martes, 17 de mayo de 2016

HOMILÍA DEL MARTES: EL CAMINO DE JESÚS ES EL SERVICIO A LOS DEMÁS; LA BÚSQUEDA DE PODER, DINERO Y VANIDAD ARRUINA EL TESTIMONIO DE LA IGLESIA



Queridos amigos, ayer no hubo Misa en Santa Marta. Hoy, en cambio, sí, y aquí les traemos la homilía del Papa Francisco.

En el Evangelio de hoy (Marcos 9,30-37, pueden encontrarlo en esta página facebook un poco más abajo), Jesús anuncia su muerte; los discípulos no lo comprenden y prefieren discutir entre ellos sobre quién es el más grande. Pero Jesús les dice: "El que quiera ser el primero, debe hacerse el último de todos y el servidor de todos".

El Papa reflexionó sobre este Evangelio que presenta las tentaciones mundanas que aún hoy arruinan el testimonio de la Iglesia: el camino que indica Jesús es el del servicio, aunque a menudo en la Iglesia se busca poder, dinero y vanidad.

Jesús enseña a sus discípulos el camino del servicio, pero ellos se preguntan quién será el más grande. Jesús habla un lenguaje de humillación, de muerte, de redención, mientras ellos hablan un lenguaje de “trepadores”: ¿quién subirá más en el poder? Estaban tentados por la forma de pensar mundana.

«En el camino que Jesús nos indica para ir adelante, el servicio es la regla. El más grande es el que sirve; el que es más es el que está al servicio de los otros, no el que se vanagloria, busca poder, dinero… vanidad, orgullo. No, estos no son los grandes. Es lo que pasó aquí con los apóstoles, también con la mamá de Juan y Santiago.

Es una historia que sucede cada día en la Iglesia, en cada comunidad. ‘¿Quién es el más grande de nosotros? ¿quién manda?’ Las ambiciones. En cada comunidad – parroquias o instituciones – siempre estas ganas de trepar, de tener poder».
El mundo habla de los que tienen más poder para mandar. Jesús afirma que ha venido al mundo «para servir. No para ser servido»:

«La vanidad, el poder… Como cuando tengo esas ganas mundanas de estar con el poder. No de servir, sino de ser servido. No se ahorra nada, con tal de llegar: chismes, embarrar a los otros… La envidia y los celos hacen este camino y destruyen.

Es algo que todos conocemos, todos. Sucede hoy en toda institución de la Iglesia: parroquias, colegios, otras instituciones, también en los obispados… todos. Es lo que quiere el espíritu del mundo, que es espíritu de riqueza, vanidad y orgullo».

«Dos formas de hablar», constató el Papa Francisco: Jesús enseña el servicio y los discípulos discuten sobre quién será el más grande entre ellos. Mientras Jesús enseña que el camino en la vida cristiana es el servicio y la humildad.

Cuando los grandes santos decían que se sentían tan pecadores es porque habían comprendido este espíritu del mundo, que estaba dentro de ellos; nadie puede asegurar que es un santo:

«Todos estamos tentados por estas cosas, estamos tentados de destruir al otro para trepar. Es una tentación mundana, que divide y destruye a la Iglesia. No es el Espíritu de Jesús. Imaginemos la escena: Jesús dice estas palabras y los discípulos dicen ‘no, mejor no preguntar mucho’. Y prefieren discutir entre ellos sobre quién será el más grande.

Nos hará bien pensar en las tantas veces que hemos visto esto en la Iglesia y en las tantas veces que hicimos esto. Y pedir al Señor que nos ilumine, para comprender que el amor al mundo, es decir este espíritu mundano, es enemigo de Dios».