miércoles, 30 de abril de 2014

Novena y Fiesta a la Virgen de Luján: Patrona de Argentina y de Cáritas - CONSAGRACIÓN DE ARGENTINA A LA VIRGEN DE LUJÁN - ORACIÓN DE JUAN PABLO II


Novena: del 29 de Abril al 7 de Mayo de 2014, en la Vicaría San Martín de Porres

19:20 hs. Santo Rosario
20:00 hs. Santa Misa ( 5, 6 y 7: Celebración de la Palabra)

8 de Mayo: Día de la Virgen de Lujan

5:20 hs. Santo Rosario
6:00 hs. Celebración de la Palabra

09:20 hs. Santo Rosario
10:00 hs. Santa Misa

19:20 hs. Santo Rosario
20:00 hs. Santa Misa

CONSAGRACIÓN DE ARGENTINA A LA VIRGEN DE LUJÁN - ORACIÓN DE JUAN PABLO II 

Domingo 12 de abril de 1987

VIAJE APOSTÓLICO A URUGUAY, CHILE Y ARGENTINA


1.¡Dios te salve, María, llena de gracia, 
Madre del Redentor!

Ante tu imagen de la Pura y Limpia Concepción, 
Virgen de Luján, Patrona de Argentina, 
me postro en este día aquí, en Buenos Aires, 
con todos los hijos de esta patria querida, 
cuyas miradas y cuyos corazones convergen hacia Ti; 
con todos los jóvenes de Latinoamérica 
que agradecen tus desvelos maternales, 
prodigados sin cesar en la evangelización del continente 
en su pasado, presente y futuro; 
con todos los jóvenes del mundo, 
congregados espiritualmente aquí, 
por un compromiso de fe y de amor; 
para ser testigos de Cristo tu Hijo 
en el tercer milenio de la historia cristiana, 
iluminados por tu ejemplo, joven Virgen de Nazaret, 
que abriste las puertas de la historia al Redentor del hombre, 
con tu fe en la Palabra, con tu cooperación maternal.

2. ¡Dichosa tú porque has creído!

En el día del triunfo de Jesús, 
que hace su entrada en Jerusalén manso y humilde, 
aclamado como Rey por los sencillos, 
te aclamamos también a Ti, 
que sobresales entre los humildes y pobres del Señor; 
son éstos los que confían contigo en sus promesas, 
y esperan de El la salvación. 
Te invocamos como Virgen fiel y Madre amorosa, 
Virgen del Calvario y de la Pascua, 
modelo de la fe y de la caridad de la Iglesia, 
unida siempre, como Tú, 
en la cruz y en la gloria, a su Señor.

3. ¡Madre de Cristo y Madre de la Iglesia!

Te acogemos en nuestro corazón, 
como herencia preciosa que Jesús nos confió desde la cruz. 
Y en cuanto discípulos de tu Hijo, 
nos confiamos sin reservas a tu solicitud 
porque eres la Madre del Redentor y Madre de los redimidos.

Te encomiendo y te consagro, Virgen de Luján, 
la patria argentina, pacificada y reconciliada, 
las esperanzas y anhelos de este pueblo, 
la Iglesia con sus Pastores y sus fieles, 
las familias para que crezcan en santidad,
los jóvenes para que encuentren la plenitud de su vocación, 
humana y cristiana, 
en una sociedad que cultive sin desfallecimiento
los valores del espíritu. 
Te encomiendo a todos los que sufren, 
a los pobres, a los enfermos, a los marginados; 
a los que la violencia separó para siempre de nuestra compañía, 
pero permanecen presentes ante el Señor de la historia
y son hijos tuyos, Virgen de Luján, Madre de la Vida. 
Haz que Argentina entera sea fiel al Evangelio, 
y abra de par en par su corazón 
a Cristo, el Redentor del hombre, 
la Esperanza de la humanidad.

4. ¡Dios te salve, Virgen de la Esperanza!

