jueves, 26 de junio de 2014

Hora Santa al Sagrado Corazón de Jesús en el último día del Triduo en su honor


Canto    -    Exposición del Santísimo Sacramento

Celebrante: ¡¡¡Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento!!!

Guía 1: Sea por siempre bendito y alabado Jesús Sacramentado.

Hermanos: Nos ponemos en la presencia del Dios misericordioso del Calvario…aquí entre nosotros, en esa Hostia divina, está Jesús, y ese altar es el Gólgota en que sigue redimiendo a un mundo que lo desconoce.
Si de esta Hora Santa no sacáramos más provecho que el de renovar nuestra fe tan lánguida, habremos dado un gran paso para gloria del Sagrado Corazón….No olvidemos que uno de los mayores males de la época actual, no es tanto la  incredulidad de los infelices negadores, cuanto la fe anémica, tímida, de los amigos del Señor… Por ello, pidamos la gracia incomparable de una gran fe al Sagrado Corazón.

CANTO

Guía 2: Invocación al Espíritu Santo

Espíritu Santo, alma de mi alma, yo te adoro.  Hazme saber cómo debo obrar y dame tus instrucciones.  Te prometo ser dócil a lo que me pidas y aceptar todo lo que pueda acontecer con tu permiso, pero dame a conocer tu voluntad.
Espíritu Santo, iluminados por tu Palabra, te pedimos por todos aquellos que ya te han seguido y ahora viven tu llamado.  Que en el hogar de cada uno de nosotros se respire la caridad que ardía en la familia de Nazaret; que florezcan todas las virtudes cristianas; que reine la unión y resplandezcan los ejemplos de una vida honesta.
Espíritu Santo, derrama el amor de Dios en nuestros corazones.  Con el amor nos das la paz, no la paz de la abundancia que se escapa como un torrente, sino la paz de la paciencia y el sacrificio.

Pausa   -   Canto

Respondemos:    ¡VEN ESPÍRITU SANTO A LLENARNOS CON TU PRESENCIA!

- Espíritu Santo, aumenta mi capacidad.  Obra en mí poderosamente. Quiero que cada proyecto que Dios tiene para mí se cumpla.
- Espíritu Santo, fluye a través de mí para ayudar  a otros, sé que Tú estás fluyendo en mí para sanar mi vida.
- Espíritu Santo, lava y limpia todas las cicatrices y heridas del pasado que aún tienen poder para dominar mis pensamientos y reprimir mi libertad física y emocional.
- Espíritu Santo libérame de la sensualidad y la malicia; de la hipocresía y faltas deliberadas.
- Espíritu Santo, libérame de la murmuración y de todo lo que te desagrade, para que mis pensamientos puedan ser santos.
- Espíritu Santo, no permitas que me engañe a mí mismo, ni que me deje llevar por la vanagloria; dame el heroísmo de hacer bien las cosas pequeñas, a imitación de la Virgen María.
- Espíritu Santo, hazme sentir que todos los hombres son hermanos míos y que todas las cosas son regalos que me llegan desde el cielo.

Canto

Guía 1: Perdón

Cita bíblica para reflexionar: Evangelio según San Marcos
“Al que yo bese, es él, prendedlo y conducidlo bien sujeto. Y cuando llegó se acercó y le dijo: ¡Maestro! Y lo besó. Ellos le echaron mano y lo prendieron. Pero uno de los presentes, desenvainando la espada, de un golpe le cortó la oreja al criado del sumo sacerdote. Jesús tomo la palabra y les dijo: ¡Habéis salido a prenderme con espadas y palos, como a caza de un bandido? A diario os estaba enseñando en el templo, y no me detuvisteis.  Pero que se cumplan las Escrituras. Y todos lo abandonaron y huyeron.”
Palabra del Señor. Gloria a Ti Señor

Pausa

Sagrado Corazón de Jesús, la contemplación del Amor de tu corazón da paso al honor, cuando constatamos el enorme daño que nuestros pecados le provocan, representados en la corona de espinas que rodean, estrechan aprisionan y desgarran al Sagrado Corazón en cada latido; las espinas son la materialización y representación de todas las especies de pecado de que somos capaces de cometer; desde los más leves, hasta los más aborrecibles.
Permítenos, oh Sagrado Corazón, llorar nuestros pecados, a los pies de la Virgen Dolorosa, para que uniendo nuestras lágrimas a las de Ella, reparemos por nuestros pecados y los del mundo entero.

