Guía 1
Nos ponemos en presencia de Dios: en
el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
En este último día de Triduo en Honor a San José le pedimos a Él que interceda
por nosotros, para que el Espíritu Santo de Dios nos conceda un corazón justo,
colmado de amor, comprensión y misericordia ante la debilidad y las
fragilidades de nuestros hermanos y que movidos por el amor y el perdón seamos
liberados de todo resentimiento y falta de perdón.
Día Tercero: Conformidad de San José con la voluntad de Dios
Todos tenemos absoluta necesidad de esta santa virtud, pues con
ella nuestra vida se hace un cielo y sin ella se vuelve un infierno. San José,
modelo acabado de todas las virtudes, lo es especialmente de la conformidad con
la Divina voluntad de Dios. Toda su vida
sembrada de alegrías y de penas, es escogido por Dios Padre para que fuese el
padre en la Sagrada Familia, unido siempre a Jesús y María, practicó
constantemente esta virtud.
Guía 2
Oración
Augusto
protector de las familia, tú que has descubierto el precioso tesoro del
silencio, del recogimiento y de la vida interior; trae a nuestros hogares el
valor del espíritu, la ocupación de lo divino y eterno en la búsqueda sincera y
generosa de la santidad.
Ayúdanos a mirar el cielo y fijar nuestros
hijos en lo alto hacia el azul y la paz; así más puro florecerá nuestro pan y
el gozo brillará radiante en el rostro de nuestros hijos.
Tú
que eres el gran protector de las familias, de los trabajadores de los
moribundos, haz que los que nos fatigamos aquí, en las fábricas, las oficinas,
las escuelas, el campo… sepamos cambiar en don divino el sudor de cada día.
Lleva a los pobres corazones de los que no piensan en tu amado Hijo, la virtud consoladora de la
fe, de la esperanza y de la caridad.
Amén
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Canto ***
GUÍA 1
Leemos
el Evangelio según San Lucas ( 2,
41-51.)
Sus
padres iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. Cuando el niño
cumplió doce años, subieron como de costumbre
y acabada la fiesta María y José regresaron, pero Jesús permaneció en
Jerusalén sin que ellos se dieran cuenta. Creyeron que estaba en la caravana y
caminaros así todo un día, , después comenzaron a buscarlo entre parientes y
amigos, como no lo encontraban volvieron a Jerusalén. Al tercer día lo hallaron
en el templo entre los doctores de la Ley. Todos los que lo oían se asombraban
de su inteligencia y sus respuestas. Al verlo sus padres quedaron maravillados
y su madre le dijo : “Hijo mio ¿Por qué nos has hecho esto? Piensa que tu padre
y yo te hemos buscado angustiados” .Jesús mirándolos les respondió: “¿Por qué
me buscaban? ¿no sabían que yo debo ocuparme de las cosas de mi Padre?” . Ellos
no entendieron lo que les decía… El niño volvió con sus padres a Nazaret y
vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba estas cosas en el corazón.
Palabra del Señor: Gloria a Ti, Señor Jesús!
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Meditamos en silencio ****
GUÍA 2
Oración
de los fieles
A cada intención respondemos: “Por intercesión de San José, escúchanos Señor”
- Para
que los hombres sean esposos, compañeros y padre ejemplares. Oremos.
- Para
que protejas a las familias de todo asedio del mundo que atenta contra la
unidad y la integridad entre sus miembros. Oremos.
- Para
que abramos nuestros corazones a la gracia santificadora de Dios y seamos instrumentos
de su voluntad. Oremos.
GUÍA 1
Letanías: A
cada intención respondemos: San José,
Ruega por nosotros!
Sostén
de las familias
Consuelo
de los desgraciados
Esperanza
de los enfermos
Patrón
de los moribundos
Terror
de los demonios
Protector
de la Santa Iglesia
GUÍA 1
Súplica a San José
José dulcísimo y Padre amantísimo de
mi corazón, a ti te elijo como mi protector en vida y en muerte; y consagro a
tu culto este día, en recompensa y satisfacción de los muchos que vanamente he
dado al mundo. Yo te suplico con todo mi corazón que por tus siete dolores y
goces me alcances de tu adoptivo Hijo Jesús y de tu verdadera esposa, María
Santísima, la gracia de emplearlos a mucha honra y gloria suya, y en bien y
provecho de mi alma. Ilumíname para
conocer la gravedad de mis culpas, lágrimas de contrición para llorarlas y
detestarlas, propósitos firmes para no cometerlas más, fortaleza para resistir
a las tentaciones y perseverancia para seguir el camino de la virtud. Esto es,
Santo mío, lo que te suplico; y esto es lo que mediante tu poderosa
intercesión, espero alcanzar de mi Dios y Señor, a quien deseo amar y servir,
como tú lo amaste y serviste siempre. Amén