Te encomiendo a todos los jóvenes del mundo, 
esperanza de la Iglesia y de sus Pastores; 
evangelizadores del tercer milenio, 
testigos de la fe y del amor de Cristo 
en nuestra sociedad y entre la juventud. 
Haz que, con la ayuda de la gracia, 
sean capaces de responder, como Tú, 
a las promesas de Cristo, 
con una entrega generosa y una colaboración fiel. 
Haz que, como Tú, sepan interpretar los anhelos de la humanidad; 
para que sean presencia saladora en nuestro mundo 
Aquel que, por tu amor de Madre, es para siempre 
el Emmanuel, el Dios con nosotros, 
y por la victoria de su cruz y de su resurrección 
está ya para siempre con nosotros, 
hasta el final de los tiempos. 
Amén.



Santo Rosario a la Virgen de Lujan - El Rosario de la Basílica de Lujan


En el nombre del Padre, + y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Al comenzar nuestra oración reconozcamos todas aquellas veces que nos hemos alejado del amor de Dios, pidamos perdón por nuestros  pecados.

Señor, ten piedad

Cristo, ten piedad

Señor  ten piedad

Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. Amén.



En un momento de silencio pongamos las intenciones para este Rosario…




Oraciones del Rosario


El Padre Nuestro


Padre Nuestro, que estás en el cielo. Santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.


Ave María


Dios te salve, María. Llena eres de gracia. El Señor es contigo. Bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.


Gloria


Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.


Salve


Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A ti clamamos los desterrados hijos de Eva. A ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra: vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos. Y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María! Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

Misterios gozosos (lunes y sábados):



1. El anuncio del Ángel a la Virgen María y la encarnación del Hijo de Dios.

2. La visita de la Virgen María a su prima Santa Isabel.

3. El nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo en el portal de Belén.

4. La presentación del niño Jesús en el Templo.

5. El niño Jesús perdido y hallado en el Templo.


Misterios dolorosos (martes y viernes):


1. La oración de Jesús en el Huerto de los Olivos.

2. La flagelación de nuestro Señor Jesucristo.

3. La coronación de espinas de Jesús,

4. Jesús, con la cruz a cuestas, camino al Calvario.

5. La crucifixión y muerte de nuestro Señor Jesucristo.



Misterios gloriosos (miércoles y domingos):


1. La resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.

2. La ascensión de nuestro Señor Jesucristo a los Cielos.

3. La venida del Espíritu Santo sobre la Virgen María y los apóstoles.

4. la asunción de la Santa Virgen María a los Cielos.

5. La coronación de la Virgen María como Reina y Señora de todo lo creado.



Misterios de luz (jueves):


1. El Bautismo de Jesús en el río Jordán.

2. Jesús revela su gloria en las bodas de Caná.

3. Jesús anuncia el Reino de Dios y llama a la conversión.

4. Jesús se transfigura delante de algunos apóstoles.

5. La institución de la Eucaristía.


Misterios Gozosos: (lunes y sábados)

     En el primer misterio gozoso recordamos la Anunciación del Ángel Gabriel a María y la Encarnación de Jesús en su seno. 

    Tengamos especialmente presente la respuesta de la Virgen, como la cuenta San Lucas en el Evangelio: "Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho”; y pidamos la gracia de vivir de acuerdo con la voluntad de Dios.                                                                        



·        En el segundo misterio gozoso recordamos la visita de la Virgen María a su prima Isabel. “Isabel llena del Espíritu Santo exclamó: ¡Tu eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre ¿Quién soy yo, para que la madre de mí Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno”. Nosotros, repitiendo la bendición de Isabel, le pedimos a la Virgen que visite a los enfermos y necesitados.



·        En el tercer misterio gozoso contemplamos el nacimiento de Jesús en Belén. Dice el evangelio de San Lucas: "María dio a luz a su Hijo primogénito, lo en­volvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue". El nacimiento del Salvador se realizó en la sencillez y el silencio. Pidamos en este misterio la virtud de la humildad para todos los cristianos.



·        En el cuarto misterio recordamos la presentación de Jesús en el Templo y la alegría de Simeón, al ver cumplidas las promesas de Dios." Simeón tomó en brazos a Jesús y alabó a Dios, diciendo: Ahora Señor, puedes dejar que tu servi­dor muera en paz, como lo has prometido, porque mis ojos han visto la salva­ción que preparaste delante de todos los pueblos: luz para iluminar a las nacio­nes paganas y gloria de tu pueblo Israel". Contemplando a Dios que cumple sus promesas, pidamos que no nos falte la fe.



