sábado, 30 de abril de 2011

BEATIFICACIÓN DE JUAN PABLO II




Sor Marie-Simon: La Protagonista del milagro
Sor Marie Simon-Pierre, religiosa de la congregación de las Hermanitas de las Maternidades Católicas, inexplicablemente curada de Parkinson. En este caso se basan los documentos del proceso diocesano relativos a los milagros atribuidos a la intercesión de Juan Pablo II. La religiosa trabajaba en la Maternidad de la Estre lla (Maternité de l’Etoile), en Puyricard cerca de Aix-en-Provence.


Estaba enferma de Parkinson. La enfermedad fue diagnosticado en junio de 2001 y le había afectado toda la parte derecha del cuerpo, causándole una serie de dificultades. Después de tres años, de una fase inicial lentamente progresiva de la enfermedad, se agravaron los síntomas, se acentuaron los temblores, la rigidez, los dolores y el insomnio.
Desde el 2 de abril de 2005, comenzó a empeorar de semana en semana, se debilitaba de día en día, no conseguía escribir y, si lo hacía, lo que escribía era difícilmente legible. No conseguía conducir el coche, salvo en trayectos muy breves.



Para desarrollar su trabajo en la Maternidad, nece sitaba mucho tiempo y quedaba exhausta.

Dijo Sor Marie – Simon: “Después del diagnóstico, me era difícil ver a Juan Pablo II en televisión; pero me sentía muy cercana a él en la oración, y sabía que podía entender lo que yo vivía. Admiraba su fuerza y su coraje, que me estimulaban a no rendirme y a amar este sufrimiento. Sólo el amor habría dado sentido a todo ello. Era una lucha cotidiana, pero mi único deseo era vivirla en la fe, y de aceptar con amor la voluntad del Padre.


Era la Pascua de 2005, deseaba ver a nuestro Santo Padre en televisión, porque en mi interior sabía que sería la última vez que iba a poder hacerlo. Durante toda la mañana me preparé para aquel encuentro (él me mostraba lo que yo sería al cabo de algunos años). Era muy duro para mí, que era tan joven... Pero un imprevisto no me permitió verlo.


La tarde del 2 de abril de 2005, estaba reunida toda la comunidad para participar en la vigilia de oración en la plaza de San Pedro, transmitida en directo por la televisión francesa de la diócesis de Paría (KTO), cuando fue anunciada la muerte de Juan Pablo II se me vino el mundo encima. Había perdido al amigo que me entendía y que me daba la fuerza de seguir adelante.


Notaba en aquellos días la sensación de un gran vacío, pero sentía la certeza de su presencia viva. El 13 de mayo, fiesta de Nuestra Señora de Fátima, el Papa Benedicto XVI anunció oficialmente el comienzo de la Causa de beatificación y canonización del Siervo de Dios Juan Pablo II. A partir del 14 de mayo, las hermanas de todas las comunidades francesas y africanas pidieron la intercesión de Juan Pablo II para mi curación. Rezaron incansablemente, hasta que llegó la noticia de la curación. Yo estaba de vacaciones en aquellos días. El 26 de mayo, concluido el tiempo de descanso, volví a la comunidad, totalmente exhausta a causa de la enfermedad. Si crees, verás la gloria de Dios: éste es el fragmento del evangelio de San Juan que me acompaña desde el 14 de mayo. Y el 1 de junio: ´¡No puedo más!


Debo luchar para mantenerme en pie y andarª. El 2 de junio, por la tarde, fui a hablar con mi Superiora, para pedirle que me dispensara de toda actividad laboral. Me pidió que resistiese todavía un poco, hasta el regreso de Lourdes, en agosto, y añadió: “Juan Pablo II no ha dicho todavía la última palabra”.


Seguramente, él estaba presente en aquel encuentro, que se desarrolló en la paz y en la serenidad. Luego, la Superiora me dio una estilográfica y me pidió que escribiera “Juan Pablo II”. Eran las 17 horas. A duras penas, escribí “Juan Pablo II”. Ante la caligrafía ilegible, permanecimos largo rato en silencio. Tras la oración de la tarde, a las 21 horas, pasé por mi oficina para volver después a mi habitación. Sentí el deseo de agarrar una estilográfica y escribir, como si alguien me dijera: Agarra tu estilográfica y escribe”... La caligrafía era claramente legible, ¡sorprendente! Me tendí sobre la cama, estupefacta. Habían pasado exactamente dos meses desde el regreso de Juan Pablo II a la Casa del Padre... Me desperté a las 4:30, sorprendida de haber podido dormir. Me levanté de la cama. Mi cuerpo ya no estaba dolorido, había desaparecido la rigidez e interiormente ya no era la misma. Luego sentí una llamada interior y un fuerte impulso a caminar para ir a rezar ante el Santísimo Sacramento. Bajé a la capilla y permanecí en oración. Sentí una profunda paz y una sensación de bienestar, una experiencia demasiado grande, como un misterio, difícil de explicar con palabras.


Después, siempre ante el Santísimo Sacramento, medité los misterios de la luz, de Juan Pablo II. A las 6 de la mañana, salí para unirme a mis hermanas en la capilla, para un momento de oración, seguido de la celebración eucarística. Tenía que recorrer unos 50 metros y, en aquel instante, al caminar, me di cuenta de que mi brazo izquierdo se balanceaba, ya no estaba inmóvil a lo largo del cuerpo. Noté también una ligereza y una agilidad física desconocidas para mí desde hace mucho tiempo.


Durante la celebración eucarística, me sentí colmada de alegría y de paz.

Era el 3 de junio, fiesta del Sagrado Corazón de Jesús. Al salir de Misa, estaba segura de que estaba curada... “Mi mano ya no tiembla. Me voy de nuevo a escribir”. A mediodía dejé de tomar las medicinas.


El 7 de junio, como estaba previsto, fui al neurólogo que me atendía desde hacía 4 años. Se quedó sorprendido, también él, al constatar la imprevista desaparición de todos los síntomas de la enfermedad, a pesar de que había interrumpido el tratamiento cinco días antes de la visita. Al día siguiente, la Superiora General confió a todas nuestras comunidades la acción de gracias, y toda la Congregación inició una novena de gratitud a Juan Pablo II.


He interrumpido todo tipo de tratamiento. He reanudado el trabajo con normalidad, no tengo dificultad alguna para escribir, y conduzco incluso larguísimas distancias. Me parece haber renacido; es una vida nueva, porque nada es como antes. Hoy puedo decir que el amigo que dejó nuestra tierra está ahora muy cercano a mi corazón. Ha hecho crecer en mí el deseo de la adoración del Santísimo Sacramento y el amor por la Eucaristía, que tienen un lugar de privilegio en mi vida cada día.


Esto que el Señor me ha concedido vivir por intercesión de Juan Pablo II es un gran misterio, difícil de explicar con palabras... Pero nada es imposible para Dios. Realmente es cierto: “Si crees, verás la gloria de Dios”.

domingo, 24 de abril de 2011

¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN, HNOS. DE LA CARIDAD!


¡CÁRITAS, SOMOS TODOS!

Queridos Hermanos de la Caridad:
¡Feliz Pascua de Resurrección!

Que este paso de Jesús por nuestras vidas, renueve el compromiso de trabajar con Amor, por sus preferidos: nuestros hermanos más necesitados.
Como obreros de la Mies, trabajemos en su Viña, cumpliendo con los pedidos del Señor, realizando cada día las obras de misericordia corporales y espirituales.

Jesús, nos necesita para estar presente en aquellos lugares donde aún no lo conocen, allí donde es despreciado y humillado, donde es explotado y marginado, allí donde los muros lo separan de la libertad, donde las tinieblas de las adicciones opacan a la Verdadera Luz.
Antes de morir en la cruz, Jesús, nos dejó a Nuestra Madre. Pidamos a la Virgen de Luján, Patrona de Cáritas, que Ella con su Amor Maternal y como primera discípula y misionera, nos acompañe en esta tarea.

