Dios Todopoderoso, en el nombre de tu Hijo Jesucristo y mediante tu Bendita Sangre derramada por nuestra salvación, me acerco confiadamente al trono de tu gracia y busco tu poder y tu toque que me descansa, restaura y sana.
Confío en que, por las heridas de Cristo, seré liberado del peso que me agobia y seré sanado.
Acepto tu promesa de que quieres perdonarme todos mis pecados y sanarme de todas mis dolencia.
Por eso, acepto con confianza tu invitación para acercarme aún más a ti y entregarte todas mis cargas.
Recibo también tus promesas bíblicas de sanidad y te alabo, porque irás ayudándome a superar, con gozo, la ansiedad, la preocupación, el nerviosismo y la depresión.
Padre, en el nombre de Jesús, haz todo esto en mi vida y en la vida de aquellas personas por quienes he de interceder. Amén.
Oración extraída del libro: Entregando a Dios las cargas más pesadas del padre Gustavo Jamut