·        En el quinto misterio de gozo recordamos a Jesús perdido y hallado en el Tem­plo: “Al tercer día, hallaron a Jesús en el Templo en medio de los doctores de la ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Y todos los que lo oían estaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas." Ante el asombro de José y María, y de todos los presentes, vemos a Jesús ocupado de las cosas de su Pa­dre del Cielo. El tiene respuestas para nuestras búsquedas, Pidamos por todos los que venimos a este Santuario buscando la luz de la fe para tomar las decisiones correctas.


Misterios dolorosos (martes y viernes)



·        En el primer misterio doloroso recordamos la oración de Jesús en el huerto: Alli Jesús dijo a los que lo acompañaban: “Mi alma siente una tristeza de muerte. Quédense aquí, velando conmigo”. Y adelantándose un poco, cayó con el rostro en tierra, orando así: “Padre mío, si es posible, que pase lejos de mi este cáliz, pero no se haga mi voluntad, sino la tuya". Contemplando a Jesús, pidamos por los que sufren tristeza y angustia; que no se sientan solos y encuentren fuerza en la oración.



·        En el segundo misterio doloroso recordamos la flagelación de Nuestro Señor Jesucristo. Dice el evangelio de san Juan que Pilato, después de interrogar a Jesús, se dirigió a los que lo acusaban y les dijo: "Yo no encuentro en él ningún motivo para condenarlo. Y ya que ustedes tienen la costumbre de que ponga en libertad a alguien, en ocasión de la Pascua, ¿quieren que suelte al rey de los judíos?”. Ellos comenzaron a gritar diciendo: ¡A él no, a Barrabas! Barrabas era un bandido. Pilato mandó entonces azotar a Jesús". Pidamos que el Señor sostenga a los que sufren el azote de la injusticia.



·        En el tercer misterio doloroso recordamos la coronación de espinas de Jesús. Dice San Juan, en el evangelio: "Los soldados tejieron una corona de espinas y se la pusieron sobre la cabeza. Lo revistieron con un manto rojo y acercándose, le decían: ¡Salud rey de los judíos!, y lo abofeteaban". Pidamos al Señor que dé fuerza a los que trabajan por la justicia y la paz.



·        En el cuarto misterio doloroso contemplamos a Jesús con la Cruz a cuestas, ca­mino hacia el Calvario. Dice San Juan que Jesús, cargando sobre sí la cruz, salió de la ciudad para dirigirse al lugar llamado "del Cráneo", en hebreo, "Gólgota". Pidamos a Dios la fortaleza y la esperanza necesarias para llevar nuestras propias cruces.



·        En el quinto misterio de dolor contemplamos la crucifixión y muerte de Jesús. Dice el evangelio de San Marcos: "Al mediodía se oscureció toda la tierra hasta las tres de la tarde; y a esa hora, Jesús exclamó en alta voz: Dios mío, Dios mío, ¿porqué me has abandonado?". Algunos de los que se encontraban allí, al oírlo, dijeron: "está llamando a Elías". Uno corrió a mojar una esponja en vinagre y, poniéndola en la punta de una caña, le dio de beber, diciendo: "Vamos a ver si Elías viene a bajarlo". Entonces Jesús dando un gran grito expiró" No contemplamos la muerte de Jesús para sufrir, sino para que se renueve nuestra esperanza. Pidamos, entonces, con fe por nuestros difuntos y por aquéllos que han perdido a un ser querido.




Misterios gloriosos: (miércoles y Domingos):



·        En el primer misterio glorioso contemplamos la Resurrección de Jesús. Los discípulos escondidos y con temor recibieron la visita de Jesús resucitado que les dijo: "La paz esté con ustedes" y se llenaron de alegría. Contemplando este misterio pidamos el don de la Paz para nuestros hogares y nuestro mundo.



·        En el segundo misterio glorioso hacemos memoria de la ascensión de Jesús al cielo: Dice el evangelio de san Lucas que Jesús resucitado llevó a los discípulos cerca de Betania y mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo. Los discípulos que se habían postrado delante de él, volvieron a Jerusalén con gran alegría, y permanecían continuamente en el Templo alabando a Dios. Pidamos por los que están solos y tristes; por los que más necesitan fortaleza.



