Meditamos el Rosario de la Caridad del Padre Gustavo Jamut.
Concluido el rezo del Santo Rosario, rezamos la Novena a la Madre de la Patria y de Cáritas!
Nos ponemos en presencia de Dios: en el nombre del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Oración
Inicial
Virgen
María, Madre de Dios y Madre nuestra. Señora de Luján, Patrona de nuestra
Patria; hoy alzamos nuestros ojos y nuestros brazos hacia tí... Madre de la
Esperanza, de los pobres y de los peregrinos, escúchanos...
Hoy te pedimos por
Argentina, por nuestro Santo Padre, por nuestro pueblo. Ilumina nuestra patria
con el sol de justicia, con la luz de una mañana nueva, que es la luz de Jesús.
Enciende el fuego nuevo del amor entre hermanos.
Unidos estamos bajo la celeste y blanca de nuestra bandera, y
los colores de tu manto, para contarte que: hoy falta el pan material en muchas
casas, pero también falta el pan de la verdad y la justicia en muchas mentes.
Falta el pan del amor entre hermanos y falta el pan de Jesús en los corazones.
*** Canto ***
SEGUNDO DÍA
La Virgen de Luján nos recuerda que Dios va haciendo
la historia junto a su pueblo.
Como dice el dicho, “el hombre propone
y Dios dispone”...
En el año de 1630, un hacendado
portugués de Sumampa, encargó a un amigo suyo de Brasil, una imagen de la
Inmaculada Concepción de la Virgen. Éste le envió dos imágenes pequeñas, hechas
de tierra cocida: una de la Limpia y Pura Concepción, y otra de la Virgen con
el Niño Jesús dormido en sus brazos. Ambas fueron conducidas por mar desde el
puerto de Pernambuco al de Buenos Aires, y después, en carreta, tomaron rumbo
al norte por el “camino viejo”.
Dios quiso intervenir en este “camino”
y lo cierto es que, quien llegó a Sumampa fue la imagen de la Virgen con el
Niño. Para la otra imagen, el Señor tenía otros planes...
Escuchamos con
mucha atención la Palabra de Dios:
Del libro del
profeta Isaías:
“Los
pensamientos de ustedes no son los míos, ni los caminos de ustedes son mis
caminos –oráculo del Señor-. Como el cielo se alza por encima de la tierra, así
sobrepasan mis caminos y mis pensamientos a los caminos y a los pensamientos de
ustedes.” (55, 8-9)
Recemos con el
Salmo 25
Respondemos: Muéstranos,
Señor, tus caminos.
Muéstrame,
Señor, tus caminos,
enséñame tus
senderos.
Guíame por el
camino de tu fidelidad;
enséñame,
porque tú eres mi Dios y mi salvador,
y yo espero en
ti todo el día.
Muéstranos, Señor, tus caminos.
El Señor es
bondadoso y recto:
por eso
muestra el camino a los extraviados,
él guía a los
humildes para que obren rectamente
y enseña su
camino a los pobres.
Muéstranos, Señor, tus caminos.
Todos los
senderos del Señor son amor y fidelidad,
para los que
observan los preceptos de su alianza.
Muéstranos, Señor, tus caminos.
Gloria al
Padre, al Hijo y al Espíritu Santo…
- Breve silencio para reflexionar.
Oración Final
Te pedimos madre, que extingas el
odio, que ahogues las ambiciones desmedidas, que arranques el ansia febril de
solamente los bienes materiales y derrama sobre nuestro suelo, la semilla de la
humildad, de la comprensión. Ahoga la mala hierba de la soberbia, que ningún
Caín pueda plantar su tienda sobre nuestro suelo, pero tampoco que ningún Abel
inocente bañe con su sangre nuestras calles.
Haz madre que comprendamos que somos
hermanos, nacidos bajo un mismo cielo, y bajo una misma bandera. Que sufrimos
todos juntos las mismas penas y las mismas alegrías. Ilumina nuestra esperanza,
alivia nuestra pobreza material y espiritual y que tomados de tu mano digamos
más fuerte que nunca: ¡Argentina! ¡Argentina, canta y camina!
Virgen de
Luján: Ruega por nosotros y por nuestra Patria!
Ave María
Purísima: Sin pecado concebida!
Ave María
Purísima: Sin pecado concebida!
Ave María
Purísima: Sin pecado concebida!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén