Queridos hermanos: En este tercer día de la novena al patrono de nuestro barrio, San José Obrero, pedimos con fe su intercesión, para que nos alcance de Dios, los favores que a través de esta novena le pedimos.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Acto de arrepentimiento
Le pedimos a Dios que perdón por todos los pecados que cometimos, por eso rezamostodos juntos el Pésame:
Pésame Dios mío, me arrepiento de todo corazón de haberte ofendido.
Pésame por el infierno que merecí, por el cielo que perdí.
Pero mucho más me pesa porque pecando ofendí, a un Dios tan Grande y tan Bueno comoVos.
Antes querría haber muerto que haberte ofendido y propongo firmemente no pecar más yevitar las ocasiones próximas de pecado. Amén
Oración para comenzar cada día
Glorioso Padre de Jesús, Esposo de María. Patriarca y Protector de la Santa Iglesia, a quien Dios padre confió, cuidar, guiar y defender, en la tierra, a la Sagrada Familia; protégenos también a nosotros y a todos los fieles católicos que somos parte del Cuerpo místico de tu Hijo, que es la Iglesia. Alcánzanos las gracias que necesitamos en esta vida y, sobre todo, los auxilios espirituales para la vida eterna.
Concédenos la gracia especial que te pedimos cada uno en esta novena (pedimos con fervor y confianza la gracia que se desea obtener).
En este tercer día de la novena, contemplamos a San José que, junto a la Virgen María, se dirigen al Templo apresentar al Niño Jesús.
Enprofundo silencio escuchamos la Palabrade Dios (Lc. 2, 21-24)
“Llegó el tiempo de circuncidar al niño y se le puso el nombre de Jesús, nombre que le había sido dado por el Ángel antes de su concepción. Cuando llegó el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, como está escrito en la Ley: Todo varón primogénito será consagrado al Señor.
También debían ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o pichones de paloma, como ordena la Ley del Señor”.
Palabradel Señor
Reflexión
Queridosan José Obrero, tu disponibilidad a la Voluntad de Dios es perfecta; y tu generosidad no tiene medida, al punto que, junto a María, ofreces en el Templo, a Jesús como si el niño fuese tu propio hijo.
Como tú eras un humilde carpintero, no tenías los medios para ofrendar un cordero –como lo hacía las familias pudientes-, tan solo ofreciste un par de tórtolas o palomas.
Con esta ofrenda sencillas nos enseñas que hay más felicidad de dar que en recibir y nos animas a ofrecernos nosotros mismos a Dios, para ser guiados por el Espíritu Santo como si fuésemos mansas palomas.
Todos juntos pedimos:
San José Obrero, te pedimos que intercedas por nosotros, para que sepamos asumir nuestras responsabilidades con serenidad y perseverancia, sin desalentarnos ante las dificultades y contratiempos, aceptando serenamente que las situaciones de la vida no son perfectas, pero que podemos hallar paz, incluso en medio de las condiciones más adversas.
Ayúdanos a tener un corazón generoso, para que demos de lo nuestro y nos demos a nosotros mismos hasta que duela.
A cada intención respondemos: Por SanJosé Obrero, recíbelas Señor
- Te entregamos Jesús, a los miembros de nuestras familias y a nosotros mismos. Oremos
- Te entregamos Jesús, los deseos de servirte en aquellas tareas de las cuales hay mayor necesidad. Oremos
- Te entregamos Jesús, nuestros deseos de tener un corazón generoso. Oremos…
- Te entregamos Jesús, nuestro todas las situaciones difíciles por las que atravesamos. Oremos.
- Te entregamos Jesús, todas las intenciones que tenemos guardadas en nuestro corazón. Oremos
Señor, Dios mío: en tus manos, pongo mi vida y pido la intercesión de San José Obrero, para alcanzar todas las promesas de bendición que tú tienes para mi vida, para los miembros de mi familia y para la Iglesia. Amén
Rezamos el Santo Rosario: Hoy contemplamoslos misterios Dolorosos
Oración Final: A San José Obrero
Nos dirigimos a ti, bendito San José, nuestro protector en la tierra, como quien conoce el valor del trabajo y la respuesta a nuestro llamado. A través de tu Santa Esposa, la Inmaculada Virgen Madre de Dios, y sabiendo el amor paternal que tuviste a nuestro Señor Jesús, te pedimos nos asistas en nuestras necesidades y nos bendigas y fortalezcas en nuestros trabajos.
Ayúdanos a realizar dignamente nuestras tareas diarias, líbranos de caer en el pecado, de la avaricia y de tener un corazón corrupto. Sé tú el amable guardián de nuestro trabajo, nuestro defensor y fortaleza contra la injusticia y el error.
Seguimos tu ejemplo y buscamos tu auxilio. Socórrenos en todos nuestros esfuerzos, para, así, poder obtener contigo el descanso eterno en el cielo. Amén
San José Obrero: Ruega por nosotros!
Alumbrantes de la Novena: Grupo de Oración "Jesús Mi Salvador" - R.C.C. Jóvenes