·        En el tercer misterio glorioso contemplamos la venida del Espíritu Santo sobre María y los apóstoles. En el día de Pentecostés, estando reunidos sintieron co­mo una ráfaga de viento. "Entonces vieron aparecer unas lenguas como de fue­go que descendieron por separado sobre cada uno de ellos. Todos quedaron lle­nos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en distintas lenguas, según el Espíritu les permitía expresarse". Ahora todos podían entender la Buena Noti­cia. Pidamos el mismo Espíritu para que haya entendimiento y comprensión entre nosotros y que los que gobiernan busquen la unidad y la paz. .



·        En el cuarto misterio glorioso recordamos la Asunción de la Virgen María al Cielo La Virgen inmaculada; "llena de gracia", como le dijo el ángel tuvo un lugar único en la historia de nuestra salvación y lo sigue teniendo. Gloriosa en el cielo,  actúa en la tierra manifestando el poder de la única mediación de Cristo, su Hijo, al que está unida de modo admirable. Confiamos a la interce­sión de la Virgen a todos los que sufren.



·        En el quinto misterio glorioso contemplamos a la Virgen María como Reina y Señora de todo lo creado. Llevada al ciclo, es elevada por Dios como Reina del Universo, para que sea más conforme a su Hijo Jesús, nuestro Señor, el vence­dor del pecado y de la muerte. La Virgen María en el Cielo es como un antici­po de la resurrección de los demás cristianos. Por eso le pedimos que vele por nuestra esperanza.

   

Misterios de Luz (Jueves):



·        En el primer misterio de luz contemplamos el bautismo de Jesús en el Jordán. En este pasaje del Evangelio se manifiesta la Trinidad entera: E1 Hijo, hecho hombre que se presenta a Juan para ser bautizado; el Padre que lo reconoce desde el cielo y el Espíritu Santo que desciende en forma de paloma sobre él. Pidamos a Dios la gracia de ser fieles a nuestro Bautismo.



·        En el segundo misterio contemplamos la revelación de Cristo en las bodas de Caná. No fue un milagro más. Sus discípulos creyeron en él a partir de este "signo" realizado a pedido de su Madre. Jesús cambió el agua en vino. Pidamos a Dios que se renueve en nosotros la fe, la esperanza y la caridad.



·        En el tercer misterio contemplamos el Anuncio del Reino. Jesús comenzó su predicación llamando a la conversión. "Conviértanse y crean” son palabras que resuenan en los oídos creyentes de to­dos los tiempos. Recemos esta parte del rosario pidiendo una sincera conver­sión.



·        En el cuarto misterio contemplamos la Transfiguración del Señor. Después de anunciar su pasión, Jesús les revela a Pedro, Santiago y Juan su rostro glorioso. Pidamos que la palabra de Dios llene nuestro corazón de esperanza, aún en los momentos de cruz y pasión.



·        En el quinto misterio contemplamos a Jesús instituyendo la Eucaristía. Nos ad­miramos por su amor; que anticipa la entrega en la cruz dándosenos como ali­mento, y le pedimos a Dios que, alimentados con el Cuerpo de Cristo seamos reflejos de su amor y fidelidad.





Pidamos el don de entendimiento para comprender las enseñanzas de Jesús - Audiencia Gral. 30/04/14


VATICANO, 30 Abr. 14 / 09:32 am (ACI/EWTN Noticias).- El Papa Francisco presidió este miércoles la Audiencia General en la Plaza de San Pedro, donde exhortó a los católicos a pedir al Espíritu Santo el don de entendimiento, el cual no es una capacidad intelectual, sino la gracia que ayuda a comprender las enseñanzas de Cristo y “escrutar las profundidades del pensamiento de Dios y de su designio de salvación”.

En su catequesis, el Pontífice abordó el pasaje evangélico de los discípulos de Emaús, quienes después de ser testigos de la muerte en la cruz y la sepultura de Jesús, se van tristes y decepcionados de Jerusalén. Pero cuando Cristo se les une y les explica las escrituras, “sus mentes se abren y en sus corazones se reaviva la esperanza”, afirmó el Papa.