Que nuestro Señor Jesucristo, resucite cada día nuestro servicio, y que, para la Gloria de Dios, demos frutos en abundancia, manifestándose así, la Providencia del Padre.

¡POBREZA CERO,COMPROMISO DE TODOS!

¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN!




Hermano Querido: Te deseamos, no solo de palabra, sino con el corazón, “Feliz Pascua de Resurrección”.

Cuando vayas a saludar a tus afectos, a tus vecinos, a tu comunidad, a tus compañeros de trabajo, que el deseo de “Feliz Pascua”, no sea solo un deseo exterior ni se quede solamente en la pascua comercial. La Pascua va más allá de eso, es más profunda.
Que el Señor que se inmoló por nosotros y que hoy vence definitivamente a la muerte, pase por tu vida. Que este paso de Cristo trasforme tu corazón, que resucite todos aquellos aspectos de tu vida que están muertos. Que pases de las tinieblas y la esclavitud del pecado, a la vida de la Luz, que solo podemos encontrarla en Cristo Jesús.

Comunidad “Vicaría San Martín de Porres”

Domingo de Resurrección
Hoy se celebra el acontecimiento pascual como "El Día del Señor". Este es el Domingo que da sentido a todos los domingos del año. Es el día del triunfo del Señor. El Cirio Pascual está colocado al frente, cerca del altar, encendido durante todas las celebraciones litúrgicas del tiempo pascual hasta Pentecostés, simbolizando que Cristo Resucitado está presente, presidiendo todas las acciones litúrgicas de su Iglesia.

Las lecturas bíblicas de este día contienen lo que llamamos el Kerigma, es decir la proclamación novedosa del acontecimiento pascual y un llamado a vivir los compromisos con Cristo resucitado
Pascua judía

El libro del Éxodo narra las penurias que el pueblo de Israel pasaba como esclavo en Egipto y cómo Dios llama a Moisés para que lo libere, prometiéndole una tierra próspera y fértil que Él les daría en propiedad si los israelitas se deciden a dejar la seguridad y esclavitud de Egipto. Después de muchos problemas, los hebreos emprenden el camino por el desierto hacia la "tierra prometida".

Los judíos celebran solemnemente, cada año la Pascua, recordando el acontecimiento histórico de su liberación de la esclavitud y los acontecimientos portentosos que el Señor realizó para liberarlos. La palabra "pascua", significa "paso":
· El paso del Señor por Egipto, sacrificando a los primogénitos egipcios y "respetando" las casas de los israelitas que estaban marcadas con la "sangre del cordero", que habían sacrificado por instrucciones de Moisés.
· El paso del pueblo, de la esclavitud de Egipto a la libertad del camino hacia la tierra prometida.
· El paso del pueblo por el Mar Rojo, que Dios había abierto para que escaparan de los Egipcios que los perseguían y que Dios cierra para ahogar ahí a los soldados y al faraón.
La Pascua que vivió aquel pueblo, anuncia la Pascua definitiva que vivirá Jesús para liberar al hombre de la esclavitud del pecado.


Pascua de Cristo
Por la Resurrección de Cristo, los cristianos son capaces de pasar de las tinieblas del pecado a la luz de la gracia.

"Cristo pasa de la muerte a la vida y nos abre así el camino a nosotros que creemos en la resurrección para que pasemos también nosotros de la muerte a la vida". Para San Agustín, la Pascua es “Un Paso y fruto de la Pasión”.

sábado, 23 de abril de 2011

VIGILIA PASCUAL


















La celebración de la Vigilia Pascual debe hacerse el sábado, sin comenzar antes del inicio de la noche ni terminar después del alba del domingo. Comienza con el templo a oscuras, encendiéndose y bendiciéndose un fuego, en un lugar fuera del templo. La celebración de la Vigilia Pascual tiene cuatro partes:
1. Bendición del Fuego Nuevo y preparación del Cirio Pascual - Pregón Pascual.
2. Liturgia de la Palabra (Siete lecturas del Antiguo Testamento y dos del Nuevo Testamento)
3. Liturgia Bautismal. Bendición del Agua Bautismal y/o Bendición del Agua Común. Bautismo de los Catecúmenos y renovación de las promesas bautismales de los fieles.
4. Liturgia Eucarística.

BENDICIÓN DEL FUEGO - CIRIO PASCUAL - PROCESIÓN

El fuego nuevo, simboliza, el paso de las tinieblas a la luz, de la noche al día, es decir, del pecado y la muerte a la resurrección.
Con las llamas del fuego nuevo, se enciende el Cirio Pascual, que simboliza a Cristo resucitado y se reparte su fuego para encender las velas que todos los fieles llevan a la celebración, significando que Cristo, "Luz del Mundo", ilumina la vida de los hombres con su Resurrección. El sacerdote entra al templo, llevando el Cirio Pascual en Alto, lo que significa que somos el Nuevo Pueblo de Dios, nacido de la Pascua; peregrinos seguimos a Cristo Resucitado, Luz del Mundo. Llegados al presbiterio se coloca el Cirio Pascual, en el centro del mismo, junto al altar o junto al ambón. Se encienden todas las luces del templo y continúa el pregón pascual, antiguo himno alusivo a la noche de Pascua que proclama la gloria de la Resurrección de Cristo, que envolverá toda la liturgia de esta noche.


LITURGIA DE LA PALABRA

Las lecturas presentan la Historia de la Salvación. Se hacen a manera de diálogo entre Dios y la comunidad, cada una está precedida de momentos de silencio, y oraciones. Las primeras lecturas se hacen del Antiguo Testamento, para admirar la obra de la Creación (Génesis); recordar los prodigios que hizo Dios con Israel su Pueblo (Éxodo); leer a los profetas que anunciaron la Salvación que Dios realizaría para todos los hombres; las siguientes dos lecturas son, una de San Pablo que anuncia a la nueva Iglesia que Cristo resucitado de entre los muertos, ya no muere más y la más importante, el Evangelio, que narra la Resurrección del Señor.


LITURGIA BAUTISMAL

Luego de la homilía, se cantan las Letanías de la Iglesia. Se bendice el agua con la que serán bautizeados quienes se hayan preparado. Tomando la luz del Cirio Pacual, se reparte la luz a los fieles, quiens renuevan sus promesas bautismales. Con el agua bendita, el sacerdote los asperja.Finalmente continúa la Misa con la liturgia eucarística de la manera acostumbrada.


LITURGIA EUCARÍSTICA

Como en todas las Celebraciones Eucarísticas (Misas), se prepara el altar con los dones de pan y el vino, para hacer presente la Pascua de Cristo, como Él lo enseñó. La celebración eucarística es el centro de toda la vigilia. La palabra eucaristía, significa "acción de gracias". En esta noche pascual, la Iglesia celebra su acción de gracias al Padre por habernos dado a su Hijo.

¡TE ACOMPAÑAMOS, MADRE DE LOS DOLORES!

Al pie de la Cruz, donde una espada de dolor atravesó el corazón de la Madre, Jesús le dijo: ¡Mujer ahí tienes a tu hijo!, y así, antes de morir no quiso dejarnos huérfanos, y nos dio a su madre como Madre nuestra.

