viernes, 31 de mayo de 2013

María es ejemplo de escucha, decisión y acción - Papa Francisco



VATICANO, 31 May. 13 / 03:30 pm (ACI/EWTN Noticias).- El Papa Francisco presidió este viernes el rezo multitudinario del Santo Rosario ante una Plaza de San Pedro llena de fieles, y donde afirmó que María es ejemplo de escucha, decisión y acción, palabras que sintetizan la actitud que deben tener los cristianos “frente a lo que nos pide el Señor en la vida”.

“Esta tarde hemos rezado juntos el Santo Rosario; hemos recorrido algunos acontecimientos del camino de Jesús, de nuestra salvación y lo hemos hecho con aquella que es nuestra Madre, María. Aquella que con mano segura nos conduce a su Hijo Jesús”, expresó el Papa al culminar la oración mariana.

Francisco, que recordó que hoy viernes la Iglesia celebra la fiesta de la Visitación de la Virgen a su prima Isabel, destacó la actitud de María que escucha atentamente lo que Dios le pide. “No es el modo distraído con el cual nosotros nos ponemos delante del Señor o ante los otros: oímos las palabras, pero no escuchamos realmente. María está atenta a Dios, escucha a Dios”.

Esta actitud, dijo, la traslada a los hechos de la vida cotidiana. “Está atenta a la realidad concreta y no se para en la superficie, sino que va a lo profundo, para captar el significado. La pariente Isabel, que es ya anciana, espera un hijo: éste es el hecho. Pero María está atenta al significado, lo sabe comprender: ‘porque no hay nada imposible para Dios”.

Francisco dijo que los hombres también deben estar atentos a la realidad concreta y aprender a escuchar lo que Dios les dice, “porque el Señor está en la puerta de nuestra vida y golpea en muchos modos, pone señales en nuestro camino; está en nosotros la capacidad de verlos”.

En su meditación, el Santo Padre señaló que María también afronta los hechos de la vida con “decisión”. “María no vive ‘de prisa’, con preocupación, sino, como subraya san Lucas, ‘María conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón’”.

“En el momento decisivo de la anunciación del ángel, Ella pregunta: ‘¿Cómo sucederá esto?’. Pero no se detiene ni siquiera en el momento de la reflexión; da un paso adelante: decide. No vive de prisa, sino sólo cuando es necesario ‘va sin demora’. María no se deja llevar por los acontecimientos, no evita la fatiga de la decisión (...) María dijo entonces: ‘Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho’”, señaló.

“En la vida es difícil tomar decisiones, a menudo tendemos a posponerlas, a dejar que otros decidan en nuestro lugar (...), pero no tenemos el coraje o nos parece demasiado difícil porque quiere decir ir contracorriente. María en la anunciación, en la Visitación, en las bodas de Caná va contracorriente”, afirmó.

Francisco también dijo que María es ejemplo de acción. “En la oración, delante de Dios que habla, en reflexionar y meditar sobre los hechos de su vida, María no tiene prisa, no se deja tomar por el momento, no se deja arrastrar por los acontecimientos. Pero cuando tiene claro qué cosa Dios le pide, lo que tiene que hacer, no tarda, no retarda, sino que va ‘sin demora’”.

Finalmente, antes de culminar, el Santo Padre elevó una plegaria para pedir a María que abra “nuestros oídos; haz que sepamos escuchar la Palabra de tu Hijo Jesús entre las mil palabras de este mundo”; para que ilumine “nuestra mente y nuestro corazón” y “sepamos obedecer (...) sin titubeos”. “María, mujer de la acción, haz que nuestras manos y nuestros pies se muevan ‘sin demora’ hacia los otros, para llevar la caridad y el amor de tu Hijo Jesús, para llevar, como tú, en el mundo la luz del Evangelio. Amén”, culminó.

Meditación del Papa al culminar el rezo del Santo Rosario



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Hoy celebramos la fiesta de la Visitación de la Beata Virgen María a la pariente Isabel. Querría meditar con ustedes este misterio que muestra como María afronta el camino de su vida, con gran realismo, humanidad, concreción. Tres palabras sintetizan la actitud de María: escucha, decisión, acción; palabras que indican un camino también para nosotros frente a lo que nos pide el Señor en la vida. 

1.-Escucha. ¿De dónde nace el gesto de María de ir a su pariente Isabel? De una palabra del ángel de Dios: "También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez"… (Lc. 1,36). María sabe escuchar Dios. Atención: no es un simple "oír" superficial, sino es “la escucha”, acto de atención, de acogida, de disponibilidad hacia Dios. No es el modo distraído con el cual nosotros nos ponemos delante del Señor o ante los otros: oímos las palabras, pero no escuchamos realmente. María está atenta a Dios, escucha a Dios. 

