viernes, 12 de octubre de 2012

ÚLTIMO DÍA DE NOVENA AL DIVINO NIÑO JESÚS


Nos ponemos en presencia del Señor: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
 
 
Acto de Contrición:
 
Pésame Dios mío y me arrepiento de todo corazón de haberte ofendido. Pésame por el infierno que merecí y por el cielo que perdí; pero mucho más me pesa porque pecando ofendí a un Dios tan bueno y tan grande como vos; antes querría haber muerto que haberte ofendido, y propongo firmemente no pecar más y evitar las ocasiones próximas de pecado. Amén.

Oración Inicial

Oh Divino Niño Jesús, confiando en tu infinita misericordia y bondad, queremos hacer esta novena para que acrecientes nuestra fe y confianza en Ti. También queremos presentarte con sencillez nuestras necesidades espirituales y materiales para que, si es tu voluntad, nos concedas las gracias que pedimos. Amén.

Meditamos: “JESÚS Y LA EUCARISTÍA”
Dios nos dice en su Palabra: “Mientras cenaban, Jesús tomó pan, pronunció la bendición, lo partió y se los dio, diciendo: Tomen esto es mi Cuerpo. Y tomando la copa, pronunció la acción de gracias, se la dio y bebieron todos de ella. Les dijo, esta es mi sangre, sangre de la alianza que se derrama por todos.” (Mc. 14, 22-24)

Jesús no quiso dejarnos solos. Su humildad fue tanta que se hizo pequeño, para ocultar su grandeza en un pequeño Pan, el cual espera por nosotros en cada iglesia del mundo entero.
La Eucaristía, es el recuerdo de la Cena del Señor. En cada Misa, Jesús se hace presente en medio de su Pueblo. Y el comulgar de su Cuerpo, nos une a su corazón y a los hermanos.
¿Soy consciente de la importancia de la Eucaristía? ¿Visito a Jesús en el Sagrario de alguna Iglesia?
 

A cada intención respondemos: “Jesús que sepamos descubrirte.”
  • En la comunidad de hermanos, para que podamos participar unidos y alegres en la Misa Dominical. Oremos
  • En nuestras familias, para que podamos educar a nuestros hijos enseñándoles la importancia del Sacramento de la Eucaristía, y asistamos todos juntos a la Misa Dominical. Oremos
  • En nuestros hermanos más necesitados para que, movidos por la fuerza del amor, nuestras manos estén abiertas a satisfacer sus necesidades materiales y espirituales. Oremos
  • En nuestras vidas, para que fortalezcas nuestra fe. Oremos
Jesús, que te hiciste alimento de Vida Eterna, te pedimos que acrecientes nuestra fe, para poder recibirte en la comunión con un corazón dispuesto y confiado en tu Amor. Amén.
 
Rezamos el Rosario: Hoy meditamos los Misterios Dolorosos
 
Oración final

Acuérdate, Oh dulcísimo Niño Jesús, que dijiste estas palabras tan consoladoras para nuestra humanidad sufrida: “Todo lo que quieras pedir, pídelos por los méritos de mi infancia y nada te será negado”, es que confiamos en tu infinito amor para con nosotros.
Ayúdanos a llevar una auténtica vida cristiana, acrecienta nuestra fe y confianza para que gocemos de una eternidad feliz. Por los méritos de tu encarnación y de tu infancia, nos consagramos a ti con mucha esperanza. Amén.