A continuación la catequesis completa gracias a la traducción de Radio Vaticana:

Los dones del Espíritu: el Entendimiento

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Después de haber examinado la sabiduría, como el primero de los siete dones del Espíritu Santo, hoy quisiera centrar la atención sobre el segundo don, es decir, el entendimiento. No se trata aquí de la inteligencia humana, de la capacidad intelectual de la cual podemos ser más o menos dotados. Es, en cambio, una gracia que sólo el Espíritu Santo puede infundir y que suscita en el cristiano la capacidad de ir más allá del aspecto externo de la realidad y escrutar las profundidades del pensamiento de Dios y de su designio de salvación.

El apóstol Pablo, dirigiéndose a la comunidad de Corinto, describe bien los efectos de este don, es decir, qué cosa hace este don del entendimiento en nosotros. Y Pablo dice esto: “lo que nadie vio ni oyó y ni siquiera pudo pensar, aquello que Dios preparó para los que lo aman. Dios nos reveló todo esto por medio del Espíritu…”.

Esto obviamente no significa que un cristiano pueda comprender cada cosa y tener un conocimiento pleno de los designios de Dios: todo esto queda en espera de manifestarse en toda su limpidez cuando nos encontraremos ante la presencia de Dios y seremos de verdad una cosa sola con Él. Pero como sugiere la palabra misma, el entendimiento permite “intus legere”, es decir, “leer dentro” y este don nos hace entender las cosas como las entendió Dios, como las entiende Dios, con la inteligencia de Dios. Porque uno puede entender una situación con la inteligencia humana, con prudencia, y está bien. Pero, entender una situación en profundidad como la entiende Dios es el efecto de este don.

Y Jesús ha querido enviarnos el Espíritu Santo para que nosotros tengamos este don, para que todos nosotros podamos entender las cosas como Dios las entiende, con la inteligencia de Dios. Es un hermoso regalo que el Señor nos ha hecho a todos nosotros. Es el don con el cual el Espíritu Santo nos introduce en la intimidad con Dios y nos hace partícipes del designio de amor que Él tiene con nosotros.

Es claro, entonces, que el don del entendimiento está estrechamente relacionado con la fe. Cuando el Espíritu Santo habita en nuestro corazón e ilumina nuestra mente, nos hace crecer día a día en la comprensión de lo que el Señor ha dicho y hecho. El mismo Jesús ha dicho a sus discípulos: yo les enviaré el Espíritu Santo y él les hará entender todo lo que yo les he enseñado.

Entender las enseñanzas de Jesús, entender su Palabra, entender el Evangelio, entender la Palabra de Dios. Uno puede leer el Evangelio y entender algo, pero si nosotros leemos el Evangelio con este don del Espíritu Santo, podemos entender la profundidad de las palabras de Dios. Y este es un gran don, un gran don que todos nosotros debemos pedir y pedirlo juntos: ¡Danos Señor el don del entendimiento!

Hay un episodio del Evangelio de Lucas, que expresa muy bien la profundidad y la fuerza de este don. Después de ser testigos de la muerte en la cruz y la sepultura de Jesús, dos de sus discípulos, decepcionados y tristes, se van de Jerusalén y vuelven a su aldea llamada Emaús.

Mientras están en camino, Jesús resucitado se une a ellos y empieza a hablarles, pero sus ojos, velados por la tristeza y la desesperación, no son capaces de reconocerlo. Jesús camina con ellos, pero ellos estaban tan tristes, tan desesperados que no lo reconocen. Pero cuando el Señor les explica las Escrituras, para que entiendan que Él debía sufrir y morir para luego resucitar, sus mentes se abren y en sus corazones se reaviva la esperanza.

Y esto es lo que hace el Espíritu Santo con nosotros: nos abre la mente, nos abre para entender mejor, para entender mejor las cosas de Dios, las cosas humanas, las situaciones, todas las cosas.

¡Es importante el don del entendimiento para nuestra vida cristiana! Pidámoslo al Señor, que nos dé, que nos dé a todos nosotros este don para entender cómo entiende Él las cosas que suceden, y para entender, sobre todo, la palabra de Dios en el Evangelio. Gracias.

Papa Francisco: La Iglesia debe seguir el ejemplo de los primeros cristianos



VATICANO, 29 Abr. 14 / 09:47 am (ACI/EWTN Noticias).- Durante la Misa matutina que celebró en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco llamó a las comunidades católicas a confrontar su vida con la de las primeras comunidades cristianas y verificar si testimonian la Resurrección de Cristo y asisten a los pobres como lo hicieron los primeros discípulos de Jesús.