Pausa - Canto

Respondemos con Padrenuestro, Avemaría y Gloria

- ¡Oh preciosa herida, abierta en el Sagrado Corazón para dar paso a las llamas de su inmenso amor! Haz que el incendio de la caridad purifique nuestros corazones de inmundicia del pecado.
- ¡Oh Corona de espinas que atormentaste al Corazón Sacratísimo con las puntas crueles de nuestros pecados!  Danos un santo y sincero remordimiento de nuestras culpas.
- ¡Oh Cruz plantada en el Corazón de Cristo, árbol frondoso alimentado por la sangre divina, signo de vuestro ardiente deseo de ser crucificado!  Concédenos una entera resignación a los designios de la Providencia.

CANTO

Guía 2: Adoración

Señor mío Jesucristo, que por el amor que tienes a los hombres permaneces de día y noche en este Sacramento, lleno de misericordia y ternura, esperando, llamando y acogiendo a todos los que vienen a visitarte, yo creo que estás aquí presente.  Te adoro desde el abismo de mi nada, te doy gracias  por todos los favores recibidos y especialmente por haberme llamado a visitarte en esta Hora Santa.

Pausa

Respondemos: YO CREO, ADORO, ESPERO Y TE AMO Y TE PIDO PERDÓN POR LOS QUE NO CREEN, NO ADORAN, NO ESPERAN NI TE AMAN.

- Oh, Dios, que en el Corazón de tu Hijo, has depositado infinitos tesoros de caridad; te pedimos que al rendirle el homenaje de nuestro amor, le ofrezcamos una cumplida reparación.
- El Corazón de Jesús en el Sagrario me mira…Me mira siempre…Me mira en todas partes… Me mira como si no tuviera que mirar a nadie más que a mí. ¿Por qué?  Porque me quiere, y los que se quieren ansían mirarse.  Alma, detente un momento en saborear esta palabra: el Corazón de Jesús está siempre mirándote.
- En la Sagrada Eucaristía, no se ven ojos, ni se besan manos, ni se perciben alientos ni palpitaciones.  La Palabra de Dios no se oye, el poder de Dios no se mueve, el amor no suspira…y sin embargo, el Hermoso, el Verbo, el Poder, el Amor, está allí…Sí, me lo dice mi fe, mi conciencia, hasta el mismo silencio del Sagrario me dice que está ahí Jesús, transfigurado por la humildad… Si, sólo una humildad infinita ha podido tener perpetuamente callada en la tierra la palabra viva de Dios.
- Tú eres, Jesús el Dios oculto… Escóndete en mi alma, y convertido yo en una Hostia, en otra Eucaristía humilde, vámonos, Señor, vámonos, eternamente unidos, como en la Comunión, como en la Hora Santa…Tú en mi pobrecito corazón y yo perdido para siempre en el abismo de dolor, de luz, de cielo, de tu Sagrado Corazón.

CANTO

Guía 1: Alabanza

Dice Jesús: “¡Que mi paz sea con vosotros!”, almas amigas de mi Corazón, pues tuve sed y me disteis de beber.  Ahora sí, confiado el honor de mi nombre en vuestro celo, puedo exclamar: “Todo está consumado”… Te devuelvo Padre, a los que me confiaste…; si alguno se ha perdido, no fue por falta de misericordia…, te pido, por mi cruz y mi ternura, que incrementes el número de los elegidos, de los santos en mi Iglesia…, glorifícame en la tierra que bebió mi sangre…, te devuelvo mi alma y las almas redimidas, pero déjales mi Corazón, herencia de los caídos, de los pobres y de cuantos sienten ansias de creer en intimidad de amor conmigo.