La Virgen María dijo a Santa Brígida de Suecia (1303-1373):
"Miro a todos los que viven en el mundo para ver si hay quien se compadezca de Mí y medite mi dolor, mas hallo poquísimos que piensen en mi tribulación y padecimientos. Por eso tú, hija mía, no te olvides de Mí que soy olvidada y menospreciada por muchos. Mira mi dolor e imítame en lo que pudieres. Considera mis angustias y mis lágrimas y duélete de que sean tan pocos los amigos de Dios."
Nuestra Señora prometió que concedería siete gracias a aquellas almas que la honren y acompañen diariamente, rezando siete Ave Marías mientras meditan en sus lágrimas y dolores:
1. "Yo concederé la paz a sus familias."
2. "Serán iluminadas en cuanto a los divinos Misterios."
3. "Yo las consolaré en sus penas y las acompañaré en sus trabajos.»
4. "Les daré cuanto me pidan, con tal de que no se oponga a la adorable voluntad de mi divino Hijo o a la salvación de sus almas."
5. "Los defenderé en sus batallas espirituales contra el enemigo infernal y las protegeré cada instante de sus vidas."
6. "Les asistiré visiblemente en el momento de su muerte y verán el rostro de su Madre.
7. "He conseguido de mi Divino Hijo que todos aquellos que propaguen la devoción a mis lágrimas y dolores, sean llevadas directamente de esta vida terrena a la felicidad eterna ya que todos sus pecados serán perdonados y mi Hijo será su consuelo y gozo eterno."

Según
San Alfonso María Ligorio, Nuestro Señor reveló a Santa Isabel de Hungría que El concedería cuatro gracias especiales a los devotos de los dolores de Su Madre Santísima:
1. Aquellos que antes de su muerte invoquen a la Santísima Madre en nombre de sus dolores, obtendrán una contrición perfecta de todos sus pecados.


2. Jesús protegerá en sus tribulaciones a todos los que recuerden esta devoción y los protegerá muy especialmente a la hora de su muerte.
3. Imprimirá en sus mentes el recuerdo de Su Pasión y tendrán su recompensa en el cielo.


4. Encomendará a estas almas devotas en manos de María, a fin de que les obtenga todas las gracias que quiera derramar en ellas.


Meditar los siete Dolores de Nuestra Madre, es una manera de compartir los sufrimientos más hondos de la vida de María en la tierra.
¡Cuánto Dolor Madre, al ver sufrir tanto a tu Hijo!
¡Cuánto dolor, María, al tenerlo muerto entre tus brazos!
Te acompañamos Madre, en estos momentos de dolor y te pedimos, que Tú tomes el dolor de tantas Madres que perdieron a sus hijos!. Sabemos, que a pesar del dolor tan inmenso, hoy Sábado Santo, -donde todo parece estar en profundo silencio-, aguardas con Esperanza las promesas del Padre: “Al tercer día Resucitará”.

Primer Dolor - La profecía de Simeón (cf. Lucas 2,22-35)
Qué intenso dolor padeciste Madre, cuando escuchaste la profecía de Simeón. Querida Madre, por Tu afligido corazón, alcánzame la virtud de la humildad y el don del santo temor de Dios.


Segundo Dolor - La huida a Egipto (Mateo 2,13-15)
¿Cuánto dolor sintió María?. Debían huir, para salvar a su Hijo de la matanza decretada por Herodes. ¿Cuántas fueron sus privaciones durante tan largo viaje?. ¿Cuántos sufrimientos experimentó la Madre en la tierra del exilio?. Madre Dolorosa, haz que tenga un corazón atento parta huir de todas las ocasiones de pecado.


Tercer Dolor - El Niño perdido en el Templo (Lucas 2,41 -50)
Madre, que junto a San José, sufriste al no poder encontrar a tu Hijo durante tres días, te pido que, cuando el pecado me lleve a perder a Jesús, ayúdame a encontrarlo de nuevo a través del Sacramento de la Reconciliación que me lleve a una sincera conversión de corazón.

Cuarto Dolor - María se encuentra con Jesús camino al Calvario (IV Estación del Vía Crucis)
¡Que tremendo dolor Madre, al ver a tu Hijo cargando con la cruz!. Ayúdame Madre Mía a convertir mi corazón, para no aumentar el peso de aquella cruz con nuevas ofensas y pecados. Ayúdame, para que pueda ser el Cirineo para Jesús, presente en mis hermanos.


Quinto Dolor - Jesús muere en la Cruz (Juan 19,17-39)
Ella permaneció al pie de la cruz, oyó a su Hijo prometerle el cielo a un ladrón y perdonar a Sus enemigos. Sus últimas palabras dirigidas a Ella fueron: "Mujer, he ahí a tu hijo." Enséñame a aceptar, amar y ofrecer todas las cruces que estoy viviendo y a ofrecer por amor, las que en el futuro me toque vivir.


Sexto Dolor - María recibe el Cuerpo de Jesús al ser bajado de la Cruz (Marcos 15, 42-46)
¡Qué amargo dolor Madre! Ahí tienes a tu Hijo, ya muerto, entre tus brazos. Por esas lágrimas tuyas, que se mezclaron con la Sangre Preciosa de tu Hijo, ayúdame para que pueda sostener a quienes me necesiten.


Séptimo Dolor -Jesús es colocado en el Sepulcro (Juan 19, 38-42)
¡Madre Querida, por la soledad que sentiste al dejar a tu Hijo en el sepulcro!, haz que nunca me sienta solo, que comprenda, que aún en los momentos en que experimento la soledad, Vos estás allí, para llevarme a tu Hijo.

VIA CRUCIS POR LA VIDA











El Viernes Santo, después de la Adoración de la Santa Cruz, acompañamos a Jesús y a Nuestra Madre de los Dolores, en el Vía Crucis organizado por la IAM (Infancia y Adolescencia Misionera) y los Niños de Catequesis.
Durante las estaciones del Vía Crucis, rezamos por la Vida, imploramos a nuestro Dios, por lo niños no nacidos, por los niños por nacer, por los padres y adultos que cometieron abortos, por los gobernantes, para que, cuando legislen, digan SI A LA VIDA!

viernes, 22 de abril de 2011

NOVENA A LA DIVINA MISERICORDIA

Deseo, dijo el Señor a Sor Faustina- que durante esos nueve días lleves a las almas a la fuente de mi misericordia para que saquen fuerzas, alivio y toda gracia que necesiten para afrontar las dificultades de la vida y especialmente en la hora de la muerte. Cada día traerás a mi Corazón a un grupo diferente de almas y las sumergirás en este mar de mi misericordia. Y a todas estas almas yo las introduciré en la casa de mi Padre (…) Cada día pedirás a mi Padre las gracias para estas almas por mi amarga pasión.
La novena a la Divina Misericordia comienza el Viernes Santo.
consiste en rezar la Coronilla de la Divina Misericordia, la que presentamos es la novena particular que Jesús le dio a Sor Faustina que también se puede rezar.



Celebración de la Fiesta de la Divina Misericordia


El Señor Jesús desea que ese día la imagen de la Misericordia sea bendecida solemnemente y venerada en público, es decir, litúrgicamente; que los sacerdotes hablen a las almas de esta inmensa e insondable misericordia de Dios.
Los fieles, para recibir estos grandes dones con los cuales el Señor Jesús desea colmar a cada hombre y a toda la humanidad, tienen que estar en el estado de la gracia santificante (después de confesarse), cumplir las condiciones de la devoción a la Divina Misericordia, es decir, confiar en Dios y amar activamente al prójimo, y beber de la Fuente de Vida, es decir, recibir la Santa Comunión.
De acuerdo con el deseo del Señor Jesús, la fiesta ha de celebrarse el primer domingo después de Pascua, lo que indica una estrecha relación que hay entre el misterio de redención y esta fiesta. La liturgia de ese día alaba con la máxima plenitud a Dios en el misterio de su misericordia.

