"San Martín de Porres, humilde y obediente,
enséñanos a vivir la Fe"
Queridos
hermanos, estamos en el segundo día de la novena a nuestro Santo Patrono San
Martín de Porres. Sigamos renovando nuestra oración en Fe en el Amor de Jesús,
comprometidos con nuestros hermanos más necesitados.
Oración Final
Señor Jesucristo, que has venido a la tierra
para enseñarnos a vivir como hombres y como
hijos de Dios. Tú llamaste a San Martín de Porres a tu seguimiento y él
respondió a tu llamada con una vida de identificación total por el amor contigo en la cruz y de entrega
generosa, sacrificada y alegre a todos los necesitados sin distinción de raza,
credo o color. Concédenos en estos nueve días que consagramos a la veneración e
invocación de tu siervo, saber imitar su vida de fidelidad a las
bienaventuranzas y sus ejemplos de caridad universal, de manera que, al invocar
confiadamente su intercesión, obtengamos el auxilio de nuestras necesidades.
Amén.
Reflexión: “EL AMOR
DE CRISTO… LLENA NUESTROS CORAZONES” (PF, 7)
Desde muy
niño, Martín oraba todas las noches antes de dormir frente a la imagen de Jesús
crucificado… Llevaba su dolor ante el rechazo cuando se reían de él o lo escupían
en la calle por su color de piel. Pero Martín sabía que no estaba solo, que
Jesús lloraba con él… Compartían el dolor y eso hacía más fuerte su Amistad.
En los
tiempos que ahora vivimos, “la
Iglesia continúa su peregrinación en medio de las persecuciones
del mundo y de los consuelos de Dios, anunciando la cruz del Señor” tal como lo
hizo San Martín de Porres en su tiempo.
Pidamos
entonces a nuestro patrono que nos enseñe a vivir la
Cruz de Jesús para superar con paciencia y amor todos los
sufrimientos y dificultades.
(Breve Silencio)
Cita Bíblica: “CREAN EN
AQUEL QUE ÉL HA ENIVADO” (JN 6, 29)
Ese es el significado de la resurrección de Jesús en nuestras
vidas. Dios Padre nos invita a través de su Hijo a que creamos, confiemos
y nos acojamos a él.
A
cada intención respondemos: “San Martín de
Porres, llévanos a Jesús”
· En nuestras crisis de fe.
· En las enfermedades del
cuerpo y del espíritu.
· En las privaciones y
dificultades.
· En los momentos de temor
e inseguridad.
· En las persecuciones.
· En las humillaciones de
los demás.
· En los momentos de
soledad.
Por tu intercesión, San Martín de
Porres, llévanos a Jesús crucificado para poder vivir en su Amor
Misericordioso. Gloria…
Cómo
vivía su infancia, San Martín de Porres…
Desde niño, Martín, fue
entregado por su padre al cuidado de una mujer llamada Isabel. Martín pedía a
Isabel una vela de cera o un cabo de ella… Temiendo un incendio, pero más que
nada por saber lo que ocurría, se dejó tentar por su curiosidad, y acercándose
a la habitación del niño, hurgó por las rendijas de la puerta. Lo que vio la
dejó impresionada. Martín estaba quieto, en silencio, y hacía oración ante la
imagen de un crucificado. Para ese entonces, Martín tenía alrededor de ocho o
nueve años, y la curiosidad de doña Isabel surgió cuando el pequeño empezó a
pedirle una vela todas las noches antes de irse a dormir. Una vez que descubrió
la escena, lo compartió con su hija, Francisca, quien dio el testimonio que más
tarde fue agregado a los ya obtenidos para el proceso de beatificación de
Martín.
Ese Cristo
amoroso, que había sufrido de manera muy similar a lo que Martín veía cada día,
le hablaba en lo más profundo de su corazón. Estas conversaciones silenciosas
durante la noche marcaron a nuestro santo durante toda su vida. Al igual que
Jesús, él también quería ser un apóstol de la paz en un mundo tan marcado por
la violencia.
Oración Final
San Martín de Porres, humilde seguidor del
Evangelio de Jesús, elevamos ante ti nuestros corazones llenos de confianza y
devoción. Tú que te entregaste sin límites a los pobres y desamparados, te
ofrecemos hoy nuestras necesidades y peticiones. Derrama sobre nosotros y
nuestras familias el amor sanador de Dios. Concédenos sencillez de corazón y
compasión por los que más sufren, especialmente por los que sufren la
injusticia y la discriminación racial. Que sepamos descubrir en estos
nuestros hermanos más pequeños, el
rostro sufriente de Jesús. Por el mismo Cristo Nuestro Señor. Amén.
18:00 hs. Confesiones
19:20 hs. Santo Rosario
Novena
20:00 hs. Santa Misa