martes, 22 de noviembre de 2011

CONVIVENCIA DE JÓVENES Y ADULTOS QUE SE PREPARAN PARA RECIBIR EL SACRAMENTO DE LA CONFIRMACIÓN

Jóvenes y Adultos -de la Vicaría-, que se preparan para recibir, al Espíritu Santo de Dios, en el Sacramento de la Confirmación, se reunieron en convivencia, en el Hogar del Carmen, de la Ciudad Capital, de La Rioja, República Argentina.

Madre Del Carmen, a Tí, te consagramos a estos jóvenes y adultos, que tienen el deseo de encontrarse con Tu Hijo, para que Vos, los lleves de tu mano por el camino que conduce a Nuestro Señor Jesucristo.
Madre: Protégelos de todo peligro y de todo mal, en el alma y en el cuerpo. De de la violencia, del flagelo de las adicciones, de accidentes, de no darle sentido a sus vidas. Ayúdales a comprender que sus vidas, son obra del Amor del Padre y que deben entregarla al servicio de los hermanos, descubriendo en cada uno de ellos, el Rostro de Tu Amado Hijo.
El Señor les dijo: "Mira como te tengo grabado en la palma de mis manos"
Con el acompañamiento de los catequistas y de nuestro sacerdote, reflexionaron sobre la vida, el servicio, el compromiso al servicio del Reino de Dios, el sacramento que van a recibir, para el cual se prepararon durante dos años los jóvenes y un año los adultos.
La misión de ustedes, comienza. No se aparten de las huellas del Maestro, sigan transitando el Camino señalado por Jesús.
Que no les de verguenza ser cristianos, que los vean en las misas, que los vean sirviendo a los hermanos, que los vean trabajando como Obreros comprometidos, en la Viña del Señor.
No se dispersen, manténgase unidos y vigilantes, busquen a la ovejita que se aleje del rebaño y vuelvan siempre a la Casa del Padre, donde los espera como al Hijo Pródigo, con los brazos abiertos.
Finalizando la jornada, el Santísimo, fue expuesto en el Altar, para la adoración y oración de todos quienes participamos de este encuentro, en el que los jóvenes y adultos, preparan su corazón para recibir, el próximo 2 de Diciembre, al Espíritu Santo de Dios.

El pan material, fue compartido, -previa la bendición de los alimentos-, dando Gracias a Dios, porque, tal como se lo pedimos en el Padre Nuestro, nos da, el pan nuestro de cada día.