Al comenzar nuestra oración reconozcamos todas
aquellas veces que nos hemos alejado del amor de Dios, pidamos perdón por
nuestros pecados.
Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad
Señor ten piedad
Dios todopoderoso tenga
misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida
eterna. Amén.
En un momento de silencio pongamos las intenciones para este Rosario…
Oraciones
del Rosario
El
Padre Nuestro
Padre
Nuestro, que estás en el cielo. Santificado sea tu nombre. Venga tu reino.
Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada
día. Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos
ofenden. No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.
Ave
María
Dios
te salve, María. Llena eres de gracia. El Señor es contigo. Bendita tu eres
entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa
María, Madre de Dios, ruega por nosotros los pecadores, ahora y en la hora de
nuestra muerte. Amén.
Gloria
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Salve
Dios
te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra,
Dios te salve. A ti clamamos los desterrados hijos de Eva. A ti suspiramos
gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada
nuestra: vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos. Y después de este
destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. Oh clemente, oh
piadosa, oh dulce Virgen María! Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para
que seamos dignos de las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Misterios gozosos (lunes y sábados):
Misterios gozosos (lunes y sábados):
1.
El anuncio del Ángel a la Virgen María y la encarnación del Hijo de Dios.
2.
La visita de la Virgen María a su prima Santa Isabel.
3.
El nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo en el portal de Belén.
4.
La presentación del niño Jesús en el Templo.
5.
El niño Jesús perdido y hallado en el Templo.
Misterios
dolorosos (martes y viernes):
1.
La oración de Jesús en el Huerto de los Olivos.
2.
La flagelación de nuestro Señor Jesucristo.
3.
La coronación de espinas de Jesús,
4.
Jesús, con la cruz a cuestas, camino al Calvario.
5.
La crucifixión y muerte de nuestro Señor Jesucristo.
Misterios gloriosos
(miércoles y domingos):
1.
La resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.
2.
La ascensión de nuestro Señor Jesucristo a los Cielos.
3.
La venida del Espíritu Santo sobre la Virgen María y los apóstoles.
4.
la asunción de la Santa Virgen María a los Cielos.
5.
La coronación de la Virgen María como Reina y Señora de todo lo creado.
Misterios de luz (jueves):
1.
El Bautismo de Jesús en el río Jordán.
2.
Jesús revela su gloria en las bodas de Caná.
3.
Jesús anuncia el Reino de Dios y llama a la conversión.
4.
Jesús se transfigura delante de algunos apóstoles.
5.
La institución de la Eucaristía.
Misterios Gozosos: (lunes y sábados)
En el primer
misterio gozoso recordamos la Anunciación del Ángel Gabriel a María y la
Encarnación de Jesús en su seno.
Tengamos especialmente presente la respuesta
de la Virgen, como la cuenta San Lucas en el Evangelio: "Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has
dicho”; y pidamos la gracia de vivir de acuerdo con la voluntad de Dios.
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En el segundo
misterio gozoso recordamos la visita de la Virgen María a su prima Isabel. “Isabel llena del Espíritu Santo exclamó:
¡Tu eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre
¿Quién soy yo, para que la madre de mí Señor venga a visitarme? Apenas oí tu
saludo, el niño saltó de alegría en mi seno”. Nosotros, repitiendo la bendición
de Isabel, le pedimos a la Virgen que visite a los enfermos y necesitados.
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En el tercer
misterio gozoso contemplamos el nacimiento de Jesús en Belén. Dice el evangelio
de San Lucas: "María dio a luz a su
Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no
había lugar para ellos en el albergue". El nacimiento del Salvador se
realizó en la sencillez y el silencio. Pidamos en este misterio la virtud de la
humildad para todos los cristianos.
