Esta noche de Jueves Santo, la misa no
termina con la bendición final, el sacerdote, traslada el Santísimo al
monumento, especialmente preparado para su adoración.
El altar se despoja de los
manteles y permanece así también durante el Viernes Santo, y no vuelve a
celebrarse la Eucaristía hasta la Solemne Vigilia Pascual.
La Reserva Eucarística nos
lleva a permanecer en adoración y, Jesús Eucaristía, es reservado para la
comunión del Viernes Santo, -único día que en el mundo entero-, no se celebra
la Santa Misa.
Se acostumbra hacer un
monumento para resaltar la Eucaristía y exponerla de una manera solemne para la
adoración de los fieles.
La Iglesia pide dedicar un
momento de adoración y de agradecimiento a Jesús, acompañarlo en la oración del
huerto. Es por esta razón que las Iglesias preparan sus monumentos, en este
día.
Esta práctica de piedad,
busca dar gracias a Jesús por la institución de la Eucaristía y desagraviar los
ultrajes que El recibió. Simboliza el ir y venir de Jesús en la noche de la
traición.
Visita a los siete
Monumentos o Siete Iglesias
Se visitan las siete
iglesias, según una antiquísima tradición heredada de la Iglesia de Jerusalén,
en la noche del jueves santo, para evocar a los siete juicios o interrogatorios
a los que fue sometido Jesús.
Esta práctica de piedad
busca dar gracias a Jesús por la institución de la Eucaristía y desagraviar los
ultrajes que Él recibió.
Los monumentos que se
preparan especialmente, constituyen lugares distintos a los habituales en los
que se reserva al Santísimo.
Si no podemos trasladarnos o
no tenemos la posibilidad de visitar siete iglesias, podemos hacer la
meditación en la misma parroquia.
Los juicios o interrogatorios a los que fue sometido Jesús
1º y 2º interrogatorios: por
Anás y Caifás (Jn 28, 19-24).
3º interrogatorio por el
sanedrín, por la noche (Mc 14, 53-64).
4º interrogatorio: por el sanedrín,
al amanecer (Mc. 15,1)
5º interrogatorio: el 1º por
Poncio Pilato (Mc 15, 2-15).
6º interrogatorio: por Herodes
Antipas (Lc 23, 6-12).
7º interrogatorio: el 2º de
Poncio Pilato (Mc 15, 15-19)
Visita a los 7 Monumentos - Reflexiones de la Beata Madre Teresa de Calcuta
La Madre Teresa, propuso las
siguientes reflexiones, para acompañar a Jesús en la noche en que fue “juguete
de los hombres.
Iº - Jesús en el Huerto de
Getsemaní
IIº- Jesús es atado y
llevado a la casa de Anás
IIIº- Jesús llevado ante
Caifás
IVº- Jesús llevado ante
Poncio Pilato
Vº - Jesús llevado ante
Herodes
VIº- Jesús es regresado con
Pilato
VIIº - Jesús llevado a su
Pasión
Después de cada visita se
reza: un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.
1-
Oración de Jesús en el Huerto
El mundo va mal porque hay
poco amor, y hay poco amor porque se ora poco. En la oración hay cosas que
impiden elevar nuestra mente y corazón a Dios. Hay muchos obstáculos para orar,
pero el más peligroso es el poco deseo que los corazones sienten de encontrarse
con Jesús y contemplar el amor que nos tiene, porque el mundo actual relaciona
el nombre de Dios con la venganza, el odio y la violencia (Cf. Deus Caritas
est, introducción). La oración de Jesús en el huerto nos habla de que nada
podemos enfrentar en nuestra vida sin la oración.
2-
La traición de Judas
El que no ama a Dios no se
ama a si mismo, el que no se ama a sí mismo no ama al prójimo. Judas idolatraba
su yo, quería que el Mesías fuera a la medida de sus caprichos. Judas no
conoció ni vivió el amor de su Maestro. Frente a Judas tenemos que ver nuestras
crisis, que en el fondo es crisis de amor. Meditando sobre la figura del
traidor nos olvidamos de que en Judas se había enfriado el amor a su Maestro;
él tenía en su cabeza la satisfacción personal, la ambición de honores, el
deseo de tener más dinero y poder.
3-
El abandono de sus discípulos
En el huerto de Getsemaní se
presentan la oración perseverante de Jusucristo y el abandono de la nuestra.
Los Apóstoles abandonaron al Maestro en los momentos más difíciles porque sus
corazones estaban llenos de sí mismos y vacíos de Dios por la falta de oración.
Reflexionemos: ¿Señor, por qué te abandonaron tus discípulos?. Sencillamente
porque no pudieron orar una hora contigo. ¿No habéis podido velar una hora
contigo?. ¡Velad y orad, para no caer en tentación!.
4-
Ante los tribunales religiosos
El Papa nos decía: “Hemos
creído en el amor de Dios… (Cf. Deus Caritas est, Introducción). Anás, el Sumo
Sacerdote, no entendió que el Hijo de Dios pudiera tomar nuestra naturaleza.
Esa persona llamada Jesús iba contra los mezquinos intereses de los hombres que
usan la religión para su provecho personal. Reflexionemos: Cuántas veces
también nosotros condenamos a Jesús porque nos exige salir de nuestra
comodidad, de nuestra religión hecha a nuestra manera. En este episodio estamos
todos los cómodos que no queremos reconocer que ser cristianos no es portarse
bien sino seguir a Jesús.
5-
Mofas y burlas
La violencia religiosa
también la sufrió Jesús. Los mismos miembros del Sanedrín se dedicaron a
maltratarlo. ¡A lo que puede llegar el odio bajo el nombre de Dios!
Reflexionemos: ¡Cuántas
veces en nombre de la religión se cometen tantas injusticias que claman al
cielo! Es el momento de detenernos en la violencia de los fundamentalismos
religiosos y pedirle a Jesús que su amor nos reconcilie.
6-
La negación de Pedro
Pedro se enfrió en su amor
porque no aceptó el misterio de la Cruz, y quien no entra en este misterio,
tarde o temprano termina negando el amor.
Reflexionemos: La conversión
de Pedro, quien lo había negado tres veces, se realiza con una mirada de amor.
Con estos mismos ojos nos mira Jesús después de nuestras caídas. Ojalá podamos
decirle sin miedo a la cruz: “Señor, Tú lo sabes todo, Tú sabes que te amo”.
7-
Tratado como loco
Herodes, egoísta y sensual,
no conocía el amor. Jesús ama al pecador pero no al impenitente, por eso ni una
palabra frente a Herodes. Porque este tirano tenía su corazón endurecido,
embriagado de poder y no cabía en él más que lo que satisfacía sus caprichos.
En el fondo de sus burlas está el miedo y la debilidad.
Reflexionemos: Los santos
fueron tratados como locos como Jesús porque supieron amar. Hoy, hay muchos que
se ríen de ellos porque no conocen el amor sino el egoísmo.
Extraído
de la publicación “Viva la Semana Santa con las reflexiones de la Madre de los
Pobres”