jueves, 29 de noviembre de 2012

PRIMER DÍA DE NOVENA A LA "INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA"

Hermanos: comenzamos hoy la novena a nuestra Santísima Virgen María, nuestra Madre del cielo, la Inmaculada, la Bendita  entre todas las mujeres. Dispongamos nuestras mentes y corazones a su entrega sin límites ni condiciones. Aprendamos de ella la obediencia, la templanza, la misericordia, la dulzura y el amor a las cosas de Dios. Pidámosle que aumente y sostenga nuestra fe en  estos tiempos de tribulaciones y tentaciones.
 
Oración inicial

 
         ¡Virgen Santísima, que agradaste al Señor y fuiste su Madre; inmaculada en el cuerpo, en el alma, en la fe y en el amor! Por piedad, vuelve benigna los ojos a los fieles que imploran tu poderoso patrocinio. La maligna serpiente, contra quien fue lanzada la primera maldición, sigue combatiendo con furor y tentando a los hijos de Eva. ¡Ea, bendita Madre, nuestra Reina y Abogada, que desde el primer instante de tu concepción quebrantaste la cabeza del enemigo! Acoge las súplicas de los que, unidos a ti en un solo corazón, te pedimos las presentes ante el trono del Altísimo para que no caigamos nunca en las emboscadas que se nos preparan; para que todos lleguemos al puerto de salvación, y, entre tantos peligros, la Iglesia y la sociedad canten de nuevo el himno del rescate, de la victoria y de la paz. Amén.

 

Cita bíblica:

 

“¡Alégrate!, llena de gracias, el Señor está contigo” (Lc. 1, 28.)

 

María estaba llena de la Gracia de Dios para poder decir sí, libremente, a la misión que le había sido encomendada.

María es Inmaculada desde su concepción. Dios la eligió y la preservó del pecado original y de toda mancha a lo largo de su vida.

Pidamos a Nuestra Madre que nos enseñe a vivir en la Gracia de Dios para que sea Él quien ilumine nuestros pensamientos, palabras y acciones.

 

      A cada intención respondemos: “¡Que tu Madre, Señor, interceda por nosotros!”
 
- Salvador del mundo, que con la eficacia de tu redención preservaste a tu Madre de toda mancha de pecado, líbranos a nosotros de toda culpa. Oremos.

 
- Redentor nuestro que hiciste de la Virgen María tabernáculo purísimo de tu presencia y sagrario del espíritu Santo, haz también de nosotros templos de tu espíritu. Oremos.

 
- Verbo eterno del Padre, que enseñaste a María el temple del Espíritu, ayúdanos a imitarla y a buscar el alimento de la vida eterna . Oremos.

 
- Rey de reyes, que elevaste contigo al cielo en cuerpo y alma a tu Madre, haz que aspiremos siempre a los bienes del cielo. Oremos.

 

        ***   Ave María  ***

 

Oración Final


Inmaculada Madre de Dios, Reina de los cielos, Madre de misericordia, abogada y refugio de los pecadores: he aquí que yo, iluminado y movido por las gracias que vuestra maternal benevolencia abundantemente me ha obtenido del Tesoro Divino, propongo poner mi corazón ahora y siempre en vuestras manos para que sea consagrado a Jesús.

 A Vos, oh Virgen Santísima, lo entrego, en presencia de los nueve coros de los ángeles y de todos los santos; Vos, en mi nombre, consagradlo a Jesús; y por la filial confianza que os tengo, estoy seguro de que haréis ahora y siempre que mi corazón sea enteramente de Jesús, imitando perfectamente a los santos, especialmente a San José, vuestro purísimo esposo. Amén.

 
           Ave María Purísima… Sin pecado concebida.
Ave María Purísima… Sin pecado concebida.
Ave María Purísima…. Sin pecado concebida
 
 
Alumbrantes de la Novena: Grupo de Oración "Jesús de la Divina Misericordia"