la dicha de ser el patrón de los enamorados: San Valentín. Según dice una tradición, San Valentín arriesgaba su vida para casar cristianamente a las parejas durante el tiempo de persecución. Por fin entregó su vida en el martirio, que es la máxima manifestación del amor. El amor de este santo sacerdote por Jesucristo y por defender el Sacramento del Matrimonio nos inspira a elevar el amor humano a las alturas del amor divino para el cual fuimos creados. Los cristianos debemos aprovechar esta fiesta para recuperar el sentido cristiano del amor y del matrimonio a la luz de Cristo.


 Fuente: Aciprensa

miércoles, 12 de febrero de 2014

Tweet del Papa Francisco: 11 de Febrero de 2014


El Papa Francisco responde a “razones” de quienes no quieren ir a Misa

VATICANO, 12 Feb. 14 / 10:55 am (ACI/EWTN Noticias).- En su catequesis de la audiencia general realizada esta mañana en la Plaza de San Pedro ante unas 30 mil personas, el Papa Francisco respondió a una serie de preguntas sobre cómo vivir laMisa y respondió a diversos cuestionamientos de quienes no quieren asistir a la Eucaristía dominical.
“¿Cómo vivimos nosotros la Eucaristía? ¿Cómo vivimos la Misa, cuando vamos a Misa los domingos? ¿Es sólo un momento de fiesta? ¿Es una tradición bien establecida, que se hace? ¿Es una ocasión para encontrarnos o para sentirnos bien o es algo más? Hay señales muy específicas para averiguar cómo vivir esto. Cómo vivimos la Eucaristía. Señales que nos dicen si vivimos la Eucaristía bien, o no la vivimos tan bien”
El Santo Padre dijo que, en cuanto a la Misa, es fundamental saber que allí tenemos la gracia “de ser perdonados y perdonar. A veces alguien pregunta: ‘¿Por qué hay que ir a la iglesia, si los que participan regularmente en la Misa son pecadores como los demás?’. ¡Cuántas veces hemos oído esto!”
“En realidad, quien celebra la Eucaristía no lo hace porque cree o quiere aparentar más que los demás, sino porque se reconoce siempre con la necesidad de ser aceptado y regenerado por la misericordia de Dios, hecha carne en Jesucristo. ¡Si cada uno de nosotros no se siente con la necesidad de la misericordia de Dios, no se siente un pecador, es mejor que no vaya a Misa!”
“¿Por qué vamos a Misa?”, cuestionó el Papa y respondió: “porque somos pecadores y queremos recibir el perdón de Jesús, participar en su redención, en su perdón. ¡Ese ‘confieso’, que decimos al principio no es algo ‘formal’, es un verdadero acto de penitencia! ¡Yo soy pecador y confieso! Así da inicio la Misa”.
“No debemos olvidar nunca que la Última Cena de Jesús tuvo lugar ‘la noche en que fue traicionado’. En el pan y el vino que ofrecemos y en torno al cual nos reunimos se renueva cada vez el don del Cuerpo y la Sangre de Cristo para la remisión de nuestros pecados. Debemos ir a Misa humildemente, como pecadores y el Señor nos reconciliará”.
Otro indicador de la vivencia de la Misa adecuadamente, dijo el Pontífice, es la capacidad de descubrir a los otros como hermanos a partir del amor a Jesús, para lugar compartir su Pasión y su Resurrección, especialmente con los más necesitados como aquellos que han sido afectados por la lluvia en los días recientes en los alrededores de Roma.
“Me pregunto, todos preguntémonos: yo, que voy a misa, ¿cómo vivo esto? ¿Me preocupo de ayudar, de acercarme, de rezar por ellos, que tienen este problema? ¿O soy un poco indiferente? O tal vez me preocupo de chismorrear: ‘¿viste cómo iba vestida aquella, como iba vestido aquél?’.... A veces se hace esto después de la Misa, ¿o no? ¡Se hace! ¡Y esto no se debe hacer! Debemos preocuparnos por nuestros hermanos y hermanas que tienen una necesidad, una enfermedad, un problema”.
Un “último y valioso indicador” sobre la vivencia de la Misa es la relación entre la Eucaristía y las comunidades cristianas: “debemos tener siempre presente que la Eucaristía no es algo que hacemos nosotros; no es una conmemoración nuestra de lo que Jesús dijo e hizo. No ¡Es propiamente una acción de Cristo! ¡Es Cristo quien los realiza, que está en el altar! Y Cristo es el Señor. Es un don de Cristo, que se hace presente y nos reúne en torno a Él, para alimentarnos con su Palabra y con suvida”.
“Esto significa que la misión y la misma identidad de la Iglesia fluyen a partir de ahí, de la Eucaristía, y allí siempre toman forma. Una celebración puede llegar a ser impecable en términos de apariencia, hermosísima, pero si no nos lleva al encuentro con Jesús, puede que no comporte ningún alimento a nuestro corazón y a nuestra vida. A través de la Eucaristía, en cambio, Cristo quiere entrar en nuestra existencia e impregnarla de su gracia, para que en cada comunidad cristiana haya coherencia entre liturgia y vida: esta coherencia entre liturgia y vida”.