Radio Vaticana informó que en su homilía el Santo Padre recordó que los Hechos de los Apóstoles describe a esta primera comunidad como un grupo capaz de plena concordia en su interior, de dar testimonio de Cristo hacia fuera y de impedir que sus miembros padecieran la miseria. Eran “tres peculiaridades del pueblo renacido”, afirmó.

“‘Tenía un solo corazón y una sola alma’. La paz. Una comunidad en paz. Esto significa que en aquella comunidad no había lugar para los chismes, para las envidias, para las calumnias, para las difamaciones. Paz. El perdón: ‘El amor lo cubría todo’”.

“Para calificar a una comunidad cristiana sobre esto, debemos preguntarnos cómo es la actitud de los cristianos. ¿Son mansos, humildes? En esa comunidad ¿hay peleas entre ellos por el poder? ¿Peleas de envidia? ¿Hay chismes? No están por el camino de Jesucristo. Esta característica es muy importante, muy importante, porque el demonio trata de dividirnos siempre. Es el padre de la división”, advirtió Francisco.

El Santo Padre, que desarrolló su homilía a partir del “renacer desde lo Alto”, del Espíritu, indicó que en la primera comunidad también había problemas. Recordó por ejemplo “las luchas internas, las luchas doctrinales, las luchas de poder” que también aparecieron más adelante, o cuando las viudas se lamentaron de no ser asistidas bien por los Apóstoles, por lo que “debieron hacer a los diáconos”.

El Papa indicó que aquel “momento fuerte” del inicio fija para siempre la esencia de la comunidad nacida del Espíritu. Una comunidad acorde y, en segundo lugar, una comunidad de testigos de la fe.

Por ello, llamó a preguntarse dentro de cada comunidad actual. “¿Es una comunidad que da testimonio de la resurrección de Jesucristo? Esta parroquia, esta comunidad, esta diócesis ¿cree verdaderamente que Jesucristo ha resucitado? O dice: ‘Sí, ha resucitado, pero de esta parte’, porque lo cree aquí solamente, con el corazón lejos de esta fuerza. Dar testimonio de que Jesús está vivo, está entre nosotros. Y así se puede verificar cómo va una comunidad”, señaló.

El Papa también exhortó a verificar cómo va la vida de una comunidad cristiana en su relación con “los pobres”.

“Primero: ¿Cómo es tu actitud o la actitud de esta comunidad con los pobres? Y segundo: Esta comunidad ¿es pobre? ¿Pobre de corazón, pobre de espíritu? ¿O pone su confianza en las riquezas? ¿En el poder? Armonía, testimonio, pobreza y atender a los pobres”, cuestionó.

Francisco dijo que “esto es lo que Jesús explicaba a Nicodemo: este nacer desde lo Alto. Porque el único que puede hacer esto es el Espíritu. Esta es obra del opera del Espíritu. A la Iglesia la hace el Espíritu. El Espíritu hace la unidad. El Espíritu te impulsa hacia el testimonio. El Espíritu te hace pobre, porque Él es la riqueza y hace que tú te ocupes de los pobres”.

“Que el Espíritu Santo nos ayude a caminar por este camino de renacidos por la fuerza del Bautismo”, concluyó el Pontífice.

Papa Francisco a los jóvenes: ¿Cuál es tu actitud frente al encuentro con Cristo?


BUENOS AIRES, 28 Abr. 14 / 11:11 am (ACI/EWTN Noticias).- El Papa Francisco envió el sábado un video mensaje a los 20.000 jóvenes que participaron en la Jornada Regional de la Juventud en Buenos Aires (Argentina), para llamarlos a preguntarse cuál es su actitud frente al encuentro con Cristo y a alentarlos a confiar en la misericordia de Dios, que “aprovecha nuestros fracasos para hablarnos al corazón”.

“¿Vos quién sos?, ¿El entusiasta, como los apóstoles primero, antes de iniciar el camino?, ¿El que quiere seguir a Jesús porque le gusta pero está atornillado con tantas cosas que lo atan y no lo puede seguir, como el joven rico a la mundanidad, a tantas cosas?, ¿Cómo aquél que se gastó toda la herencia de su padre, pero que se animó a volver y está sintiendo en este momento el abrazo de la misericordia?, ¿O estás muerto? Si estás muerto, sabé que la Madre Iglesia está llorando por vos, y Jesús es capaz de resucitarte. Decime, ¿quién sos vos? Decítelo a vos mismo y eso te va a dar fuerza”, expresó el Papa a los jóvenes.