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En el cuarto
misterio recordamos la presentación de Jesús en el Templo y la alegría de
Simeón, al ver cumplidas las promesas de Dios." Simeón tomó en brazos a Jesús y alabó a Dios, diciendo: Ahora Señor, puedes dejar que tu servidor muera
en paz, como lo has prometido, porque mis ojos han visto la salvación que
preparaste delante de todos los pueblos: luz para iluminar a las naciones
paganas y gloria de tu pueblo Israel". Contemplando a Dios que cumple
sus promesas, pidamos que no nos falte la fe.
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En el quinto
misterio de gozo recordamos a Jesús perdido y hallado en el Templo: “Al tercer día, hallaron a Jesús en el
Templo en medio de los doctores de la ley, escuchándolos y haciéndoles
preguntas. Y todos los que lo oían estaban asombrados de su inteligencia y sus
respuestas." Ante el asombro de José y María, y de todos los
presentes, vemos a Jesús ocupado de las cosas de su Padre del Cielo. El tiene
respuestas para nuestras búsquedas, Pidamos por todos los que venimos a este
Santuario buscando la luz de la fe para tomar las decisiones correctas.
Misterios dolorosos (martes y viernes)
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En el primer
misterio doloroso recordamos la oración de Jesús en el huerto: Alli Jesús dijo
a los que lo acompañaban: “Mi alma siente
una tristeza de muerte. Quédense aquí, velando conmigo”. Y adelantándose un
poco, cayó con el rostro en tierra, orando así: “Padre mío, si es posible, que pase lejos de mi este cáliz, pero no se
haga mi voluntad, sino la tuya". Contemplando a Jesús, pidamos por los
que sufren tristeza y angustia; que no se sientan solos y encuentren fuerza en
la oración.
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En el segundo
misterio doloroso recordamos la flagelación de Nuestro Señor Jesucristo. Dice
el evangelio de san Juan que Pilato, después de interrogar a Jesús, se dirigió
a los que lo acusaban y les dijo: "Yo
no encuentro en él ningún motivo para condenarlo. Y ya que ustedes tienen la
costumbre de que ponga en libertad a alguien, en ocasión de la Pascua, ¿quieren
que suelte al rey de los judíos?”. Ellos
comenzaron a gritar diciendo: ¡A él no, a Barrabas! Barrabas era un bandido.
Pilato mandó entonces azotar a Jesús". Pidamos que el Señor sostenga a
los que sufren el azote de la injusticia.
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En el tercer
misterio doloroso recordamos la coronación de espinas de Jesús. Dice San Juan,
en el evangelio: "Los soldados
tejieron una corona de espinas y se la
pusieron sobre la cabeza. Lo revistieron con un manto rojo y
acercándose, le decían: ¡Salud rey de los judíos!, y lo abofeteaban".
Pidamos al Señor que dé fuerza a los que trabajan por la justicia y la paz.
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En el cuarto
misterio doloroso contemplamos a Jesús con la Cruz a cuestas, camino hacia el
Calvario. Dice San Juan que Jesús, cargando sobre sí la cruz, salió de la
ciudad para dirigirse al lugar llamado "del Cráneo", en hebreo,
"Gólgota". Pidamos a Dios la fortaleza y la esperanza necesarias para
llevar nuestras propias cruces.
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En el quinto
misterio de dolor contemplamos la crucifixión y muerte de Jesús. Dice el
evangelio de San Marcos: "Al
mediodía se oscureció toda la tierra hasta las tres de la tarde; y a esa hora,
Jesús exclamó en alta voz: Dios mío, Dios mío, ¿porqué me has
abandonado?". Algunos de los que se encontraban allí, al oírlo, dijeron:
"está llamando a Elías". Uno corrió a mojar una esponja en vinagre y,
poniéndola en la punta de una caña, le dio de beber, diciendo: "Vamos a
ver si Elías viene a
bajarlo". Entonces Jesús dando un gran grito expiró" No
contemplamos la muerte de Jesús para sufrir, sino para que se renueve nuestra
esperanza. Pidamos, entonces, con fe por nuestros difuntos y por aquéllos que
han perdido a un ser querido.