Pero María escucha también los hechos, es decir lee los acontecimientos de su vida, está atenta a la realidad concreta y no se para en la superficie, sino que va a lo profundo, para captar el significado. La pariente Isabel, que es ya anciana, espera un hijo: éste es el hecho. Pero María está atenta al significado, lo sabe comprender: "porque no hay nada imposible para Dios"(Lc. 1,37). 

Esto también vale en nuestra vida: escucha de Dios que nos habla, y también escucha de la realidad cotidiana, atención a las personas, a los hechos, porque el Señor está en la puerta de nuestra vida y golpea en muchos modos, pone señales en nuestro camino; está en nosotros la capacidad de verlos. María es la madre de la escucha, escucha atenta de Dios y escucha también atenta de los acontecimientos de la vida. 

2. Decisión. María no vive "de prisa", con preocupación, sino, como subraya san Lucas, " María conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón" (cfr. Lc 2,19.51). Y también en el momento decisivo de la anunciación del ángel, Ella pregunta: “¿Cómo sucederá esto?” (Lc 1,34). Pero no se detiene ni siquiera en el momento de la reflexión; da un paso adelante: decide. No vive de prisa, sino sólo cuando es necesario "va sin demora". María no se deja llevar por los acontecimientos, no evita la fatiga de la decisión. Y esto sucede sea en la elección fundamental que cambiará su vida: María dijo entonces: “Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho” (Cfr. Lc 1,38), sea en las decisiones más cotidianas, pero ricas también ellas de sentido. 

Me viene a la mente el episodio de la bodas de Caná (cfr. Jn 2,1-11): aquí también se ve el realismo, la humanidad, lo concreto de María, que está atenta a los hechos, a los problemas; ve y comprende la dificultad de aquellos dos jóvenes esposos a los que falta el vino de la fiesta, reflexiona y sabe que Jesús puede hacer algo, y decide dirigirse al Hijo para que intervenga: "Ya no tienen vino" (cfr. v. 3). 

En la vida es difícil tomar decisiones, a menudo tendemos a posponerlas, a dejar que otros decidan en nuestro lugar, a menudo preferimos dejarnos arrastrar por los acontecimientos, seguir la moda del momento; a veces sabemos lo que tenemos que hacer, pero no tenemos el coraje o nos parece demasiado difícil porque quiere decir ir contracorriente. María en la anunciación, en la Visitación, en las bodas de Caná va contracorriente; se pone a la escucha de Dios, reflexiona y busca comprender la realidad, y decide confiarse totalmente a Dios, decide visitar, aun estando embarazada, a la anciana pariente; decide confiarse al Hijo con insistencia, para salvar la alegría de la boda. 

3. Acción. María salió de viaje y “fue sin demora”(cfr Lc 1,39). El domingo pasado subrayé este modo de hacer de María: a pesar de las dificultades, las críticas que habrá recibido por su decisión de partir, no se detuvo delante de nada. Y aquí parte "sin demora". En la oración, delante de Dios que habla, en reflexionar y meditar sobre los hechos de su vida, María no tiene prisa, no se deja tomar por el momento, no se deja arrastrar por los acontecimientos. Pero cuando tiene claro qué cosa Dios le pide, lo que tiene que hacer, no tarda, no retarda, sino que va "sin demora". San Ambrosio comenta: "la gracia del Espíritu Santo no comporta lentitudes" (Expos. Evang. sec. Lucam, II, 19: PL 15,1560). El actuar de María es una consecuencia de su obediencia a las palabras del ángel, pero unida a la caridad: va a Isabel para hacerse útil; y en este salir de su casa, de sí misma, por amor, lleva cuanto tiene de más precioso: Jesús; lleva a su Hijo. 

A veces, también nosotros nos paramos a escuchar, a reflexionar sobre lo que deberíamos hacer, quizás también tenemos clara la decisión que tenemos que tomar, pero no pasamos a la acción. Y sobre todo no nos ponemos en juego a nosotros mismos moviéndonos "sin demora" hacia los otros para llevarles nuestra ayuda, nuestra comprensión, nuestra caridad; para también llevar nosotros como María, lo que tenemos de más precioso y que hemos recibido, Jesús y su Evangelio, con la palabra y sobre todo con el testimonio concreto de nuestro actuar. 

Escucha, decisión, acción. 

María, mujer de la escucha, abre nuestros oídos; haz que sepamos escuchar la Palabra de tu Hijo Jesús entre las mil palabras de este mundo; haz que sepamos escuchar la realidad en la que vivimos, cada persona que encontramos, especialmente aquella que es pobre, necesitada, en dificultad. 

María, mujer de la decisión, ilumina nuestra mente y nuestro corazón, para que sepamos obedecer a la Palabra de tu Hijo Jesús, sin titubeos; dónanos el coraje de la decisión, de no dejarnos arrastrar para que otros orienten nuestra vida. 

María, mujer de la acción, haz que nuestras manos y nuestros pies se muevan "sin demora" hacia los otros, para llevar la caridad y el amor de tu Hijo Jesús, para llevar, como tú, en el mundo la luz del Evangelio. Amén>>. 

