VATICANO, 15 May. 16 / 05:32 am (ACI).- El Papa Francisco presidió el último Regina Coeli del año en el día de Pentecostés desde la ventana del estudio del Palacio Apostólico del Vaticano, desde donde explicó la importancia que esta fiesta tiene para la Iglesia.
El Espíritu “nos enseña la única cosa indispensable: amar como ama Dios”. Es el “consolador, abogado, intercesor, es decir, Aquél que nos asiste, nos defiende, está a nuestro lado en el camino de la vida y lucha por el bien y contra el mal”, subrayó.
Además, Francisco manifestó que "ser cristiano no significa principalmente pertenecer a una cierta cultura o adherirse a una cierta doctrina, ante todo es unir la propia vida, en cada uno de sus aspectos, a la persona de Jesús y, a través de Él, al Padre”, expresó.
“La liturgia nos invita a abrir nuestra mente y nuestro corazón al don del Espíritu Santo, que Jesús promete entregar a sus discípulos, el primer y principal don que Él nos ha dado con su resurrección y Ascensión al cielo”.
El Papa afirmó que “el amor por una persona, y también por el Señor, se demuestra no con las palabras, sino con hechos; y también ‘observar los mandamientos’ se entiende en sentido existencia, en modo que toda la vida esté involucrada”.
El Pontífice señaló entonces que gracias al Espíritu Santo “Amor que une al Padre y al Hijo, y de ellos procede, todos podemos vivir la misma vida de Jesús”.
Además, “no lleva una enseñanza distinta, sino que hace vivo y opera lo de Jesús, porque el tiempo que pasa no lo borra o lo decolora”. El Espíritu Santo “prepara nuestro corazón para que sea capaz de verdad de recibir las palabras o los ejemplos del Señor” porque “cada vez que la palabra de Jesús es acogida con alegría en nuestro corazón, esto es obra del Espíritu Santo”.
Después del rezo y al saludar a los peregrinos que se encontraban en la Plaza tuvo unas palabras especiales hacia los misioneros: "Hoy, en el contexto muy apropiado de Pentecostés, es publicado mi Mensaje para la próxima Jornada Misionera Mundial, que se celebra en mes de Octubre. Que el Espíritu Santo de fuerza a todos los misioneros ad gentes y sostenga la misión de la Iglesia en el mundo entero. Y que el Espíritu Santo nos de jóvenes –chicos y chicas– fuertes, que tienen ganas de ir a anunciar el Evangelio. Pidamos esto, hoy, al Espíritu Santo".