Nos ponemos en presencia del Señor: En
el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Acto de Contrición:
Pésame Dios mío y me arrepiento de todo
corazón de haberte ofendido. Pésame por el infierno que merecí y por el cielo
que perdí; pero mucho más me pesa porque pecando ofendí a un Dios tan bueno y
tan grande como vos; antes querría haber muerto que haberte ofendido, y
propongo firmemente no pecar más y evitar las ocasiones próximas de pecado.
Amén.
Oración Inicial
Oh Divino Niño Jesús, confiando en tu
infinita misericordia y bondad, queremos hacer esta novena para que acrecientes
nuestra fe y confianza en Ti. También queremos presentarte con sencillez
nuestras necesidades espirituales y materiales para que, si es tu voluntad, nos
concedas las gracias que pedimos. Amén.
Meditamos “LA INFANCIA DE JESÚS”
Dios nos dice en su
Palabra: “El niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría; y el favor
de Dios lo acompañaba”. (Lc. 2, 40)
Dios, no mandó a Jesús a vivir sólo en este mundo, sino que desde su infinito amor, le dio una mamá y un papá para que lo ayudaran en su misión.
“Los padres, son los
primeros responsables de la educación de sus hijos en la fe, en la oración y en
todas las virtudes. Tienen el deber de atender, según sus posibilidades, a las
necesidades físicas y espirituales de sus hijos. Han de recordarse a sí mismos,
y enseñar a sus hijos, que la vocación primera del cristiano, es seguir a
Jesús.” (CIC 16.3)
¿Sigo el ejemplo de la
familia de Nazaret, ayudando a mis hijos a crecer en la fe, la oración y en
virtudes?
A cada intención respondemos: “Como la familia de Nazaret, que seamos uno en
el amor”
- Para que seamos padres responsables con nuestros hijos. Oremos
- Para que demos testimonio de amor en otras familias. Oremos
- Para que demos buen ejemplo a nuestros jóvenes y niños
ayudándolos a crecer en fe, vida en oración y en virtudes cristianas.
Oremos
- Para que podamos fortalecer nuestra fe, participando activamente
en la comunidad y en la Eucaristía. Oremos
Rezamos el Santo Rosario: Hoy contemplamos los
Misterios Gloriosos
Oración final
Acuérdate, Oh dulcísimo Niño Jesús, que
dijiste estas palabras tan consoladoras para nuestra humanidad sufrida: “Todo
lo que quieras pedir, pídelos por los méritos de mi infancia y nada te será
negado”, es que confiamos en tu infinito amor para con nosotros.
Ayúdanos a llevar una auténtica vida cristiana, acrecienta nuestra fe y
confianza para que gocemos de una eternidad feliz. Por los méritos de tu
encarnación y de tu infancia, nos consagramos a ti con mucha esperanza. Amén.