“Quiero acompañarlos un instante en esta jornada, en esta Pascua de la Juventud.

Estaba pensando mientras bajaba a hacer esta grabación, qué les iba a decir. ‘Que hagan lío’ ya se los dije. ‘Que no le tengan miedo a nada’ ya se los dije. ‘Que sean libres’ ya se los dije”, recordó Francisco.

“Entonces –dijo- me vino a la mente la figura de algunos jóvenes del Evangelio. Algunos jóvenes que se cruzaron con Jesús o de los cuales habló Jesús. Quizás pueda ayudar. Si les sirve, lo asumen, si no les sirve, lo tiran”.

El Santo Padre señaló que entre los apóstoles unos eran jóvenes como Juan, que “era un muchachito. Y quedaron conmovidos por la figura de Jesús, entusiasmados, con ese estupor que produce cuando uno se encuentra con Jesús. Y van corriendo y le dicen a los amigos: ¡Encontramos al Mesías! ¡Encontramos a aquél del que hablan los profetas!”.

Sin embargo, recordó, después flaquearon, pues “Pedro lo negó, Judas lo traicionó” y, los demás se escaparon. “Es decir, después viene la lucha por ser fieles a ese encuentro”.

Luego se refirió al joven rico que tenía una vida intachable, “un muchacho bueno”, pero que se va triste cuando Jesús le invita a dar todo lo que tiene e ir con Él a predicar el Evangelio". “Se fue triste porque tenía mucha guita y no se animó a dejarla por Jesús (…). Los primeros estaban con su alegría, con esa hermosa alegría que daba el encuentro con Jesús. Éste se fue con su tristeza”, señaló.

En su mensaje Francisco también recordó al hijo pródigo, “que se quiso pasar de vivo, que quiso escribir su vida, que quiso patear el tablero de la disciplina paterna, y enfrentó a su padre y le dijo: ‘dame lo que me toca, que me voy’”.

“Y éste, que había tenido mucha plata, que le había sacado a su padre de la herencia, que había sabido lo que era estar en los mejores hoteles y en las mejores fiestas, se había pasado la gran vida, conoció una cosa que nunca antes había conocido: hambre. Pero Dios es muy bueno. Dios aprovecha nuestros fracasos para hablarnos al corazón. No le dijo Dios a este joven: ‘sos un fracasado, mirá lo que hiciste’. Lo hizo razonar”, afirmó.

El Papa explicó que el joven “entró dentro de sí”, se preguntó que hacía con su vida y decidió volver a la casa de su padre.

“La gran sorpresa que se pegó es que el padre lo estaba esperando, ¡desde hacía años! El Evangelio dice que lo vio venir de lejos, porque el viejo subía todas las tardes a la terraza a ver si el chico venía. Y el padre lo abrazó y el padre le hizo fiesta. Y este gran pecador; este gran despilfarrador de lo que había ganado su padre se encontró con algo que nunca había hecho consciente: el abrazo de la misericordia”.

Finalmente, el Papa recordó al joven muerto que Cristo encontró “a la salida de la ciudad de Naím, cuando lo iban a enterrar: hijo único de madre viuda. Jesús se compadeció de la madre, no del pibe. Pero el pibe, gracias a la madre, tuvo el milagro y lo resucitó”.

Entonces, Francisco preguntó “¿vos quién sos?, ¿El entusiasta, como los apóstoles primero, antes de iniciar el camino?, ¿El que quiere seguir a Jesús porque le gusta pero está atornillado con tantas cosas que lo atan y no lo puede seguir, como el joven rico a la mundanidad, a tantas cosas?, ¿Cómo aquél que se gastó toda la herencia de su padre, pero que se animó a volver y está sintiendo en este momento el abrazo de la misericordia?, ¿O estás muerto? Si estás muerto, sabé que la Madre Iglesia está llorando por vos, y Jesús es capaz de resucitarte. Decime, ¿quién sos vos? Decítelo a vos mismo y eso te va a dar fuerza”

Solo hay un modelo para las mujeres: María, afirma el Papa Francisco


BUENOS AIRES, 28 Abr. 14 / 01:25 pm (ACI/EWTN Noticias).- “Hay un solo modelo para ustedes, María”, expresó el Papa Francisco a las miles de jóvenes que participaron el sábado en la Jornada Regional de la Juventud en Buenos Aires (Argentina), pues su lugar es la Iglesia, “que es femenina”, y “estar junto a Jesús, dar ternura, acompañar, dejar crecer”.

