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martes, 3 de diciembre de 2013
San Francisco Javier - Presbítero - Memoria Obligatoria
El santo nació cerca
de Pamplona (España) en el castillo de Javier, en el año 1506. Fue enviado a
estudiar a la Universidad
de París, y estando allí conoció a San Ignacio de Loyola con quien estableció
una sólida y bonita amistad. San Igancio le repetía constantemente la famosa
frase de Jesucristo: "¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero,
si se pierde a sí mismo?" y fue justamente esta amistad y las frecuentes
pláticas e intensas oraciones lo que transformó por completo a San Francisco
Javier, quien fue uno de los
siete primeros religiosos con los cuales San Ignacio fundó la Compañía de Jesús o Comunidad de Padres Jesuitas.
San Francisco empezó
a ser misionero a los 35 años y murió de sólo 46. En once años recorrió la India (país inmenso), el
Japón y varios países más. Su deseo de ir a Japón era tan grande que exclamaba:
"si no consigo barco, iré nadando". Fue un verdadero héroe misional.
Su gran anhelo era poder misionar y convertir a la gran nación china. Pero en
ese lugar estaba prohibida la entrada a los blancos de Europa. Al fin consiguió
que el capitán de un barco lo llevara a la isla desierta de San Cian, a 100 kilómetros de
Hong - Kong, pero allí lo dejaron abandonado, se enfermó y consumido por la
fiebre, murió el 3 de diciembre de 1552, pronunciando el nombre de Jesús, la
edad de 46 años. Años más tarde, sus compañeros de la congregación quisieron
llevar sus restos a Goa, y encontraron su cuerpo incorrupto, conservándose así
hasta nuestros días.
El Papa Pío X nombró
a San Francisco Javier como Patrono de todos los misioneros porque fue sin duda
uno de los misioneros más grandes que han existido, siendo llamado con justa
razón el "gigante de la historia de las misiones". Dedicó a dar confianza y a descubrir a todos el
amor de Dios, a curar y hasta hacer milagros, evangelizando jóvenes abre
escuelas, colegios, dispensarios, bautiza sin descansar jamás aceptando por
amor miles de sacrificios y llevando a todos a la oración y a la conversión.