PRIMER DÍA
Hoy, tráeme a toda la humanidad y especialmente a todos los pecadores, y sumérgelos en el mar de mi misericordia. De esta forma, me consolarás de la amarga tristeza en que me sume la pérdida de las almas.
Jesús misericordiosísimo, cuya naturaleza es la de tener compasión de nosotros y de perdonarnos, no mires nuestros pecados, sino la confianza que depositamos en tu bondad infinita. Acógenos en la morada de tu compasivísimo Corazón y nunca los dejes escapar de él. Te lo suplicamos por tu amor que te une al Padre y al Espíritu Santo.
Padre Eterno, mira con misericordia a toda la humanidad y especialmente a los pobres pecadores que están encerrados en el compasivísimo Corazón de Jesús y por su dolorosa pasión muéstranos tu misericordia para que alabemos la omnipotencia de tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.


Coronilla a la Divina Misericordia

SEGUNDO DÍA
Hoy, tráeme a las almas de los sacerdotes y los religiosos, y sumérgelas en mi misericordia insondable. Fueron ellas las que me dieron fortaleza para soportar mi amarga pasión. A través de ellas, como a través de canales, mi misericordia fluye hacia la humanidad.
Jesús misericordiosísimo, de quien procede todo bien, aumenta tu gracia en nosotros para que realicemos dignas obras de misericordia, de manera que todos aquellos que nos vean, glorifiquen al Padre de misericordia que está en el cielo.
Padre eterno, mira con misericordia al grupo elegido de tu viña, a las almas de los sacerdotes y a las almas de los religiosos; otórgales el poder de tu bendición. Por el amor del Corazón de tu Hijo, en el cual están encerradas, concédeles el poder de tu luz para que puedan guiar a otros en el camino de la salvación y a una sola voz canten alabanzas a tu misericordia sin límite por los siglos de los siglos. Amén.


Coronilla de la Divina Misericordia



TERCER DÍA
Hoy, tráeme a todas las almas devotas y fieles, y sumérgelas en el mar de mi misericordia. Estas almas me consolaron a lo largo del vía crucis. Fueron una gota de consuelo en medio de un mar de amargura.
Jesús misericordiosísimo, que desde el tesoro de tu misericordia les concedas a todos tus gracias en gran abundancia, acógenos en la morada de tu compasivísimo Corazón y nunca nos dejes escapar de él. Te lo suplicamos por el inconcebible amor tuyo con que tu Corazón arde por el Padre celestial.
Padre Eterno, mira con misericordia a las almas fieles como herencia de tu Hijo y por su dolorosa pasión, concédeles tu bendición y rodéalas con tu protección constante para que no pierdan el amor y el tesoro de la santa fe, sino que con toda la legión de los ángeles y los santos, glorifiquen tu infinita misericordia por los siglos de los siglos. Amén.





CUARTO DÍA
Hoy, tráeme a aquellos que no creen en Dios y aquellos que todavía no me conocen. También pensaba en ellos durante mi amarga pasión y su futuro celo consoló mi Corazón. Sumérgelos en el mar de mi misericordia.
Jesús compasivísimo, que eres la luz del mundo entero. Acoge en la morada de tu piadosísimo Corazón a las almas de aquellos que no creen en Dios y de aquellos que todavía no te conocen, pero que están encerrados en el compasivísimo Corazón de Jesús. Atráelas hacia la luz del Evangelio. Estas almas desconocen la gran felicidad que es amarte. Concédeles que también ellas ensalcen la generosidad de tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.


Coronilla a la Divina

QUINTO DÍA
Hoy, tráeme a las almas de los hermanos separados y sumérgelas en el mar de mi misericordia. Durante mi amarga pasión, desgarraron mi cuerpo y mi Corazón, es decir, mi Iglesia. Según regresan a la Iglesia, mis llagas cicatrizan y de este modo alivian mi pasión.
Jesús misericordiosísimo que eres la bondad misma, tú no niegas la luz a quienes te la piden. Acoge en la morada de tu compasivísimo Corazón a las almas de nuestros hermanos separados y llévalas con tu luz a la unidad con la Iglesia y no las dejes escapar de la morada de tu compasivísimo Corazón sino haz que también ellas glorifiquen la generosidad de tu misericordia.
Padre eterno, mira con misericordia a las almas de nuestros hermanos separados, especialmente a aquellos que han malgastado tus bendiciones y han abusado de tus gracias por persistir obstinadamente en sus errores. No mires sus errores, sino el amor de tu Hijo y su amarga pasión que sufrió por ellos, ya que también ellos están encerrados en el compasivísimo Corazón de Jesús. Haz que también ellos glorifiquen tu gran misericordia por los siglos de los siglos. Amén.





SEXTO DÍA
Hoy, tráeme a las almas mansas y humildes y las almas de los niños pequeños y sumérgelas en mi misericordia. Estas son las almas más semejantes a mi Corazón. Ellas me fortalecieron durante mi amarga agonía. Las veía como ángeles terrestres que velarían al pie de mis altares. Sobre ellas derramo torrentes enteros de gracias. Solamente el alma humilde es capaz de recibir mi gracia; concedo mi confianza a las almas humildes.
Jesús misericordiosísimo, tú mismo has dicho: Aprended de mí que soy manso y humilde de Corazón. Acoge en la morada de tu compasivísimo Corazón a las almas mansas y humildes y a las almas de los niños pequeños. Estas almas llevan a todo el cielo al éxtasis y son las preferidas del Padre celestial. Son un ramillete perfumado ante el trono de Dios, de cuyo perfume se deleita Dios mismo. Estas almas tienen una morada permanente en tu compasivísimo Corazón y cantan sin cesar un himno de amor y misericordia por la eternidad.
Padre eterno, mira con misericordia a las almas de los niños pequeños que están encerradas en el compasivísimo Corazón de Jesús. Estas almas son las más semejantes a tu Hijo. Su fragancia asciende desde la tierra y alcanza tu trono. Padre de misericordia y de toda bondad, te suplico por el amor que tienes por estas almas y el gozo que te proporcionan.
Bendice al mundo entero para que todas las almas canten juntas las alabanzas de tu misericordia por los siglos de los siglos. Amén.
Coronilla a la Divina

SÉPTIMO DÍA
Hoy, tráeme a las almas que veneran y glorifican mi misericordia de modo especial y sumérgelas en mi misericordia. Estas almas son las que más lamentaron mi pasión y penetraron más profundamente en mi Espíritu. Ellas son un reflejo viviente de mi Corazón compasivo. Estas almas resplandecerán con una luz especial en la vida futura. Ninguna de ellas irá al fuego del infierno. Defenderé de modo especial a cada una en la hora de la muerte.
Jesús misericordiosísimo, cuyo Corazón es el amor mismo, acoge en la morada de tu compasivísimo Corazón a las almas que veneran y ensalzan de modo particular la grandeza de tu misericordia. Estas almas son fuertes con el poder de Dios mismo. En medio de toda clase de aflicciones y adversidades siguen adelante confiadas en tu misericordia y unidas a ti, ellas cargan sobre sus hombros a toda la humanidad. Esta almas no serán juzgadas severamente, sino que tu misericordia las envolverá en la hora de la muerte.
Padre eterno, mira con misericordia a aquellas almas que glorifican y veneran tu mayor atributo, es decir, tu misericordia insondable y que están encerradas en el compasivísimo Corazón de Jesús. Estas almas son un Evangelio viviente, sus manos están llenas de obras de misericordia y sus corazones desbordantes de gozo cantan a ti, oh Altísimo, un canto de misericordia. Te suplico, oh Dios, muéstrales tu misericordia según la esperanza y la confianza que han puesto en ti. Que se cumpla en ellas la promesa de Jesús quien les dijo que: a las almas que veneren esta infinita misericordia mía, yo mismo las defenderé como mi gloria durante sus vidas y especialmente en la hora de la muerte.





OCTAVO DÍA
Hoy, tráeme a las almas que están en la cárcel del purgatorio y sumérgelas en el abismo de mi misericordia. Que los torrentes de mi sangre refresquen el ardor del purgatorio. Todas estas almas son muy amadas por mí. Ellas cumplen con el justo castigo que se debe a mi justicia. Está en tu poder llevarles el alivio. Haz uso de todas las indulgencias del tesoro de mi Iglesia y ofrécelas en su nombre. Oh, si conocieras los tormentos que ellas sufren ofrecerías continuamente por ellas las limosnas del espíritu y saldarías las deudas que tienen con mi justicia.
Jesús misericordiosísimo, tú mismo has dicho que deseas la misericordia, he aquí que yo llevo a la morada de tu compasivísimo Corazón a las almas del purgatorio, almas que te son muy queridas, pero que deben pagar su culpa adecuada a tu justicia. Que los torrentes de sangre y agua que brotaron de tu Corazón, apaguen el fuego del purgatorio para que también allí sea glorificado el poder de tu misericordia.
Padre eterno, mira con misericordia a las almas que sufren en el purgatorio y que están encerradas en el compasivísimo Corazón de Jesús. Te suplico por la dolorosa pasión de Jesús, tu Hijo, y por toda la amargura con la cual su sacratísima alma fue inundada, muestra tu misericordia a las almas que están bajo tu justo escrutinio. No las mires sino a través de las heridas de Jesús, tu amadísimo Hijo, ya que creemos que tu bondad y tu compasión no tienen límites. Amén.







NOVENO DÍA
Hoy, tráeme a las almas tibias y sumérgelas en el abismo de mi misericordia. Estas almas son las que más dolorosamente hieren mi Corazón. A causa de las almas tibias, mi alma experimentó la más intensa repugnancia en el Huerto de los Olivos. A causa de ellas dije: Padre, aleja de mí este cáliz, si es tu voluntad. Para ellas, la última tabla de salvación consiste en recurrir a mi misericordia.
Jesús misericordiosísimo, que eres la compasión misma, te traigo a las almas tibias a la morada de tu piadosísimo Corazón. Que estas almas heladas que se parecen a cadáveres y te llenan de gran repugnancia se calienten con el fuego de tu amor puro. Oh Jesús compasivísimo, ejercita la omnipotencia de tu misericordia y atráelas al mismo ardor de tu amor y concédeles el amor santo, porque tú lo puedes todo.
Padre eterno, mira con misericordia a las almas tibias que, sin embargo, están encerradas en el piadosísimo Corazón de Jesús. Padre de la misericordia, te suplico por la amarga pasión de tu Hijo y por su agonía de tres horas en la cruz, permite que también ellas glorifiquen el abismo de tu misericordia. Amén. (1209-1229)





Para concer más sobre la Devoción a la Divina Misericordia y el rezo de la Coronilla, visite nuestra página, Fiesta en Honor a la Divina Misericordia, del sábado 10 de Abril de 2010

LA PASIÓN DE MADRE TERESA

Entre 1946-1947 Madre Teresa recibió locuciones interiores (Jesús hablaba en su interior) en las cuales le dijo: “Ven se mi luz, no puedo ir solo, ellos (los pobres) no me conocen, y por lo tanto, no me quieren. Tú, llévame con ellos. Cuánto deseo entrar en su agujeros, en su oscuros e infelices hogares”. De allí hubo un período que varió entre los sufrimientos de la noche oscura y las consolaciones de Dios.
Desde 1949 empezó nuevamente esta oscuridad mística experimentando un terrible sentido de pérdida y soledad. Sentía que Jesús ya no la quería y como que no tenía fe o no tenía amor y para ella, que quería amar a Jesús como nadie le había amado antes. Tenía la sensación de haber sido abandonada por Dios. Esto fue un verdadero tormento, una fuerte prueba de fe y de amor. Durante muchos años llevó esta enorme cruz. De este modo realizaba las obras más difíciles de amor a los pobres y enfermos sin ningún tipo de consolación, ni humana ni divina. Esta noche oscura, característica de grandes místicos, le permitió despojarse totalmente de sí misma y crecer en la fe y el amor. Así pasó de la cruz a la resurrección.

Extraído de la publicación: “Viva la Semana Santa con las reflexiones de la Madre de los Pobres”

EL VIA CRUCIS DE LA MADRE TERESA




Este Vía Crucis, compuesto por la Madre Teresa para los jóvenes con motivo de la clausura del Congreso Eucarístico Internacional de 1976, es un recorrido por la Pasión de Cristo, de ayer y de hoy.

¿Cómo rezarlo?


- Oración Inicial
- Al nombrar cada estación, decimos: ¡Te adoramos Oh Cristo, porque por tu Santa Cruz, redimiste al mundo!
- Luego de la lectura y meditación, se reza un Padrenuestro, un Avemaría y el Gloria.- Al finalizar, se repite la oración inicial


Oración Inicial

Señor, ayúdanos para que aprendamos a aguantar las penas y las fatigas, las torturas de la vida diaria; que tu muerte y ascensión nos levante, para que lleguemos a una más grande y creativa abundancia de vida. Tú que has tomado con paciencia y humildad la profundidad de la vida humana, igual que las penas y sufrimientos de tu cruz, ayúdanos para que aceptemos el dolor y las dificultades que nos trae cada nuevo día y que crezcamos como personas y lleguemos a ser más semejantes a Tí.

Haznos capaces de permanecer con paciencia y ánimo, y fortalece nuestra confianza con tu ayuda. Déjanos comprender que sólo podemos alcanzar una vida plena si morimos poco a poco a nosotros mismos y a nuestros deseos egoístas. Pues sólo si morimos contigo, podemos resucitar contigo. Amén

I: Jesús condenado a muerte
Llegada la mañana, todos los príncipes de los sacerdotes, los ancianos del pueblo, tuvieron consejo contra Jesús para matarlo. Y atado lo llevaron al procurador Poncio Piltao (Mt. 27,1-2).
El pequeño niño que tiene hambre, que se come su pan pedacito a pedacito porque teme que se termine demasiado pronto y tenga otra vez hambre. Esta es la primera estación del calvario.

II: Jesús carga con la cruz

Entonces se lo entregó para que lo crucificasen. Tomaron, pues, a Jesús, que llevando la cruz, salió al sitio llamado Calvario, que en hebreo se dice Gólgota (Jn. 19, 16-17). ¿No tengo razón? Muchas veces miramos pero no vemos nada! Todos nosotros tenemos que llevar la cruz y tenemos que seguir a Cristo al Calvario, si queremos reencontrarnos con Él. Yo creo que Jesucristo, antes de su muerte, nos ha dado su Cuerpo y su Sangre para que nosotros podamos vivir y tengamos bastante ánimo para llevar la cruz y seguirle, paso a paso.


III: Jesús cae por primera vez

Dijo Jesús: El que quiera venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y sígame, pues el que quiera salvar su vida la perderá: pero el que pierda su vida, ese la salvará (Mt. 16,24). En nuestras estaciones del Vía Crucis vemos que caen los pobres y los que tienen hambre, como se ha caído Cristo. ¿Estamos presentes para ayudarle a Él? ¿Lo estamos con nuestro sacrificio, nuestro verdadero pan?. Hay miles y miles de personas que se morirían por un bocadito de amor, por un pequeño bocadito de aprecio. Esta es una estación del Vía Crucis donde Jesús se cae de hambre.


IV. Jesús encuentra a su Madre

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí (Lc. 1, 45-49). Nosotros conocemos la cuarta estación del Vía Crucis en la que Jesús encuentra a su Madre. ¿Somos nosotros los que sufrimos las penas de una madre? ¿Una madre llena de amor y de comprensión? ¿Estamos aquí para comprender a nuestra juventud si se cae? ¿Si está sola? ¿Si no se siente deseada? ¿Estamos entonces presentes?


V. El Cirineo ayuda a Jesús a llevar la cruz

Cuando le llevaban a crucificar, echaron mano de un tal Simón de Cirene, que venía del campo y le obligaron a ayudarle a llevar la cruz (Lc. 23,26). Simón de Cirene tomaba la cruz y seguía a Jesús, le ayudaba a llevar su cruz. Con lo que habéis dado durante el año, como signo de amor a la juventud, las miles y millones de cosas que habéis hecho a Cristo en los pobres, habéis sido Simón de Cirene en cada uno de vuestros hechos.


VI. La Verónica limpia el rostro de Jesús

Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber (Mt. 23,25). ¿Con respecto a los pobres, los abandonados, los no deseados, somos como la Verónica? ¿Estamos presentes para quitar sus preocupaciones y compartir sus penas? ¿O somos parte de los orgullosos que pasan y no pueden ver?


VII: Jesús cae por segunda vez

¿Quiénes son mi madre y mis parientes?) Y extendiendo su mano sobre sus discípulos dijo Jesús: he aquí a mi madre y a mis parientes quienquiera que haga la voluntad de mi Padre (Mt 12.48-50). Jesús cae de nuevo. Hemos recogido a personas de la calle que han vivido como animales y se murieron entonces como ángeles. Estamos presentes para levantarlos. También en vuestro país podéis ver a personas en el parque que están solos, no deseados, no cuidados, sentados, miserables. Nosotros los rechazamos con la palabra alcoholizados. No nos importan. Pero es Jesús quien necesita nuestras manos para limpiar sus caras ¿Podéis hacerlo? , o ¿pasaréis sin mirar?


VII. Jesús consuela a las mujeres

Le seguí una gran multitud del pueblo y de mujeres, que se lamentaban y lloraban por Él. Vuelto hacia ellas les dijo: Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, llorad más bien por vosotras mismas y por vuestros hijos (Lc. 23, 27-28). Padre Santo, yo rezo por ellas para que se consagren a tu Santo Nombre, santificadas por Ti; para que se entreguen a tu servicio, se entreguen en el sacrificio. Por eso me consagro yo también y me entrego como sacrificio a Cristo.


IX. Jesús cae por tercera vez

Os he dicho esto para que tengáis paz conmigo. En el mundo tendréis tribulaciones, pero confiad: Yo he vencido al mundo (Jn. 16,33). Jesús cae de nuevo para ti y para mí. Se le quitan sus vestidos, hoy se roba a los pequeños el amor antes del nacimiento. Ellos tienen que morir porque nosotros no deseamos a esos niños. Estos niños deben quedarse desnudos, porque nosotros no los deseamos, y Jesús toma este grave sufrimiento. El no nacido toma este sufrimiento porque no tiene más remedio de desearle, de amarle, de quedarme con mi hermano, con mi hermana.


X. Jesús es despojado de sus vestiduras

Cuando los soldados crucificaron a Jesús, tomaron sus vestidos, haciendo cuatro partes, una para cada soldado y la túnica (Jn. 19,23) ¡Señor, ayúdanos para que aprendamos a aguantar las penas, fatigas y torturas de la vida diaria, para que logremos siempre una más grande y creativa abundancia de vida!.


XI. Jesús es clavado en la cruz

Cuando llegaron al lugar llamado Calvario, le crucificaron allí con dos malhechores. Jesús decía: Padre, perdónales porque no saben lo que hacen (Lc. 23,23). Jesús es crucificado. ¡Cuántos disminuidos psíquicos, retrasados mentales llenan las clínicas!. Cuántos hay en nuestra propia patria. ¿Les visitamos? ¿Compartimos con ellos este calvario? ¿Sabemos algo de ellos? Jesús nos ha dicho: Si vosotros queréis ser mis discípulos, tomad la cruz y seguidme y Él opina que nosotros hemos de coger la cruz y que le demos de comer a Él en los que tienen hambre, que vistamos a los desnudos y los recibamos por Él en nuestras casas y que hagamos de ellas su hogar.


XII. Jesús muere en la cruz

Después de probar el vinagre, Jesús dijo: Todo está cumplido, e inclinando la cabeza entregó el espíritu (Jn. 19,30). Empecemos las estaciones de nuestro vía crucis personal con ánimo y con gran alegría, pues tenemos a Jesús en la Sagrada Comunión, que es el Pan de la Vida que nos da vida y fuerza! Su sufrimiento es nuestra energía, nuestra alegría, nuestra pureza. Sin Él no podemos hacer nada.


XIII. Jesús es bajado de la cruz

Al caer la tarde vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, que era discípulo de Jesús, tomó su cuerpo y lo envolvió en una sábana limpia (Mt, 27, 57-59). ¡Vosotros jóvenes, llenos de amor y de energía, no desperdiciéis vuestras fuerzas en cosas sin sentido!


XIV. Jesús es sepultado

Había un huerto cerca del sitio donde fue crucificado Jesús, y en él un sepulcro nuevo, en el cual aún nadie había sido enterrado y pusieron allí a Jesús (Jn. 19, 41-42). Mirad a vuestro alrededor y ved, mirad a vuestros hermanos y hermanas no sólo en vuestro país, sino en todas las partes donde hay personas con hambre que os esperan. Desnudos que no tienen patria. ¡Todos os miran! ¡No les volváis las espaldas, pues ellos son el mismo Cristo!

NOVENA Y FIESTA EN HONOR A LA DIVINA MISERICORDIA

ACTOS LITURGICOS

Viernes Santo, 22 de Abril

18:30 hs.: Rezo de Novena y Coronilla en honor a Jesús de la Divina Misericordia
Rezamos: por todo el género humano, especialmente por los pecadores.

19:00 hs. Adoración de la Santa Cruz

Vía Crucis por las calles del barrio.

Sábado de Gloria, 23 de Abril

19:30 hs. Rezo de Novena y Coronilla en honor a Jesús de la Divina Misericordia

Rezamos: por las almas de los sacerdotes y religiosos

20:00 hs.: Bendición del Fuego y del Agua
Santa Misa de Vigilia Pascual y Bendición de los enfermos

Domingo de Resurrección, 24 de Abril
Alumbrantes de la Novena: Cáritas “San Martín de Porres”

19:30 hs. Rezo de Novena y Coronilla en honor a Jesús de la Divina Misericordia

Rezamos: Por los que no cree y todavía no conocen la Divina Misericordia

20:00hs.: Santa Misa de Pascua

Lunes 25 de Abril
Alumbrantes de la Novena: Servidores “San Martín de Porres”

19:30 hs. Rezo de Novena y Coronilla en honor a Jesús de la Divina Misericordia

Rezamos: Por los que no creen y todavía no conocen la Divina Misericordia

20:00 hs.: Santa Misa

Martes 26 de Abril
Alumbrantes de la Novena: Renovación Carismática Católica (Adultos)

19:30 hs. Rezo de Novena y Coronilla en honor a Jesús de la Divina Misericordia

Rezamos: Por los otros cristianos

20:00 hs.: Santa Misa

Miércoles 27 de Abril
Alumbrantes de la Novena: Renovación Carismática Católica (Jóvenes)

19:30 hs. Rezo de Novena y Coronilla en honor a Jesús de la Divina Misericordia

Rezamos: Por las almas mansas y humildes, y la de los niños pequeños

20:00 hs.: Santa Misa

Jueves 28 de Abril
Alumbrantes de la Novena: Catequesis

19:30 hs. Rezo de Novena y Coronilla en honor a Jesús de la Divina Misericordia

Rezamos: Por las almas que veneran especialmente la Misericordia de Dios

20:00 hs.: Santa Misa

Viernes 29 de Abril
Alumbrantes de la Novena: Apostolado de la Oración

19:30 hs. Rezo de Novena y Coronilla en honor a Jesús de la Divina Misericordia

Rezamos: Por las almas que están en el Purgatorio.