Pausa

Respondemos:   REINA AUMENTANDO EN TI NUESTRA FE 

- Luz de nuestras almas, Jesús muy amado, queremos verte y encontrarte en aquellas horas de paz, de dicha tranquil en las horas tan fugaces de sol, en las flores tan escasas de la vida.
- Luz de nuestras almas, Jesús muy amado, queremos verte y encontrarte en la amargura secreta de tantas y tantas penas que Tú sólo conoces…, en aquellas desolaciones del corazón que las criaturas no pueden ni comprender, ni menos endulzar.
- De nuestras almas, Jesús muy amado, queremos verte y encontrarte en las luchas desesperadas entre la naturaleza miserable y la conciencia…, entre nuestros devaneos y ambiciones y las crueles realidades de la vida.
- Luz de nuestras almas, Jesús muy amado, queremos verte y encontrarte en las legítimas aspiraciones de bienestar que provienen del deseo de asegurar el porvenir temporal y cristiano de los nuestros.
- Luz de nuestras almas, Jesús muy amado, queremos verte y encontrarte en las horas de penosa incertidumbre, cuando el horizonte se oscurece y se presenta amenazante, cuando el cielo y la tierra parecen olvidarnos.
Señor, solo Tú, eres el Camino, la Verdad y la Vida.  Amén.

CANTO

Guía 2: Oración a Santa Margarita María

- Santa Margarita María, que escuchaste del Corazón de Jesús estas palabras: “Mi divino Corazón está tan apasionado de amor a los hombres, en particular hacia ti, que no pudiendo contener en Él las llamas de su ardiente caridad, necesita que les  derrame valiéndome de ti y luego se manifieste en ellos para enriquecerlos con los preciosos dones que te estoy descubriendo a ti”.

R: Te pedimos la gracia de abrirnos a su llamado y dejarnos amar por Él.

- Santa Margarita María, a quien Jesús confió su deseo de que honráramos su Corazón bajo la forma de un Corazón de carne, rodeado de llamas con la llaga de la lanza siempre abierta, con una cruz en la parte superior y rodeado de espinas.

R: Alcánzanos de Jesús, que nuestra vida sea Acto ininterrumpido de amor y reparación.
- Santa Margarita María, que contemplaste al Corazón de Jesús como un horno ardiente de amor y que escuchaste su queja por la falta de amor de los suyos, y su deseo de que nos acerquemos a Él en la Eucaristía.

R: Alcánzanos de Jesús la gracia de tener hambre del Pan de Vida y de adorarlo y acompañarlo con frecuencia en el Sagrario.

- Santa Margarita María, que escuchaste de labios de Jesús estas palabras: “He aquí este Corazón que tanto ha amado a los hombres y que nada ha escatimado hasta agotarse y consumirse para demostrarles su amor y que sin embargo solo recibe de la mayoría solo ingratitudes, irreverencias, desprecios y sacrilegios hacia Él, en el Santísimo Sacramento de su Amor”.

R: Alcánzanos de Jesús la gracia de ser testigos y mensajeros de este amor, entre nuestros hermanos.

CANTO

Guía 1: Acción de Gracia

Jesús dulcísimo, redentor del género humano, tuyos somos, tuyos queremos ser, y a fin de estar más firmemente unidos a ti, y dándote las gracias, cada uno de nosotros se consagra espontáneamente a tu Sagrado Corazón.  Muchos nunca te conocieron; muchos te desecharon, al quebrantar tus mandamientos; compadécete, Jesús, de unos y otros y atráelos a todos a tu Santo Corazón.  Sé Rey, no solo de los fieles que jamás se separaron de Ti, sino también de los hijos pródigos que te abandonaron; haz que vuelvan pronto a la casa paterna, no sea que perezcan de miseria y de hambre. Sé Rey de aquéllos a quienes engañaron opiniones erróneas y desunió la discordia; tráelos al puerto de la verdad y a la unidad de la fe, para que luego no quede ya más que un solo rebaño y un solo pastor.  Sé Rey de los que aún siguen envueltos en las tinieblas de la idolatría; a todos dígnate atraerlos a la luz de tu Reino.
¡Alabado sea el Divino Corazón, por quien hemos alcanzado la salud; a Él gloria y honor, por los siglos de los siglos!  Así sea.

Pausa  

Respondemos: ¡Corazón Divino de Jesús, venga a nosotros tu reino!
- Creemos Jesús, en el triunfo de la Cruz.
- Creemos Jesús, en el triunfo de tu Eucaristía.
- Creemos Jesús, en el triunfo de tu Iglesia.
- Creemos Jesús, en el triunfo de tu Sagrado Corazón.

CANTO

Ritos Conclusivos


Se retira el Santísimo Sacramento.