“El rosario es una oración especial de la Iglesia y un arma espiritual
para cada uno de nosotros. La meditación de la vida de Jesús y María sea para todos nosotros luz sobre
el camino evangélico de la renovación espiritual y de la conversión del
corazón"
(Benedicto XVI).
El
mes de octubre está consagrado, desde el tiempo de León XIII, gran devoto de la Virgen María , al
santo Rosario. El Rosario de la
Virgen María , difundido gradualmente en el segundo
Milenio bajo el soplo del Espíritu Santo, es una oración apreciada por
numerosos santos y fomentada por el Magisterio de la Iglesia. En su
sencillez y profundidad, sigue siendo también en el tercer Milenio una oración
de gran significado, destinada a producir frutos de santidad. El Rosario es
“compendio de todo el Evangelio”; es
una “oración bíblica”.
El Rosario está compuesto de dos elementos: oración mental y oración verbal.
En el Santo Rosario la oración mental no es otra cosa
que la meditación sobre los principales misterios o hechos de la vida,
muerte y gloria de Jesucristo y de su Santísima Madre. Estos veinte misterios
se han dividido en cuatro grupos: Gozosos, Luminosos, Dolorosos y
Gloriosos. La oración
verbal consiste en recitar quince decenas (Rosario completo) o cinco
decenas del Ave María, cada decena encabezada por un Padre Nuestro, mientras
meditamos sobre los misterios del Rosario.
Siendo un sacramental, el Santo Rosario contiene los principales
misterios de nuestra Religión Católica, que nutre y sostiene la fe, eleva la
mente hasta las verdades divinamente reveladas, nos invita a la
conquista de la eterna patria, acrecienta la piedad de los fieles, promueve las
virtudes y las robustece. El Rosario es alto en dignidad y eficacia, podría
decirse que es la oración más fácil para los sencillos y humildes de corazón, es la
oración mas especial que dirigimos a nuestra Madre para que interceda por
nosotros ante el trono de Dios.
El paso del tiempo, las costumbres modernas, y la innovación de formas
de oración, no pueden dejar a un lado el rezo del Santo Rosario. De hecho, los
Santos Padres y los Santos han tenido una profunda devoción a este sacramental,
nosotros como católicos y como amantes de la Reina del Cielo hemos de ser fervientes devotos
del Rosario. Es digno de recordar que la familia que reza
unida permanece unida.
“Recitar el Rosario es contemplar con María el
rostro de Cristo”
“Nos pone en comunión vital con Jesús a través
del Corazón de María. Al mismo tiempo, nuestro corazón puede incluir en estas
decenas del Rosario todos los hechos que entraman la vida del individuo, la
familia, la nación, la Iglesia
y la humanidad. Experiencias personales o del prójimo, sobre todo de las
personas más cercanas o que llevamos más en el corazón”...
“Conduce al corazón mismo de la vida cristiana y
ofrece una oportunidad ordinaria y fecunda, espiritual y pedagógica, para la
contemplación personal, la formación del Pueblo de Dios y la nueva
Evangelización”.
(Papa Juan Pablo II)