20:00 hs.: Santa Misa

Sábado 30 de Abril
Alumbrantes de la Novena: Cofradía Ntra. Sra. Que Desata Los Nudos

19:30 hs. Rezo de Novena y Coronilla en honor a Jesús de la Divina Misericordia

Rezamos: Por las almas tibias

20:00 hs.: Santa Misa

Domingo 01 de Mayo

Fiesta en Honor a Jesús de la Divina Misericordia

19:00 hs. Procesión por Avda. Angelelli , Triunvirato, Martín de Alzaga, Álvarez Thomas.

20:00 hs.: Santa Misa

Oh Sangre y Agua, que brotaste del Corazón de Jesús como una fuente de Misericordia para nosotros, YO CONFIO EN TI”

VIERNES SANTO - ADORACIÓN DE LA CRUZ











Este, es el Día Santo, que por Amor a todo el género humano, el Cordero, abrazó la Cruz y nos amó hasta el extremo: Entregó su Vida para darnos Vida en Abundancia.
Recordemos que hoy, Viernes Santo, no se celebra la Santa Misa. La ceremonia de hoy, consta de tres partes: 1)- Celebración de la Liturgia
2)- Adoración de la Cruz
3)- Distribución de la Comunión, con las Hostias Consagradas que se reservaron en el Monumento desde ayer, Jueves Santo.

No hay canto de entrada, el sacerdote en silencio, revestido con la casulla de color rojo, se postra rostro en tierra.
El guía, invita a los fieles a ponerse de rodillas para acompañar al sacerdote.
Luego, el sacerdote se dirige al Atar, toma el misal y hace las oraciones.
En la celebración de la Liturgia, se lee la Pasión de Jesús, según San Juan.
Luego de la homilía, el sacerdote desciende del Altar, toma la Cruz, que está cubierta, y haciendo una procesión, expone la Santa Cruz para la adoración de los fieles.

¿Por qué adoramos la Cruz?

Cuando adoramos la Cruz, no adoramos al madero, sino a Jesús, que entregó su vida en esa cruz. Es la Cruz donde Jesús entregó su Vida por Amor a nosotros. La Cruz es el símbolo del cristiano, que recuerda el misterio de la pasión y muerte de Jesucristo.

Jesús nos dijo: quien quiera seguirme que cargue con su cruz y me siga. Él, no prometió que la vida del discípulo sería un camino de rosas y sin cruz. Por el contrario, nos pide que abracemos y amemos nuestra cruz.

Como el Cirineo, Jesús, nos llama a ser solidarios en el sufrimiento, ayudando a otros hermanos a cargar con su cruz. Además, nos dice: pidan que otros hermanos los ayuden a ustedes, para que la cruz sea más liviana.

La Comunión del Viernes Santo

El Viernes Santo no celebramos la Eucaristía. La comunión se realiza con las Hostias Consagradas en Jueves Santo y reservadas en el Monumento.

Terminada la adoración de la Cruz, los demás ministros revisten el altar con el mantel, los cirios, el corporal y el Misal.

Una vez puesto el copón con las Hostias consagradas sobre el altar, el sacerdote canta o reza la invitación al Padre Nuestro que es rezado o cantado por todos. No se da el signo de la paz y la comunión se desarrolla tal como está descrita en el Misal. Terminada la distribución de la comunión, el copón se lleva nuevamente a su reserva.

Terminada la celebración se despoja el altar, dejando la Cruz con cuatro candelabros en un lugar adecuado de la iglesia para que todos puedan adorarla, besarla y permanecer en oración y meditación delante de ella.

Los ejercicios de piedad

Entre estos ejercicios de piedad popular está: el Vía Crucis, que representa las diversas escenas y momentos de la Pasión y los recuerdos de los dolores de la Santísima Virgen María.

MONUMENTOS A JESÚS EN DISTINTAS IGLESIAS


Iglesia Catedral

Santuario de Ntra. Sra. De La Merced


Iglesia San Francisco


Iglesia Santo Domingo



Iglesia Cristo Rey

MONUMENTO A JESÚS EUCARISTÍA, EN LA VICARÍA

















Con la oración y el canto, acompañamos a Jesús, durante la noche del Jueves Santo.



¡Aquí estamos Señor, Velando y Orando!

jueves, 21 de abril de 2011

VISITA A LOS 7 MONUMENTOS - REFLEXIONES DE LA MADRE TERESA DE CALCUTA



En este recorrido se rememoran los siete juicios que afrontó Jesús, antes de ser condenado a muerte.

Iº - Jesús en el Huerto de Getsemaní
IIº- Jesús es atado y llevado a la casa de Anás
IIIº- Jesús llevado ante Caifás
IVº- Jesús llevado ante Poncio Pilato
Vº - Jesús llevado ante Herodes
VIº- Jesús es regresado con Pilato
VIIº - Jesús llevado a su Pasión



La Madre Teresa, propuso las siguientes reflexiones, para acompañar a Jesús en la noche en que fue “juguete de los hombres. Los monumentos, constituyen lugares distintos a los habituales en los que se reserva al Santísimo. Esta práctica de piedad busca dar gracias a Jesús por la institución de la Eucaristía y desagraviar los ultrajes que Él recibió. Cristo, hoy propone reflexiones propias.

Después de cada visita se reza: un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.

1- Oración de Jesús en el Huerto
El mundo va mal porque hay poco amor, y hay poco amor porque se ora poco. En la oración hay cosas que impiden elevar nuestra mente y corazón a Dios. Hay muchos obstáculos para orar, pero el más peligroso es el poco deseo que los corazones sienten de encontrarse con Jesús y contemplar el amor que nos tiene, porque el mundo actual relaciona el nombre de Dios con la venganza, el odio y la violencia (Cf. Deus Caritas est, introducción). La oración de Jesús en el huerto nos habla de que nada podemos enfrentar en nuestra vida sin la oración.

2- La traición de Judas
El que no ama a Dios no se ama a si mismo, el que no se ama a sí mismo no ama al prójimo. Judas idolatraba su yo, quería que el Mesías fuera a la medida de sus caprichos. Judas no conoció ni vivió el amor de su Maestro. Frente a Judas tenemos que ver nuestras crisis, que en el fondo es crisis de amor. Meditando sobre la figura del traidor nos olvidamos de que en Judas se había enfriado el amor a su Maestro; él tenía en su cabeza la satisfacción personal, la ambición de honores, el deseo de tener más dinero y poder.

3- El abandono de sus discípulos
En el huerto de Getsemaní se presentan la oración perseverante de Jusucristo y el abandono de la nuestra. Los Apóstoles abandonaron al Maestro en los momentos más difíciles porque sus corazones estaban llenos de sí mismos y vacíos de Dios por la falta de oración. Reflexionemos: ¿Señor, por qué te abandonaron tus discípulos?. Sencillamente porque no pudieron orar una hora contigo. ¿No habéis podido velar una hora contigo?. ¡Velad y orad, para no caer en tentación!.

4- Ante los tribunales religiosos
El Papa nos decía: “Hemos creído en el amor de Dios… (Cf. Deus Caritas est, Introducción). Anás, el Sumo Sacerdote, no entendió que el Hijo de Dios pudiera tomar nuestra naturaleza. Esa persona llamada Jesús iba contra los mezquinos intereses de los hombres que usan la religión para su provecho personal. Reflexionemos: Cuántas veces también nosotros condenamos a Jesús porque nos exige salir de nuestra comodidad, de nuestra religión hecha a nuestra manera. En este episodio estamos todos los cómodos que no queremos reconocer que ser cristianos no es portarse bien sino seguir a Jesús.

