Creo, Señor, fortalece mi fe; espero, Señor, asegura mi esperanza; te amo, Señor, enciende mi amor; me duelen mis pecados y debilidades, Señor, sáname.
Te adoro como a mi creador, te deseo como a mi último fin, te alabo como al amigo que nunca me abandona y siempre quiere bendecirme, te invoco como a un defensor poderoso.
Dirígeme con tu sabiduría, contenme con tu justicia, consuélame con tu clemencia, protégeme con tu poder.
Tú que ahora vives en mí y yo en ti, te ofrezco, Señor, mis pensamientos para pensar en ti, mis palabras para hablar de ti, mis obras para obrar conforme a ti, mis sufrimientos para padecerlos por ti y por tu Reino.
Quiero lo que Tú quieres, lo quiero porque lo quieres, lo quiero como lo quieres.
Te ruego, Señor, que alumbres mi entendimiento, fortalezcas mi voluntad, purifiques mi corazón, santifiques mi alma.
Concédeme la gracia de sanar mi memoria, refrenar la lengua, crecer en las virtudes necesarias, perdonar a los enemigos.
Ayúdame a vencer la avaricia con la generosidad, la ira con la mansedumbre, la tibieza con el fervor.
Hazme prudente en los consejos, constante en los peligros, paciente en las adversidades, humilde en la prosperidad. Amén.
Padre nuestro
Ave María
Gloria
Bendito y alabado sea Jesús, en el Santísimo Sacramento del Altar...
Oración extraída del libro: “El poder pacificador de Jesús eucaristía” del padre Gustavo Jamut