(Traducción del italiano: Griselda Mutual, Radio Vaticano)





"No se puede anunciar a Jesús con cara de funeral"- Homilía del Papa Francisco (31/05/13)



El Espíritu Santo es “el autor” del gozo cristiano, y para anunciar el Evangelio es necesario llevar en el corazón el gozo que dona el Espíritu de Dios. Lo dijo el Papa Francisco en la Misa de la mañana del viernes celebrada en la Casa de Santa Marta. Concelebraron con el Papa el cardenal Jozef Tomko; el arzobispo de Faridabad-Delhi, Kuriakose Bharanikulangara; y el de Belo Horizonte, Walmor Oliveira de Azevedo. Entre los participantes en la Misa se encontraba un grupo de empleados de los Servicios económicos del Vaticano. 

No se puede anunciar a Jesús “con cara de funeral”. El Obispo de Roma trazó una línea de demarcación con respecto a una cierta manera de entender la vida cristiana, signado por la tristeza. El Papa hizo esta reflexión basándose en las dos lecturas de hoy. La primera, del profeta Sofonías, reporta la exclamación “¡Alégrate! ¡Grita de gozo, el Señor está en medio de ti!”. La segunda, tomada del Evangelio, cuenta de Isabel y del hijo que “exulta de gozo” en el seno al oír las palabras de María –de quien el Papa, como el pasado domingo, subrayó una vez más la “prisa” con la que se encaminó en ayuda de su prima-. Por lo tanto, observó el Santo Padre, “es todo gozo, el gozo que es fiesta”. Si bien, prosiguió, “nosotros cristianos no estamos tan acostumbrados a hablar de gozo, de alegría”, “creo que muchas veces nos gusta más lamentarnos”. Y en cambio, quien “nos da el gozo es el Espíritu Santo”:

“Es justamente el Espíritu quien nos guía: Él es el autor de la alegría, el Creador del gozo. Y este gozo en el Espíritu nos da la verdadera libertad cristiana. Sin gozo, nosotros cristianos no podemos llegar a ser libres, nos convertimos en esclavos de nuestras tristezas. El gran Pablo VI decía que no se puede llevar hacia delante el Evangelio con cristianos tristes, desalentados, desanimados. No se puede. Esta actitud un poco fúnebre, ¿eh? Muchas veces los cristianos tienen más la cara de ir a un funeral que de ir a alabar a Dios, ¿no? Y de esta alegría viene la alabanza, esta alabanza de María, esta alabanza que menciona Sofonías, esta alabanza de Simeón, de Ana, ¡la alabanza de Dios!”.

Y ¿cómo se alaba a Dios? Se alaba saliendo de uno mismo, “gratuitamente, como es gratuita la gracia que Él nos da”, explicó el Papa, que invitó a un examen de conciencia sobre las formas de rezar a Dios: “Tú, que estás aquí en Misa, ¿alabas a Dios o sólo pides y agradeces a Dios?. Esta es una cosa nueva, nueva en nuestra vida espiritual. Alabar a Dios, salir de nosotros mismos para alabar, dedicar tiempo a la alabanza. ‘Esta misa, ¡que larga se me ha hecho!’. La Misa se te hará larga si tu no alabas a Dios, no conoces aquella gratuidad de dedicar el tiempo a alabar a Dios. Pero si tú vas con esta actitud de la alegría, de la alabanza a Dios, ¡eso es lo bello! La eternidad será eso: ¡Alabar a Dios! Y eso no será aburrido, ¡será bellísimo! Esta alegría nos hace libres”. 

El modelo de esta alabanza, y de este gozo, es una vez más la Madre de Jesús. “La Iglesia – recordó Papa Francisco – la llama “causa de nuestra alegría”, Causa Nostrae Letitiae. ¿Por qué? Porque trae el gozo más grande, que es Jesús”: “Tenemos que rezar a la Virgen, porque trayendo a Jesús nos da la gracia de la alegría, de la libertad del gozo. Nos da la gracia de alabar, de alabar con una oración de alabanza gratuita, de alabanza, porque Él es siempre digno de alabanza. Rezar a la Virgen y decirle, como dice la Iglesia: Ven, Precelsa Domina, Maria, tu nos visitas, Señora, tú que eres tan grande, ¡visítanos y dónanos el gozo!”. (MZ, RC-RV)

La Visitación de la Virgen María


Luego que María Santísima, iluminada por el Espíritu Santo visita a su prima Isabel que estaba embarazada, para llevarle las gracias y bendiciones del Hijo de Dios que se había encarnado en Ella.
San Ambrosio dice que fue María la que se adelantó a saludar a Isabel puesto que es la Virgen María la que siempre se adelanta a dar demostraciones de cariño a quienes ama.
María recibió el mensaje más importante que Dios ha enviado a la tierra: el de la Encarnación del Redentor en el mundo, y en seguida se fue a prestar servicios humildes a su prima Isabel. No fue como reina y señora sino como sierva humilde y fraterna, siempre dispuesta a atender a todos que la necesitan.
Esta fue la primera misión de María, ya que ella fue a llevar a Jesús a que bendijera a otros, obra de amor que sigue realizando a cada día.