5- Mofas y burlas
La violencia religiosa también la sufrió Jesús. Los mismos miembros del Sanedrín se dedicaron a maltratarlo. ¡A lo que puede llegar el odio bajo el nombre de Dios!
Reflexionemos: ¡Cuántas veces en nombre de la religión se cometen tantas injusticias que claman al cielo! Es el momento de detenernos en la violencia de los fundamentalismos religiosos y pedirle a Jesús que su amor nos reconcilie.

6- La negación de Pedro

Pedro se enfrió en su amor porque no aceptó el misterio de la Cruz, y quien no entra en este misterio, tarde o temprano termina negando el amor.
Reflexionemos: La conversión de Pedro, quien lo había negado tres veces, se realiza con una mirada de amor. Con estos mismos ojos nos mira Jesús después de nuestras caídas. Ojalá podamos decirle sin miedo a la cruz: “Señor, Tú lo sabes todo, Tú sabes que te amo”.

7- Tratado como loco
Herodes, egoísta y sensual, no conocía el amor. Jesús ama al pecador pero no al impenitente, por eso ni una palabra frente a Herodes. Porque este tirano tenía su corazón endurecido, embriagado de poder y no cabía en él más que lo que satisfacía sus caprichos. En el fondo de sus burlas está el miedo y la debilidad.
Reflexionemos: Los santos fueron tratados como locos como Jesús porque supieron amar. Hoy, hay muchos que se ríen de ellos porque no conocen el amor sino el egoísmo.

Extraído de la publicación “Viva la Semana Santa con las reflexiones de la Madre de los Pobres”


¡FELIZ DÍA, PADRE CLAUDIO! ¡FELIZ DÍA, QUERIDOS SACERDOTES!








HAGAN ESTO EN MEMORIA MÍA”

Con estas palabras, Cristo concede a sus Apóstoles la potestad de hacer lo que Él acababa de realizar: convertir el pan y el vino en su Cuerpo y Sangre.
Lc 22, 19-20: Luego, tomó el pan, dio gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: “Esto es mi Cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía”. Después de la cena hizo lo mismo con la copa, diciendo: “Esta copa es la Nueva Alianza sellada con mi Sangre, que se derrama por ustedes”

Hermanos: En este Jueves Santo, en que conmemoramos la institución del sacerdocio realizada por Jesús, nos unamos en oración, implorando al Señor, por el aumento de las vocaciones sacerdotales, por nuestros sacerdotes, por su santificación.
Demos Gracias a Jesús, por el sacerdote que nos bautizó, por el que nos confesó, por el que nos dio por primera vez a Jesús Eucaristía, por los sacerotes ancianos y enfermos, por los jóvenes sacerdotes. Hoy y todos los días de nuestras vidas, oremos por todos nuestros sacerdotes.
Gracias Padre Claudio, por su tarea pastoral. Nuestra Comunidad renueva el compromiso de acompañarlo en la Misión encomendada por el Buen Pastor.
¡Lo Queremos Mucho: Comunidad “San Martín de Porres”!
¡Feliz Día a todos nuestros sacerdotes del mundo entero!



Oración de Santa Teresita, por la santificación de los sacerdotes



OH Jesús que has instituido el sacerdocio para continuar en la tierra la obra divina de salvar a las almas, protege a tus sacerdotes en el refugio de tu SAGRADO CORAZÓN. Guarda sin mancha sus MANOS CONSAGRADAS, que a diario tocan tu SAGRADO CUERPO, y conserva puros sus labios teñidos con tu PRECIOSA SANGRE. Haz que se preserven puros sus Corazones, marcados con el sello sublime del SACERDOCIO, y no permitas que el espíritu del mundo los contamine. Aumenta el número de tus apóstoles, y que tu Santo Amor los proteja de todo peligro. Bendice Sus trabajos y fatigas, y que como fruto de Su apostolado obtenga la salvación de muchas almas que sean su consuelo aquí en la tierra y su corona eterna en el Cielo. Amén

¡GRACIAS JESÚS, POR QUEDARTE CON NOSOTROS EN LA EUCARISTÍA!




El Jueves Santo celebramos:
- La Última Cena,
- El Lavatorio de los pies,
- La institución de la Eucaristía y del Orden Sacerdotal,
- La oración de Jesús en el Huerto de Getsemaní.



Misa Crismal

Ayer, por la tarde, todos los sacerdotes de la Diócesis de La Rioja, se reunieron en torno al altar de la Catedral, junto a nuestro Pastor, Monseñor Roberto Rodríguez, en una Misa solemne, donde bendijo los Santos Óleos que se usarán en los Sacramentos del Bautismo, Confirmación, Orden Sacerdotal y Unción de los Enfermos.



Lavatorio de los pies


En la Misa vesperina, nuestro sacerdote, -antes del ofertorio-, tomará una toalla y una bandeja con agua y lavará los pies de doce varones, recordando el mismo gesto de Jesús con sus apóstoles en la Última Cena.
Jesús nos enseña a servir con humildad y de corazón a los demás. Este es el mejor camino para seguir a Jesús y demostrar nuestra fe en Él. Jesús nos llama a vivir como servidores de nuestros hermanos.


La Institución de la Eucaristía


En esta noche santa, Cristo nos deja su Cuerpo y su Sangre, bajo las especies de pan y vino.
Antes de ser entregado, Jesús, se entrega como alimento.
Por el gran amor que nos tiene, se quedó con nosotros en la Eucaristía, para guiarnos en el camino de la salvación.
La Madre Teresa de Calcuta dijo: “Cristo se convirtió en el Pan de Vida porque comprendió la necesidad, el hambre que teníamos de Dios. Y nosotros debemos comer de este Pan y la bondad de su amor para poder compartirlo”.
“La Eucaristía es el signo más tangible del amor de Dios por el hombre, ya que renueva permanentemente su sacrificio por amor a nosotros. Y es la Misa, nuestra oración diaria, el lugar donde nos ofrecemos con y por Cristo para ser distribuidos entre los más pobres”.
“La Eucaristía es el misterio de nuestra unión profunda con Cristo”.



La noche en el huerto de los Olivos


¿Qué sentía Jesús en el huerto de los Olivos?.

Jesús sintió miedo, angustia ante la muerte, tristeza por ser traicionado, soledad. Pero, sabía que debía cumplir la Voluntad de su Padre. ¡Padre, que se haga tu Voluntad y no la mía!.
Las virtudes que nos enseña Jesús este día, entre otras, son la obediencia, la generosidad y la humildad.


Los monumentos y la visita de las siete iglesias


Esta noche, la misa no termina con la bendición final, el sacerdote, traslada el Santisimo al monumento, especialmente preparado para su adoración.
El altar se despoja de los manteles y permanece así también durante el Viernes Santo, y no vuelve a celebrarse la Eucaristía hasta la Solemne Vigilia Pascual.
La Reserva Eucarística nos lleva a permanecer en adoración y, Jesús Eucaristía, es conservardo para la comunión del Viernes Santo, -único día que en el mundo entero-, no se celebra la Santa Misa.
Se acostumbra hacer un monumento para resaltar la Eucaristía y exponerla de una manera solemne para la adoración de los fieles.
La Iglesia pide dedicar un momento de adoración y de agradecimiento a Jesús, acompañarlo en la oración del huerto. Es por esta razón que las Iglesias preparan sus monumentos, en este día.
Esta práctica de piedad, buscar dar gracias a Jesús por la institución de la Eucaristía y desagraviar los ultrajes que El recibió. Simboliza el ir y venir de Jesús en la noche de la traición.