Nuestra Señora del Rosario: Ruega por nosotros!
En la
antigüedad, los romanos y los griegos solían coronar con rosas a las estatuas
que representaban a sus dioses, como símbolo del ofrecimiento de sus corazones.
La palabra “rosario” significa "corona de rosas". Siguiendo esta
tradición, las mujeres cristianas que eran llevadas al martirio por los
romanos, marchaban por el Coliseo vestidas con sus ropas más vistosas y con sus
cabezas adornadas de coronas de rosas, como símbolo de alegría y de la entrega
de sus corazones al ir al encuentro de Dios. Por la noche, los cristianos
recogían sus coronas y por cada rosa, recitaban una oración o un salmo por el
eterno descanso del alma de las mártires.
El 7 de octubre de 1571 se llevó a cabo la batalla naval de Lepanto en
la cual los cristianos vencieron a los turcos. Los cristianos sabían que si
perdían esta batalla su religión podía peligrar y por esta razón confiaron en
la ayuda de Dios, a través de la intercesión de la Santísima Virgen. El Papa
San Pío V pidió a los cristianos rezar el rosario por la flota. En Roma estaba
el Papa despachando asuntos cuando de pronto se levantó y anunció que sabía que
la flota cristiana había sido victoriosa. Ordenó el toque de campanas y una
procesión. Días más tarde llegaron los mensajeros con la noticia oficial del
triunfo cristiano. Posteriormente, instituyó la fiesta de Nuestra Señora de las Victorias el 7 de octubre. Un año más tarde,
Gregorio XIII cambió el nombre de la fiesta por el de Nuestra Señora del Rosario
y determinó que se celebrase el primer domingo de Octubre (día en que se había
ganado la batalla). Actualmente se celebra la fiesta del Rosario el 7 de
Octubre
Santo Domingo, junto con
la orden que fundara (Los Dominicos), tomaron el rosario con mucha devoción y
eficacia, y contribuyeron enormemente en su difusión. Lo utilizan mucho, hasta
hoy, durante sus misiones y han realizado grandes aportes para una mejor
meditación con su práctica.
A lo largo de la historia, el Rosario siempre ha acompañado a la
Iglesia, nutriéndola vivamente con profundas meditaciones y permitiendo a los
que lo rezan un camino a la santidad, como dijo el Beato Juan Pablo II,
“Contemplando el rostro de Cristo con María” Desde allí la Iglesia asume la
misión evangelizadora.
El último cambio trascendente en este
siglo sucedió en el año 2002. El muy querido y a la vez, gran devoto del
rosario, precisamente, el papa Juan Pablo II, publicó la “Carta Apostólica el
Rosario de la Virgen María”. En ella, aportó un complemento que ayuda más aún a
la reflexión en torno a Jesús: los misterios luminosos. Los misterios luminosos
permiten contemplar el anuncio del Reino de Dios hecho por Cristo. Rezar el
rosario con ellos nos deja acudir al momento de la prédica misma de Jesús narrada
en los evangelios. Allí podemos observarlo y aprender su forma.
Hermano Querido, si tienes el deseo en tu corazón de meditar la Vida de Nuestro Señor a través de los ojos de su Madre, y no sabes como hacerlo, te invitamos a visitar este enlace: