sábado, 12 de abril de 2014

Con el Domingo de Ramos, iniciamos la Semana Santa




La semana santa, la semana mayor de los cristianos, es una de esas ocasiones en la que celebramos el Amor de Dios por todos los hombres. Nos tomamos una semana para dedicarnos a acompañar a Jesús en la culminación de su vida, es decir, su Pasión, Muerte y Resurrección.
Es una semana de contemplación y silencio, de oración y conversión, de ayuno siendo su fruto la limosna, es decir, compartir con mi hermano lo que tengo.
Es un tiempo para acercarnos a Jesús, para volver a Dios y renovar nuestra vida y nuestra fe.
Pidamos juntos la gracia de que esta no sea una semana santa más, sino que Jesús nos encuentre con un corazón sinceramente preparado para resucitar con Él!

DOMINGO DE RAMOS: ¿Qué celebramos? 

Cuando Jesús llegaba a Jerusalén para celebrar la Pascua, les pidió a sus discípulos traer un burrito y lo montó. Al entrar en Jerusalén, la gente tendía sus mantos por el camino y otros cortaban ramas alfombrando su paso, tal como acostumbraban saludar a los reyes. La gente gritaba:
¡Hosanna en las alturas!"
"Bendito el que viene en el nombre del Señor"
Esta fue la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén.
Con el Domingo de Ramos inicia la Semana Santa, la Semana Mayor. Continuamos en Cuaresma, que culmina el  Jueves Santo, antes de la Santa Cena del Señor.
La Misa comienza con la bendición de los ramos, luego se realiza la procesión con los ramos bendecidos –que nos recuerda la entrada de Jesús en Jerusalén- y la liturgia de la palabra evoca la Pasión del Señor en el Evangelio según San Marcos.

La entrada de Jesús en Jerusalén – Procesión y Aclamación con los ramos 

Jesús es reconocido como rey; por eso alfombraban el camino con sus mantos para que El pasara. Mateo y Marcos nos dicen también que lo recibieron aclamándolo con ramos, y ese era el modo tradicional de recibir a un rey en su entrada triunfal a una ciudad. ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!. Con esta exclamación lo recibió toda la gente; también nosotros nos unimos a este saludo. El grito “hosanna” era una aclamación del Salmo 118, un salmo muy popular que se cantaba en la fiesta de las chozas.
Debemos conmemorarla con una procesión, en la cual los cristianos, imitamos, las aclamaciones y los gestos que hicieron aquellos hermanos que salieron al encuentro del Señor.
El sacerdote y los ministros preceden la procesión, en tanto que los cristianos con nuestros ramos en las manos, aclamamos a Cristo como el Rey de nuestras vida!
La procesión que realizamos durante la celebración es un modo de expresar, en comunidad, la fe en Cristo Jesús, nuestro Salvador, el Enviado del Padre, el Hijo de Dios. Llevamos en las manos los ramos como signo de la paz y la esperanza que queremos compartir con todos los hombres. Porque sabemos que siguiendo a Jesús y pasando nuestra propia pasión y muerte, viviremos la resurrección definitiva junto a Dios, nuestro Padre. 



¿Por qué utilizamos ramo de olivo? 

El olivo es un árbol típico de la región donde vivió Jesús. Por eso los habitantes de Jerusalén salieron a festejar la llegada de Jesús llevando ramos de este árbol, como cuando nosotros agitamos banderas o pañuelos. En la Biblia, el olivo aparece muchas veces como símbolo de paz y amistad o Alianza de Dios con los hombres.

Qué hacemos con el ramito de olivo bendecido?           

Los ramos bendecidos los llevamos a nuestra casa como signo de la bendición de Dios, de su protección y su ayuda. Los colocamos en el Crucifijo o en un cuadro religioso. Es un hermoso gesto dárselos a los familiares, vecinos, amigos o compañeros de trabajo, como muestra de amistad, deseo de paz, esperanza y conversión.
 El olivo bendito es un sacramental, es decir, nos recuerda algo sagrado. No es un amuleto! Nos ayudará a recordar que hemos acompañado y aclamado a Jesús como el Rey de nuestras vidas, como nuestro único Señor, y nos debe animar a seguirlo durante todo el año. Para el año que viene, antes de la cuaresma, llevemos nuestros ramos de olivo a la iglesia, ya que con esos ramitos, se realizan las cenizas que nos impondrán el miércoles de cenizas.


 Debe recordarnos a lo largo del año, que nosotros reconocimos a Jesús como el Rey de nuestras vidas, y nuestro compromiso de seguirlo, de seguir su camino, imitando su vida, haciendo lo que Él nos pide!


La proclamación de la Pasión en la Santa Misa

El sentido profundo de los textos que se leen en la celebración es abrirnos espiritualmente a la Semana Santa que comienza reconociendo a Jesús como el Rey Salvador. Él es quien debe tener domino sobre nuestras vidas. Jesús debe reinar, debe ejercer su señorío, para que no nos domine el poder del pecado, el odio, el miedo, la injusticia, la tristeza. En la celebración de hoy, se mezclan la alegría y el dolor, a la euforia del inicio sigue el drama del relato de la Pasión. La Alegría por la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén y el Dolor porque la lectura de la Pasión nos enfrenta con el sufrimiento y la entrega de Cristo.
Se aconseja que se mantenga la tradición en el modo de cantarla o leerla, es decir, que sean tres las personas que hagan las veces de Cristo, del cronista y del sanedrín. La Pasión ha de ser proclamada por diáconos o presbíteros, o, en su defecto, por lectores, reservándose la parte correspondiente a Cristo para el sacerdote. Para la proclamación de la Pasión no se llevan ni luces, ni incienso, ni se hace al principio saludo al pueblo como de ordinario para el Evangelio, ni se signa el libro. Tan sólo los diáconos piden la bendición al sacerdote.

Color Litúrgico del Domingo de Ramos

Si bien continuamos en Cuaresma, y el color litúrgico es el morado, el Domingo de Ramos, el color litúrgico es el rojo, que somboliza martirio y amor, la realeza de Cristo, su Preciosa Sangre, que fuera derramada para la salvación de la humanidad!



Pidamos la gracia, de vivir esta Semana Santa, con un corzón convertido, con un corazón que ha regresado a Dios, se ha reconciliado y sale al encuentro de Cristo que vive en el hermano!