Tercer Día de Novena, al "Sagrado Corazón de Jesús"


Hermanos: reunidos en este tercer día de novena en honor al Sagrado Corazón de Jesús, le pidamos  que podamos ver en Él las riquezas que nos ofrece a todo aquel que invoque su Santo nombre. Ofreciendo para los hombres la salvación del Padre hecha realidad. Dispongamos nuestros corazones y nuestra mente a escuchar su mensaje.

Meditamos hoy:

“EL CORAZÓN DE JESÚS, RICO PARA TODOS LO QUE LO INVOCAN”

Oración inicial

Señor nuestro Jesucristo, que dijiste “Pidan y recibirán, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá”, te suplicamos, nos concedas un gran amor a tu Divino Corazón para que con toda el alma agradarte con nuestras palabras y obras. Haz Señor que siempre te reconozcamos como Camino, Verdad y Vida.     AMÉN.

Lectura de la Carta del apóstol San Pablo a los romanos (10,8-13)

Cerca de ti está la palabra: en tu boca y en tu corazón… Es decir la palabra de la fe que nosotros proclamamos. Porque si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón  que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvado. Pues con el corazón se cree para conseguir la justicia  y con la boca  se confiesa para conseguir la salvación. Porque dice la Escritura: “Todo el que crea en Él no será confundido”. No hay distinción entre judío y griego, pues uno mismo es el Señor de todos, todo el que invoque el nombre del Señor será salvado.

Palabra de Dios. Te alabamos Señor.

*** BREVE SILENCIO PARA MEDITAR ***

A cada intención respondemos:   

               “CORAZÓN DE JESÚS, A TI RECURRO”

- En mis alegría y tristezas…
- En mis negocios y empresas…
- En mis prosperidades  y adversidades…
- En las necesidades de mi familia…
- En las tentaciones del demonio…
- En las instigaciones de mis propias pasiones…
- En las persecuciones de mis enemigos…
- En las murmuraciones y calumnias…
- En mis enfermedades y dolores…
- En mis defectos y pecados…
- En la santificación y salvación de mi alma…
- Siempre y en toda ocasión…
- En la vida y en la muerte…
- En tiempo y eternidad…

PADRE NUESTRO  -  AVE MARÍA   -  GLORIA

Oración final

Corazón de Jesús por el Corazón de tu Santísima Madre  te pido que no desfallezca nunca mi confianza en vos  a pesar de todas las contrariedades y enseñanzas que quieras enviarme, para que habiendo sido consuelo en mi vida, seas mi refugio en la hora de mi muerte y mi gloria para toda la eternidad. AMÉN.

SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS. EN VOS CONFÍO.
DULCE CORAZÓN DE MARÍA. SED LA SALVACIÓN DEL ALMA MÍA.


En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN.

jueves, 30 de mayo de 2013

"Soy Donante y se lo digo al Mundo! - Día Nacional de la Donación de Órganos y Tejidos


El 30 de mayo se celebra en Argentina el Día Nacional de la Donación de Órganos y Tejidos. Este año festejamos invitando a la ciudadanía a expresar su voluntad sobre la donación a través de nuestra página Web. Además convocamos a los usuarios de las redes sociales a participar de la campaña "Soy Donante" que permitirá compartir información y multiplicar el mensaje.



La fecha del 30 de mayo se propuso por el nacimiento del hijo de la primera paciente que dio a luz después de haber recibido un trasplante hepático en un hospital público, lo que representa la posibilidad de vivir y dar vida después de un trasplante. 


La concreción del trasplante es posible gracias a la participación de la sociedad representada en el acto de donar, a los organismos provinciales de procuración pertenecientes al sistema sanitario argentino y a la intervención de los establecimientos hospitalarios.





Asumamos el compromiso de concientizar sobre la DONACIÓN DE ÓRGANOS y TEJIDOS, que sin lugar a dudas expresa el AMOR POR LA VIDA, y por cada hermano.

Oremos cada día a Dios, para que más hermanos que se sumen a la DONACIÓN y oremos también por todos los hermanos que se encuentran la lista de espera, rogando al Señor, por el órgano que salvará sus vidas.





