En este recorrido se rememoran los siete juicios que afrontó Jesús, antes de ser condenado a muerte.
Iº - Jesús en el Huerto de Getsemaní
IIº- Jesús es atado y llevado a la casa de Anás
IIIº- Jesús llevado ante Caifás
IVº- Jesús llevado ante Poncio Pilato
Vº - Jesús llevado ante Herodes
VIº- Jesús es regresado con Pilato
VIIº - Jesús llevado a su Pasión
La Madre Teresa, propuso las siguientes reflexiones, para acompañar a Jesús en la noche en que fue “juguete de los hombres. Los monumentos, constituyen lugares distintos a los habituales en los que se reserva al Santísimo. Esta práctica de piedad busca dar gracias a Jesús por la institución de la Eucaristía y desagraviar los ultrajes que Él recibió. Cristo, hoy propone reflexiones propias.
Después de cada visita se reza: un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.
1- Oración de Jesús en el Huerto
El mundo va mal porque hay poco amor, y hay poco amor porque se ora poco. En la oración hay cosas que impiden elevar nuestra mente y corazón a Dios. Hay muchos obstáculos para orar, pero el más peligroso es el poco deseo que los corazones sienten de encontrarse con Jesús y contemplar el amor que nos tiene, porque el mundo actual relaciona el nombre de Dios con la venganza, el odio y la violencia (Cf. Deus Caritas est, introducción). La oración de Jesús en el huerto nos habla de que nada podemos enfrentar en nuestra vida sin la oración.
2- La traición de Judas
El que no ama a Dios no se ama a si mismo, el que no se ama a sí mismo no ama al prójimo. Judas idolatraba su yo, quería que el Mesías fuera a la medida de sus caprichos. Judas no conoció ni vivió el amor de su Maestro. Frente a Judas tenemos que ver nuestras crisis, que en el fondo es crisis de amor. Meditando sobre la figura del traidor nos olvidamos de que en Judas se había enfriado el amor a su Maestro; él tenía en su cabeza la satisfacción personal, la ambición de honores, el deseo de tener más dinero y poder.
3- El abandono de sus discípulos
En el huerto de Getsemaní se presentan la oración perseverante de Jusucristo y el abandono de la nuestra. Los Apóstoles abandonaron al Maestro en los momentos más difíciles porque sus corazones estaban llenos de sí mismos y vacíos de Dios por la falta de oración. Reflexionemos: ¿Señor, por qué te abandonaron tus discípulos?. Sencillamente porque no pudieron orar una hora contigo. ¿No habéis podido velar una hora contigo?. ¡Velad y orad, para no caer en tentación!.
4- Ante los tribunales religiosos
El Papa nos decía: “Hemos creído en el amor de Dios… (Cf. Deus Caritas est, Introducción). Anás, el Sumo Sacerdote, no entendió que el Hijo de Dios pudiera tomar nuestra naturaleza. Esa persona llamada Jesús iba contra los mezquinos intereses de los hombres que usan la religión para su provecho personal. Reflexionemos: Cuántas veces también nosotros condenamos a Jesús porque nos exige salir de nuestra comodidad, de nuestra religión hecha a nuestra manera. En este episodio estamos todos los cómodos que no queremos reconocer que ser cristianos no es portarse bien sino seguir a Jesús.
5- Mofas y burlas
La violencia religiosa también la sufrió Jesús. Los mismos miembros del Sanedrín se dedicaron a maltratarlo. ¡A lo que puede llegar el odio bajo el nombre de Dios!
Reflexionemos: ¡Cuántas veces en nombre de la religión se cometen tantas injusticias que claman al cielo! Es el momento de detenernos en la violencia de los fundamentalismos religiosos y pedirle a Jesús que su amor nos reconcilie.
6- La negación de Pedro
Pedro se enfrió en su amor porque no aceptó el misterio de la Cruz, y quien no entra en este misterio, tarde o temprano termina negando el amor.
Reflexionemos: La conversión de Pedro, quien lo había negado tres veces, se realiza con una mirada de amor. Con estos mismos ojos nos mira Jesús después de nuestras caídas. Ojalá podamos decirle sin miedo a la cruz: “Señor, Tú lo sabes todo, Tú sabes que te amo”.
7- Tratado como loco
Herodes, egoísta y sensual, no conocía el amor. Jesús ama al pecador pero no al impenitente, por eso ni una palabra frente a Herodes. Porque este tirano tenía su corazón endurecido, embriagado de poder y no cabía en él más que lo que satisfacía sus caprichos. En el fondo de sus burlas está el miedo y la debilidad.