“Ustedes son aspirantes a consolidar con su vida la ternura y la fidelidad. Ustedes están sobre el camino de esas mujeres que seguían a Jesús, en las buenas y en las malas. La mujer tiene ese gran tesoro de poder dar vida, de poder dar ternura, de poder dar paz y alegría”, afirmó el Papa en un video mensaje dirigido a los cerca de 20.000 participantes, entre hombres y mujeres.

En ese sentido, dirigiéndose a las mujeres, indicó que “hay un solo modelo para ustedes, María: La mujer de la fidelidad, la que no entendía lo que le pasaba pero obedeció. La que en cuanto supo lo que su prima necesitaba, se fue corriendo, la Virgen de la Prontitud. La que se escapó como refugiada en un país extranjero para salvar la vida de su hijo”.

María, continuó, es “la que ayudó a crecer a su Hijo y lo acompañó, y cuando su Hijo empezó a predicar, iba detrás de Él. La que sufrió todo lo que le estaba pasando a ese chico, a ese muchacho grande. La que estaba al lado de ese Hijo y le decía los problemas que había: ‘Mirá: no tienen vino’. La que en el momento de la Cruz estaba junto a Él”.

Francisco explicó que “la mujer tiene una capacidad para dar vida y para dar ternura que no la tenemos los varones. Ustedes son mujeres de Iglesia. ¿De Iglesia, del Iglesia? No, no es ‘el’ Iglesia, es LA iglesia. La Iglesia es femenina, es como María. Ése es el lugar de ustedes. Ser Iglesia, conformar Iglesia, estar junto a Jesús, dar ternura, acompañar, dejar crecer”.

“Que María, la Señora de la Caricia, la Señora de la Ternura, la Señora de la Prontitud para servir, les vaya indicando el camino”, expresó.

“Bueno, ahora no se enojen, que ustedes salieron ganando sobre los varones”, expresó el Papa, al recordar que al inicio del mensaje había dado ejemplos para los varones.

“Les deseo que este día termine bien. Que cada uno de ustedes se encuentre con Jesús, con ese Jesús resucitado. Y les digo una cosa: ¡No tengan miedo! ¡Miren a Jesús, miren a María y vayan adelante! ‘Padre ¡que soy pecador, soy pecadora!’ ¡Él te perdona! Vos andá adelante, que tengan una santa pascua y no se olviden de rezar por mí. Que Jesús los bendiga y la Virgen los cuide”, culminó.

¿En qué fechas se celebrará a San Juan Pablo II y San Juan XXIII?


VATICANO, 30 Abr. 14 / 06:26 am (ACI/EWTN Noticias).- La Iglesia Católica cuenta con dos nuevos santos desde el domingo 27 de abril: San Juan Pablo II, el Papa de la familia; y San Juan XXIII, el Papa de la docilidad al espíritu, ambos testigos de la misericordia.

Las fechas de sus respectivas fiestas serán, para San Juan XXIII, el 3 de junio, ya que fue el 3 de junio de 1963 el día en que falleció a los 81 años de edad. Si bien el día de su fiesta será el 3 de junio, en la diócesis de Bérgamo (Italia) se le recuerda el 11 de octubre, porque fue el 11 de octubre de 1962 la fecha en la inauguró el Concilio Vaticano II que él convocó.

San Juan XXIII no es el único santo con dos fechas distintas de celebración. Por ejemplo, la fiesta de Santa Rosa de Lima - primera Santa de América - se celebra en el Perú el 30 de agosto, mientras que el resto del mundo la recuerda el 23 del mismo mes.

La fecha para la fiesta de San Juan Pablo II será el 22 de octubre, en recuerdo del inicio de su pontificado en 1978.