Correo Electrónico

cucailarioja@hotmail.com



www.hospitalverabarros.org.ar

Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo: "Seguimiento, comunión, compartir" - Papa Francisco


(RV) En la Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, el Santo Padre Francisco celebró la Santa Misa en el atrio de la Basílica de San Juan de Letrán y presidió la procesión Eucarística que, recorriendo vía Merulana, culminó en la cercana Basílica de Santa María la Mayor.
En su homilía, el Obispo de Roma, dirigiéndose a los numerosos fieles presentes comenzó destacando que en el Evangelio según San Lucas, que acababan de escuchar, hay una expresión de Jesús que siempre le llama la atención: “Denles ustedes de comer”. (Lc 9, 13). 
Partiendo de esta frase, el Pontífice se dejó guiar por tres palabras, a saber: seguimiento, comunión y participación.
El Papa Francisco invitó a preguntarnos esta noche, adorando a Cristo presente realmente en la Eucaristía: ¿me dejo transformar por Él? ¿Dejo que el Señor se done a mí, me guíe a salir cada vez más de mi pequeño recinto y no tener miedo de donar, de compartir, de amarlo a Él y a los demás?
Seguimiento, comunión, participación – concluyó diciendo en su homilía –. Oremos para que la participación en la Eucaristía nos provoque siempre: a seguir al Señor cada día, a ser instrumentos de comunión, a compartir con Él y con nuestro prójimo lo que somos. Entonces – dijo el Papa Francisco – nuestra existencia será verdaderamente fecunda. (MFB - RV).

Texto completo de la homilía del Santo Padre Francisco en la Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo 

Queridos hermanos y hermanas:
En el Evangelio que hemos escuchado hay una expresión de Jesús que me sorprende siempre: “Denles ustedes de comer” (Lc 9,13). Partiendo de esta frase, me dejo guiar por tres palabras: seguimiento, comunión, compartir.
1.- Ante todo: ¿quiénes son aquellos a los que dar de comer? La respuesta la encontramos al inicio del pasaje evangélico: es la muchedumbre, la multitud. Jesús está en medio a la gente, la recibe, le habla, la sana, le muestra la misericordia de Dios; en medio a ella elige a los Doce Apóstoles para permanecer con Él y sumergirse como Él en las situaciones concretas del mundo. Y la gente lo sigue, lo escucha, porque Jesús habla y actúa de una manera nueva, con la autoridad de quien es auténtico y coherente, de quien habla y actúa con verdad, de quien dona la esperanza que viene de Dios, de quien es revelación del Rostro de un Dios que es amor. Y la gente, con gozo, bendice al Señor.
Esta tarde nosotros somos la multitud del Evangelio, también nosotros intentamos seguir a Jesús para escucharlo, para entrar en comunión con Él en la Eucaristía, para acompañarlo y para que nos acompañe. Preguntémonos: ¿cómo sigo a Jesús? Jesús habla en silencio en el Misterio de la Eucaristía y cada vez nos recuerda que seguirlo quiere decir salir de nosotros mismos y hacer de nuestra vida no una posesión nuestra, sino un don a Él y a los demás. 
2.- Demos un paso adelante: ¿de dónde nace la invitación que Jesús hace a los discípulos de saciar ellos mismos el hambre de la multitud? Nace de dos elementos: sobre todo de la multitud que, siguiendo a Jesús, se encuentra en un lugar solitario, lejos de los lugares habitados, mientras cae la tarde, y luego por la preocupación de los discípulos que piden a Jesús despedir a la gente para que vaya a los pueblos y caseríos a buscar alojamiento y comida (cfr. Lc 9, 12). Frente a la necesidad de la multitud, ésta es la solución de los apóstoles: que cada uno piense en sí mismo: ¡despedir a la gente! ¡Cuántas veces nosotros cristianos tenemos esta tentación! No nos hacemos cargo de la necesidad de los otros, despidiéndolos con un piadoso: “¡Que Dios te ayude!”. Pero la solución de Jesús va hacia otra dirección, una dirección que sorprende a los discípulos: “denles ustedes de comer”. Pero ¿cómo es posible que seamos nosotros los que demos de comer a una multitud? “No tenemos más que cinco panes y dos pescados; a no ser que vayamos nosotros mismos a comprar víveres para toda esta gente”. Pero Jesús no se desanima: pide a los discípulos hacer sentar a la gente en comunidades de cincuenta personas, eleva su mirada hacia el cielo, pronuncia la bendición parte los panes y los da a los discípulos para que los distribuyan. Es un momento de profunda comunión: la multitud alimentada con la palabra del Señor, es ahora nutrida con su pan de vida. Y todos se saciaron, escribe el Evangelista.
Esta tarde también nosotros estamos en torno a la mesa del Señor, a la mesa del Sacrificio eucarístico, en el que Él nos dona su cuerpo una vez más, hace presente el único sacrificio de la Cruz. Es en la escucha de su Palabra, en el nutrirse de su Cuerpo y de su Sangre, que Él nos hace pasar del ser multitud a ser comunidad, del anonimato a la comunión. La Eucaristía es el Sacramento de la comunión, que nos hace salir del individualismo para vivir juntos el seguimiento, la fe en Él. Entonces tendremos todos que preguntarnos ante el Señor: ¿cómo vivo la Eucaristía? ¿La vivo en forma anónima o como momento de verdadera comunión con el Señor, pero también con tantos hermanos y hermanas que comparten esta misma mesa? ¿Cómo son nuestras celebraciones eucarísticas?
3.- Un último elemento: ¿de dónde nace la multiplicación de los panes? La respuesta se encuentra en la invitación de Jesús a los discípulos “Denles ustedes”, “dar”, compartir. ¿Qué cosa comparten los discípulos? Lo poco que tienen: cinco panes y dos peces. Pero son justamente esos panes y esos peces que en las manos del Señor sacian el hambre de toda la gente. Y son justamente los discípulos desorientados ante la incapacidad de sus posibilidades, ante la pobreza de lo que pueden ofrecer, los que hacen sentar a la muchedumbre y distribuyen - confiándose en la palabra de Jesús - los panes y los peces que sacian el hambre de la multitud. Y esto nos indica que en la Iglesia pero también en la sociedad existe una palabra clave a la que no tenemos que tener miedo: “solidaridad”, o sea saber `poner a disposición de Dios aquello que tenemos, nuestras humildes capacidades, porque solo en el compartir, en el donarse, nuestra vida será fecunda, dará frutos. Solidaridad: ¡una palabra mal vista por el espíritu mundano!
Esta tarde, una vez más, el Señor distribuye para nosotros el pan que es su cuerpo, se hace don. Y también nosotros experimentamos la “solidaridad de Dios” con el hombre, una solidaridad que no se acaba jamás, una solidaridad que nunca termina de sorprendernos: Dios se hace cercano a nosotros, en el sacrificio de la Cruz se abaja entrando en la oscuridad de la muerte para darnos su vida, que vence el mal, el egoísmo, la muerte. También esta tarde Jesús se dona a nosotros en la Eucaristía, comparte nuestro mismo camino, es más se hace alimento, el verdadero alimento que sostiene nuestra vida en los momentos en los que el camino se hace duro, los obstáculos frenan nuestros pasos. Y en la Eucaristía el Señor nos hace recorrer su camino, aquel del servicio, del compartir, del donarse, y lo poco que tenemos, lo poco que somos, si es compartido, se convierte en riqueza, porque es la potencia de Dios, que es la potencia del amor que desciende sobre nuestra pobreza para transformarla.
Esta tarde entonces preguntémonos, adorando a Cristo presente realmente en la Eucaristía: ¿me dejo transformar por Él? ¿Dejo que el Señor que se dona a mí, me guíe para salir cada vez más de mi pequeño espacio y no tener miedo de donar, de compartir, de amarlo a Él y a los demás?
Seguimiento, comunión, compartir. Oremos para que la participación a la Eucaristía nos provoque siempre: a seguir al Señor cada día, a ser instrumentos de comunión, a compartir con Él y con nuestro prójimo aquello que somos. Entonces nuestra existencia será verdaderamente fecunda. Amen. 

Intenciones del Papa Francisco para el mes de Junio


VATICANO, 29 May. 13 / 09:59 am (ACI/EWTN Noticias).- El Vatican Information Service (VIS) dio a conocer hoy que en las intenciones del Papa Francisco para el mes de junio están la cultura del diálogo y la Nueva Evangelización.

La intención general del apostolado de la oración del Papa es:
 "Que prevalezca entre los pueblos una cultura de diálogo, escucha y respeto mutuo".

Su intención misionera es: 
"Que allí donde más se nota la influencia de la secularización, las comunidades cristianas puedan promover con eficacia una nueva evangelización".

La espiritualidad del Voluntario de Cáritas

Entrega de la Cena de Navidad/2012

El voluntario, motivado por un llamado personal en su corazón y en su conciencia, ofrece su solidaridad desde una entrega gratuita y fraterna a los demás, especialmente hacia quienes más sufren. Cada día, los voluntarios encuentran en sus comunidades muchas realidades dolorosas y difíciles, que se transforman en desafío a la hora de vivir esta vocación de servicio.
Ser voluntario no es una manera de hacer sino de vivir. No es dar sino darse a sí mismo, ofrecer su tiempo, sus capacidades, su esfuerzo, invitando a la sociedad, desde su propio testimonio personal, a tomar mayor conciencia sobre la necesidad de trabajar juntos por el bien común.

Entrega de la Cena de Navidad/2012

¿Cómo ser voluntario en Cáritas?

Sumarse a la misión institucional y comprometerse con Cáritas lleva tiempo, trabajo, oración y colaboración de todos quienes comparten el mismo camino.

Ya sea que uno se acerque espontáneamente o en respuesta a una invitación particular, ser voluntario significa un compromiso grande con la acción y con la reflexión, que busca transformar las tareas cotidianas en momentos privilegiados de conocimiento interior, tanto a nivel personal como comunitario.

Aquellos que deseen sumarse como voluntarios de Cáritas, pueden dirigirse a su parroquia más cercana para conocer la tarea que allí se realiza y poner al servicio del grupo de trabajo el don o talento personal que se pueda ofrecer para acompañar a quienes más lo necesitan.

