Queridos
hermanos: En este segundo día de la
novena a San José Obrero, ponemos en las manos de Dios, nuestras vidas y
las de nuestras familias, para que por la
intercesión de San José Obrero, podamos alcanzar todas las promesas de
bendición que nuestro Padre tiene para todos sus hijos y para la Iglesia.
En el nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo. Amén
Acto de arrepentimiento
Le
pedimos a Dios que perdón por todos los pecados que cometimos, por eso rezamos
todos juntos el Pésame:
Pésame
Dios mío, me arrepiento de todo corazón de haberte ofendido.
Pésame
por el infierno que merecí, por el cielo que perdí.
Pero
mucho más me pesa porque pecando ofendí, a un Dios tan Grande y tan Bueno como
Vos.
Antes
querría haber muerto que haberte ofendido y propongo firmemente no pecar más y
evitar las ocasiones próximas de pecado. Amén
Oración para comenzar cada día
Glorioso
Padre de Jesús, Esposo de María. Patriarca y Protector de la Santa Iglesia, a
quien Dios padre confió, cuidar, guiar y defender, en la tierra, a la Sagrada
Familia; protégenos también a nosotros y a todos los fieles católicos que somos
parte del Cuerpo místico de tu Hijo, que es la Iglesia. Alcánzanos las gracias
que necesitamos en esta vida y, sobre todo, los auxilios espirituales para la vida
eterna.
Concédenos
la gracias especial que te pedimos cada uno en esta novena (pedimos con fervor
y confianza la gracia que se desea
obtener).
En este segundo día de la novena,
contemplamos a san José que, por medio del Ángel de Dios, recibe la respuesta
que necesita para recuperar la paz.
En
profundo silencio escuchamos la Palabra
de Dios (Mt. 1, 20-25)
“El
Ángel del Señor se le apareció en sueños
y le dijo: “José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposas,
porque lo que ha sido engendrada en ella proviene del Espíritu Santo. Ella dará
a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su
Pueblo de todos los pecados”.
“Todo
esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por el
Profeta: La Virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de
Emanuel, que traducido significa: “Dios con nosotros”.
“Al
despertar, José hizo lo que el Ángel del señor le había anunciado: llevó a
María a su casa, y sin que hubieran hecho vida en común, ella dio a luz un
hijo, y él le puso el nombre de Jesús”.
Palabra
del Señor
Reflexión
Querido
san José, tú sabes por experiencia propia, que después de la noche, viene el
día y, después de la tempestad, regresa la calma. Así sucede cuando nosotros,
al igual que tú, obramos con fidelidad hacia Dios y hacia nuestros hermanos.
Hoy
te damos gracias, ya que siempre estuviste abierto para oír la voz de Dios y de
sus Ángeles, y, con un corazón transformado por el don de la humildad, le
obedeciste con plena confianza.
Todos juntos pedimos:
San José Obrero, te pedimos que
intercedas por nosotros, a fin de que acallando tanta ansiedad, tantos ruidos
exteriores e interiores, crezca en nosotros, el deseo de escuchar la voz de
Dios, y se fortalezca la virtud de la humildad para obedecerlo aun en las
sencillas cosas que cada día, Él nos sugiere, siguiendo las inspiraciones que
nos manda por medio de sus Ángeles.
A cada intención respondemos: Por San
José Obrero, recíbelas Señor
- Te entregamos Jesús, nuestros
temores. Oremos
- Te
entregamos Jesús, nuestros sueños. Oremos
- Te
entregamos Jesús, nuestros proyectos y anhelos más profundos. Oremos…
- Te
entregamos Jesús, nuestro deseo de seguir mejorando cada día. Oremos.
- Te
entregamos Jesús, todas las intenciones que tenemos guardadas en nuestro corazón.
Oremos
Señor, Dios mío: en tus manos, pongo mi
vida y pido la intercesión de San José Obrero, para alcanzar todas las promesas
de bendición que tú tienes para mi vida, para los miembros de mi familia y para
la Iglesia. Amén
Rezamos el Santo Rosario: Hoy
contemplamos los misterios Gozosos
Oración Final: A San José Obrero
Nos dirigimos a ti, bendito San José,
nuestro protector en la tierra, como quien conoce el valor del trabajo y la
respuesta a nuestro llamado. A través de tu Santa Esposa, la Inmaculada Virgen
Madre de Dios, y sabiendo el amor paternal que tuviste a nuestro Señor Jesús,
te pedimos nos asistas en nuestras necesidades y nos bendigas y fortalezcas en
nuestros trabajos.
Ayúdanos a realizar dignamente nuestras
tareas diarias, líbranos de caer en el pecado, de la avaricia y de tener un
corazón corrupto. Sé tú el amable guardián de nuestro trabajo, nuestro defensor
y fortaleza contra la injusticia y el error.
Seguimos tu ejemplo y buscamos tu
auxilio. Socórrenos en todos nuestros esfuerzo, para, así, poder obtener
contigo el descanso eterno en el cielo. Amén
San José Obrero: Ruega por nosotros!
Alumbrantes de la Novena: Servidores de "San Martín de Porres'