Misterios gloriosos: (miércoles y
Domingos):
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En el primer
misterio glorioso contemplamos la Resurrección de Jesús. Los discípulos
escondidos y con temor recibieron la visita de Jesús resucitado que les dijo: "La paz esté con ustedes" y se llenaron de alegría.
Contemplando este misterio pidamos el don de la Paz para nuestros hogares y
nuestro mundo.
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En el segundo
misterio glorioso hacemos memoria de la ascensión de Jesús al cielo: Dice el
evangelio de san Lucas que Jesús resucitado llevó a los discípulos cerca de
Betania y mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo. Los
discípulos que se habían postrado delante de él, volvieron a Jerusalén con gran
alegría, y permanecían continuamente en el Templo alabando a Dios. Pidamos por
los que están solos y tristes; por los que más necesitan fortaleza.
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En el tercer
misterio glorioso contemplamos la venida del Espíritu Santo sobre María y los
apóstoles. En el día de Pentecostés, estando reunidos sintieron como una ráfaga
de viento. "Entonces vieron aparecer
unas lenguas como de fuego que descendieron por separado sobre cada uno de
ellos. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en
distintas lenguas, según el Espíritu les permitía expresarse". Ahora
todos podían entender la Buena Noticia. Pidamos el mismo Espíritu para que
haya entendimiento y comprensión entre nosotros y que los que gobiernan busquen
la unidad y la paz. .
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En el cuarto
misterio glorioso recordamos la Asunción de la Virgen María al Cielo La Virgen
inmaculada; "llena de gracia", como le dijo el ángel tuvo un lugar
único en la historia de nuestra salvación y lo sigue teniendo. Gloriosa en el
cielo, actúa en la tierra manifestando
el poder de la única mediación de Cristo, su Hijo, al que está unida de modo
admirable. Confiamos a la intercesión de la Virgen a todos los que sufren.
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En el quinto
misterio glorioso contemplamos a la Virgen María como Reina y Señora de todo lo
creado. Llevada al ciclo, es elevada por Dios como Reina del Universo, para que
sea más conforme a su Hijo Jesús, nuestro Señor, el vencedor del pecado y de
la muerte. La Virgen María en el Cielo es como un anticipo de la resurrección
de los demás cristianos. Por eso le pedimos que vele por nuestra esperanza.
Misterios de Luz (Jueves):
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En el primer
misterio de luz contemplamos el bautismo de Jesús en el Jordán. En este pasaje
del Evangelio se manifiesta la Trinidad entera: E1 Hijo, hecho hombre que se
presenta a Juan para ser bautizado; el Padre que lo reconoce desde el cielo y
el Espíritu Santo que desciende en forma de paloma sobre él. Pidamos a Dios la
gracia de ser fieles a nuestro Bautismo.
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En el segundo
misterio contemplamos la revelación de Cristo en las bodas de Caná. No fue un
milagro más. Sus discípulos creyeron en él a partir de este "signo"
realizado a pedido de su Madre. Jesús cambió el agua en vino. Pidamos a Dios
que se renueve en nosotros la fe, la esperanza y la caridad.
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En el tercer
misterio contemplamos el Anuncio del Reino. Jesús comenzó su predicación
llamando a la conversión. "Conviértanse y crean” son palabras que resuenan
en los oídos creyentes de todos los tiempos.
Recemos esta parte del rosario pidiendo una sincera conversión.
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En el cuarto
misterio contemplamos la Transfiguración del Señor. Después de anunciar su
pasión, Jesús les revela a Pedro, Santiago y Juan su rostro glorioso. Pidamos
que la palabra de Dios llene nuestro corazón de esperanza, aún en los momentos
de cruz y pasión.
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En el quinto
misterio contemplamos a Jesús instituyendo la Eucaristía. Nos admiramos por su
amor; que anticipa la entrega en la cruz dándosenos como alimento, y le
pedimos a Dios que, alimentados con el Cuerpo de Cristo seamos reflejos de su
amor y fidelidad.