Entrega de la Cena de Navidad/2011



Si quieres sumarte a Cáritas "San Martín de Porres", puedes venir todos los días domingos a las 20:00 hs., a la Vicaría, sita en Av. Enrique Angelelli esquina Azcuénaga, Barrio Parque Sur. 

También puedes enviarnos un mail al correo electrónico: caritassanmartindeporres@gmail.com o un mensaje en el facebook de nuestra vicaría: http://www.facebook.com/vicariasanmartin.deporres


                                               Te esperamos! Jesús, te necesita!



Segundo Día de la Novena al "Sagrado Corazón de Jesús"


Queridos hermanos: reunidos en este segundo día de novena al Sagrado Corazón de Jesús oremos al Padre para que por medio del Corazón de su Hijo Jesucristo, dé consuelo y misericordia a todos los hombres que viven agobiados por el sufrimiento.

Meditamos hoy:

“EL CORAZÓN DE JESÚS PACIENTE Y MISERICORDIOSO”

ORACIÓN INICIAL

Aquí estoy Jesús delante de Ti y  consciente  de mi condición de pecador. Te adoro y te admiro porque  has amado tanto  la humanidad hasta el extremo  de entregarte por  todos nosotros. Creo en tu amor infinito  y te doy gracias por los valiosos dones que has concedido a la humanidad, especialmente por el Evangelio, la Eucaristía, la Iglesia, el sacerdocio, la vida consagrada, a María Santísima como Madre y a Tu misma vida por nosotros.
Dulce Corazón de Jesús, haz que arda y siempre crezca en mi Tu amor.   AMÉN.  

Lectura del Evangelio: Éxodo (34, 4-7.8-9)

Labró Moisés dos tablas de piedra, subió al monte Sinaí como le había mandado Yahvé.   Moisés invocó el nombre de Dios y exclamó: “Yahvé,  Yahvé, Dios misericordioso y clemente, tardo a la cólera y rico en amor y  fidelidad, que mantiene su amor , que perdona las iniquidades, la rebeldía y el pecado… perdona este pueblo que castigaste hasta la tercera y cuarta generación…”. Al instante Moisés cayó en tierra y se postró suplicando: “He hallado gracias a tus ojos, oh Señor perdona nuestras iniquidades y pecado, recíbenos como herencia tuya”. Yahvé descendió en forma de nube y se allí junto a él.
Palabra de Dios. Te alabamos Señor.      

*** BREVE SILENCIO PARA MEDITAR ***

A cada invocación respondemos…     ¡TEN MISERICORDIA SEÑOR!

- Por todos los que sufren, para que el Corazón de Cristo, que tuvo la experiencia del dolor, les muestre su compasión y su amor. Oremos.

- Para que Cristo mantenga su fortaleza y les impida dejarse arrastrar por la tristeza y el desaliento. Oremos.

- Para que la cruz de Jesucristo inspire a los oprimidos por el dolor la firme convicción del valor  de todo sufrimiento  bien recibido. Oremos.

- Para que Cristo nos enseñe a ennoblecernos por el sacrificio, caminando por la vía del amor. Oremos.

- Para que todos nosotros, sepamos ofrecer nuestros dolores uniéndolos  a la ofrenda redentora de Cristo, reparando así su Corazón herido por nuestros pecados. Oremos.

PADRE NUESTRO   - AVE MARÍA   -   GLORIA.

Oración final

Mueve Señor, los corazones de tus hijos, para que correspondiendo generosamente a tu Gracia, reciban con abundancia la ayuda de tu bondad y misericordia. AMÉN.

Sagrado Corazón de Jesús…        En Vos confío.
Dulce Corazón  de María…           Sed la salvación del alma mía.


En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN. 

miércoles, 29 de mayo de 2013

Audiencia General: "La Iglesia es una convocación de Dios para ser parte de su familia" - Papa Francisco


El misterio de la Iglesia será el tema del nuevo ciclo de catequesis del Papa Francisco durante la audiencia general de los miércoles.”Un misterio - ha dicho- que todos vivimos y del que formamos parte”. El Papa, que abordará este argumento a la luz de los textos del Concilio Vaticano II, ha elegido hoy hablar de la Iglesia como familia de Dios, partiendo de la parábola del hijo pródigo que ilustra cual es el proyecto de Dios para la humanidad.
 
