Queridos hermanos, en este tercer día, antes de comenzar el rezo de la novena a la
Divina Misericordia, escuchamos las palabras que Jesús dijo a santa Faustina: “A
las almas que propaguen la devoción a mi Misericordia, la protejo durante toda
su vida como una madre cariñosa protege a su niño recién nacido y a la hora de
la muerte no seré para ellas juez sino
salvador Misericordioso”. “Las almas que
adoren mi Misericordia y propaguen la devoción a ella invitando a otras almas a
confiar en mi Misericordia, no experimentaran terror en la hora de la muerte.
Mi Misericordia les dará amparo en este ultimo combate”.
Nos ponemos de pie
para dar inicio al rezo de la novena.
* Por la señal de la
Santa Cruz.
* Rezamos el Pésame.
GUIA 2
Oración:
Señor Jesús, en la Cruz
manifestaste tu obediencia al padre y tu voluntad de salvación universal:
venimos a implorarte perdón y a darte gracias por tu amor.
Queremos hacer conocer tu
Evangelio mediante las obras de Misericordia por la conversión de los
pecadores, el consuelo de los afligidos y la asistencia a los pobres y
enfermos.
Envíanos tu Espíritu Santo,
pues necesitamos sanar nuestra libertad humana para construir un mundo donde
Reine la Misericordia y se anticipe al banquete definitivo.
Ayúdanos a dar testimonio de fe y
esperanza delante de nuestros hermanos, varones y mujeres, para que
comprendamos todos que la Felicidad perfecta se encuentra en ti.
Indícanos el camino hacia al
padre para llegar a adorar el misterio de la trinidad junto a María y los
Santos, Amén.
GUIA 1
DIA TERCERO:
Por todas las almas devotas y fieles.
Misericordiosisimo Jesús,
del tesoro de tu Misericordia distribuye Tus gracias a raudales entre todos y
cada uno de nosotros. Acógenos en el
seno de tu compasivísimo corazón y no permitas que salgamos nunca. Te
imploramos esta gracia en virtud del mas excelso de los amores; aquel con el
que tu corazón arde tan fervorosamente por el padre celestial.
Padre Eterno, vuelve
tu piadosa mirada hacia las almas fieles, que guardan el legado de tu hijo. Por
los meritos y dolores de Su pasión, concédeles Tu bendición y tenlos siempre
bajo tu tutela. Que nunca claudiquen su amor o pierdan el tesoro de nuestra
Santa Fe, sino que, con todos los Ángeles y Santos, glorifiquen tu Misericordia
por los siglos de los siglos. Amén.
Canto…
GUIA 2
Escuchamos la lectura
de la carta a los hebreos (cap. 10 vers.: 10 al 25)
“Y en virtud
de esta voluntad quedamos santificados por la oblación del cuerpo de
Jesucristo, hecha de una vez para siempre. Cada sacerdote se presenta
diariamente para cumplir su ministerio y ofrecer muchas veces los mismos
sacrificios, que son totalmente ineficaces para quitar el pecado. Cristo, en
cambio, después de haber ofrecido por los pecados un único Sacrificio, se sentó
para siempre a la derecha de Dios, donde espera que sus enemigos sean puestos
debajo de sus pies. Y así, mediante una sola oblación el ha perfeccionado para
siempre a los que santifican. El Espíritu Santo atestigua todo esto, porque
después de haber anunciado: “esta es la alianza que haré con ellos después de
aquellos días, dice el señor: yo pondré mis leyes en mi corazón y las grabare
en su conciencia, y no me acordare mas de sus pecados ni de sus iniquidades. Y
si los pecados están perdonados, ya no hay necesidad de ofrecer por ellos
ninguna oblación.
Por lo tanto
hermanos, tenemos plena seguridad de que podemos entrar en el Santuario por la
Sangre de Jesús, siguiendo el camino nuevo y viviente que el nos abrió a través
del velo del Templo que es su Carne. También tenemos un Sumo Sacerdote insigne
al frente de la casa de Dios. Acerquémonos entonces, con un corazón sincero y
llenos de fe, purificados interiormente de toda mala conciencia y con el cuerpo
lavado con el agua pura. Mantengámonos firmemente la confesión de nuestra
esperanza, porque aquel que ha hecho la promesa es fiel. Velemos los unos por
los otros, para estimularnos en el amor y en las buenas obras. No desertemos de
nuestras asambleas, como suelen hacerlo algunos; al contrario, animemos
mutuamente, tanto más cuanto que vemos acercarse el Día.
Palabra de Dios.
GUIA 1
Rezar: ¡Ven , oh Señor,
danos tu paz. Tu pueblo ansioso clama a ti: socórrenos, no tardes mas!
Dice Jesús: “Cuanto
mas confía el alma, tanto mas alcanzo”. “Si tu confianza es grande, mi
generosidad no tendrá limites. Lo que mas hiere a mi corazón es el pecado de la
desconfianza. Deseo conceder Gracias inimaginables a las almas que confían en
mi Misericordia”
-
Pedimos la gracia que queremos alcanzar con el rezo de esta
Novena….
Jaculatoria:
Oh, sangre y
agua que brotaste del Sagrado Corazón de Jesús como una fuente de misericordia
para nosotros, yo confió en Vos.
A cada suplica,
respondemos: ¡Jesús en Vos Confió!
* Jesús de la Divina
Misericordia, te pedimos acrecientes nuestra fe y confianza para serte siempre
fiel. Oremos…
* Jesús de la Divina
Misericordia, danos fortaleza para estimularnos unos a otros y ayudar a
nuestros hermanos alejado de la fe. Oremos...
GUIA 2
Los que puedan
hacerlo se ponen de rodillas para iniciar el rezo de la coronilla.
Rezo de la
coronilla
Invocamos al Espíritu
Santo: “ven Espíritu Santo, ven por medio de la poderosa intercesión del
inmaculado corazón de María, tu amadísima esposa”.
Padrenuestro. Ave
María. Credo.
Al comienzo
de cada decena:
Eterno Padre, te
ofrezco el cuerpo y la sangre, el alma y la divinidad de tu amadísimo hijo,
nuestro señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo
entero. (Una vez en cada cuenta que corresponde al Padrenuestro).
En cada
cuenta de la decena:
Por su dolorosa
pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero. (10 veces).
Al terminar:
Santo Dios, Santo
Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero. (3 veces).
Acto de
consagración a Jesús Misericordioso
¡Oh Jesús
Misericordioso!. Tu bondad es infinita y los tesoros de tu gracia son
inagotables. Me abandono a tu Misericordia que sobrepuja a todas tus obras, me
consagro eternamente a ti, para vivir bajo los rayos de tu gracia y de tu Amor,
que brotaron de tu corazón traspasado en al Cruz. Quiero dar a conocer tu
Misericordia por medio de las obras de Misericordia corporales y espirituales,
especialmente con los pecadores, consolando y asistiendo a los pobres,
afligidos y enfermos. Mas tú me protegerás como cosa tuya, pues todo lo temo de
mi debilidad y todo lo espero de tu Misericordia. Que toda la humanidad
comprenda el abismo insondable de tu Misericordia, a fin de que poniendo toda
su esperanza en Ella, pueda ensalzarla por toda la eternidad. AMEN.
¡Jesús, en
Vos confió!. (Se repite 3 veces)
Santa
Faustina, ¡ruega por nosotros! (Una vez)
San Martin de
Porres, ¡ruega por nosotros!
Nuestra Sra.
que Desata los Nudos, ¡ruega por nosotros!
En el Nombre
del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, AMEN.