Reflexionemos: Los santos fueron tratados como locos como Jesús porque supieron amar. Hoy, hay muchos que se ríen de ellos porque no conocen el amor sino el egoísmo.
Extraído de la publicación “Viva la Semana Santa con las reflexiones de la Madre de los Pobres”
Después de cada visita se reza: un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.
1- Oración de Jesús en el Huerto
El mundo va mal porque hay poco amor, y hay poco amor porque se ora poco. En la oración hay cosas que impiden elevar nuestra mente y corazón a Dios. Hay muchos obstáculos para orar, pero el más peligroso es el poco deseo que los corazones sienten de encontrarse con Jesús y contemplar el amor que nos tiene, porque el mundo actual relaciona el nombre de Dios con la venganza, el odio y la violencia (Cf. Deus Caritas est, introducción). La oración de Jesús en el huerto nos habla de que nada podemos enfrentar en nuestra vida sin la oración.
2- La traición de Judas
El que no ama a Dios no se ama a si mismo, el que no se ama a sí mismo no ama al prójimo. Judas idolatraba su yo, quería que el Mesías fuera a la medida de sus caprichos. Judas no conoció ni vivió el amor de su Maestro. Frente a Judas tenemos que ver nuestras crisis, que en el fondo es crisis de amor. Meditando sobre la figura del traidor nos olvidamos de que en Judas se había enfriado el amor a su Maestro; él tenía en su cabeza la satisfacción personal, la ambición de honores, el deseo de tener más dinero y poder.
3- El abandono de sus discípulos
En el huerto de Getsemaní se presentan la oración perseverante de Jusucristo y el abandono de la nuestra. Los Apóstoles abandonaron al Maestro en los momentos más difíciles porque sus corazones estaban llenos de sí mismos y vacíos de Dios por la falta de oración. Reflexionemos: ¿Señor, por qué te abandonaron tus discípulos?. Sencillamente porque no pudieron orar una hora contigo. ¿No habéis podido velar una hora contigo?. ¡Velad y orad, para no caer en tentación!.
4- Ante los tribunales religiosos
El Papa nos decía: “Hemos creído en el amor de Dios… (Cf. Deus Caritas est, Introducción). Anás, el Sumo Sacerdote, no entendió que el Hijo de Dios pudiera tomar nuestra naturaleza. Esa persona llamada Jesús iba contra los mezquinos intereses de los hombres que usan la religión para su provecho personal. Reflexionemos: Cuántas veces también nosotros condenamos a Jesús porque nos exige salir de nuestra comodidad, de nuestra religión hecha a nuestra manera. En este episodio estamos todos los cómodos que no queremos reconocer que ser cristianos no es portarse bien sino seguir a Jesús.
5- Mofas y burlas
La violencia religiosa también la sufrió Jesús. Los mismos miembros del Sanedrín se dedicaron a maltratarlo. ¡A lo que puede llegar el odio bajo el nombre de Dios!
Reflexionemos: ¡Cuántas veces en nombre de la religión se cometen tantas injusticias que claman al cielo! Es el momento de detenernos en la violencia de los fundamentalismos religiosos y pedirle a Jesús que su amor nos reconcilie.
6- La negación de Pedro
Pedro se enfrió en su amor porque no aceptó el misterio de la Cruz, y quien no entra en este misterio, tarde o temprano termina negando el amor.
Reflexionemos: La conversión de Pedro, quien lo había negado tres veces, se realiza con una mirada de amor. Con estos mismos ojos nos mira Jesús después de nuestras caídas. Ojalá podamos decirle sin miedo a la cruz: “Señor, Tú lo sabes todo, Tú sabes que te amo”.
7- Tratado como loco
Herodes, egoísta y sensual, no conocía el amor. Jesús ama al pecador pero no al impenitente, por eso ni una palabra frente a Herodes. Porque este tirano tenía su corazón endurecido, embriagado de poder y no cabía en él más que lo que satisfacía sus caprichos. En el fondo de sus burlas está el miedo y la debilidad.
Reflexionemos: Los santos fueron tratados como locos como Jesús porque supieron amar. Hoy, hay muchos que se ríen de ellos porque no conocen el amor sino el egoísmo.
Extraído de la publicación “Viva la Semana Santa con las reflexiones de la Madre de los Pobres”