Esta mañana, el Papa Francisco entró bajo la lluvia, sin paraguas y en coche abierto, en la Plaza de San Pedro para saludar a los miles de peregrinos que lo esperaban con el fin de asistir a su catequesis de la audiencia general. Estas fueron las palabras del Papa:

"Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días! El miércoles pasado señalé el profundo vínculo entre el Espíritu Santo y la Iglesia. Hoy quisiera empezar una serie de catequesis sobre el misterio de la Iglesia, un misterio que todos vivimos y del que formamos parte. Me gustaría hacerlo con expresiones presentes en los textos del Concilio Ecuménico Vaticano II. 
Hoy empiezo por la primera: la Iglesia como familia de Dios. En estos meses, más de una vez he hecho referencia a la parábola del hijo pródigo, o mejor dicho, del padre misericordioso (cf. Lc 15,11-32). El hijo más joven sale de la casa de su padre, dilapida todo y decide volver porque se da cuenta de que cometió un error, pero ya no se considera digno de ser hijo y piensa poder ser recibido de nuevo como un siervo. El padre, en cambio, corre a su encuentro, lo abraza, le devuelve su dignidad de hijo y celebra su regreso. Esta parábola, como otras en el Evangelio, muestra bien el diseño de Dios para la humanidad. 
¿Cuál es este proyecto de Dios? Es hacer de todos nosotros una única familia de sus hijos, en los que cada uno se sienta cerca y se sienta amado por Él, como en la parábola del Evangelio, sienta el calor de ser la familia de Dios. En este gran proyecto encuentra su origen la Iglesia, que no es una organización fundada por un acuerdo de algunas personas, sino -como nos ha recordado tantas veces el Papa Benedicto XVI- es obra de Dios, nace precisamente de este plan de amor que se desarrolla progresivamente en la historia. La Iglesia nace de la voluntad de Dios de llamar a todos los hombres a la comunión con Él, a su amistad, es más, a participar como sus hijos en su misma vida divina. 
La misma palabra "Iglesia", del griego “ekklesia”, significa "convocación": Dios nos convoca, nos invita a salir del individualismo, de la tendencia a encerrarse en sí mismos y nos llama a ser parte de su familia. Y esta llamada tiene su origen en la creación misma. Dios nos creó para que vivamos en una relación de profunda amistad con Él, e incluso cuando el pecado rompe esta relación con Él, con los demás y con la creación, Dios no nos abandona.
Toda la historia de la salvación es la historia de Dios que busca al hombre, le ofrece su amor, lo acoge. Llamó a Abraham para ser el padre de una multitud; eligió al pueblo de Israel para forjar una alianza que abrazara a todas las naciones; y envió, en la plenitud de los tiempos, a su Hijo para que su designio de amor y de salvación se realizara en una nueva y eterna alianza con la humanidad entera. Cuando leemos los Evangelios, vemos que Jesús reúne a su alrededor una pequeña comunidad que acoge su palabra, lo sigue, comparte su camino, se convierte en su familia, y con esta comunidad Él se prepara y edifica su Iglesia.
¿De dónde nace entonces la Iglesia? Nace del gesto supremo de amor en la Cruz, del costado traspasado de Jesús, del que fluyen sangre y agua, símbolos de los sacramentos de la Eucaristía y del Bautismo. En la familia de Dios, en la Iglesia, la savia vital es el amor de Dios que se realiza en amarle a Él y a los demás, a todos, sin distinción ni medida. La Iglesia es una familia en la que se ama y se es amado.
¿Cuándo se manifiesta la Iglesia? Lo hemos celebrado hace dos domingos: se manifiesta cuando el don del Espíritu Santo llena el corazón de los Apóstoles y les empuja a salir y a empezar el camino para anunciar el Evangelio, difundir el amor de Dios. Incluso hoy hay quien dice: "Cristo sí, la Iglesia no". Aquellos que dicen: “Yo creo en Dios pero no en los sacerdotes”, ¡eh! Se dice así: "Cristo sí, Iglesia no". Pero es precisamente la Iglesia la que nos lleva a Cristo y nos dirige a Dios: la Iglesia es la gran familia de los hijos de Dios. Por supuesto, también tiene aspectos humanos. En los que forman parte de ella, Pastores y fieles, hay defectos, imperfecciones, pecados: hasta el Papa los tiene, ¡eh! y ¡tiene tantos! Pero lo hermoso es que cuando nos damos cuenta de que somos pecadores... lo hermoso es esto: cuando nos damos cuenta de que somos pecadores, nos encontramos con la misericordia de Dios: Dios siempre perdona. No olvidemos esto: ¡Dios siempre perdona! Y Él nos recibe en su amor de perdón y de misericordia. Algunas personas dicen: "Es hermoso, esto: que el pecado es una ofensa a Dios, pero también una oportunidad; la humillación para darse cuenta de que hay otra cosa más hermosa, que es la misericordia de Dios". Pensemos en ello.

Preguntémonos hoy: ¿cuánto amo a la Iglesia? ¿Rezo por ella? ¿Me siento parte de la familia de la Iglesia? ¿Qué hago para que sea una comunidad donde todos se sientan bienvenidos y comprendidos, para que se sienta la misericordia y el amor de Dios que renueva su vida? La fe es un don y un acto que nos afecta personalmente, pero Dios nos llama a vivir juntos nuestra fe, como una familia, como Iglesia. Pidamos al Señor de una manera especial en este Año de la fe, que nuestras comunidades, toda la Iglesia, sean cada vez más verdaderas familias que viven y traen el calor de Dios. Gracias>>. (Traducción de Eduardo Rubió-Radio Vaticana)