lunes, 1 de octubre de 2012

MES DEL SANTO ROSARIO


“El rosario es una oración especial de la Iglesia y un arma espiritual para cada uno de nosotros. La meditación de la vida de Jesús y María sea para todos nosotros luz sobre el camino evangélico de la renovación espiritual y de la conversión del corazón"

(Benedicto XVI).

El mes de octubre está consagrado, desde el tiempo de León XIII, gran devoto de la Virgen María, al santo Rosario. El Rosario de la Virgen María, difundido gradualmente en el segundo Milenio bajo el soplo del Espíritu Santo, es una oración apreciada por numerosos santos y fomentada por el Magisterio de la Iglesia. En su sencillez y profundidad, sigue siendo también en el tercer Milenio una oración de gran significado, destinada a producir frutos de santidad. El Rosario es “compendio de todo el Evangelio”;  es una  “oración bíblica”.

El Rosario está compuesto de dos elementos: oración mental y oración verbal.

En el Santo Rosario la oración mental no es otra cosa que la meditación sobre los principales misterios o hechos de la vida, muerte y gloria de Jesucristo y de su Santísima Madre. Estos veinte misterios se han dividido en cuatro grupos: Gozosos, Luminosos, Dolorosos y Gloriosos.  La oración verbal consiste en recitar quince decenas (Rosario completo) o cinco decenas del Ave María, cada decena encabezada por un Padre Nuestro, mientras meditamos sobre los misterios del Rosario.

Siendo un sacramental, el Santo Rosario contiene los principales misterios de nuestra Religión Católica, que nutre y sostiene la fe, eleva la mente hasta las verdades divinamente reveladas, nos invita a la conquista de la eterna patria, acrecienta la piedad de los fieles, promueve las virtudes y las robustece. El Rosario es alto en dignidad y eficacia, podría decirse que es la oración más fácil para los sencillos y humildes de corazón, es la oración mas especial que dirigimos a nuestra Madre para que interceda por nosotros ante el trono de Dios.

El paso del tiempo, las costumbres modernas, y la innovación de formas de oración, no pueden dejar a un lado el rezo del Santo Rosario. De hecho, los Santos Padres y los Santos han tenido una profunda devoción a este sacramental, nosotros como católicos y como amantes de la Reina del Cielo hemos de ser fervientes devotos del Rosario. Es digno de recordar que la familia que reza unida permanece unida.

 

“Recitar el Rosario es contemplar con María el rostro de Cristo” 
“Nos pone en comunión vital con Jesús a través del Corazón de María. Al mismo tiempo, nuestro corazón puede incluir en estas decenas del Rosario todos los hechos que entraman la vida del individuo, la familia, la nación, la Iglesia y la humanidad. Experiencias personales o del prójimo, sobre todo de las personas más cercanas o que llevamos más en el corazón”...
“Conduce al corazón mismo de la vida cristiana y ofrece una oportunidad ordinaria y fecunda, espiritual y pedagógica, para la contemplación personal, la formación del Pueblo de Dios y la nueva Evangelización”.
(Papa Juan Pablo II)